El hedor de aquellas calles, una mezcla de orina, pescado y quien sabe que mas inundaba cada rincón de la ciudad pero no era algo que se pudiera evitar así que cuanto antes terminasen con su cometido mejor para todos. Los cuatro hombres caminaron en dirección al puerto, que era sin duda el principal núcleo de comercio del lugar y si vagn y Hedriss habían llegado allí sin duda había sido por el puerto.
-Me alegra haber venido, no puedo creer que esas mujeres piensen que ellas pueden encontrar a la princesa. Sin duda es mejor coger a esos piratas y sacarles donde las esconden en lugar de quedarnos trenzándonos el pelo y observando los puestos de comida-dijo el juto mientras caminaba junto al resto.
Yngwe guiñó un ojo a Juren - Sí será mejor, pero sé prudente amigo, no estamos en los fiordos ni en un campo de batalla - Gilsursson se acercó por los muelles en busca del barco, lo miraría de arriba a abajo, su vela, su bandera, la pasarela, la gente que pudiera verse en cubierta y qué andaban haciendo, abordarlo a él o a sus tripulantes a preguntas era la última de sus intenciones, pero en aquellos muelles había suficiente gente a la que preguntar.
Motivo: Percepción
Tirada: 2d10
Resultado: 16
Después de separar nuestros caminos con el resto del grupo nos encaminamos hacia los muelles, seguramente con la ayuda de Juren no tardaríamos mucho en encontrar el barco que buscábamos, ten cuidado con esas palabras amigo, esas mujeres han demostrado mucho mas valor que muchos hombres que se pavonean de tenerlo, harías bien en temerlas, por una de ella corre la sangre del Jarl, y la otra tiene el favor de los Dioses... , por fin nos detuvimos cerca del barco que buscábamos, y ahora que, entrar a las bravas o preguntar a la tripulación no va a ser una buena idea..., mientras espero la respuestas de mis compañeros no dejo vigilar al barco y su entorno...
Motivo: Percepción
Tirada: 2d10
Resultado: 15
Sigurd prefirió ignorar el comentario del juto, aunque le lanzó una mirada de advertencia. Si bien tenía sus diferencias con Jorunn y sabía a lo que podía exponerse la hija del jarl, y también las estupideces que podía cometer, no le hacía gracia que la infravaloraran. Ni a ella ni a la völva de su clan.
-No lo sé Klemet...
El ulfhednar se giró al scalda, quien era el más versado junto con Jorunn en inventarse excusas y caer en gracia a la gente. Sigurd siempre había sido mucho más directo, y aunque eso tenía sus recompensas de vez en cuando en cuanto a llevarse mujeres a la cama más rápidamente, no creía que ser directo ahora funcionase bien.
-¿Qué opinas tú Yngwe?
Motivo: perp
Tirada: 2d10
Resultado: 6
Yo estoy ciego como un topo XD
El juto se encogió de hombros ante las palabras del thurl, estaba claro que para el solo eran mujeres. Los muelles estaban llenos de gente yendo de aquí para allá, entre ellos varias personas que parecían pertenecer a la guardia de la ciudad aunque costaba distinguir a los hirdman de los vulgares piratas. en la cubierta del barco podían observar a varios hombres, unos cuatro o seis. Deambulaban por el barco asegurándose de tener todo listo para su siguiente partida.
Yngwe contestó a Sigurd - Vamos a preguntar cuatro cosas por los muelles como marineros, para poder ser luego unos piratas. Hay que disimular intenciones - Yngwe alzó la palma de la mano y echó unos pasos hacia un tipo cercano, algun marinero fornido cualquiera al que se acercó con actitud casual, como el jovenzuelo que pregunta porqué llega el invierno -
¡Eh! Buenas. ¿Sabes de quien es ese barco? - Lanzó un gesto de mentón hacia el barco en el que supuestamente trajeron a la princesa -
El hombre se giró y le miró de arriba a abajo con desconfianza.
-¿Y para que quieres saberlo?-le preguntó al extraño.
Yngwe frunció las cejas pero respondió amigablemente - Busco hacer algunos negocios, y querría saber de tres o cuatro barcos que vayan y vengan, arriba y abajo, de aquí y de allá para lo que debieran ser intercambios de bienes ¿Comprendes? - Yngwe quiso que el marinero no se enterara de nada y le diera el nombre sin más, ahora tenía las cejas enarcadas en gesto interrogante. - Tan solo quiero saber por quién preguntar
Motivo: elocuencia
Tirada: 3d10
Resultado: 13(+5)=18
-Aquí todos los barcos van y vienen. Éste pertenece a Vandrad cuatro dedos y yo que tu no husmearía, escalda-dijo con un deje de desprecio- si no quieres meterte en problemas.
¿Como sabría que era un scalda? Además, no era solo un scalda, era un guerrero del clan Kjari, y cualquiera en el mundo conocido haría bien de no olvidarlo. De todas formas le pareció revelador, y se interesó algo más mirando bien al marinero y estudiando su provenir y oficio, tal como él hubiera hecho con Yngwe
¿Qué me dices? ¿Y eso? ¿No son de los que hacen negocio entonces?
Aquí todo el mundo hace negocios, si no para que vamos a estar en esta ciudad, solo hay que saber con que mercancía negocia cada uno, eso en mi tierra no es husmear, no se si en la tuya lo llamareis así, pero bueno si tu jefe no tiene nada que valga la pena gastaremos nuestras monedas en otro...
-Yo ya os he visado. Si quereis comprar algo hablad con los mercaderes y desapareced de mi vista-dijo el hombre visiblemente enfadado. Estaba claro que en aquel lugar los desconocidos no eran bien acogidos.
Entiendo que llevas colgando tu instrumento (e.e) y por eso sabe que eres scalda, y si no.. pues da igual licencia poetica del master XD
Bueno amigos me parece que tendremos que hacer caso del consejo de este buen hombre y buscar otro lugar donde gastar nuestras monedas, tras decir esto seguimos caminando hasta que no hay nadie cerca de nosotros, y ahora que, al parecer la sutileza no ha funcionado, por lo menos no con ese , probamos con otro o se os ocurre algo más directo, tampoco disponemos de mucho tiempo, mientras mis compañeros hablan entre ellos miro alrededor buscando algún posible lugar donde los pudieran haber escondido , si no están en el barco no han de andar muy lejos.
De ser por Yngwe le hubiera cosido la cara a guantazos a aquel hombre. ¿Qué coño se pensaba hablándole así? Pero tras apartarse de él pensó un poco más - Claro que nos ha servido, ya sabemos de quien es el barco, vamos a ver a ese tal Vandrad cuatro dedos. Y Yngwe puso sus pies hacia el barco desoyendo por completo los consejos de aquel sucio borracho indeseable (no no, de klemet no, del marinero)
No pudieron acercarse mucho más pues varios hombres con cara de pocos amigos le salieron al paso justo antes de que el scalda empezara a subir por la pasarela.
-¿Que buscais aquí? Largaos, esto no es el mercado-dijo uno de ellos con cara de pocos amigos.
Con paso resuelto nos encaminamos al barco esperando encontrar respuestas en el, veía al Scald muy decidido en lo que se proponía aunque yo no guardaba muchas esperanzas en lo que consiguiéramos en ese barco, pero incluso antes de llegar ya surgían de nuevo los problemas, por lo visto entre la tripulación la simpatía no era uno de sus puntos fuertes, necesitaban que alguien les recordara lo que significaba la hospitalidad..., me quedo expectante a que Yngwe hablara antes de poner a ese rufián en su sitio...
Eh ten cuidado a ver si te voy a reventar los morros - Le contestó Yngwe ya bastante irritado de que todos le tomaran por el pito del sereno, y ya dándole igual quien se le pusiera delante - He oído en el puerto que Vandrad vende, pero que no a cualquiera, y hemos venido a ver qué puede ofrecer - Estaba ya bastante harto de subterfugio y solo llevaba un par de diálogos, aún así estaba a punto de desenvainar la espada y enfrentar a la tripulación en su propio barco
Motivo: intimidar?
Tirada: 3d10
Resultado: 5, 3, 9
19 en elocuencia
-Vandrad vende-repitió el hombre y el resto se rió- No soy ningún mercader, mequetrefe, y de todas formas no me gusta que nadie se intente colar en mi barco. ¿Quienes sois y que quereis?-mientras hablabais varios hombres se acercaban al lugar. Hombres con cara de pocos amigos, probablemente mienbros de la tripulación o piratas, dispuestos ayudar a sus compañeros.
-Para ser un pirata crees que puedes hacernos preguntas así como así y no me gusta tu tono-dijo Juren con su mano rodeando la empuñadura del hacha que llevaba al cinto.