Partida Rol por web

El Coloso Herratico |Fate y Fantasy Ground| |Shot|

Portada

Datos de la partida

El Coloso Herratico |Fate y Fantasy Ground| |Shot|

 

Director: 7Notas
Reglamento: FATE
Sistema: Mixto
Jugadores: 4
Nivel requerido: Novato: no hace falta ni conocer el juego
Ritmo de juego: Alto: un mensaje diario al menos
Fecha de comienzo: 28/05/2018
Estado: Finalizada

Introducción

Sera necesario Fantasy Ground y Discord 
 

Una estirpe frágil y asustadiza sobrevive entre los exiguos restos de una gloriosa civilización. Se hacen llamar el Pequeño Pueblo y todavía tratan de olvidar los espantos que destruyeron a sus ancestros. Pero ahora los colosos se alzan de nuevo y las gentes se encuentran indefensas ante el Segundo Estrago, aquel que puede causar la absoluta aniquilación de su especie.

Solo unos pocos elegidos se niegan a aceptar tan oscuro destino. Ellos serán los encargados de recuperar su herencia y luchar para prevalecer. Contarán con enormes y fabulosos aliados e iniciarán un largo viaje en busca de los saberes perdidos del mundo antiguo. Quieren entender la naturaleza de aquello que los amenaza y afrontarlo a toda costa.

Sinopsis

Sera necesario tener los personajes y sus bestias creadas antes del 28 de este mes.Toda la informacion para la creacion de estos esta en discord 

Notas sobre la partida

Discord: https://discord.gg/p7WM77D

Historia basica

DEMORIA, UN MUNDO ANTIGUO Este es un mundo suspendido entre las brumas de su propia memoria, un lugar donde la vida es fértil y abundante pero, al mismo tiempo, tímida, huidiza y callada. Aquí todo ocurre tras un velo de discreción, bajo un silencio que parece haber sido impuesto por los dioses. Las aves, que antaño observaban la piel del mundo desde las alturas, atraviesan ahora perpetuos bancos de densa niebla, más atentas al instinto que a sus sentidos. Ni los depredadores invocan un rugido, ni sus presas claman ante el dolor de la muerte: solo braman las cascadas en lugares abruptos y el viento en las estepas y los desiertos. A fuerza de no ser holladas, las trochas se desdibujan, ocultando las sendas hacia las antiguas acrópolis, maravillas del tiempo antiguo convertidas ahora en tumbas para el conocimiento de los ancestros, cobijadas tras ciclópeas murallas. En el olvido están también los templos, donde se sobrecogían las almas de las gentes de otras eras y se relataban las proezas de sus héroes. Las raíces del tiempo han deslavazado los vetustos adoquines, y las monumentales torres, puentes y pináculos exponen las profundas muescas del Primer Estrago. Y en la noche, en las fronteras del mundo, se intuye el titilar carmesí de las piedras espanto. Empero, con algo de paciencia, los ojos atentos pueden distinguir la trémula silueta de alguien asomado a un precipicio, o en los lindes de los bosques. Sin alejarse mucho de su aldea, contempla un mundo que le fue arrebatado. En sus ojos jóvenes se intuye una mezcla de rabia y melancolía por todo lo que se perdió. La mayoría de los suyos, el Pequeño Pueblo, asumen que son apenas rescoldos moribundos de una civilización gloriosa que se derrumbó, tal vez bajo el peso de su propia soberbia. Pero unos pocos, como él, como ella, no se resignan al destino que parece que los espera. Algunos jóvenes comienzan a desoír las palabras de sus ancianos. Quieren descubrir y comprender, recuperar un futuro que les dijeron que no les pertenecería. Casi al mismo tiempo las antiguas bestias han comenzado a rondar al Pueblo y los antiguos lugares de poder, inquietas, olisqueando las enigmáticas líneas ley y observando a su vez lo que está ocurriendo. Y todos esos ojos, de personas y bestias, miran hacia los colosos que se están alzando de
nuevo, heraldos de una devastación que amenaza con repetirse y borrar de una vez por todas todo rastro de la civilización que aún resiste. Sus monstruosas efigies se recortan en el cielo, cada día en mayor número, mientras avanzan por los bosques densos e interminables que tapizan el mundo y que se extienden más allá de la imaginación.

El Primer Estrago Entonces, algo comenzó a ocurrir. Se desconoce la naturaleza del problema, pero no sucedió de la noche a la mañana. Hay indicios de que los ancestros intentaron luchar contra ello para protegerse, como los observatorios que se han hallado en algunos templos, cuyas marcas grabadas en la roca indican la dirección y ubicación de ciertas amenazas. O como las piedras espanto que se hallan en los límites del mundo, rodeando ciertos lugares, interpretadas por el Pueblo como una señal de advertencia. Lo que se sabe con certeza es que esos conocimientos y protecciones no fueron suficientes para evitar el Primer Estrago, un suceso terrible que marcó el fin de la civilización ancestral dando lugar a una era de conmociones y terror. Las acrópolis se desmoronaron bajo el efecto de terribles terremotos y maremotos: los temblores agitaron la superficie del mundo, creando enormes grietas y cañones, ásperas cadenas montañosas, cavernas y agujas de roca. Y en el epicentro del Primer Estrago emergió el enigma de los colosos. Fueron ellos, al parecer, los que hostigaron a los ancestros, destruyendo su gloriosa civilización y provocando el exterminio casi total de su raza. Los pocos grupos que lograron huir se diseminaron por el mundo conocido, asentándose en lugares que creyeron seguros y configurando así la dispersa sociedad actual del Pequeño Pueblo a base de minúsculas aldeas sin apenas conexión entre sí. Los colosos, dando por extinguida la sociedad de los ancestros, se dejaron caer sobre la superficie de la tierra, satisfechos, dando por finalizado su trabajo. Sus titánicas siluetas han formado parte del paisaje desde entonces, desde que existe la memoria del Pueblo.

El Pequeño Pueblo Sintiéndose como el rescoldo agonizante de una civilización perdida, el Pequeño Pueblo (o, simplemente, el Pueblo) nunca ha sacado conclusiones claras sobre las causas del Primer Estrago, pero un sentimiento de culpa pervive entre sus gentes. Los ancianos susurran, siempre que tienen ocasión, sobre conocimientos prohibidos que nunca deberían haber sido descubiertos o sobre un fatal cambio entre el modelo matriarcal, que rigió al principio de los tiempos, y el patriarcal, que imperó en los siglos previos al Primer Estrago. Tal vez por esto las ancianas y las madres son las que suelen prevalecer ahora como líderes o consejeras tribales. En este paradigma de culpa y sumisión ante la fatalidad ocurrida, cualquier motivo parece apropiado para que el Pueblo se sienta responsable por haber ultrajado a los dioses o haber desbaratado el orden de las cosas y como consecuencia, haber sufrido el más colosal de los castigos. Sea como fuere, las gentes coinciden en señalar la época previa al Primer Estrago como una era de esplendor, y eso alimenta una perpetua melancolía y un sentimiento de pérdida entre ellos. Que se hagan llamar el Pequeño Pueblo es solo un indicativo más de su escasa autoestima. Se sienten seres pusilánimes, ahogados por una historia que se desbordó y les arrastró hacia las cuencas vacías de una realidad hostil. Asustados por fenómenos que no aciertan a comprender, han encontrado cobijo en la discreción y el silencio, ubicando su espíritu y su hogar en regiones remotas y escondidas, lejos de templos, acrópolis y piedras espanto.

LOS INSUMISOS Por supuesto, los héroes de nuestra historia, los que vais a interpretar los jugadores, rompen el molde que acabamos de comentar. Mientras que la inmensa mayoría de la gente se resigna a esperar el mazazo final que supone el Segundo Estrago, estos insumisos (como se les empieza a conocer) se niegan a aceptar tal destino y se disponen a luchar para recuperar algo que creen que les pertenece. Las reglas de creación de personajes de la página 29 están pensadas para dar vida a esos héroes que marcarán la diferencia, aunque también podrás encontrar reglas para crear a las gentes que puedes encontrar en cualquier aldea

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