Otro caballero, acaso el que comandaba otras patrullas se une a la animada discusión:
Dicen, et parece cosa cierta, que la ignorancia es muy atrevida, et yo añado que la boca del condenado no le va a la zaga. Moderad vuestra boca de caballero, o la mi bota la cerrará.
Y dirigiendose al otro caballero:
el incendio esta controlado et casi muerto. No hay bajas en el campesinado.
Saquead a aquestos asaltadores, pues cosa es bene est, hacer prisioneros a los hombres et a sus cosas, pues ya dejaron de ser suyas.
Traedme sus monturas a ver si son dignas de Cornualles, et repartid un puñado de monedas entre aqueste campesinado, pues han cumplido, aun sin querer su parte, et el obrero tiene derecho al su salario, jejej.
Todos rien.
Afortunadamente solo llevais uno de vuestros caballos secundarios, y ni vuestro equipo, ni vuestro caballo de batalla. Una buena noticia al fin.
Cadwallon decidió no seguir interpelando a los caballeros y a sus soldados, pues nada bueno sacarina de todo ello. Antes bien, miró discretamente a su alrededor. No veía a Sir Loren por ningún lado; puede que hubiera logrado escapar.
No merece la pena discutir con unos simples soldados, no al menos cuando el que los manda tiene tan poco de caballero. Miro a Cadwallon, agradeciendo internamente que solo nosotros siguiéramos a Portius. Igual Loren consigue terminar nuestra misión.
El máster dijo que Loren no venía.
En plena conversación, sois sorprendidos por otro grupo de soldados
esta vez soldados de Dimilog.
Sir Bradwen y sir Gravent, han movilizado con ellos a prácticamente toda la soldadesca del castillo. Rodean a los soldados de Cornualles, que se las prometían muy felices entre chanzas, mofas y parlamentos varios de su caballero líder.
No esperaba traición de vos sir Portius. No gastéis saliva en embustes ni cuentos, pues habemus rato escuchándoos, y estamos al tanto de las vuestras falacias, argucias et improperios.
Y dirigiéndose al caballero de Cornualles.
Veo que para vos y los vuestros, carece de valor el vuestro pueblo, et que un incendio esta bien empelado si enturbia a Logres y a los sus nobles caballeros.
Marchad de aquí, sir Bradwen, pues habemus en terreno de Cornualles. ¿ quereis que os prendamos por invasor?
Entodavia estais a tiempo de empezar una guerra.
De normal, andariais mal para apañar ladillas en una casa de putas. Peor agora que os habemus rodeado et superado en numero. ¿ Quereis morir por vuestra insolencia?
Peor necio es aquel que pierde la lengua por insolente.
Daos media vuelta con vuestra tropa, et dejar con nos a aquestos caballeros de Logres, que habemus temas de tratar para con dellos.
No se moverán de aquí, ni aunque la mi vida, et la de mis tropas tuviera que dar para conseguir de ello. Os recuerdo que estais en Cornualles, et sois vos los que debéis dar explicaciones de vuestro lugar aquí.
Temome que esta situación os sobrepasa. Hagamos tregua, et montemos campamento. Mandad llamar al vuestro superior. Esperemoslo aquí, y traédmelo, pues no es juicioso fablar con sirvientes cuando el que decide es el amo.
Que 5 soldados vuestros et otros 5 mios, monten guardia para vigilar a los 3 caballeros ( vosotros y sir Portius). Que queden bien amarrados. Doy la mi palabra que no serán ni dañados ni liberados. Dad vos también el mismo compromiso, et marchad a llamar a vuestro señor.
Sea asi, et más os digo, el que ose liberar a alguno de los reos, sea soldado o caballero, sentirá la mi espada clavada. Digo más, que ninguno ose fablar con los reos, ni siquera que fablen entre de ellos.
Dicho lo cual, manda a un par de jinetes que den parte de lo acontecido a los de Cornualles.
Tirada oculta
Motivo: 65656
Tirada: 1d20
Dificultad: 11-
Resultado: 10 (Exito) [10]
Al parecer sir Bradwen, hará lo mismo, y hace llamar a un par de los suyos, con intención de informar al conde de Tintagel del asunto. Tambien hace llamar a otro jinete, para que haga llamar a la leva campesina, pues no parece mala cosa, tener más tropa que el enemigo, no siendo que el enemigo quiera ejercer de enemigo, y plantee una lucha. Da también orden, de montar un campamento.
Pues si, los reos estarán en medio, y a ambos extremos los campamentos, del castellano sir Bradwen, y de sir Bodeau el de Cornualles.
Realmente habias liado una bastante gorda, y de consecuencias inciertas. No descarteis la guerra.
Si quereis rolear algo, aprovechad ya, que se ha hecho un silencio.
La situación da un vuelco inesperado al ver aparecer a Sir Bradwen. Me preocupada cara se torna en una sonrisa, pero sé que la situación para nosotros aún no se ha solucionado.
En la parte buena hemos conseguido encontrar al traidor, o al menos a un traidor. En la parte mala, seguimos en suelo de Cornualles, con lo que ello significa.
Observo el intercambio entre los caballeros, y aunque quisiera añadir algo mi propio código de caballería me impide hablar cuando han dicho que ni hable ni nadie hable conmigo. Así pues, me dejo atar tranquilamente aceptando el destino que el Altísimo me tenga preparado.
Atado y sangrando, Cadwallon esperó estoicamente, prisionero entre ambos campamentos. Se sujetó las tripas lo mejor que pudo, aguantando el dolor. Tenía por cosa cierta que, si alguien no se ocupaba de su herida, moriría desangrado. Pero cuando era tan evidente que la batalla podía estallar en cualquier momento, la vida de un simple caballero mantenido como él era poca cosa, y entendía que nadie se hubiese preocupado en atenderle.
Así pues, allí se quedó, esperando a ver cómo se desarrollaban los acontecimientos. Al menos, pudo complacerse en contemplar a Sir Portius, con una mirada asesina que no auguraba nada bueno para el futuro del traidor. Cadwallon sonreía, con un rictus feroz provocado por el dolor. Si de algún modo salían con bien de esta situación, cosa que dudaba, intentaría por todos los medios acabar con la vida de ese sucio felón y traidor.
No me fijé en lo de que Sir Loren se quedaba en el castillo, la verdad...