Partida Rol por web

El clerigo no resulto presa facil y dio un sonoro mazazo en el casco al que le atacaba , mientras que el picaro con sus mortales dagas le acompañaba, provocando serias heridas de gravedad en el unico contendiente que amenazaba a Gabriel el clerigo (15 daño del clerigo sou falla )

El paladin sinembargo con dos habia hecho mas daño el solo que los otros dos juntos ( 22 de daño), una estocada defensa digna de un buen reves que no solo se manejaba en que no le dieran sino en impactar el 

Las particulas rutilantes de la maga no solo tuvieron efecto , sino que cegaron a uno de ellos de tal manera que lo tenia mucho mas dificil para impactar en su ataque. Pero aun asi el ataque fue tan demoledor que los heroes salieron muy maleheridos 

El Encapuchado rojo sigue agitando sus cuchillos

"Uy que miedito ¡Los paladines deberian de ser buenecitos!"

Y si, agita sus cuchillos como el que agita un plumero. Da hasta pena verle como hace... lo que sea que está haciendo. En algun momento juraríais que está intentando PEINAR al blackguard. No, no es ninguna expresión, es lo que parece. El Encapuchado Rojo iba para pícaro pero se quedó en ser el barbero de Sevilla.

Aquellos paladines oscuros habían aguantado estoicamente el hechizo para nublar sus sentidos que le había lanzado la transmutadora del grupo.

- ¡Maldición! Se me olvidaba que los paladines tienen bastante fuerza de voluntad... Quién si no tendría el valor de servir a un dios y hacer tantos sacrificios y... - Acalló sus palabras cuando recordó que tenía a un paladín entre sus las filas de su grupo.

No era buena en combate y siempre había demostrado su valía en el campo de batalla apoyando a sus compañeros y controlando el entorno desde la distancia. La maga dió un pasito atrás y sacó de su saquillo de componentes que llevaba atado a la cintura una pizca de azufre, limaduras de hierro, entre otras cosas. Se concentró y lanzó al aire dichos componentes, mientras soltaba su hechizo.

- ¡Faiyaaaa Buresssstaaaa! - Gritó a los cuatro vientos.

De pronto, detrás del paladín que se enfrentaba al encapuchado apareció una bola flamígera de pequeño tamaño pero cuyo calor podría abrasar incluso a un paladín.
 

Al ver el daño propinado a Yenros Gabriel sabía que no aguantaría otro ataque tan masivo como ese. No le queda otra opción que dar un paso pequeño hacia atrás, y moverse a un punto que le permita quedar diagonal al paladin, de esta manera podría tocarlo sin arriesgarse a recibir un ataque de los oponentes y quedaría más cerca de este para auxiliarlo. 

Con la esfera de fuego en el enemigo del Encapuchado este recibiría daño y podríamos alargar más esta batalla.

De esta manera Gabriel se coloca en una posición algo riesgosa pero tenía confianza en que Yenros respondería a esta ayuda de manera de forma honorable y no dejaría caer a sus amigos.

Caelestis remedii fueron sus palabras para cerrar las heridas de su compañero.

Vamos amigo, hoy ninguno de nosotros caerá ante el mal...

Cuando levante mi arma para realizar mi ataque el otro paladín aprovechó para asestarme dos golpes, que me hacen sangrar por el costado, su compañero tras recibir mi golpe me replica con otro haciendo que casi pierda las fuerzas... Y mi visión se nuble por un momento. Aprieto los dientes y recupero mi postura de combate mientras veo como Gabriel intenta llegar hasta mi al ver mis heridas, pero la amenaza del tercer paladín se lo impide.

- Malditos seáis... ¡Malditos seáis!

Grito con impotencia cuando lanzo otra serie de ataques llevado por la impotencia y la rabia. Mi golpe golpea el hombro del paladín cerca de la base del cuello, destrozando armadura, huesos y carne como si fuera de papel.

Por la gracia divina, o por la suerte que le encomendo al paladin algun dios, resulto que su ataque acabo por milagro por los pelos con uno de los paladines (tenia 60 de vida y hace de daño 60 en suma total) . Por lo que queda solo un paladin contra el que el servidor de su dios debe combatir)

Pero eso no fue suficiente porque , el otro paladin en venganza , le propino un golper que a falta de sneak tenia castigar el bien lo que le hizo caer 

El clerigo sinembargo con menos defensa esquivo los dos golpes y pero pronto vendria el otro , ahoracon una baja en cada equipo eran 3 contra 2 

El Encapuchado Rojo ve como Yenros ha caido. El sigue peleando al lado del clérigo.

Nota que algo está peleando por salir en su interior. Un Alter-Ego más valiente, más digno, más capaz y que sería mejor dejarle el combate a él.
Pero el muy imbécil insiste en no dejar salir a la mejor parte de él

"¡Que miedito'h brother! ¡Si el capi s'ha caío! ¿Que será de mi? ¿Y del resto, y de mi?"

Más por suerte que por otra cosa, una de las dagas se clava en un costado del Blackguard que queda, mientras al lado de él, si pudierais verlo, el espíritu "guardian" del Encapuchado está que muerde, y le maldice en arameo, infracomún y hasta en melnibonés.

Viendo que el paladín había caído, frente a los paladines oscuros, había que hacer algo para equilibrar la balanza de poder, pues Yenros era el guerrero más fuerte del grupo. Su pérdida en el combate les pondría en una mala posición, más aún cuando el encapuchado rojo sacaba a relucir aquel acento extraño. Siempre que hablaba de aquella forma, John era más mediocre en la lucha, así que la maga trató de hacerle que sacara su otra personalidad, la más combativa, pues era lo que necesitaban en aquel instante.

- ¡Vamos, John, déjate de pamplinas y ponte a luchar! ¡Esto os ayudará! ¡Pawwwwaaaaaa appppp! - Gritó, lanzando un sortilegio que aumentó sus sentidos y velocidad y así tener más éxito en el combate.

A su vez, realizó una gesticulación con su mano libre, para hacer que la esfera flamígera girase en dirección a otro paladín, para dañerle todo lo posible. Tenían que conseguir salir vivos de allí, fuera como fuera. Pero la presencia de aquellos paladines oscuros no se lo haría fácil al grupo.

El Encapuchado negrose abre para recibir la magia... y algo más entra y toma el control

"Hola gentes ¿Me echabais de menos?" dice con su feroz acento de antes, el que es tan familiar a los veteranos. Y haciendo un simple gesto de muñeca, usa la daga roja de hierro para hacer una herida MUY FEA en los riñones del guardia negro contra el que está peleando junto con Gabriel.

Hasta se permite un momento de vanidad

"Genial idea la tuya, Aerith, como siempre. Realmente necesitaba un empujoncito para entrar en acción ¡El muy negro de John se está resistiendo de puro miedo!"

Gabriel ve como Yenros cae, pensó en un momento en ir a curarlo pero eso dejaría a Aerith y al Encapuchado muy descubiertos.

Lo mejor que podía hacer era seguir peleando

En el nombre de Pelor, cae!!!

Pero sus ataques fueron inefectivos, pronto seguramente también moriría.

Tras realizar mi letal ataque que partió al caballero negro por la mitad sonreí brevemente antes de notar como el filo de la espada de mi otro oponente asomaba por mi vientre, tras retirar su espada caigo de rodillas e intento decir algo al grupo. Sed fuertes, su oscuridad no es mayor que vuestra luz. Pero mis palabras se ahogan en sangre, y el suelo se acerca con rapidez.

Intento mantener la consciencia pero el mundo ennegrece a mi alrededor y caigo en un sopor del que posiblemente no me despierte... Yassa... Thera... os he... fallado.

MALDICION !!!!estos cabrones, son mas duros de lo que pensabamos (Palabras impropias son lanzadas por estos paladines , que os hace sospechar que no son paladines, una tiradilla de saber revelaria que son blackguards , esos paladines version malvada de que aparecen en la guia del DM

A lo que continua el segundo , que esta herido de gravedad. NO me dejes aqui solo, cobarde  !!!! (El primero que tiene via libre aprovecha ello y escapa El primero se va dar la vuelta , pero pega un respingo, cuando la daga se el encapuchado se clava, y cae al suelo con ella en la espalda y una sonrisa malevola encapuchado rogelio Fin del combate

Cada uno de los tres Blackguards tiene una cartera que contiene 50 mo y un pequeño medallón. Los medallones son tabú en la mayor parte de Tirnacel, siendo ampliamente reconocidos como emblemas del demonio, pero las Pj podrían venderlos a un diabolista por casi 800 mo cada uno. Tras el sorpresivo asalto estais intensamente curiosos después del ataque. ¿Los agentes de las fuerzas oscuras capturaron o mataron a los paladines que vivían aquí? ¿Por qué los Blackguard les preguntaban sobre la Tumba de Tirna'gael? ¿Cuáles son los planes del Baatezu?
 

El encapuchado deja caer las valiosas dagas encantadas, y corre hacia el derrumbado Yenros

"Por piedad, compañero. Aguanta" dice "Tienes que resistir, amigo mio. Resiste por este mundo, por Bahamut, por el Doctor y por todo lo que es justo" dice sin volver a ser el cobarde que era, y combatiendo con la conciencia que está intentando regresar.

Mira al clérigo. Si no tienen ninguna posibilidad de curarse, entonces saca rápidamente una poción de curar heridas leves, y se la hace beber con delicadeza, con cuidado de que no se ahogue.

"Vamos, capitán ¿De que sirve tanta piedad, y seguir a la orden del Dragón si no puedes resistir unos cortes de nada? ¡Arriba, soldado!"

El último de aquellos paladines impostores salió huyendo, presa del pánico al ver como el grupo había conseguido acabar con sus otros dos compañeros.

- Dejadlo ir. En su estado no podrá presentar batalla, al menos contra nosotros. Que lo intente. - Pronunció alzando el puño cerrado, bastante envalentonada, la maga del grupo.

Tras aquello, volvió la mirada para ver como Yenros yacía en el frío suelo de la sala. Por fortuna para el, el encapuchado rojo ya estaba sosteniéndole la cabeza para darle un poco de poción para curar sus heridas, al menos para estabilizarlo. Seguramente, si abría los ojos, el clérigo haría el resto o incluso el propio paladín, el cual también tenía poderes de sanación, otorgados por su deidad, fuera la que fuera.

- Vamos, Grabriel. Échale una mano y cura sus heridas. El pobre Yenros se ha llevado la peor parte de la contienda. Le necesitamos en plena forma para seguir explorando este lugar. - Anunció.

Gabriel tarda un poco en salir de su confusión pero las palabras de Aerith terminan de sacarlo de su estado cuando pide apoyo para Yenros, vio como el Encapuchado rápidamente le daba una poción en el suelo, algo que no solía ser más efectivo que un conjuro pero que sin duda hacía su trabajo. Guardando su maza se acerca hasta el paladin en el suelo y se arrodilla, Amigo permiteme hacer mi trabajo dice al Encapuchado dando a entender que necesitaba espacio.

Una vez con espacio disponible dice al paladin quien empezaba a recuperar el conocimiento, Amigo mio esto se trata de cubrirnos los unos a los otros y no tu cubrirnos a todos... y sin más empezó a realizar sus rezos para curar completamente al herido amigo, apoyando en primera instancia sus manos en la enorme herida que lo hizo caer y luego dirigiendose a las de menor tamaño.

Ya estas bien? Pregunto al realizar sus curaciones.

Me recupero sobresaltado de mi estupor y me encuentro en los bracos de... ¿encapuchado? Mi mirada se torna confusión y sorpresa cuando escucho gritar a Aerith y la llegada de Gabriel, tras sus plegarias me recompongo por completo de mis heridas y me apoyo en mi espada para recuperar la verticalidad.

- Estoy bien Gabriel, os debo la vida, os la debo a ambos. Digo esto ultimo mirando al encapuchado. Lo recordare amigo mio, no esperaba que fueran tan fuertes, eran agentes del caos eso seguro. Recupero un poco la compostura, mis heridas curadas en la totalidad me permiten moverme de nuevo sin problemas, pero he de recuperarme de mi perdida de conocimiento. 

- Este es un bastión del bien, o lo era, debemos llegar hasta el fondo de este asunto... Os pido vuestra colaboración amigos, yo solo he demostrado no ser suficiente para desentrañar este misterio. Miro al encapuchado una ultima vez. Os habéis ganado mi respeto, no os deis prisa por perderlo. Termino sonriendo de medio lado y envaino mi espada a mi espalda, los cuerpos de los caballeros negros yacen en el suelo, pero miro a mi alrededor intentando orientarme para encontrar sus estancias... O la de los paladines que una vez habitaron este lugar.

El Encapuchado Rojo se alivia al ver que el compañero está bien, con buena salud y en forma

"No es para tanto, Capitán. Sin vuestro esfuerzo y sacrificio, ahora los cuatro seríamos meras almas esperando el juicio de Wee Jas" dice con una sabiduría que no corresponde a quien ha estado siendo hasta ahora "Pero mucho me temo que en breve, no podré acompañaros, y este cuerpo volverá a ser llevado por ese bribón inútil, bueno para nada de Jo..."

Dicho y hecho. La expresión cobarde y asustadiza vuelve a los ojos del Encapuchado Rojo

"¡Que miedito! ¿Siguen aquí los malos malitos? ¡Que miedito!" Aunque al ver que están en el suelo, el encapuchado pone los brazos en jarras, en una pose heróica y victoriosa; como si él hubiera sido el héroe de la batalla.

Os poneis a revisar la mansion a ver si hay mas pistas o restos de malvados que expliquen que ha pasado en este templo del bien, asi que repasais por donde habeis entrado

1. Vestíbulo: Los heroes se condujeron a través de esta gran entrada en silencio a la sala de estar antes de la entrevista. Simplemente está adornado con tres grandes espejos flanqueados por exuberantes cortinas rojas y una sola silla para el portero ausente.

2. Comedor: Este comedor ha sido descuidado durante décadas. Su mobiliario más destacado es una inmensa mesa de madera pesada, con capacidad para cuarenta. Una fina capa de polvo cubre todo en la habitación. Aquí es donde la Orden de Garadon una vez cenó todas las noches al atardecer. La habitación está cubierta con una gruesa capa de polvo

3. Sala de estar: Esta sala de estar es amplia y ventilada, y cuenta con una gran chimenea que se ha utilizado recientemente. La luz se filtra a través de dos ventanas altas, proyectando sombras en ángulos extraños. Varias sillas acolchadas están situadas en una disposición abierta alrededor del perímetro. Una gran alfombra de áreas de tonos rojos y negros cubre la mayor parte del piso de madera. Esta es la sala donde tuvo lugar la entrevista.

4. Estudio: Esta habitación contiene una gran mesa de investigación con un asiento sólido sin relleno. Los libros hablande  pasajes sobre los reinos infernales, el baatezu y el contacto entre los planos materiales y no materiales.
Hay siete libros en total, que tratan temas obviamente malvados. Cada libro está bien investigado y vale aproximadamente 150 piezas de oro. Un diabolista pagaría tres veces esa cantidad. Leer la serie completa concede un bonificador de competencia de +3 a las comprobaciones de habilidades de Conocimiento (los planos), pero la escritura infernal y loca en muchos pasajes que significa que el lector debe realizar una salvación de Voluntad exitosa (CD 15) o perder el daño de Sabiduría permanente.

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El encapuchado, siendo un pícaro como és, se apresta a descolgar los espejos "Esto va a valer una buena pasta" piensa. Las cortinas serán su siguiente objetivo, pero entonces recibe una colleja ¡DESDE DENTRO DE SI!

"Au... ay.... si... eso mismo si..."

Primero toca los espejos usando el poder de su Mano de Mago, por si tienen trampas, que se disparen cuando él está a 30 pies. Y luego de eso, va a mirarlos, por si tienen algún tipo de mecanismo, si ocultan puertas secretas o algo.

"Jo, me pegan ho'tias los clerigoh, los paladineh... toooo' el mundo" masculla

2.- Antes de entrar en el comedor, el encapuchado se lleva otra colleja "Interna": Va a revisar el polvo en el suelo: Si hay algo para lo que sirve, es para mostrar huellas.
El encapuchado mirará si hay algun tipo de huella en la sala, o si nadie ha entrado en años.
Si nuestros enemigos no han prestado atención a esta sala, en años, dificilmente tendrá algo que nos interese ahora.

3.- En la sala de la hoguera, el encapuchado mira rapidamente los restos de ceniza, con cuidado de buscar si hay restos de algun mensaje, o que hayan quemado algo aparte de simple leña o carbón para calentarse.
Respecto a las pintorescas sombras, recuerda tantas historias de "La sombra indica el lugar.
Intenta un calculo a grosso modo de si es posible que en algún momento dos sombras se cruzasen.
Tambien compruena que las sillas acolchadas no escondan algo en su interior

4.- Antes de entrar en el escritorio del diabolista, el encapuchado lo tiene claro: Es hora de ganarse el pan: Sacará el palo colapsable de 10 pies y la cantiplora: Primero echará agua en el suelo (Si hay una cavidad, un pasaje o una trampa, el agua caerá en el interior en lugar de hacer un charco)
y no pisará una baldosa que no haya golpeado antes con la pértiga, y descorrerá todas las cortinas antes de pasar frente a ellas.
Finalmente, encenderá una vela y deslizará el candil cerca de las paredes: Si la llama se agita por alguna corriente de viento al acercarlo a una pared, entonces sin duda es que hay un pasadizo detrás.

En definitiva, es qui donde hace una busqueda MUY exaustiva de trampas, escondites, puertas ocultas y tesoros.