Partida Rol por web

EL ULTIMATUM

La aventura comienza en cualquier aldea,  o ciudad. Synastarax toma al pueblo como rehén, le importa poco el momento. La aventura comienza al final de la anterior mientras los PJ descansan duermen en su base de operaciones. De todos modos, cuando estabais comodos , descansando ocurre lo siguiente:

Las cosas se están calmadas por aquí. Anhelas la relajación, solo un breve respiro antes del próxima aventura o emergencia amenazadora. Naturalmente, los dioses no podían dejar pasar esa oportunidad, y varios truenos repentinamente se rompieron en el exterior. Y luego hay una voz. Reverbera por todas partes y el edificio tiembla por el impacto. Amenaza con colapsar con poder absoluto. Alguien brama: "Necesito un servicio, y hasta que algunos entre vosotros lo cumpla, este pueblo me pertenece. Los más capaces deben reunirse en una hora para esperar ... instrucciones. Si no estoy satisfecha con su prontitud ... destruire este pueblucho ". Estirando tus cuellos hacia la ventana, ves un enorme dragón azul flotando sobre la aldea, un rayo de luz resplandece de su fauces

Synastarax(Que asi se llama la dragona) elije la plaza mayor del pueblo, para encontrarse fácilmente con los candidatos. Ella es seria en su amenaza, y si las PJ se entretienen; destruye uno o dos edificios (vacíos, intimida a los plebeyos, no provoca una cacería de dragones), hasta que consienten. Vosotros no sois los único candidatos. El objetivo de la dragona es simple desea que los candidatos recuperen un libro de la guarida de un dragón muerto, Ysar'n Drax, una tarea que incluso las heroes más bravos deberían estremecerse. Tienen cinco días.

       - Vaya, vaya!  Han escuchado eso ... creo que no debemos perder mucho tiempo y acercar nos a escuchar lo que diga ese dragón ... para no poner en riesgo al pueblo! -     Le dijo a los miembros del nuevo grupo conformado con los aventureros que había contactado la paladín en dos ocasiones distintas, quienes ahora ya se iban conociendo, mientras que espero su reacción Samara comenzó a preparar sus armas y montura para salir a encontrar se en la plaza con la impresionante criatura y antes de llegar con el bello Synastarax les dijo al resto:

       - Creo que sería buena idea ponernos de acuerdo acerca de como lo trataremos ... porque me parece que no será fácil derrotar le ... menos sin heridos en este lugar -   La paladina le sonrió al resto mientras que espero su respuesta 

El Clérigo despertó de su sueño sobresaltado por tal estruendo que resonaba por toda la ciudad. Al cobrar un poco más de conciencia de lo que estaba escuchando, fue cuando su instinto le mando alzarse y ponerse todo su equipo lo más rápido que pudo, pero siempre con la máxima atención que él dedicaba a esa tarea, ya que en el pasado tuvo una mala experiencia con su armadura, que aún le está esperando en el fondo del mar.

Tras esas tareas el clérigo intento encontrar a todos sus compañeros para avisarles de lo que estaba sucediendo, aunque también pensó que era bastante posible que ellos ya estuvieran enterados, menudo escandalo estaba dando quien fuera el que estuviera dando esas ordenes, de repente al pasar frente a una cristalera, tus ojos se salen de sus orbitas, ves como al fondo en la plaza mayor hay un dragón azul. No puedes dejar de pensar que algo está atrayendo a los dragones, no era posible que en tan poco tiempo tuvieras dos experiencias con dragones, “Eso no es muy normal ¿verdad?” te preguntas a ti mismo.

Ahora más nervioso aun, sales corriendo y te cruzas de bruces con los demás compañeros que estaban al final del corredor cruzando el pasillo, y Samara propone ponernos todos de acuerdo para ver cómo tratar con el dragón.

Chic@s, yo voto que deberíamos ir a ver lo más rápido posible lo que quiere, si hubiera querido hacer el mal ya habría acabado con gente de la ciudad y no se ha escuchado aún ningún estruendo, solo sus peticiones.

Mientras descandaba placidamente, un poderos trueno turbó mi descanso. Sin embargo, lo peor estaba por venir, pues surcando el cielo se podía ver a una poderosa dragona capaz de convertir el pueblo entero en un cráter humeante.

Maldita sea han visto el tamaño de esa cosa, si lo que busca es pleito, yo me largo. - digo con total sinceridad.

Ya había visto dragones antes, incluso había ayudado a matar a uno en Cormyr, pero esta cosa era muy diferente, pues estaba seguro de que bastaría un sólo hálito de su aliento para dejar mi cuerpo convertido en un montón de cenizas humeantes.

Cuando el clérigo propuso acceder a la petición del dragón, lo miro un poco dubitativo, pero al final terminé por ceder, pues tenía en claro que si no concurría, terminaría totalmente fastidiado conmigo mismo, por permitir que una lagartija gigante se interpusiera en mi constante búsqueda de conocimiento.

Cuando escuché el requerimiento de la dragona, decidí que tenía que echarle el guante a ese libro y acceder a sus secretos, claro está que se lo entregaría a la dragona, pero no sin antes sacarle una copia.

- ¡¿Pero que ezzz todo ezzzte alboroto?! ¡¿Ezzz que uno no puede dormir plázzzidamente en zzzu cama, como un buen gigante?! ¡Abrázzze vizzzto peorezzz modalezzz...! - Se enfureció el kobold al ser despertado por todo aquel ruido.

Al asomarse a la ventana, Waldo fue testigo del origen de todo aquello. Una dragona enorme , no de las pequeñas, requería voluntarios para llevar a cabo alguna tarea. Visto que los kobolds eran una estirpe proveniente de dragones, o al menos tenían algún nexo común o todos eran reptiles, al fin y al cabo, al pequeño de escamas azuladas no le daba miedo ni mucho menos la dragona. Así, se vistió y comió algo deprisa, mientras recogía su martillo encantado, koboldnir, y llamaba a la puerta de sus camaradas, para que se preparasen.

- ¡Vamozzz camaradazzz, tenemozzz trabajo que hacer! ¡Ya habéizzz oído a ezzza dragona! ¡Iremozzz a hablar con ella! ¡Rápido! - Dió premura para que salieran de sus alcobas e ir juntos a la plaza.

Una vez todos medio convencidos, se dirigieron a la plaza, lugar donde Waldo se adelantó al grupo y se acercó a la enorme dragona para hablarle.

- ¡Buenozzz díazzz, Zzzzynazzztarax! ¡Yo zzzoy Waldo Geraldo Jr., azzzote de lozzz zzzíclopezzz y carpintero de profezzzión! ¡Hablo en nombre de La venganzzza de Runah, el grupo mázzz valerozzzo de la comarca! ¡Mizzz amigozzz y yo hemozzz oído tuzzz palabrazzz y aunque no me guzzzta que me dezzzpierten de zzzopetón, accederemozzz a ayudarte, pero con condizzziones! - Dijo el pequeño kobold a la enorme dragona, a quien tenía por su igual. - ¡Primero tendrázzz que dejar el pueblo como ezzztá, no lo dezzztruyazzz! ¡Zzzzegundo, zzzi con todo lo grande que erezzz ezzztázzz aquí buzzzcando ayuda de gente mázzz pequeña, zzzerá porque nozzz nezzzezzziazzz de verdad! ¡Azzzí que me guzzztaría rezzzibir un pago como recompenzzza, cuando acabemozzz la tarea! ¡Me parezzze que ezzz un trato mázzz que justo! ¡Aceptamozzz monedazzz de oro, que zzzabemozzz que lozzz dragonezzz tenéizzz mucho oro, pero también nozzz zzzerviría algún artilugio mágico o ezzzcamas de cuando mudazzz la piel! ¡Son durazzz y nozzz vendrían bien para hazzzer armadurazzz! ¡¿Qué dicezzz, Zzzzynazzztarax?! - Preguntó al fin el kobold.

Cuando aquella enorme masa de escamas, músculos y mal genio llegó al pueblo, Frida Drachenfels se hallaba dormitando meditando sobre la reciente aventura que había vivido con sus compañeros. Habían conseguido derrotar al temible dragón Auzuspear, que había estado aterrorizando la ciudad en la que ellos trabajaban de guardias. Bueno, derrotar… Al verse descubierto, el dragón había decidido irse él solito a buscar otro coto de caza con mejores escondites, pero el resultado era el mismo: la ciudad se había librado de una importante amenaza.

Claro, que la victoria no había sido gratis. Poco antes de acabar la misión, su mejor amiga Zaorla fue trasladada a otro grupo de guardianes y cuando por fin todo terminó, su segunda mejor amiga Egres y el bueno de Li Xiao decidieron irse también. Para que el grupo no se quedara muy escaso les habían mandado a otros dos compañeros, pero como apenas les conocía, la joven nigromante aún no tenía formada una opinión muy sólida sobre ellos.

Pero todos esos pensamientos se vieron interrumpido con la estruendosa llegada de aquella enorme dragona que empezó a hacer exigencias como si fuera la reina del lugar. Llena de curiosidad, Frida se asomó a ver cómo era aquella criatura. Y al verla no pudo evitar dar un gritito de sorpresa.

  -¡Dios mío! ¡Es enorme de grande! Si nos enfrentáramos a esa cosa nos tragaría de través, ¡Auzuspear era una mosquita comparado con ese mastodonte!

Pero lo peor no era eso. Lo peor era que su increíble tamaño y terrible presencia hacían la amenaza de destrucción de la ciudad más que creíble. Tenían que ir a hablar con esa criatura antes de que fuera demasiado tarde.

 -No deberíamos ir. –la nigromante contestó a las palabras del clérigo- ¡Debemos ir a ofrecernos voluntarios para ese trabajo a la de ya, antes de que cumpla sus amenazas! Somos guardianes, tenemos que proteger la ciudad. Aunque implique ponernos al servicio de quien amenaza con destruirla.

Todos parecían estar de acuerdo en ir a entrevistarse con la dragona, así que, sin más demora, emprendieron el camino para entrevistarse con aquella criatura. Poco antes de llegar, Lady Samara preguntó cómo deberían enfocar el asunto.

 -Yo creo que si a Auzuspear le tratamos como si fuera el emperador del mundo –Frida procuró hablar en voz baja para que la dragona no la escuchara- a ésta hay que tratarla como si fuera nuestra diosa. Respeto, alabanzas, halagos… Esas cosas que tanto les gustan a los de su especie. Si ve que hemos llegado rápido y que tenemos buena disposición, probablemente espere con paciencia a que le traigamos lo que quiere.

Pero antes de poder designar un portavoz o terminar de pulir la estrategia, el kobold que les acompañaba fue derecho a hablar con la dragona. ¡Y vaya cosas exigía! ¡Que les iba a machacar como la faltaran al respeto!  ¿Es que la gente no leía libros sobre dragones? ¡Que o sienten que tienen el control absoluto o lo destruyen todo a su paso! Con un poco de suerte el kobold con su lengua de serpiente (aunque cierto era que no daba ninguna grima) le cayera en gracia a Synastarax, ya que era reptil como ella.

Sin embargo la nigromante no quería perder a uno de sus nuevos compañeros tan rápido, así que fue a paso ligero al lado del kobold para ayudarle con el discurso. Tras hacer una educada reverencia delante de la inmensa dragona, Frida comenzó:

 -¡Loada sea la gran Emperatriz de todos los Dragones! ¡La majestuosa y atemorizante Synastrax, cuyo nombre es susurrado con temor y respeto por toda criatura viviente! No somos dignos de estar frente a frente con semejante diosa de los cielos.

Frida se esforzó en sonar todo lo sincera que pudo. Ofender a un dragón significaba morir.

 -En cuanto a lo que mi compañero ha querido decir, oh grandiosa y maravillosa Synatarax, es que sería un gran honor para nosotros ser tus adalides en esta misión. Si respetas nuestro pueblo, cumpliremos tu voluntad sea cual sea.

Os encontrais ante una critura formidable con poderes masivos. Sus escamas, que seguramente podrían desviar a un ataque de un santo vengador, o el tamaño de sus garras, lo suficientemente afiladas como para ser armas vorpales. Puede volar. Casi todos los demás seres son insignificantes en comparación, y mucho mas el kobold . Tienes un tesoro, suficiente para comprar un reino. Tiene magia, respira relámpago, y es viejo ... lo suficientemente viejo como para tener un vasto depósito de conocimiento. El manda; pues su arrogancia no es un ideal ... es una forma de vida.

Y así es exactamente como habla Synastarax. Cuando Waldo comienzan a tratarle de igual a igual, o como otro contratante mas, su sola mirada hacia el hace que hiele la sangre. Los dragones no tienen que demostrarse a sí mismos a nadie. 

Cualquier movimiento que elimine el respeto por el dragón debe considerarse cuidadosamente ...Asi que con despecho, lanza un rayo de su boca al pequeño reptil kobold  le dice   Vuestra recompensa sera que os deje vivir un dia mas  ¡Bienvenido al mundo de los dragones, lagartija ! Y estalle la tierra cerca del desafiante, emitiendo la advertencia , de que el que no le obedezca sufrira tremendos horrores y morirá

También advierte,  que si intentan saltarla (es decir, acordar y luego huir) ella destruirá la aldea, teniendo exactamente el mismo tiempo para matarles, que le costó encontrarles. Y esto no parece que sea un farol.  Tambien os dice que

-Os vere en cinco días ... justo aquí.

¿En serio Waldo? Tienes las agallas un gigantepero elmsentido común de un troll. - pienso mientras veo como la dragona castiga al valeroso kobold.

Rápidamente me apresuro a asistir al insensato, al tiempo de que le hago una señal para que guarde silencio, para luego girarme hacia la dragona haciendo una reverencia.

Aquí estaremos mi señora, listos para cumplir sus designios a cabalidad. - luego me giro hacia el kobold y lo saco de allí antes de que vuelva a incordiar a la dragona.

        - Por favor disculpe gloriosa señora de los dragones por la falta de juicio de nuestro camarada ... quien es valiente como pocos, pero estúpido como una gran mayoría ... será un honor para nosotros cumplir su tarea, pero para ello nos sería de gran utilidad si nos pudiese ayudar con toda la información que posea acerca del libro, la guarida y el dragón muerto Ysar'n Drax ... para poder conseguir lo que nos requiere ... poniendo mi propio honor como garantía! -    Respondió la paladina con mucho mayor tacto, diplomacia y seguridad que su camarada, tratando de recuperar un poco de respeto y confianza de la criatura, si eso era posible en ese momento 

El clérigo que iba rezagado de sus compañeros vio como Waldo estaba hablando con el dragón, no debió de gustarle mucho lo que le dijo ya que su reacción fue muy directa y sin titubeos, era un dragón y como tal iban a tener que tratarlo con sumo cuidado.

Cuando por fin estuve al lado de mis compañeros me dirigí a ayudar a Valinor con Waldo ya que se veía que el ataque del dragón casi acaba con el Kobold

Yo me encargo Valinor Le comento a mi compañero para que sepa que está en buenas manos.

Waldo estas bien?, déjame que les eche un vistazo a tus heridas Intento ver que el Kobold aún está consciente y que no tiene una herida que sea mortal.

- Cof, cof, cof... Waldo ezzztá bien, cof, cof... Pero ezzza dragona tiene malazzz pulgazzz. - Dijo, sacudiéndose el polvo de encima.

La llamarada que lanzó aque enorme ser por poco lo hace fosfatina. Era algo con lo que no contaba, pues entendía que un ser reptiliano como era debía llevarse bien con el, aunque fuera un gigante, pues ambos provenían de un ancestro común, a todas luces.

Con todo, dejó pasar el incidente porque luchar con tal bestia mágica no entrañaba nada bueno, solo peligro. Acabaría hecho una brocheta de kobold de tratar de combatir con semejante pieza. Así, el pequeño kobold de escamas celestes se retiró un tanto y aprovechó para contestar a su camarada, quien se preocupaba por su estado.

- Waldo ezzztá bien, noble Leiden. Zzzzobreviviré. Me he vizzzto en otrazzz peorezzz. - Comentó a regañadientes a su camarada de armas.

No hacía mucho que Valinor y Waldo, únicos pertenecientes al viejo grupo de La Venganza de Ruhnan, habían elegido la compañía de Frida, Lady Samara y Leiden, como nuevos miembros del equipo de valerosos héroes. Ya casi no se acordaba de lo sucedido al resto de integrantes del grupo, los cuales decidieron dejar de lado el equipo por puro aburrimiento, más que otra cosa.

La joven nigromante dio un salto y un agudo grito cuando aquel rayo de aliento cayó tan cerca de Waldo. Tal fue la impresión que se llevó, que no pudo pronunciar palabra alguna mientras se alejaba de la imponente dragona. Menos mal que sus compañeros acudieron prestos a ayudar al pobre Waldo y a cerrar el trato con Synastarax con buenas palabras.

Cuando el peligro inminente pasó y las heridas del kobold estuvieron atendidas por Leiden, entonces Frida Drachenfels cayó de rodillas suspirando hondamente.

 -Madre mía…

El susto que se había llevado se le iba a quedar en el cuerpo durante días. Que hablando de días, cinco eran los que la dragona les había dado, ¿no? ¿Cuánto iban a tardar en llegar al lugar donde tenían que ir?

 -No es por nada, pero teniendo en cuenta que sólo tenemos cinco días, quizás deberíamos ir yendo a por provisiones y monturas para ponernos en marcha cuanto antes. –la joven se levantó del suelo y se acercó al kobold- Waldo, ¿crees que estarás lo bastante fuerte como para salir de viaje en menos de una hora? Si no, deberías dejar que Leiden y Lady Samara se hagan cargo de tus heridas.

Descuida lo he visto sobrevivir a cosas peores, estaremos listos para partir en una hora, la pregunta es: ¿Tenemos al menos un mapa de la localización de la cueva del dragón que mencionó Synastarax? ¿O nos toca ir preguntando? - pregunto mientras Waldo termina de incorporarse.

¿Alguien necesita ayuda con los preparativos o cada quien se encargará de organizar su propia logística? - le pregunto a mis nuevos compañeros de armas.

Cinco días, no parece mucho, quizá deba comprar un pergamino de teletransportación. - pienso mientras mi mente trabaja en una solución creativa para el presente problema.

El destino se puede encontrar en un lugar remoto con 30 millas de la aldea y donde se supone hay una caverna allí. Los "Shroudlands" es el nombre dado a la región cercana a la guarida de Ysarh Drax. Algunos lugareños se consideraban a sí mismos "debajo del sudario del dragón" mientras él estaba allí, por lo que el nombre permaneció. Dondequiera que esté la caverna, las Shroudlands son territorio peligroso. Mientras Drax vivía, el mal temía su ira ... hasta que se volvió loco. En ese punto, todos los seres lo temían. Pero, después de 600 años, las tierras vacías atraen a los inmigrantes y ahora las Shroudlands albergan casi todo. No hay camino  directo que lleve a la guarida de Drax. Pocos han viajado allí en los últimos 600 años. Los cuales nunca volvieron. El desierto en la zona está cubierto de maleza, y pantanos  traicioneros. La caminata requiere dos días (aproximadamente) de viaje, dejando solo un día para buscar el tomo. Pasais algún tiempo buscando mapas, guías o una autoridad local que conozca un poco sobre el terreno.

Mientras nos preparabamos para el viaje empecé a reunir información sobre Ysarh Drax, llegando a la conclusión que se trataba de un dragón metálico, muy probablemente uno de bronce o de cobre bastante antiguo el cual probablemente haya optado por convertirse en guardián luego de su partida, en cuyo caso, era altamente probable que pudieramos encontrar alguna señal física de su paso por la zona.

Pero si Ysarh Drax había optado por simplemente partir de este mundo, lo más probable era que hubiera consumido la mayor parte de su tesoro y se hubiera ido a morir a a algún cementrio de dragones cercano, en cuyo caso, ubicar su guarida sería una verdadera odisea.

Fuera como fuer, detestaba la idea de tomar parte del tesoro de quien en vida había sido un verdadero azote del mal para entregarlo a quien sin lugar a dudas era su enemiga jurada, pues, la vida y costumbres de los dragones no guardaban muchos secretos para los arcanistas.

Mientras cabalgabamos en busca del antiguo refugio del noble dragón, rogaba a los cielos poder encontrar una forma de poder mantener las garras de Synastarax, lejos del libro de Ysarh Drax.

¿Lo saben cierto? - le pregunto a mis compañeros. - Estamos por saquear la guarida de un dragón de cobre y entregarle uno de sus tesoros más preciados a uno de sus enemigos naturales, una jodida dragona azul.

No me siento nada bien con esto. - añado con bastante pesar en mi voz.

- Mizzz pobrezzz piernitazzz... - Iba murmurando el pequeño kobold.

Waldo no había reparado en las distancias a recorrer y de que estas fueran tan largas y extensas. Sus cortas piernas, en comparación con el resto del grupo, le llevaban a tener que realizar un esfuerzo extra para seguir el paso y el ritmo del resto del grupo. Pero el carpintero de escamas azuladas no iba a rendirse tan fácilmente. Después de todo era Waldo Geraldo Jr., azote de los cíclopes y pertenecía al grupo más valeroso que jamás hubiera pisado aquellas tierras: La venganza de Ruhnan. O al menos, aquello era lo que el reptiliano iba pensando en su cabeza, para sacar fuerzas de flaqueza y poder proseguir la árdua marcha por aquellas tierras tan inhóspitas.

Antes de que saliesen en busca de su tarea, habían tratado de recabar información sobre a donde dirigirse, bien preguntando a los lugaremos o buscando mapas, notas o cualquier tipo de información que les pudiera ser de utilidad en la travesía que el grupo al completo emprendía.

Las palabras de Valinor, el más veterano del grupo, junto a él mismo, le sacaron de sus pensamientos y su ostracismo, al tiempo que asentía a las palabras del arcano, sujetándose con una mano la barbilla y con la otra apoyada en el mango de su enorme martillo de carpintería.

- Mmmmmm... ¿Un dragón de cobre? Ezzzpero que zzzea mázzz zzzimpático que la dragona azzzul. Aún huelo a barbacoa dezzzde la última vezzz que hablé con ezzza maleducada... - Realizó el comentario recordando el incidente pasado con la dragona. - Zzzi zzzon enemigozzz naturalezzz, igual podríamozzz hazzzer que zzze peleen entre ellozzz. No zzze, algo zzze nozzz ocurrirá. De todazzz formazzz, zzzi queremozzz zzzalvar a ezzza pobre gente de lazzz garrazzz de la dragona azzzul, tenemozzz que conzzzeguir realizar el encargo que nozzz hizzzo... - Añadió.

El viaje dio comienzo con un grupo de héroes que se sentían más como arrastrados que como salvadores. Después de todo, por mucho que sus actos fueran por el bien mayor, iban a ayudar a una criatura maligna a conseguir su objetivo.

Valinor fue el primero en romper el silencio en el que habían comenzado el trayecto, expresando en voz alta lo que Frida (al igual que el resto del grupo, probablemente) llevaba rumiando mentalmente un buen rato.

 -Deberíamos pensar que es por una buena causa en el fondo. En el fondo, fondo, ya me entendéis. Después de todo, vamos a salvar un pueblo entero a cambio de un objeto de un dragón ya difunto. Por muy mal que eso esté, es mejor eso a dejar que toda una ciudad sea arrasada, ¿no?

Dragón del que Frida sabía más bien poco, aunque habían estado reuniendo información entre todos para ir lo más preparados posible a la misión, la joven nigromante no sabía a ciencia cierta si lo que habían averiguado era mucho o poco, fiable o falso. Los dragones eran criaturas demasiado complicadas algunas veces… ¡Con lo fáciles de entender que eran siempre los esqueletos! ¿Es que esa dragona no podía pedir un fémur de un guerrero legendario o algo así?

Cuando el kobold se quejó de su dolor de pies, la nigromante se acercó para darle un par de cariñosas palmaditas en la cabeza.

 -Animo Waldo, que antes de que te des cuenta habremos llegado. Claro que si nos encontramos unos establos por el camino tal vez podamos alquilar unos caballos. Eso haría nuestro viaje mucho más rápido y cómodo.

Chic@s para mí tampoco es un plato de buen gusto el tener que hacerle el trabajo a un dragón azul, pero Fridda tiene razón, hay que ver el lado menos malo de la situación, y ese es el de intentar que no destruyan la ciudad. Además, si el dragón ya está muerto tampoco será un trabajo tan complicado ¿no? La pregunta no se la creía ni él, pero tenía que dar un poco de ánimo al grupo. Aunque el dragón estuviera muerto seguro que nos aguardaban aventuras que tendremos que resolver como podamos. Chic@s yo tengo confianza en nosotros mismos seguro que conseguimos lo que nos propone el dragón, ademas esta aventura nos proveerá de mil cosas, desde historias que contar, hasta incluso algo de equipo que no encontraríamos en otro sitio.

           - Muchas gracias dragón!   Nosotros haremos su tarea y regresaremos con su pedido si nos lo describe mas detalladamente y deja intacto este o cualquier otro pueblo ... señor! -    Respondió la paladina semi-elfa con valor y respeto con un pequeño asentimiento bajando su cabeza hasta escuchar la respuesta, antes de alejarse del dragón junto con el resto del grupo y no fue si no hasta estar lo suficiente lejos que escucho sus impresiones y espero que terminaran para meditar su reacción, entonces les dijo:

           - Sin lugar a dudas no me agrada entregar le a una dragona tan poderosa algo que la pueda hacer aun mas ... pero no pienso exponer la vida de los pobladores cercanos por un objeto que desconocemos su naturaleza ... creo que antes de decidir que hacer él primero debemos tener lo, saber exactamente que es y para que sirve y entonces juntos decidir que haremos con él -     respondió con resolución lady Brightblade

Por su belleza y su bondad , la paladina ayudada por frida, preguntaron a las gentes del aquel poblado perdido de la mano de los dioses. Habia pasado mucho tiempo desde que la presencia del dragon estuvo alli , y los que recuerdan algo , fue por que se lo contaron sus abuelosa sus nietos , asi que pregutando a la gente mas mayor , que se encontraron por las calles , sacaron algunas conclusiones que se repetian

DC 10 Ysar'n Drax vivió en esta región hace siglos. Era conocido como el Dragón Loco (si alguna PJ hablara Draconic, ellos saben que Ysar'n Drax significa "dragón loco").
DC 15 Drax no siempre estuvo loco. pero ningún mortal sabe qué lo hizo de esta manera.
DC 20 Ysar'n Drax era un antiguo y poderoso Dragón de Metalico (esta de regalo por la deduccion de Valinor).