Partida Rol por web

Ox parecía a punto de caer tras el ataque de Bronan; pero aún guardaba un último as en la manga. Una lluvia de rocas cae sobre todos nosotros, dejando incapacitadas a karestya y Alumi. Ver a mis compañeras caer me hace hervir la sangre y me lanzo al taque sin miramientos.

-Pagaras por esto Ox!!! 

Mi lanzá fue directa a su corazón intentando atravesarlo completamente.

El golpe de la piedra dejó al Doctor confuso y lo que era peor, a su robot en la últimas. Cuando se repuso y miró a su alrededor descubrió que no había sido mejor para sus compañeros. ¡Nooo! ¡Alumi! ¡Karestya! Gritó al verlas inertes en el suelo.

El bebé movió los mandos y para acercarse a la pata. Sabía que ella no quería usar su dosis porque iba a hacerse con una importante suma de dinero por ella, sin embargo, para el bebé era más importante la vida que el dinero. Esto parecía un poco contradictorio sabiendo que se había forrado con su invento, pero una cosa era ser bueno y otra ser tonto.

El brazo que le quedaba al mecha se movió y sacó una jeringa enorme de un compartimento lateral, a pesar del tamaño, el carpule y la aguja eran minúsculos en comparación, era evidente que la jeringa estaba adaptada para que las enormes manos del robot pudieran manejarla. Un segundo mas tarde la aguja penetró en la amarilla piel de Karestya. 

¡Barako! ¡Yo-yo! Gritó Wickelkind. ¿Alumi ha usado su dosis? Preguntó pensando en hacer lo mismo con ella. 

—¡QUAAAAAAAAAK!—gritó Karestya al sentir como el regénesix hacia efecto.

Sus heridas comenzaron a cerrarse a simple vista mientras la híbrido se retorcía en el suelo. ¿Tendría algún efecto el fármaco en su peculiar biología? ¿O simplemente era la sorpresa al ver como se recuperaba cuando estaba fuera de combate? Quizás el bueno del doctor podría utilizar a su compañera como sujeto de pruebas. Estaba claro que tenía un gusto importante por los dineros, así que con una buena oferta seguro que no decía que no.

Al mismo tiempo que ocurría la milagrosa recuperación, Eddie trepaba a toda velocidad por la irregular pirámide de bloques en cuya cima estaba el minotauro. El sincronizado estaba rabioso y aunque con mucho ímpetu, su ataque fue impreciso. Ox, satisfecho por la reacción que su ataque había tenido, no tuvo problemas en desviar la lanza ardiente con su hacha, provocando que el antiguo agente imperial, se desequilibrara y cayera por la pirámide hasta llegar de nuevo al suelo.

Eddie ataca a Ox y falla. 

Wickelkind podrías hacer lo que dices pero yo invertiría un punto de épica en relanzar una TCOM mala, antes que en poder hacer un Ataque Total :). Voy a suponer que no haces uso del Ataque Total, si cambias de opinión, dímelo antes de tu tirada.

¡Nuevas TCOM chicos!

ESTADO DEL COMBATE
- Ox Asterios - Daño desconocido + 31 - GRAVE.
- Bronan - 31 puntos de daño - GRAVE.
- Eddie 35 puntos de daño - GRAVE.
- Dr. Wickelkind 26 puntos de daño - GRAVE.
- Alumi - 26 puntos de daño - FUERA DE COMBATE
- Mik'Ango 19 puntos de daño - GRAVE.
- Yo-Yo - 14 puntos de daño - GRAVE.

Ver como la piloto se recuperaba alivió a Wickelkind, aunque no completamente, pues la pequeña Alumi seguía en el suelo.

El doctor miró a Ox fijamente, tenían que acabar con él cuanto antes, respiró profundo y pensó en que quizás era el momento. Lagrimas comenzaron a brotar por sus ojos, sin embargo, no era como estaban acostumbrados, no lloraba y gritaba como un bebé. Se mostraba impasible, aunque las lagrimas cayeran por su cara casi como una cascada.

Las manos del pequeño ser se movían con gran velocidad entre palancas y botones, fuera lo que fuera lo que estaba preparando debía ser algo gordo.

Un ataque con rábia perdia precisión y se había notado, puesto que no había logrado impactar en mi objetivo; sabía que mi cuerpo estaba a pocos minutos de ceder por culpa de la mezcla química de mi traje y tenía que aprovecharlo.

-La dosis? No mientras estaba conmigo, pero nos separamos Yo-Yo?

Volví a centrar mi atención en el enemigo y me preparé para atacar de nuevo

-Esta vez si que acabaré contigo Ox, tenlo por seguro

La satisfacción por haberle dado un golpe sólido y tangible al capitán pirata me duró más o menos lo que tardó en soltar ese mugido. He pasado suficiente tiempo entre toros salvajes como para saber cuando uno está colérico. Al menos, dentro de lo malo, también he pasado bastante para saber cuando uno está herido. Y éste lo está. Ese último gole ha hecho daño de verdad.

No es merito exclusivo mio, obviamente. Ya acumula bastantes impactos, mios o de mis compañeros, pero ese parece haberle dado un empujón hacia el abismo. Siento como parte de mis fuerzas vuelven a mi...

...y el mundo estalla en caos.

Asterios lanza su ataque, y de repente nos llueven esos condenados bloques en todas las direcciones a la vez. Esquivo a malas penas uno con un salto hacia un lado y ruedo pro debajo de otro, pero solo me lleva sobre uno que aparece bajo mis pies y me lanza al aire, donde al menos cuatro o cinco me golpean por los dos flancos antes de que caiga... justo encima de otro, que echa a rodar conmigo encima, tirándome al suelo. Logro salirme de su camino antes de que me aplaste, pero ese esfuerzo se lleva mis ultimas fuerzas. Yazgo sobre el suelo, casi incapaz de moverme. Por pura fuerza de voluntad, me apoyo en un codo para alzarme y levanto la espada. Mis dedos se aflojan y se me cae al suelo. Tengo que hincar la rodilla en tierra para no seguirla.

Mierda. Estoy en las últimas. Alumi ya ha caído, y Yo-Yo aguanta cogida con alfileres. Echo la mano abajo y toco la textura del mango de mi espada. He atado tiras de piel de manta-raya sobre el metal. No me siento cómodo teniéndo algo metálico en la mano, algo que no tenga el tacto de algo...vivo.

La piel áspera como la lija me muerde la mano. Su propietario original lleva decadas muerto. Yo probablemente no tardaré en unirme. Y conmigo se irá el último resto de Hyboria.

Aprieto la mano sobre el arma.

Eso pensaba en el ataque anterior... y aquí sigo. Sigo vivo. Mientras pueda sentir algo que no sea metal en la mano, mientras no hay cumplido mi promesa... sigo vivo. Puede que solo hasta el siguiente ataque. O puede que no. Sigo vivo. Hasta el final, sigo en pie. Mi isla y mi gente... se irán algún día. Les llegará el momento. Pero no va a ser por propia voluntad mia. Quien quiera borrar a los hybóricos del recuerdo de este mundo... se lo va a tener que ganar. Y no se lo voy a vender barato.

Me pongo de pie. Agarro con más fuerza la empuñadura de la espada, y la apunto hacia Ox. Sonrío macabramente a través de mis labios hechos pulpa, escupiendo un gargajo de sangre.

Bla, bla, bla.

Pepárate, pirata. Listo o no, allá voy.

—No... no lo sé...

Dije, a duras penas, mientras trataba de recomponerme de los golpes.

—Yo no la vi... tomarlo... 

—UOOOOOOOOOOH—exclamó Karestya entusiasma—Tío esto es como tomarte  del tirón diez latas de Aethernal Flame Energy. ¡BUAAAAAAAH!

Con toda su motivación, la híbrido de pato-pulpo comenzó a disparar a Ox a discrección. Uno incluso pensaría que hasta las balas iban más rápido. El minotauro se cubrió intentando que las piezas de su armadura bloquearan la mayoría de los disparos, pero un par consiguieron dar en el blanco. O mejor dicho en el azul.

Karestya le hace 13 puntos de daño a Ox. Éste reduce en 10 y recibe 3 puntos de daño.

¿Por qué Ox ahora reduce en 10 puntos de daño? Porque posee bono adaptable y ha dejado de ponerse el +2 al ataque para ponérselo a la Resistencia Física.

¡Es el turno de Eddie y Bronan!

Iniciativa: [16] Karestya [14] Eddie [13] Bronan [12] Ox Mik'Ango [10] Dr. Wickelkind Yo-Yo

ESTADO DEL COMBATE
- Ox Asterios - Daño desconocido + 34 - GRAVE.
- Bronan - 31 puntos de daño - GRAVE.
- Eddie 35 puntos de daño - GRAVE.
- Dr. Wickelkind 26 puntos de daño - GRAVE.
- Alumi - 26 puntos de daño - FUERA DE COMBATE
- Mik'Ango 19 puntos de daño - GRAVE.
- Yo-Yo - 14 puntos de daño - GRAVE.

Repito la maniobra que tan buenos resultados me ha dado hasta ahora. Es decir, cargo recto como una flecha hacia Ox, y salto con la espada sobre la cabeza, listo para dejarla caer con todas mis fuerzas. Pero esta vez el pirata me ha visto venir, y cruza su arma ante el, formando un bloqueo perfecto que no deja hueco ante el para colar mi golpe.

Solo que no pretendía atacar de frente. Solo un necio usa el mismo ataque dos veces contra un rival tan peligroso. Pateo el aire con mi pierna derecha, mientras uso el cohete de mis botas para darme impulso en lateral, soltando un tajo al pasar junto a Ox. El golpe es malo. Estaba apuntando al espacio entre las costillas, pero sale demasiado bajo. No va a ser riesgo para los pulmones. Pero hay una salpicadura de sangre que me dice que aunque no sea muy profundo, algo he cortado.

Preparo de nuevo mi ataque, la última vez la ira me cegó pero esta vez seré más metódico. Hago dos fistas antes de dar un salto y posicionarme a la espalda de Ox. con la intención de atacar su punto ciego.

Ya eres mio bastardo!

De un movimiento firme intenté clavar mi lanza flamígera en la espalda del minotauro

Bronan y Eddie se lanzaron a por el pirata, pero éste aun malherido, seguía sabiendo pelear denotando una su superioridad en el uno contra uno. Ox se movió intentando minimizar el resultado de ambos ataques. Tuvo fortuna con el golpe del sincronizado, el cual pudo bloquear con uno de sus cuernos (aunque se quebró haciendo que  y el fragmento restante acabara dando vueltas por los aires hasta clavarse en el suelo). Pero no tanta con el ataque del hybórico, que le provocó un herida más que se unía a la larga lista de golpes que lo tenían al límite.

El capitán pirata dio un gran salto desde la pirámide en la que se había posicionado y con un gesto con sus brazos hizo desaparecer todos los bloques que se desplazaron hacia los muros fusionándose. Cuando cayó al suelo, miró con expresión aterradora a los cazarrecompensas. La verdad es que si ya era imponente de por sí, verlo con tantas heridas, la respiración agitada, el cuerno roto y sus músculos hinchados por el sobreesfuerzo lo hacían más temible aún.

Entonces, se materializaron detrás de él cinco minotauros de color marrón. ¿Acababa de invocar a sus secuaces otra vez? ¿Significaba eso que nunca habían tenido una oportunidad contra él?

—¡ESTAMPIDA!—gritó mientras los seis minotauros se lanzaban en una carga arrollando a todos los cazarrecompensas.

Bronan le hace 12 puntos de daño a Ox. Éste reduce en 10 y recibe 2 puntos de daño.
Eddie le hace 9 puntos de daño a Ox. Éste reduce en 10 y no recibe daño.
Ox usa su punto de épica restante para hacer un ataque en área y os hace a cada uno de vosotros 10 puntos de daño:
   - Bronan reduce en 6 y recibe 4 puntos de daño. Entra en estado CATASTRÓFICO.
   - El Doctor Wickelkind reduce en 7 y recibe 3 puntos de daño.
   - Eddie reduce en 5 y sufre 5 puntos de daño. Entra en estado CATASTRÓFICO.
   - Yo-Yo  reduce en 5 y sufre 5 puntos de daño.
   - Karestya reduce en 5 y sufre 5 puntos de daño. 
   - Mik'Ango reduce en 9 y sufre 1 puntos de daño.

Intuyendo Mik'Ango que el doctor Wickelkind estaba preparando algo especial, se colocó entre la estampida y el mecha dispuesto a recibir los golpes que fueran necesarios. El violento grupo de minotauros golpeó y arrastró el caparazón del tortúguido pero éste no cejó en ningún momento en su empeño por proteger al bebé.

—Acaba con él—le animó.

Por suerte para los cazarrecompensas, los otros minotauros volvieron a deshacerse en humo después de tan brutal ataque. ¡Todavía podían acabar con él!

Mik'Ango utiliza la acción proteger a un aliado sobre el doctor Wickelkind haciendo que no reciba nada de daño. ¡Ojo! Mik'Ango no sufre doble daño porque el daño del ataque es el mismo.

Estoy en CATASTRÓFICO. ¿Y ahora qué? Estar en CATASTRÓFICO todavía no te deja fuera de combate. Eso sí, al inicio de cada turno y antes de la TCOM, los personajes tendrán que hacer una tirada de dificultad 15 con un atributo y un dominio que resulten adecuados (lo normal es FUE + DFIS). Si falla el estado cae en estado de derrota. Si la pasa, el personaje tendrá un turno más (eso si con un penalizador de -6) y cada turno posterior tendrá que repetir la tirada aumentando la dificultad en 1.

¡Por cierto! Si un personaje en estado CATASTRÓFICO recibe más daño, lo normal es que éste sufra algún tipo de secuela temporal o permanente. De hecho, Eddie con su doble uso de la sincronización 100% más el estado CATASTRÓFICO va a tener que quedarse bastante fastidiado, en su caso ademas porque cuando acaba la sincronización a la que le queda un turno, baja su salud física. Por lo que de alguna manera, recibirá daño XD.

Aunque aguantéis en estado CATASTRÓFICO, tenéis un límite y es el de vuestra Salud Física + FUE + VOL. Si el daño acumulado, supera ese último umbral, caéis directamente derrotados.

Y hasta aquí la explicación.

¡Es el turno de Yo-Yo y el Doctor Wickelkind!

Por cierto doctor, teniendo en cuenta que te queda un punto de épica, puedes usarlo para relanzar los dados que no te gusten, no tienes que usarlo para relanzar toda la tirada.

ESTADO DEL COMBATE
- Ox Asterios - Daño desconocido + 36 - GRAVE.
- Bronan - 35 puntos de daño - CATASTRÓFICO.
- Eddie 40 puntos de daño - CATASTRÓFICO
- Dr. Wickelkind 26 puntos de daño - GRAVE.
- Alumi - 26 puntos de daño - DERROTA.
- Mik'Ango 20 puntos de daño - GRAVE.
- Yo-Yo - 19 puntos de daño - GRAVE.

Gracias. Dijo Wickelkind al su tortúguido amigo sin despegar la mirada del minotauro, a pesar de que tocaba palancas y botones a velocidad de vértigo.

De repente una trampilla se abrió en el pecho del mecha y se pudo ver un pequeño cristal. El bebé pulso un botón con sus dedos mojados por lagrimas. El cristal comenzó a atraer pequeñas chispas eléctricas de los laterales del compartimento, ¡estaba absorbiendo toda la energía restante del mecha!

Un último impulso a las palancas de movimiento hizo que le robot saltara por los aires en dirección a Ox. Las chispas que atraía el cristal eran cada vez mayores. ¡No vuelvas a acabar con uno de mis amigos! Gritó el bebé empapado en lagrimas aunque con una actitud decidida.

Pulso el botón.  

¡CAÑÓN CRISTALINO!

Un rayo rosa salió disparada del centro del robot impactando de lleno a Ox. El pirata, haciéndo gala de una fuerza y resistencia increíbles, resistió el impacto inicial protegiéndose con sus brazos mientras sól era desplazado unos centímetros hacia atrás. Era increíble su capacidad para sacar fuerzas cuando uno pensaba que ya había llegado a su límite.

Sin embargo, sólo pudo resistir al embate inicial. El rayo cristalino continuaba lanzándole pulsos de energía al minotauro hasta que finalmente sus fuerzas cedieron y salió disparado contra uno de los muros provocando una gran polvareda. Finalmente, el ataque del doctor Wicklekind cesó y su mecha se apagó. Había agotado toda su energía. ¿Sería suficiente?

Se hizo el silencio mientras la humareda no se disipaba. El sonido de unos pasos delató que Ox todavía estaba en pie, pero cuando lo vieron aparecer ya no estaba en su forma de minotauro, había vuelto a la normalidad. Con un aspecto deplorable, sin su armadura y lleno de heridas que iban más allá de lo imaginable, el pirata avanzaba torpemente hacia los cazarrecompensas. Arrastraba su hacha por el suelo y tenía la mirada perdida. Incluso se podía decir que había perdido la consciencia. Y aun así seguía avanzando. No pensaba rendirse, seguía avanzando, cada vez más torpe, pero seguía avanzando.

Hasta que cayó. Y al hacerlo, los muros de piedra que conformaban el laberinto comenzaron a bajar hasta casi desaparecer. Ya no había laberinto, pero su última estructura se intuía en el suelo. Como testigo de que en ese lugar se había utilizado el poder de un elixir demoníaco mitológico.

Ox Asterios había sido derrotado.

Por un momento, tragué saliva con miedo viéndolo avanzar. ¡¿De verdad había aguantado también aquello?! ¡Pero qué clase de fuerza sobrenatural tenía el maldito cretino! Sin embargo... al final acabó cediendo y cayendo de bruces al suelo.

Parpadeé un par de veces, incrédula aún. Sin embargo, con el paso de los segundos, la incredulidad dejó paso a la certeza, y en ese entonces suspiré aliviada.

—Lo hemos conseguido —dije, aún con voz cansada—. Somos los mejores.

Esbocé una sonrisa, aunque era fugaz. Cualquiera diría que ante semejante combate, debería estar entusiasmada... pero no. No sabría explicarlo. Es como cuando algo que sabes que has disfrutado muchísimo llega a su fin. Una sensación de felicidad, pero también de nostalgia...

En cualquier caso, había una cosa que tenía clara.

—No lo entregamos hasta que no nos aumenten la cantidad de dinero por él...

Con lo que había costado... más les valía darnos algo más. ¡Malditos rácanos! ¬¬

Vale, hasta aqui hemos llegado. Está bien saber que, pese a todas las heridas, he conseguido golpearle y hacer sangre, pero la acometida de sus dobles ya ha sido demasiado. Cuando el minotauro que viene a por mi baja la cabeza y embiste, noto claramente como algo se rompe. No se si es algo físico o solo la percepción, pero el mensaje es claro. Hasta aquí hemos llegado. Mientras caigo dando tumbos, veo a Wickelkind prepararse para atacar. Solo espero que tenga más suerte que nosotros.

Ya desde el suelo, veo el impacto. Parece que Ox va a aguantarlo como ha hecho con todos los demás... y entonces algo sucede. Recibe el impacto, y éste lo lanza hacia atrás.

Con un esfuerzo infinito, levanto la cabeza. La polvareda no deja ver nada, pero nada parece moverse en ella. ¿Le hemos derribado?

Alguien sale de la nube de polvo. Al principio no lo reconozco, pero el hacha es bastante inconfundible, casi tanto como el hecho de que sea capaz de levantarla. Es él, y sigue avanzando. Con heridas que nos habrían matado a todos nosotros juntos, pero sigue avanzando.

Sin ni siquiera saber como, me empiezo a poner en pie. Algo en mi interior me empuja a combatir, aunque sepa racionalmente que ya no tengo fuerzas para hacerlo. Quizás es la expresión ausente en sus ojos o la forma de arrastrar los pies, que me dice que está tan maltrecho como nosotros, o más. Con un esfuerzo final que me hace estremecerme de dolor, me pongo en pie a la vez que Ox llega ante nosotros...

y cae, quedándose inmóvil.

Pasan un par de segundos. Mi cerebro registra lo que acabo de ver, y me derrumbo otra vez, quedando tendido boca arriba en el suelo, mirando al cielo con una sonrisa idiota en la cara.

Veinte millones, mis cojones hyperboricos. Veinte millones en cada pierna. Cuando volvamos a base, voy a querer hablar muy seriamente con algún chupatintas de Administración. Y dos barriles de cerveza y medio buey. No necesariamente en ese orden.

El robot se desplomó como un vulgar amasijo de chatarra, aunque de no haberse quedado sin energía no es que pareciera algo mucho mejor, pues todos los golpes recibidos habían prácticamente acabado con él. Wickelkind dudaba de si incluso Alumi sería capaz de reparar aquel desastre.

El bebé, indefenso en la cabina de un mecha inactivo, vio como Ox resistió su ataque. Al verlo caminar hacia ellos lloró de verdad, como un bebé, no podía hacer nada más, no podía luchar, estaba acabado. Y de repente el ahora humano cayó. El llanto se sofocó en un segundo y pasó a convertirse en una risa histérica de científico loco. ¡Lo habían logrado!

¡Siiiii! Celebró alegre el doctor. ¡Lo conseguimos! Estaba contento, por esta adrenalina se había hecho cazarrecompensas. 

Unos minutos después cuando todo se calmó algo empezó a olerle realmente mal a su alrededor y de repente se dio cuenta. No sabía cuando había pasado, pero se había cagado, el pañal estaba infestado de caca y pis. Chicos... Dijo tímido. Necesito que alguien me cambie, no puedo hacerlo yo solo. Le daba vergüenza pedirlo, no estaba acostumbrado a que nadie le cambiara, pero sin el robot operativo no había otra forma.

—¿No tienes nada para recargar la energía?—preguntó Karestya, entonces se encogió de hombros—. Bueno que te cambie otro que yo voy a ocuparme de nuestros veinte millones.

La híbrido de pato-pulpo le puso a unos grilletes a Ox, pero no se conformó sólo con esos. Tenía toda una colección de grilletes. Para las piernas, para las rodillas, los antebrazos, unos hasta con pinchos para hacerle daño si intentaba transformarse... ¡Incluso un bozal! ¿De dónde había sacado esas cosas?

Mik'Ango se acercó a Ox y a Karestya.

—¿No te estas... pasando un poco?—preguntó con una timidez que no le pegaba nada al tremendo bicharraco tortúguido.