Partida Rol por web

A place to stay

Zona de exclusión (Escena II)

Cargando editor
30/10/2018, 20:27
George E. Weaver

Yo voy donde vayan ellos dos- dijo señalando a John Dee y Emi. 

Explicándose para sus adentros "si el Dundee sabe de qué va esto mejor ir con él, además tiene un arma de fuego y vete a saber que más, seguro que es como el Doctor Extraño y Emi sabe artes marciales y ha sabido protegerme en el pasado - como si hacec cinco minutos fuesen cinco años-"y yo tengo armas blancas, me complemento con sus estilos además de formar parte del elemento presente junto al pasado y el futuro y que no tiene ni puta idea de lo que está pasado a diferencia de ellos, somos una triada perfecta".

Cargando editor
06/11/2018, 02:21
Alex (Juniper Clayton)

Hechas las fotos Alex observó como el cadáver de su padre se alejaba arrastrado por aquel agua brillante y cristalina. Seguro que acabaría atorado en la rejilla del drenaje del parque, cosa que le vendría bien, siempre es mejor tener el cuerpo para certificar una muerte. También era bueno que la esposa hubiera estirado la pata, sin viudas de por medio los trámites se agilizaban, siempre y cuando el mal nacido de su padre no le hubiera hecho la puñeta en el testamento.
Esa imagen la acompañaría para siempre y sería motivo de largas meditaciones pero eso sería en el futuro, de momento solo la embelesó como si el agua arrastrara junto a los cuerpos algo más, algo dentro de ella.
Lo bueno del egoísmo de Alex es que la abstraía de la locura a su alrededor, de haber sido una persona normal a lo peor se le habría ido la pinza al ver los colosos metálicos o las hordas zombies. Pero también era cierto que ella era de las que se crecía en la adversidad, el mundo aun no sabía lo impacable que podía ser Juniper Alexandra Clayton.

Faith la arrancó del puente con la fuerza de un camión y su instinto comprendió que lo que tocaba ahora era correr como el puto Jesse Owens. Nunca imaginó que el corsé y los zapatos elizabethan fueran tan cómodos, aunque no tenía intención de gastar las suelas, confiaba en pillar un coche lo antes posible (el suyo o el de quien fuera). Sin embargo, como dice el refrán “el hombre propone y Dios dispone” y a lo tonto acabaron llegando hasta comisaría (en el centro estaba todo relativamente cerca, todo lo “cerca” que suelen estar las cosas en USA). “Vale, la poli no es una opción” ¿Que era una opción? La locura se había apoderado del personal sin distinción, aunque... quizás pudieran birlarles armas y vehículo, después de que se mataran entre ellos... Para su desgracia hubo supervivientes, lo último que necesitaban (a su entender) era que el grupo creciera con heridos.
Mientras Faith iba con su padre ella vio los coches y se acercó a Emi -¿Esto es de lo que hablabas?¿Sabes que son esas cosas? ¿Es solo aquí o en todas partes?- Esa última pregunta era crucial. De algo tenía que servir tener un superprocesador de datos del futuro, no en vano les había contado que el mundo se iba a la mierda, no era descabellado pensar que lo que mandaba todo al guano era lo que estaba pasando en ese momento. Ni corta ni perezosa eligió el primer coche en cercanía a la salida, tenía las llaves puestas -Yorick!- le hizo un gesto de que se subiera -Faith, coge a tu padre, nos vamos- era obvio que no lo iba a dejar atrás y, quien sabe, quizás sepa donde hay bunqueres u otras cosas útiles. Abrió el maletero, donde echó el arco, las flechas y el palo (las mazas las llevaría consigo por si acaso), Yorick dejó el espadón -Alex ¿Conduces tú o yo?- parpadeó en silencio por un segundo, era uno de esos momentos en los que no sabes que coño hacer con tu vida, si abrazarle, abofetearle, besarle, zarandearle o que. Nada te prepara para el apocalipsis ni para... el amor? Joder... se miraron, tragó saliva -Emmm...conduzco yo, tú... de copiloto- mejor no pararse mucho, se le iba a salir el corazón del pecho.

Cargando editor
09/11/2018, 23:22
Tobias Melfwackter

La verdad que Tobias, esta con un buen boquete por el maldito cuchillo que le clavaron, por suerte, aunque dolía horrores, debía de proteger a su querida hija, no sabia nada de su otra hija o de su mujer, solo esperaba que estuviesen bien o al menos no fueran una de esas psicópatas poseídas.

Sujeto un arma , aun se preguntaba como no le temblaba el pulso, tal vez pura fuerza de voluntad y proteger a su familia por encima de todo.

Ponerme cerca de la puerta..., si algo que no sea humano quiera pasar..aghh..mierda herida.. - no podía evitar decir tal taco..-..podre tener una mejor vista para disparar..

Cargando editor
24/11/2018, 18:28
Director

Los coches se movieron a toda velocidad, derrapando al final de la calle. La marabunta humana estuvo a punto de alcanzarles, y algunas uñas rasgaron los cristales, pero finalmente comenzaron a poner distancia. No era, sin embargo, una tarea fácil. No eran los únicos que habían tenido aquella idea, pero tampoco venían de la única zona de Ashland afectada por la honda. Por doquier, las mismas escenas de "poseídos" persiguiendo a los vivos para matarles cómo y en cuanto pudieran. Los accidentes de tráfico dificultaban la marcha, asunto por el que muchos viandantes habían optado por correr, algo a lo que el norteamericano medio no estaba demasiado acostumbrado, o a usar la bicicleta, la moto o cualquier otro medio de transporte menos voluminoso. De hecho, incluso vieron como un helicóptero particular remontaba el vuelo, solo para ser destruido unos segundos después por un misterioso haz de luz y sonido procedente de uno de los "OVNIs".

El caos se había apoderado de Ashland y donde hasta hace unas horas todo era bullicio y armonía, ahora dominaban el llanto y el terror. Niños que habían perdido a sus padres, aislados dentro de sus hogares, llorando mientras miraban por la ventana el horror que se desataba. Familiares contra familiares, seres llegados de más allá del tiempo y del espacio que recorrían las calles, peinando el territorio conquistado en busca de supervivientes... las escenas eran atroces y les dejaron sin respiración, silenciosos, con el corazón roto.

Los coches debieron esquivar muchos obstáculos, y de hecho fue preciso pasar por encima de algunos cadáveres para poder seguir en la carretera. Finalmente, siguiendo las instrucciones de Salma, se desviaron de las calles principales y del atasco que en ellas se iba perfilando, de supervivientes buscando desesperadamente huir de la ciudad, para transitar zonas más "tranquilas" del extrarradio. A aquellas horas, con la mayoría de las familias paseando por la feria o descansando en sus hogares, el tráfico en la zona residencial era menor. Viendo el cariz que tomaba la situación, muchos habían optado por atrincherarse en sus casas, mientras que otros, los menos, quemaban neumático escapando con lo puesto.

-No queda mucho tiempo -dijo Salma.

Acababan de esquivar un monovolumen que escapaba en dirección contraria, cuando sintieron unos característicos bramidos que acompañaban el paso de aeronaves que habían superado la barrera del sonido. Aquello solo quería decir una cosa: los militares estaban mandando a la aviación, y no sería precisamente para defender a la ciudadanía de Ashland...

Unos segundos con el corazón en un puño y las primeras explosiones en la lejanía. ¿Serían los siguientes? La batalla por el control aéreo de Ashland acababa de desatarse y prometía ser apocalíptica. No era prudente quedarse para comprobar su resultado, pues las víctimas colaterales iban a estar a la orden del día.

-Aquí, frenad -indicó finalmente.

Parecía una casa unifamiliar más, algo apartada del resto. Dentro de ella, poco movimiento apreciable. Unas ruedas de neumáticos indicaban que el coche de los propietarios había abandonado la zona, pues no se habían molestado siquiera en cerrar la puerta del garaje.

Bajaron de los coches cogiendo las armas y a los heridos, siguiendo a la misteriosa chica rubia a través de los jardines de la casa hasta un pequeño cobertizo de madera, la típica caseta donde se guardaban las herramientas. Allí, había una trampilla con unas escaleras que bajaban hacia las entrañas de la tierra, bastante estrechas, por las que solo se podía bajar de uno en uno.

Descendieron en fila india, sintiendo como la tierra temblaba por las explosiones y el sonido de las bombas. Aquello parecía Siria, más que Ashland. Finalmente, tras bajar lo que parecían casi cien metros dentro de la tierra, en tres tramos de escaleras con oscuros pasillos, llegaron ante una pesada puerta de acero de seguridad, sin ningún signo exterior apreciable, timbre o forma de apertura. En silencio, tan solo iluminados por las luces de emergencia del pasillo, aguardaron a que Salma picara a la puerta con su pequeña mano. Tocó tres veces, y tras un silencio corto, una cuarta.

Finalmente, escucharon un ruido mecánico desde el interior y la puerta se abrió. Detrás de ella, una pareja de nerds jóvenes que les miraron con cierta desconfianza inicial. Al menos hasta que por detrás de las cabezas de los desconocidos vieron a los compañeros de la última reunión, gente de las hermandades de la universidad como Alex o Yorick. Aquello se parecía a lo que habían hablado, al menos a través de los emails que se habían cruzado durante aquellos días...

-Pasad, está todo preparado. Tenéis un botiquín sobre la mesa del salón, y más material médico en la despensa. Pasad, pasad... hay que dejar cerrado desde dentro.

Sin pensárselo dos veces, fueron pasando dentro del refugio, que les sorprendió por su amplitud y buen acondicionamiento, hasta que la puerta se cerró a sus espaldas y los cierres hidráulicos indicaron que estaban aislados con respecto al mundo exterior.

Cargando editor
24/11/2018, 19:08
Director

La actividad en el Puesto de Mando Avanzado de la Fuerza de Exclusión era frenética. Los radares no dejaban de chillar, indicando que más y más enemigos surgían desde "la anomalía" en dirección al valle. Desde la base aérea se multiplicaban los vuelos de reconocimiento de los drones y los despegues de las aeronaves que debían completar la primera fase del plan, que no era otra cosa que ganar la superioridad aérea temporal al enemigo para apoyar las operaciones de tierra.

Una larga caravana de coches civiles trataba de escapar de Ashland por las carreteras y vías principales, donde los militares habían instalado bloqueos en todo el perímetro. Las órdenes eran claras: nadie debía salir del pueblo, no hasta que la situación hubiera sido controlada y la zona y sus habitantes debidamente "descontaminados". Sin embargo, el flujo de refugiados comenzaba a ser insostenible, pues no poseían unidades suficientes para hacerse cargo de todos aquellos civiles y al mismo tiempo completar sus objetivos militares.

La coronel estaba al teléfono con el alto mando, confirmando el protocolo de actuación. Muchos coches pitaban y algunas personas civiles se dirigían a pie hacia los primeros puestos, donde los soldados aguardaban las ordenes con el dedo en el gatillo.

No hubo sorpresas. El Protocolo Naranja era muy explícito a ese respecto. Aquellas personas ya estaban muertas, aunque ellos no lo supieran. Habían sido tocadas por una mano invisible, una mano que los había contaminado y que en aquel momento los científicos eran incapaces de combatir por otros medios.

-Despejen la zona, repito, despejen la zona -chillaron las radios.

Los civiles descubrieron pronto el alambre de espino y las minas, pues los primeros comenzaron a saltar por los aires. Las ametralladoras sonaron luego, matando e hiriendo sin remedio. Mientras, las torretas de los tanques pivotaban para derramar su fuego sobre los vehículos de la carretera, comenzando por los primeros, buscando que los que venían detrás dieran media vuelta y escaparan de nuevo hacia Ashland. Muchos, atrapados sin poder dar la vuelta, abandonaron sus coches y corrieron de vuelta a la ciudad, mientras a sus espaldas se escuchaban gritos de horror y explosiones.

-Aquí Águila 4, lanzando el MOAB sobre el parque Lithia, cambio -informó la radio.

La pesada bomba termobárica, la mayor en el arsenal norteamericano en potencial explosivo y solo por detrás de las armas nucleares, cayó sobre el idílico parque para convertirlo en un infierno sobre la tierra. La bola de fuego y humo succionó todo el oxígeno a su alrededor y lo convirtió en fuego, eliminando a cientos de personas, poseídas o no, con un solo y contundente golpe. Sin embargo, el bombardero de altura fue atacado poco después por las naves alienígenas, siendo destruido. La batalla proseguía, con resultado incierto, mientras la idílica Ashland era sometida a un bombardeo con armas prohibidas en el mundo civilizado. El terror había dado paso a la muerte, y ahora lo único en lo que pensaban los supervivientes era en esconderse y salir con vida de aquel infierno.

Cargando editor
24/11/2018, 19:28
Eliseo Craft

El anfitrión les enseñó las instalaciones, mientras en el salón Emi atendía a los heridos. Sus manos eran precisas como las de un cirujano, y era obvio que sabía como usar todo aquel material médico para salvar vidas con bastante eficacia.

-El abuelo era un superviviente, de esos obsesionados con los rusos y el fin del mundo. Lástima que muriera hace unos años... Afortunadamente mamá cogió el testigo como decorada de interiores para darle un toque más... elegante. Ellos han decidido irse de Ashland, no les hemos podido convencer. Espero que estén bien...

El refugio constaba de varios módulos. El primero y más antiguo era el de habitación principal, que era como una casa o un piso con un salón amplio, cocina, habitaciones con baño, despensa y varios dormitorios. En todo el lugar habían almacenado con mucha cabeza víveres y objetos de primera necesidad.

Además, el búnker contaba con una ampliación más moderna, con una zona que tenía varias literas, un taller mecánico, un despacho con varios ordenadores, un generador de electricidad y una despensa más grande, donde tenían almacenados los alimentos no-perecederos en los que abundaban enlatados y raciones de tipo militar perfectamente organizadas en estanterías de paletización. Quien fuera que diseñara aquello, se tomó el asunto de la superviviencia muy en serio, y además le supo dar un toque hogareño y no tan cutre y claustrofóbico como el de un refugio al uso.

Posiblemente, nada de aquello fuera casual, como la experiencia reciente les demostraba. Sin embargo, había asuntos que requerían explicación, y ningún lugar mejor para hablar que aquel, donde podían aislarse de todo lo que sucedía en el exterior.

Cargando editor
24/11/2018, 19:42
Emi

Tobías acababa de ser remendado. Emi había hecho un buen trabajo con la herida del cuchillo, que acababa de suturar y desinfectar. Acto seguido, se puso manos a la obra con el sheriff, cuyas heridas de bala revestían más gravedad. Primero controló las hemorragias y se dispuso a extraer las balas. A tal efecto, habían traído una camilla del almacén y sobre ella y un hule se dispuso a operar, manteniendo al paciente sedado en la medida de lo posible. Faith no se había apartado de él, ayudándola en todo lo que era menester.

-No ha alcanzado a ningún órgano crítico, aunque ha perdido bastante sangre. Habrá que hacerle una transfusión o corre el riesgo de no superar la operación.
-Toma la mía
-dijo Faith- Tenemos el mismo grupo.

- Tiradas (1)
Cargando editor
24/11/2018, 19:49
Joshua Crawford

El piloto se sentó en uno de los sillones, considerando lo que acababa de pasar. Para él, que había sido un militar durante la Segunda Guerra Mundial, que el ejército norteamericano atacara a sus propios compatriotas en suelo nacional era una vergüenza... una mancha sobre el uniforme que hasta hace poco vestía y que le revolvía las tripas.

Se mantuvo en silencio, mirando a los presentes. Una extraña combinación de supervivientes que estaban reunidos en aquel lugar, sin saber muy bien por qué ni para qué. Las hijas de Melfwackter se habían sentado junto a su padre, mientras que la agente de policía deambulaba por el búnker sin saber muy bien donde poner el huevo.

Su mirada se cruzó con la Kerry-Anne. Su madre había muerto, muy posiblemente, en aquella feria. Sin embargo, ella se había comportado con mucha valentía y determinación, demostrando que era algo más que un rostro bonito y una mujer de clase acomodada de las que temían que se les fuera a partir una uña. La miró un momento, en silencio, como si descubriera en ella facetas que le agradaban en grado sumo.

Cargando editor
24/11/2018, 19:54
John Dee

El viejo había sacado de la nevera algo de comer. El funcionamiento del aparato le había fascinado, y más aún su contenido. Con todas aquellas emociones, se le había abierto el apetito, demostrando que la gente del pasado tenía mucho más estómago para la muerte y el sufrimiento que las personas del siglo XXI. No en vano, él vivía en una época donde se exponían los cadáveres de los traidores colgando de jaulas a la entrada de las ciudades para que los cuervos se dieran un festín con su carne.

-Éstos emparedados de Kent no estan nada mal. Sandwich, decía el envoltorio transparente. Probadlos, que hay que llenar el buche.

Dejó el plato en la mesa y miró alrededor, a los muebles, las personas y las situaciones. A pesar de parecer un viejo bastate decrépito se movía con cierta agilidad, mostrando que el que tuvo retuvo.

-Bien. ¿Ya estamos todos, querida br... medium?

Cargando editor
24/11/2018, 20:00
Salma

La profetisa se apartó un momento de Mahendra, que se había pegado a ella como una lapa buscando sobrevivir a toda costa, regresando al salón con una caja de comida enlatada para dejarla sobre la mesa. Podían calentarla fácilmente en el microondas, y sin duda apetecería más que unos fríos sandwiches.

-Sí, estamos todos. Las mujeres que no amaban a los hombres, el joven efebo, la mujer con el corazón roto, el piloto del pasado...

La agente Castillo la interrumpió con un comentario bastante borde.

-Oye, gracias por salvarnos y todo eso, pero ahórrate las chorradas mesiánicas. Hay que contactar con las autoridades para que nos saquen de aquí, y el jefe tiene que ir a un hospital.

Salma parpadeó, mirándola.

-Usted no forma parte de profecía, pero puede quedarse entre nosotros si le apetece.
-No parece que tengamos muchas más opciones. Además, todo ésto ya es lo suficientemente raro.

La policía fue a coger el teléfono fijo pero el señor Dee amartillo la pistola y la apuntó.

-Yo que vuestra merced no haría tal cosa -le dijo.
-Agente, no cometa una imprudencia. Estamos a salvo precisamente por que no saben que estamos aquí.
-No podemos quedarnos aquí mientras afuera se desata el caos. Soy policía y me debo a la gente de Ashland.
-Cariño
-dijo Eliseo a su novia- Enséñales las cámaras.

La chica encendió el televisor y lo configuró con otra salida, para captar un collage de las principales cámaras de tráfico y de los parques naturales de la región, en varios canales. Las imágenes eran inequívocas: los militares abrían fuego indiscriminadamente sobre Ashland, sin atender a bajas colaterales, y además impedían la evacuación disparando sobre cuantos osaran escapar. La agente de policía se sentó finalmente en el sofá, abatida y al borde del llanto. Solo entonces el doctor Dee bajó su arma.

Cargando editor
24/11/2018, 20:09
Angeline Sparks

Parpadeó, mirándoles. Todavía había escépticos pero ellos estaban convencidos desde el primer momento. Claro que ellos se tragaban enteros todos aquellos programas sobre conspiranoia y OVNIs que el resto del mundo creía que eran auténticas chorradas.

-Cada uno de nosotros tenemos un papel en ésto. En lo que está pasando, en lo que puede pasar si no lo remediamos antes -dijo, decidida- Llamar a las autoridades no va a servir de nada. Las únicas que importan están aquí, en ésta sala. Las de fuera nos son hostiles, pues la matanza no cesará hasta que los militares hayan "limpiado" toda la zona. Y les aseguro que no van a conseguirlo. No saben a qué se enfrentan ni cómo frenarlo.

Cargando editor
24/11/2018, 20:12
John Dee

El hombre del siglo dieciséis se sentó en un sillón y les miró como si sintiera algo de pena por ellos. Sin duda alguna, no tenían ni idea de lo que estaba pasando. Al menos la mayoría de ellos. En aquellos tiempos extraños del futuro en los que las mujeres mostraban las siluetas de sus culos embutidos en calzas de gruesa tela y los hombres vivían pegados a sus aparatos eléctricos, la gente parecía poco despierta, como si hubiera reemplazado la cruel realidad del mundo por un sucedáneo tranquilo y que creían tener bajo control. Una deriva social lógica, pero que a él le hacía perder un poco de fe en la humanidad.

-Hay una profecía, que atraviesa el tiempo y el espacio. Yo solo he podido acceder a retazos de ella, viendo fragmentos a través de mi espejo y recopilando historias de entre los dementes enloquecidos y los transgresores que son capaces de ver más allá del velo. La profecía de que un día los hombres desatarán las trompetas del Apocalipsis, que presagiarán la venida de los crueles gigantes de plata, conquistadores de mundos, cuya único objetivo es destruir, esclavizar y conquistar. Y la historia narra que un grupo de héroes, a lo largo y el ancho de los tiempos, serán los que detengan el fin del mundo... a las faldas del monte de las cenizas.

Señaló un póster de la pared, una fotografía del parque natural con el monte Ashland de fondo y un cartel que indicaba el nombre del accidente geográfico.

-Ahora que estoy aquí, todo empieza a cobrar sentido.

Cargando editor
24/11/2018, 20:20
Shay LaVache "Yorick"

Acababa de dejar las armas en el almacén, volviendo al salón justo para escuchar aquellas palabras. Parpadeó, apoyándose en el marco de la puerta, mientras miraba de reojo a Alex. Había conducido bien, manteniendo la sangre fría, pero la notaba algo descuadrada. Su mundo se iba a la mierda, siendo reemplazado por una situación que parecía superarles a todos.

-Creo que todos tenemos la hostia de preguntas, y me da en la nariz que solo hay un par de personas capaces de contestarlas apropiadamente. Así que sugiero que empecemos en orden de las manecillas del reloj... y eso hace que usted vaya primero, señora... -miró a Kerry-Anne- no me he quedado con su nombre, disculpe.

Notas de juego

Id preguntando luego en el orden que queráis.

Cargando editor
24/11/2018, 21:54
Tobias Melfwackter

Tobias poco podía decir, solo se puso a abrazar con fuerza a sus dos hijas, teniendo cuidado de la herida , recien suturada, cuando vio aquellas imagenes de las cámaras.

Su mujer era muy fuerte, pero dudaba que la encontrara viva y bien, en el infierno que se había desatado fuera.

Con ayuda de sus hijas, se acerco al grupo, mirando a todos, le llamo la atención la forma que en los habían llamado.

Y que puede hacer algo al respecto personas como nosotros , en el apocalipsis que se ha desatado fuera? - pregunta serio Tobias.

Hay muchas cosas que no entiendo, estaría bien una explicación desde el principio, es una especie de fin de mundo, o es algo que los militares, han hecho que no debían y lo estamos pagando todos? - sus preguntas eran concisas.

aunque una historia desde el principio, esa profecía, la manera en llama a los elegidos, o quien es cada quien, estaría bien, mas vale conocernos bien, según la pinta que hay fuera, vamos a estar una buena temporada aquí abajo al parecer, eso de llamar no seria buena idea, si esas cosas tienen la tecnología que tienen, no les costaría nada localizarnos y acabar nosotros como la jauría enloquecida de arriba... - termina por decir 

por una parte se sentía un poco mejor, que lo del escrito de la obra, no fuera la causa de todo aquello

 

Cargando editor
25/11/2018, 15:21
Kerry-Anne Van Ewen

El viaje a toda velocidad huyendo del desastre y de una humanidad que ya no lo parecía, hizo que Kerry Anne centrara su atención en si iba a ser necesario emplear las armas contra alguien o no. Y aunque pudiera parecer estúpido aquel estado de concentración hizo que el viaje se le hiciera relativamente corto. Aunque tal vez hasta lo hubiera sido. Cuando se bajó del coche, se limitó a seguir al resto junto a Josh de cuyo lado no tenía intención alguna de separarse. En medio de todo aquello, él era lo único seguro y conocido.

Adentrándose en las entrañas de aquel pasaje subterráneo, finalmente llegaron al extraño búnquer, alejado de los estereotipos cinematográficos y más cercano a cualquier reality de convivencia forzada. Observó con curiosidad el entorno, ajena a la momentánea tensión provocada por la agente. Pero sí fue muy consciente de las imágenes emitidas por las cámaras, aferrada al brazo de Josh, y con el espanto pintado en la cara ante la crueldad del ataque de su propio gobierno, de lo conveniente de una constitución que permitía a su pueblo alzarse con las armas contra sus dirigentes cuando estos demostraban su inoperancia. Y en este caso, su maldad. Quizá llegara el día en que lo justificaran como un mal menor o necesario. El bien de muchos a cambio del sacrificio de unos pocos. Quizá, si es que a la vista de los hechos, llegaba ese día.

Pálida por lo visto, escuchó a la chica de gafas y su críptica intervención, al anciano que como varios de ellos seguía disfrazado y que paría algo acerca de una extraña profecía y del apocalipsis. Negó con la cabeza ante aquel absurdo y cuando el chico apoyado en el quicio de la puerta se dirigió a ella, cabeceó afirmativa, aunque no pudo hablar ante la intervención de aquel hombrecillo con cara de alubia.

-Usted lo de esperar a su turno, como que no, ¿verdad? Entiendo que tenga prisa pero ya no se va a morir, así que relájese un poquito y aguarde a cuando le toque -dijo a Tobías-. Kerry-Anne. Así me llamo -dijo y obviando el que la hubiera llamado señora aquel mocoso-. ¿Preguntas? Un millón, pero me bastaría con saber qué ha ocurrido, qué está ocurriendo realmente, de dónde han salido todas esas máquinas, esos robots gigantes -fue consciente de que su voz adquiría un tinte histérico así que se calló y tomó aire. Aguantó unos segundos antes de expulsarlo y miró al grupo-. No sé a vosotros, pero a mí una copa me vendría de lujo ahora mismo.

Cargando editor
26/11/2018, 03:10
Alex (Juniper Clayton)

Toda una vida de psicólogos hacían a Alex perfectamente consciente de que mientras estuviera en tensión estaría “bien”, en el momento que la adrenalina bajara empezarían los problemas. El sueño mojado de un psicólogo en busca del reto de su carrera. Pero de momento se mantenía concentrada, el bajón podía tardar una semana perfectamente, ese era más o menos el tiempo que su cerebro quedaba en caída libre antes de pegarse la ostia. Cerebro... no mejor no pensar en cerebros, cerebros que revientan, que se esturrean, que lo manchan todo, que se meten en la boca...

Fue la hippie quien marcó la ruta, pensaba que el sheriff sabría de algún refugio o algo, pero estaba visto que Ashland vivía tan encantada consigo misma, tan encerrada en su burbuja de progresismo happy flower, que nunca se creyó necesario semejante cosa (hecho sorprendente después del 11-S), para que luego digan que la izquierda no está desconectada de la realidad. Realidad que (como en el 11-S) había vuelto a superar a la ficción y con creces.
El lugar al que llegaron despertó su extrañeza “¿Que?” pensó al aparcar sospechando que la hippie estuviera tronada de verdad y tuviera de vidente lo que ella de republicana. Pero allí estaban, vestidos de medievales, armados con espadas y pistolas, perseguidos por zombies y extraterrestes en compañía de un robot... todo era posible aunque sonara a peli de serie z. Luego, al toparse con la jeta de la pareja presidencial de la hermandad Tesla, recordó algunas cosas (muy cripticas) que habían comentado. Si que se lo tenían bien montado los frikis!

Tras el tour, Alex (que permanecía en absoluto mutismo), soltó las armas en la encimera, abrió el grifo del fregadero y metió la cabeza debajo. Necesitaba quitarse los restos de cabeza que aun llevaba pegados por el pelo y la cara, y aun le sobrevinieron un par de arcadas al verlos flotar sobre el acero. Pero mantuvo el tipo, más o menos... de pronto cerró el grifo y se quedó inclinada viendo el agua irse por el sumidero. Agudizó los sentidos, sintió el sistema de ventilación, bueno por lo menos no se intoxicarían con su propia respiración pero... y el agua? ¿Dependería del suministro general o de una cisterna? ¿Cuanto tiempo podrían resistir? ¿Morirían allí enloquecidos por la paranoia, canivalizados entre ellos o sencillamente enterrados en vida? Tenía ganas de llorar, para que nos vamos a engañar, pero aguantó. Escurrió el pelo, se terminó de limpiar el cuello y apoyada en una mano observó la colección de escenas y personas ante sí. Calibró a cada uno mentalmente. “Los Melfwakter, pfff... Emi... bueno, Faith... bueno, su padre... veremos a ver, la poli... bueno, los frikis... no se yo, la mujer florero... pfff, ey! Está buenorro el del sofá, hmmm... la hippie, pfff... ¡Ostias! ¿Ese no es el gurú asqueroso ese de la comuna? Joder... el Merlín este... el niñato...pfff y Yorick...” le miró de reojo.
-hay que llenar el buche- dijo el viejo y casi le dan ganas de volver a echar la pota recordando el sabor y la textura de la masa encefálica y la sangre. Solo un pirado come en un momento así. Claro que a todo hay quien gane y la hippie no iba a permitir que le robaran su puesto de loca number one. Empezó como a pasar lista como si todos fueran títulos de novelas de Stieg Larsson, la habría interrumpido si no se le hubiera adelantado la poli, y fue bien hasta que empezó a hablar como una poli “Cabezas cuadradas...”. De repente la cosa se volvió un western con duelo de miradas, frases machas y pistolas incluidas. Muy crazy todo ¿Quizás estaba muerta y eso era el infierno¿ ¿O estaba en coma y se le iba la olla? No caería esa breva, sabía que era plenamente consciente y eso era lo peor de todo.

Permaneció a distancia, observando, mientras mantenía un constante diálogo interno, en una extraña quietud. La quietud de quien no sabe que pensar, sentir, decir o hacer por sobredosis de todo. Las imágenes en pantalla le dieron la razón, no había escapatoria, su vida había terminado aunque lograra escapar de allí, aunque los “aliens” fueran derrotados. El gobierno querría silenciar a cualquier superviviente y disfrazar el asunto bajo una excusa cutre como un corrimiento de tierras o una explosión de gas o yo que se. Tendría que vivir en las sombras, sin poder reclamar lo que era suyo por derecho, escondida del sistema que siempre había querido tumbar. Parpadeó al llegar a esa conclusión y le vino a la memoria el relato del futuro que les hizo Emi, un mundo renacido de las cenizas... “Ningún sistema se erradica voluntariamente...” quizás su destino era convertirse en el azote del viejo mundo, su destructora, y no le desagrado para nada la idea. Si el viejo podía emparanoyarse con el rollito Nostradamus porque no iba ella a poder fantasear con convertirse en una reina del apocalipsis? Las crisis sacan la verdad de las personas. Yorick... Shay... siguió actuando (actuando jeje) como un profesor adjunto, diplomático, metódico y mandón “taimado mentiroso” pensó para sus adentros y Melfwakter saltó de inmediato a “comerse la escena” “patético hombrecillo” y la mujer florero reaccionó como lo haría su propia madre. Reprimió la risa y fue a buscar el tabaco en el carcaj, luego cayó en la cuenta de que allí no podía, no debía, fumar. -Oggg... Puta mierda- rechinó entre dientes por lo bajini, así que redirigió sus pasos hacia la máquina de café para poner la jarra. Que los demás soltaran lo que tuvieran que soltar que ella ya obraría en consecuencia, de mientras se tomaría un café bien cargado y se quitaría el puto corsé (o lo intentaría).

Cargando editor
26/11/2018, 11:04
Mahendra Singh Rajneesh

Al pobre estafador todo aquello le iba grande no, lo siguiente. Con la escopeta en el regazo no había podido evitar unos grititos histéricos cuando les rodeó la masa informe de zombies o lo que coño fueran aquella gente arañando los ventanillas. había gritado como una loca para que salieran de allí cagando leches.

Luego todo aquello de militares "ayudando" a las buenas gentes de Ashland y el trayecto hasta aquel puto bunker de lujo.

El sitio estaba de puta madre y se sintió muy aliviado de estar allí. Se moría de ganas de ir a cagar, pero no se atrevía. Bueno, sí que lo hizo cuando la rubia choni, gótica o lo que coño fuera fue a limpiarse la cabeza en el fregadero. Entre viejos chochos, tías que se creen androides y otras flores lo mejor era ir a cagar y ver si al salir todo tenía más sentido.

Si me disculpan un segundo.

Después de una rápida visita al excusado, donde pudo vaciarse de inmundicias y de la puta tensión se lavó las manos, se mojó la cara y la nuca y volvió al salón.

Después del intercambio de palabras dulces entre la milf y el actor llorón decidió que era momento de poner algo de paz en el bunker. Y más si la cosa iba a ir para largo. Ya habían tenido el ataque de heroismo de la poli y la chulería de la rubia. A este paso no harían falta ni zombies ni marcianos para acabar con ellos.

Bueno... Murmuró, avanzando un paso, colocándose al lado de la milf, siendo así el siguiente en turno de palabra. Preguntas hay muchas, pero lo más importante, damas y caballeros, es que formamos parte de algo más grande que nosotros mismos.

Había estado pensando en todo ello mientras estaba sentado en la taza.

Aunque suene a extraño, todo está lleno de señales. No es casualidad que el anfitrión de este lugar se llame Eliseo... Soy el primero que opina que todo esto es una locura, pero bueno, aquí estamos, y aunque no vea mucho sentido en todo esto, yo creo en la palabra de Salma. Ella ha visto cosas y ha sido llamada para revelarnos el camino.

Estoy convencido que, además, aquí el doctor Dee y Emi son las personas más adecuadas para explicarnos con detalle la situación.

Todo aquello era como una puta feria de locos, pero mahendra estaba acostumbrado a tratar con locos. Con locos necesitados de ser escuchados. Lo primero era escucharlos y luego valerse de su discurso, explotar sus propias convicciones y deseos para follarse sus mentes y sus esperanzas. Sacar lo que fuera necesario de ellos. En ese caso lo principal era evitar enfrentarse a la mierda de allí fuera. De momento ya tenía a una poli deseosa de inmolarse por su comunidad. Eso era bueno. No lo iba a olvidar.

 

Cargando editor
27/11/2018, 18:17
George E. Weaver

El Dundee es el puto Dr. Extraño” pensó George cuando explicaba que veía en cuatro dimensiones como los cines de última generación o lo que pollas estuviese hablando. Estaba tan perplejo por aquella situación propia de los comics y videojuegos de su hermano mayor por lo que relacionaba los hechos recientes, eso sin mencionar la habitual actuación del ejército como solía bromeaba su compañero de piso, o bromea, si es que aún está vivo.

El búnker le recordó a su abuelo, le habría encantado una gruesa capa de hormigón armado, armas y conservas a mansalva. Estar en el bunker le recordaba a la secuela de Cloverfield pero con una situación exterior más propia de las películas del sobrevalorado Zack Scheinder y encima una profecía de la que era partícipe, espero que fuese mejor que las sopotocientasmil que hay en 10.000 A.C ¡que peli más mala!

Yo sólo tengo una explicación para esto – dijo tras escuchar a todos - ¡ALIENS! – dijo afectando la voz y posición de Giorgio Tsokalos. – Pero no sé qué pinta un “joven efebo” en una situación con centinelas de los X-Men...

Cargando editor
04/12/2018, 02:08
Salma

La chica rubia se puso en el centro y sonrió brevemente. La gente necesitaba que le dieran explicaciones, y ella sentía que no podía darlas en toda la profundidad necesaria. Aquello era, más que otra cosa, un acto de fe. Durante mucho tiempo, ella había creído que sus sueños y premoniciones eran simplemente locuras.

-Desde que era pequeña, soy capaz de "ver cosas". Es extraño de explicar, pero realmente no tiene nada que ver con los muertos ni con las típicas cosas que os sonarán. Es como si mi vida estuviera ya decidida de antemano, o como si poseyera recuerdos de algo que todavía no ha sucedido. Durante un tiempo, traté de acallar esas voces y esos sueños con las drogas, y cabe decir que me pasé bastante. Estaba tirando mi vida por el sumidero. Fue entonces cuando conocí a mi swami, y como él salía en mis sueños, supe que no estaba loca, que todo tenía sentido. Por eso me he abandonado desde hace tiempo a ésta vida, a ésta profecía, y a través de la felicidad que me proporcionaba la vida en el rancho de Shangri-Lah, me preparaba para éste momento...

Se tocó el pecho, con un gesto de humildad.

-Yo solo puedo explicar una parte de la historia. Es por eso que es tan importante que todos nosotros estemos juntos, porque entre todos completaremos el puzzle. El tiempo y el espacio nos ha escogido a cada uno para hacer algo, a partir de éste momento, o por algo que hemos hecho... nunca está del todo claro. Lo que está claro es que solo juntos podremos detener lo que sucede.

Se dio cuenta de que no había explicado "que sucedía", por lo que parpadeó inquieta.

-Han roto sin querer el tejido de la realidad. Los científicos lo llaman...

Cargando editor
04/12/2018, 02:22
Eliseo Craft

-El continuo espacio-tiempo -intervino.

Se colocó las gafas en el puente de la nariz, limpiándose los restos del sandwich que se acababa de comer, que habían caído sobre la camisa y los pantalones.

-Bueno, no me he presentado. Me llamo Eliseo Craft y ésta es mi novia Angeline. Somos de la Hermandad Tesla del campus de la universidad, astrofísicos a puntito de sacarse el doctorado. Bueno... mmm... eso espero, por que a lo mejor el doctor Martens ha muerto ahí fuera.

Divagaba, como era costumbre, así que retomó el hilo.

-También somos unos "buscadores incansables de la verdad". Y gracias a Emi hemos confirmado parte de nuestros temores. Se trata del Proyecto Indra, del ejército norteamericano. Investigaban las aplicaciones de las bovinas de Tesla para generar disrupciones en el espacio-tiempo, a partir de sus experimentos fallidos en los 40 y los 50. Uno de ellos el famoso experimento Filadelfia, donde intentaron hacer desaparecer a un destructor de la armada en el puerto de Norfolk, el USS Eldridge, usando tecnología del propio Tesla. El experimento fue un fracaso a medias, pues el buque se teletransportó cientos de millas más allá, frente a la costa de Maine. Parte de los tripulantes aparecieron... "fusionados" con los mamparos. Imagino que eso os sonará de lo sucedido recientemente...

Miró a Joshua, de forma significativa.

-Aunque imagino que el teniente Crawford podrá explicarnos más de ese experimento, pues él formaba parte de la escolta de aviones del Eldridge que desapareció durante el experimento sin dejar rastro.