Partida Rol por web

- Por nosotros cinco dudo que pueda hacer nada ya que yo viajo solo con mis dos criados y con mi guardia personal - y señalo a Valan el cual aun tiene cara de estar buscando pelea - eEn cuanto al asusto que me trae a su presencia es que busco un guia que conozca bien las montañas. Y por cierto antes de que diga nada de lo que se pueda arrepentir le anuncio, ya que mis criados parecen un poco temerosos hoy, de que mi nombre es el noble y magnifico Enkidu Ur-Shar, protector de la las tierras orientales de la fuerte y orgullosa Koth -

- Soy Valan. ¿Conoces un guía o no?

Ante la reacción de aquellas personas Ionna necesitaba rápidamente un plan o se vería abocada a las manos de los soldados y no estaba lista para una lucha.

- Yo puedo ser vuestra guía, conozco bien las montañas.

Valan mira a la mujer de pies a la cabeza.

- Bien. Nos pondremos en camino enseguida.

- Tranquilo buen Valan, tranquilo. Ya ves lo bien que nos fue con el anterior guia que no fue capaz ni de salir de la ciudad - y a continuación observo a la mujer con detenimiento - Por tu aspecto pareces una mujer de recursos pero eso no me dice nada. ¿Has estado alguna vez en las montañas donde moran los hombres simios? ¿sabes seguir un rastro a traves de la espesura?. Si la respuesta a estas preguntas es positiva tendras el honor de estar al servicio del noble Enkidu Ur-Shar. ¿Que me dices? -

Si te pones 1 nivel de guardia fronterizo en vez de uno de ladrón, si.

O si no, puedes ponerte la dote de rastrear.

O si no, puedes mentir vilmente.

- Soy buena rastreando y conozco la zona, si es lo que buscáis - dice Ionna sin levantar la vista del suelo - Los honorarios ya los acordaremos, seguro que llegaremos rápidamente a un acuerdo de conveniencia para ambos.

- Dinos lo que pides por una cacería. Pero más te vale no estar mintiendo sobre tus habilidades.

El mercader responsable de la caravana se harta de esperar a que vuestra conversación termine.

-Bueno, veo que ya os habéis hecho amigos... A mi eso me la trae al cuerno!

Su voz era aguda y rasposa, con un aire de superioridad que traicionaban sus pocos centímetros de altura.

-Yo salgo al este en una hora. Si queréis venir son tres monedas cada uno y ayudaréis a montar el campamento cada noche. Plata, no aceptaré otra cosa... las baratijas y favores que me podáis hacer me la traen al cuerno.

Podréis comer lo mismo que los braceros. En dos días llegaremos a las montañas y ahí lo que hagáis con vuestro pellejo me la traerá al cuerno!

El mercader puso énfasis de nuevo en la palabra cuerno, el modo en el que la repetía una y otra vez denotaban que solía decirla con frecuencia, como una de esas malas costumbres que suelen tener las personas mayores cuando ya no se preocupan por lo que piensen los demás.

-Si no, podéis iros andando. No está muy lejos, pero los caminos no son seguros hoy en día como para ir solos.

- De momento, mi salario será el coste de la caravana, luego cuando estemos en la cacería cobraré en función de como os vaya, digamos un tanto por pieza, ¿que os parece?

Indignado y cada vez mas enfurecido el noble escucha al malencarado mercader - Pero con quien se cree que esta hablando. No rechazo el trabajo duro ni el comer con mis inferiores, pero solo porque yo lo decido no porque un mercader me lo imponga. - y miro hacia Valan y hacia la mujer - Creo que buscaremos otra caravana o mejor montarenmos la nuestra propia. Ven con nosostros mujer y en cuanto al dinero no te preocupes. Seras bien recompensada si la caceria sale bien. ¿Cual es tu nombre a todo esto?. dimelo y asi sabre a quien me debo dirijir - e incluso antes de que me pueda responder les hago un gesto a ellos dos y a los lacayos para que me sigan - Vayamos al zoco a comprar equipo de abrigo para el frio de las montañas, provisiones y material para hacer trampas. Tambien necesitaremos porteadores y tambien una carreta con un jaula en la que llevaremos al especimen capturado. -

Valan ya está acostumbrado a los mercaderes gritones.

- Podemos seguir en lacaravana un tiempo, perocasi prefiero irnos pornuestra cuenta.

- El viaje no es fácil hasta las montañas, comprendo que le moleste el tono del mercader, con gusto le rebanaría su cuello pero dice la verdad, hasta llegar a las montañas estaremos más seguros en una caravana, pero si desea que vayamos por separado el camino a las montañas no tiene perdida.

hablo con el mercader y le pagaré lo que me pida por ir con la caravan, si es justo.

- Pensándolo mejor, creo que con todo el sequito que llevais podremos pasar tranquilamente, somos casi una caravana, además nos moveremos más rápido y pasaremos más desapercibidos para grupos de ladrones.

- Lo que sea. Pero vamos ya.- mira a la guía.- De dónde eres tú, por cierto? Por aquí no hay mujeres así.

- Lamento contradecirte, pero soy de esta ciudad, nacida aquí. Mis padres eran de aquí así que conozco la ciudad como si fuese mi propia casa, también he de decirte que nunca os había visto por aquí a vosotros así que intuyo que sois vosotros los foraneos.