Partida Rol por web

El día nace brillante. Una semana atrás dejaron el corazón del bosque y el Árbol Sagrado con la bendición de la Reina y Madre y todas las demás ninfas del claro. Y a pesar de todo, aun están en el bosque. Liss les acompaña por los senderos que se abren camino entre las raíces y las ramas.

Como bien dijo al principio, el Bosque conduce a muchas partes y también a ninguna. Por eso tiene que mostrarles el camino. Y el problema es que parece cambiar cada noche. Es como un laberinto en movimiento. Lo bueno, es que gracias a Liss nunca falta comida o agua.

-Hay algo que no entiendo, Sir Lance.- comento una mañana mientras levantamos el pequeño campamento. -¿Qué más da donde nos lleve el bosque o sus senderos? Quiero decir, si lo que debíamos es seguir el sol...eso no cambia. Me alegro de que Liss nos acompañe, su ayuda es inestimable. Es solo que...no lo entiendo.

Sir Lance va a contestar, pero Liss le corta. Estas ninfas no tienen decoro ni nada por el estilo. No podrían pertenecer a una corte normal como a la que pertenece Sir Lance.

-Es fácil. Cada mundo tiene sus reglas y éste es el Bosque Sagrado. No importa donde esté el sol en el cielo. El Bosque te dejará ver su luz, pero no su procedencia. Tú mismo lo viste.

Sir Lance asiente.

-Debemos seguir sus reglas.

Se queda pensativo.

-Quizá nuestra siguiente parada es la Boca del Infierno. O las Cimas Celestiales. No está claro.

-Ya veo. Te agradecemos aún más que vengas entonces, Liss. ¿Qué hay de especial en esos sitios? La boca y las cimas.

Subo a mi caballo y ofrezco la mano a Liss para que monte, si quiere, en lugar de ir de pie como cada día. Aunque nunca la acepta, no dejaré de hacerlo. Soy así de tonto.

-Suena a ángeles y demonios.

-Es donde se guardan los otros dos objetos. La segadora de almas fue forjada en el inicio de los tiempos en las profundidades de la tierra, en los fuegos fatuos del infierno. La espina del mundo fue creada en las forjas del cielo, solo con la luz de las estrellas que se reflejaban en las cumbres de nieve perpetua.

Como bien piensa Alex, Liss rechaza su oferta. Siempre con la excusa de que las ninfas están hechas para moverse por el bosque solo con los pies.

-Segadora era el arma de Velion. Valiente. Eternamente vigilante. Nos da el valor para luchar. Espina era el arma de Mir. Con ella se forjó el mundo tal y como lo conocemos. Antes de que existiesen los seres que hoy lo pueblan.

-¿Qué cuentan las leyendas sobre esas armas? ¿Qué hacían? Dudo que fuesen simples...espadas o lanzas.

Sin insistir a que suba al caballo, salgo tras ella, escuchando a Sir Lance. Hay tantas cosas que no sé...por ejemplo, habría jurado que el dios del sol era Il. Debe ser la diosa de la luna entonces....que caos...era más sencillo en los videojuegos. Te aparecía todo escrito en el diario.

-La Segadora de Almas... no corta como una espada normal. El cuerpo de los enemigos de Velion quedaban intactos, pero sus almas... su alma se fracturaba. Un hombre con el alma fracturada en mil pedazos no puede llegar muy lejos... y no puede llegar a la Casa de Lady Aldana. Un alma debe estar completa para poder descansar. Si no lo está... acaba vagando por el mundo, buscando aquello que ha perdido.

Liss les guía. A pesar de ir a pie, no va más lenta de lo que irían ellos solos a caballo con Sir Lance marcando el paso.

-La Espina del Mundo. Es un arma creada para dar muerte a los seres oscuros inmortales que vagaban por la tierra cuando el tiempo aun no era Tiempo. Antes de la existencia de nada más que la tierra, el universo y los dioses. Nadie es inmortal, Alex. Siempre hay una forma de erradicar a aquellos que se proclaman como tal. No podrás matarlo con armas mortales, pero aquellas forjadas por los dioses... son otra cosa.

-Esa espada...parece cruel. ¿Con qué motivo debe dejarse a alguien vagando por el mundo sin poder llegar a la casa?

Sea lo que sea la casa...

Observo a Liss, atento a ver como hace para guiarse...tal vez aprenda algo más.

-Lo es... - sonríe - pero no has vivido la época en la que fue creada. 

Liss no hace nada en especial. Al menos, a simple vista. A veces parece inclinar la cabeza para escuchar, pero no en dirección a la conversación. A veces parece hablar, pero no habla. Es algo extraño. Parece que escucha voces que los demás no pueden.

-¿Qué las guarda? Porque, obviamente, esas armas no están a la vista de cualquiera así sin más...¿A qué me enfrentaré?

Imagino que si hay guardianes serán tan maleducados como la reina....qué se le va a hacer. Cortar almas...encerrarlas en un escudo...matar lo inmortal...¿en qué estoy metido?

Suspiro. Me gustaría hablar con Nicky de nuevo.

-No lo sabremos hasta que lleguemos. Quizá conozcas a Velion y a Mir... ya has conocido a Madre y a la Pastora de Almas.

Sonríe. Con paso tranquilo, siguen cruzando el mar verde. Liss se une a veces a la conversación, pero está más pendiente de no perderse en el laberinto de caminos. Y siguen caminando hasta que está claro que el sol comienza a caer y llega el ocaso. Quizá mañana lleguen a su destino.

-Hora de acampar...- desmonto -¿A qué te sueles dedicar, Liss? Cuando no guías atractivos hombres por el bosque. claro.- bromeo​​. -¿Cómo es la vida de una ninfa?

Voy montando mi tienda.

-Oh... me dedico a seducir a hombres atractivos y llevarlos a la perdición.

Ella duerme a la intemperie, no le hace falta una tienda. Al fin y al cabo, es un espíritu de la naturaleza. Le sonríe.

-Tienes suerte de no serlo.

Le saca la lengua.

-¿Has oído Sir Lance? No soy un hombre atractivo. Eso quiere decir que soy demasiado hasta para las ninfas. es bueno saberlo, sentirse a salvo.- río, retrucando las palabras de Liss.

En el bosque hace buen tiempo, por lo que dejo la tienda abierta. Montada, pero sin cerrar. Me coloco de manera que puedo ver el techo de ramas y las ocasionales estrellas.

-Es bonito este lugar. Mucho más hermoso que mi hogar. No te gustaría nada aquello, Liss.

-Un mundo triste, entonces - dice Liss.

Liss saca una flauta de su morral y comienza a tocar. Como siempre, parece una canción que entona con el bosque y que invita a dormir. Relaja la mente y hace que el mundo parezca menos oscuro y preocupante.

-No escucharás un sonido más puro que éste - susurra Sir Lance -. Atesóralo. No sabes cuando podrás escucharlo otra vez.

Escuchando la melodía, sin material adecuado para dibujar en esa oscuridad, me dejo llevar. A imaginar cosas dentro y fuera del sueño.

Y el nuevo día llega. Al abrir los ojos, hay algo extraño. No, no es la serpiente que se arrastra malociosamente hacia él para hincarle el diente en su sabroso muslo. Lo extraño de todo eso, es que el techo de hojas que tenía ayer sobre su cabeza es diferente ahora.

Es más luminoso, el cielo es más real.

Atrapo a la serpiente con un veloz gesto...demasiado centrada en mi sabroso muslo...y la mantengo sujeta de manera que no puede morderme.

-Se ve más cielo ahora ¿No es cierto, Liss? ¿Sir Lance?

Me estiro, saliendo del todo de la tienda y yendo hacia ellos. No me extrañaría que el bosque se hubiese movido.

-Por cierto, ¿Es venenosa esta bicha?

-Hemos llegado al final del bosque - dice Liss.

Señala hacia el camino que tienen por delante. Tras unos metros, ya no hay más bosque. Se el cuero claro y unas montañas a lo lejos.

-Parece que mi tiempo con vosotros se ha acabado - sonríe.

-Y eso te encanta...¿eh?- suelto a la serpiente bien lejos, pero lanzándola sobre hierba, para que no se haga daño. -Si al final hasta te había cogido cariño y todo...- le guiño.

-Gracias por todo Liss. Si quieres acompañarnos, sería un placer. Y si hay algo que pueda hacer para compensar tu ayuda...solo dilo.