Partida Rol por web

Abajo la Basílica — Orígenes

6. La Hora Final.

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25/09/2013, 22:37
Rowane

Nunca he tenido la oportunidad de pensarlo—reconoció Rowane, más que nada porque había vivido toda su vida dentro de una tormenta de todas esas primeras manifestaciones negativas—. S-Supongo que lo es.

No lo decía por darle la razón, lo decía en serio. Era el primer evento bueno que vivía y por tanto no se le escapaba. Torció entonces el gesto con el aire de vergüenza tímida de quien no sabe si va a decir una soberana estupidez.

Pero me... da que van a hacer falta muchas más cosas buenas como esa para que las malas no se noten tanto...

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28/09/2013, 02:39
Clemence

—Te equivocas. A veces sólo hace falta una cosa pequeña para cambiarlo todo. Los hombres poderosos no prestan atención a las cosas extraordinarias que le suceden a las personas insignificantes hasta que es demasiado tarde —sonrió Clemence—. Rowane, la Madre de Todos me concedió un don. Puedo ver los milagros que ella obra. Puedo ver cómo Alexandre brilla como una antorcha. Y he visto hombres que brillan como una pira. Pero tú... tú brillas como una ciudad en llamas. A veces se me hace doloroso mirarte. Celestar ha sujetado tu vida con una razón. Tu vida ya no pertenece a ti. Tu vida tiene un propósito en el destino. En el destino de este reino. Si te sirve algo, lo siento muchísimo por ti.

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28/09/2013, 13:41
Rowane

El resultado de las palabras de Clemence podría haberle resultado cómico a algunas personas, más que nada por la cara de Rowane que fue arqueando cada vez más las cejas con cadas imil, aunque concretamente con el de la ciudad en llamas ya había llegado al límite y no podía arquearlas más.

Y de pronto Clemence se disculpó.

—Eh... ¿Gracias?

Supuestamente todo lo que le había dicho era bueno, de hecho, había sentido el impulso de disculparse cuando el anciano le había confesado que a veces le resultaba "doloroso" mirarla. ¿Pero desde cuándo alguien te dice que lo siente tras soltarte un montón de cosas buenas? No sabía cómo sentirse. Es más, la sola idea ya de que la diosa de los humanos le hubiera asignado algo tan increíble a una esclava, ¡una drow! parecía una locura.

Antes... bueno, no sé cuando exactamente—titubeó—. Vi una luz, pero era extraña, como si estuviese viva. Irradiaba amor, compasión, armonía... Y hacía que las cosas malas  y los sentimientos negativos desapareciesen. Lo iluminaba todo, se fundía conmigo, me llenaba de de paz.

Se atrevió a girarse un poco para apoyar ambas manos sobre la cama e intentar enderezarse para uearse esntada. Le temblaban un poco los brazos y los sentía entumecidos, pero supuso que después de siete día sin moverse aquello debía ser normal.

Creía que era un sueño—gruñó por el pequeño esfuerzo, aunque una vez lo consiguió sólo se atrevió a mirar a Clemence de reojo. Estaba más que segura de que si le decía eso a cualquier otro Celestarum, la patada en las costillas coreada por los ladridos de blasfemia iba a ser de antología—. Ahora no... lo tengo tan claro.

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29/09/2013, 20:44
Clemence

Clemence esbozó una sonrisa.

—Eres realmente afortunada de haber experimentado algo así. Muchos sacerdotes de la vieja religión han dedicado toda su vida a Celestar y jamás han tenido una experiencia tan trascendente como esa. Pero te ha escogido a ti por encima de esos devotos por una razón —señaló, e hizo una pausa—. Deberías haber muerto aquel día. Es la Madre de Todos quien está sujetando tu vida, y lo está haciendo con un propósito.

Si Celestar levantaba la mano...

—Déjame ofrecerte mi ayuda como consejero en el difícil viaje que te aguarda.

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29/09/2013, 21:28
Rowane

Rowane de pronto sintió un poco de miedo. ¿Qué significaba aquello exactamente? ¿Había muerto y Celestar la había resucitado? ¿O simplemente habían evitado que muriese? Le gustaba pensar que era lo segundo pero que Clemence le dijese que su vida "ya no le pertenecía" y que "lo sentía muchísimo" simplemente la ponía nerviosa.

Ella nunca había tenido ni idea sobre nada relacionado con los dioses, ni con sus designios, ni con ninguna de aquellas cosas complicadas y extrañas... pero el hecho de que el anciano se ofreciese a ayudarla, deshizo parte de la enorme bola de hielo que se le estaba formando en el estómago.

Estiró las dos manos que resultaban pequeñitas al lado de la del humano que cogió.

Por favor... —accedío.

Le había perdido el miedo lo suficiente como para atreverse a aquellos gestos tan simples aunque aun así lo hizo bajando la vista. Los viejos hábitos eran difíciles de quitar.

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29/09/2013, 21:57
Clemence

El gigante amable te palmeó las manos en un gesto tranquilizador.

—¿Tienes una idea de lo que Alexandre puede querer hablar contigo?

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29/09/2013, 22:05
Rowane

No estoy... segura—confesó Rowane, luego se lo pensó un poco—. Dijo que si la redada salía bien, me buscaría un buen amo. Yo le... pedí que le buscase uno a Lurian.

Se rascó el cogote.

—Si no es algo de eso, no lo sé.

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29/09/2013, 22:34
Clemence

—Eso fue antes de que intentara matarte —señaló Clemence—. Quizá quiera saber qué opinas al respecto.

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29/09/2013, 23:42
Rowane

La expresión de Rowane se oscureció por la tristeza y no supo qué contestar. Durante los primeros segundo sólo se quedó en silencio.

T... También puede ser—tuvo que reconocer al final.

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30/09/2013, 01:18
Clemence

Clemence decidió no seguir preguntando. Se levantó de la silla en un movimiento bastante fluido para alguien de su edad.

—Bueno, deberías hablar con él del asunto cuando se te encuentres mejor. Y con Akiko también. ¿Necesitas que te traiga algo o que llame a alguien?

Rowane: tu relación con Clemence ha avanzado al grado de Compañero.

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01/10/2013, 00:01
Rowane

—murmuró Rowane, aunque enseguida se espigó como una vela—. Digo, ¡no! Es decir... "sí" de hablar con Akiko. ¿Dónde está?

Se rascó la cabeza.

Y tengo sed pero no hace falta que se moleste... ya voy yo—apoyó las manos en la superficie de la cama y emitió un gruñido. Luego miró con expresión enfurruñada sus propias piernas cruzadas—. En cuanto el cuerpo quiera hacerme caso, claro...

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01/10/2013, 00:06
Clemence

—Modeimoiselle Akiko —corrigió Clemence—. No olvides que, por mucho que te haya ayudado no es sólo tu nueva señora, sino también una importante dignataria extranjera. En las Islas del Dragón, la etiqueta es muy importante.

El anciano tomó una copa de latón y una jarra del mismo material.

—¿Sabes? Para servir a la Madre de Todos debes ser como esta copa. Estar vacía, para que ella pueda llenarte de su amor y de su gloria —dijo, mientras servía el agua—. Si ya estás llena de otras cosas, de deseos y de anhelos...

Siguió vertiendo agua, para que se derramase en la jofaina que había utilizado antes para lavarse la manos.

—No cabe sitio para nada más —te tendió la copa—. Cuando a mi me enseñaron esto lo hicieron con un vino delicioso, de una excelente cosecha de Deux Riviers si no recuerdo mal. 

Sonrió, como si recordara algo.

—Entonces yo era un jovencito alocado que necesitaba que le explicaran las cosas muy gráficamente. Pero esa es otra historia. Ahora, descansa un poco. Cuando estés mejor te llevaré ante modeiselle Akiko. No creo que deba ser al contrario, por muy humilde que sea.

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01/10/2013, 00:19
Rowane

¡P-Perdón!—Rowane apretó lso dientes en un genuino gesto de "¡ups!", encogió la cabeza entre los hombros y se cogió las rodillas como si temiera que un puño invisible le fuese a dar un castañazo con lo que sólo un par de ojos ocultos observaron a Clemence—. Nunca hablo así, es sólo que... bueno... no lo sé.

Se le había tintado la cara de un suave color granate que era el resultado obtenido cuando un drow se ruborizada. Estaba todavía algo atolondrada tras despertarse y al recordar a Akiko lo primero que se le había venido a la mente había sido lo cercana que se mostraba así que le había salido el tuteo sin pensar, ¡ella jamás trataba de tú a ningún humano!

Estiró una mano para coger la copa que el sacerdote le ofrecía y bebió con avidez pues sentía la garganta seca, debía ser la primera vez que bebía en una copa pero el caso es que por una cosa o pro otra le supo a néctar de los dioses.

Una vez hubo desertificado por completo el recipiente, asintió. Ella también estaba de acuerdo en ir a buscar a la Embajadora. A parte de por el protocolo... porque no iba a tener ni idea de cómo actuar si fuese del revés.

No creo que haya problema por eso—musitó pasando el dedo por uno de los dibujos de la copa—. Nunca he aspirado a tener nada.

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01/10/2013, 21:37
Akiko

Clemence te dejó descansar y cuando conseguiste que el cuerpo te respondiera fuiste a ver a Akiko. Te dijeron que se había trasladado a las habitaciones de Monsieur Hawald. Tras dar explicaciones a los guardas draches, te condujeron al estudio privado. En él, la Embajadora hablaba en su idioma con un hombre bastante alto para ser un drache. Te llamó la atención que en su larga cabellera negra relucieran docenas de finas extensiones de pelo de diferentes colores.

Los draches interrumpieron su conversación. Akiko esbozó una leve sonrisa y el hombre cruzó las manos a la espalda, en una pose marcial.

—Vaya. Veo que te has recuperado —observó—. Clemence tenía fe, pero debo reconocer que mis médicos no daban ni un cobre por ti. Déjame presentarte al Maestro de la Espada Li Mu Bai.

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01/10/2013, 22:47
Rowane

Rowane se sentía un poco extraña deambulando tan tranquilamente por la casa del amo como si fuese suya, es más, debía ser la primera vez que le preguntaba a los guardias por buscar a alguien. La parte buena es que conocía bien la casa aunque entrar en la habitación de monsieur Hawald... imponía. Tuvo que pararse un par de segundos a repetirse que no estaba ya allí dos veces antes de tocr suave,ente con los nudillos y entrar.

No esperaba que Akiko estuviese acompañada. En honor a la verdad... tenía ganas de darle el abrazo más grande del mundo pero en primer lugar no se atrevía y en segundo, no podía.

Es un honor—respondió inclinando la cabeza en un sencillo pero respetuoso saludo cuando le presentaron al otro drache, ¡un maestro de la espada ni más ni menos! Recordó que la embajadora había mencionado algo sobre ellos en el Nidal—. Señor... Monsieur Li Mu Bai.

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01/10/2013, 23:00
Li Mu Bai

Los ojos del hombre relampaguearon con peligro, como si algo de lo que hubieras dicho le hubiera parecido ofensivo. Tan pronto como vino, se asuentó, como una espada que volviera a la vaina.

Li Mu Bai no contestó, sino que hizo un educado asentimiento de cabeza.

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01/10/2013, 23:02
Akiko

—¿Ha hablado Clemence contigo? Según las leyes de Revraine ahora eres mi esclava —dijo—, aunque esa relación se me antoja extraña. En las Islas del Dragón la esclavitud es bien distinta y bastante más extraordinaria que aquí. Para empezar es temporal y sucede cuando el deudor no puede hacer frente a lo que le debe al acreedor. 

Akiko ocultó las manos en las amplias magas de su túnica.

—Así que... quería proponerte algo. Un juramento de lealtad, que sí es más natural en mi tierra entre un señor y su vasallo. 

Li Mu Bai enarcó una ceja y miró de reojo a Akiko.

—A cambio de tu lealtad y tu servicio durante un año puedes esperar a cambio mi consideración y apoyo. Me haré responsable de ti ante las leyes de este país como si fueras miembro de mi familia. A cambio, se te exigirá que sigas mis órdenes como un hijo leal seguiría los deseos de su padre. ¿Te parece justo?

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01/10/2013, 23:30
Rowane

Rowane se sintió un poco mal. No quería ofender a aquel hombre pero la verdad es que tampoco tenía claro qué había dicho mal, en Revraine la única fórmula de cortesía que conocía era esa.

No obstante, el enigma mental no duró mucho, la expresión anonadada de "esto no puede estar pasando" que se le quedó era casi palpable. ¿Lealtad por un año a cambio de consideración y apoyo? ¿Acababa de decir consideración y apoyo? ¡¿Que se la trataría como un miembro de la familia?!

Le costó un horror no pellizcarse para comprobar que en realidad no seguía aún en la cama teniendo sueños extraños

Por supuesto que le debía algo a Akiko, ¡le debía la vida! Pero ni en sus sueños más salvajes se habría imaginado algo como eso. Y después de ese año, ¿qué? ¿Sería libre? Se sorprendió pensando que aquello francamente no le importaba tanto porque la realidad era que tenía tantas ganas de compensarle a la Embajadora lo que había hecho por ella que le importaba más empezar a hacerlo ya que lo que pudiera pasar una vez el juramento expirase.

Me parece lo mejor que me ha pasado en la vida—contestó aún con expresión estupefacta. No lo dijo pensando, simplemente le salió del alma. Al segundo siguiente se dio cuenta y sacudió al cabeza apresurándose a añadir:—. L-Lo siento. Pido perdón de antemano si digo algo que esté fuera de lugar pero... es que no estoy acostumbrada a ninguna etiqueta.

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11/11/2013, 14:02
Akiko

—El Dragón cuida de los suyos —repitió Akiko—. Tu lealtad será puesta a prueba. Pero por ahora ve a ver al Teniente Alexandre. Ha enviado mensajeros todos los días para buscarte. Debe tener algo muy importante que tratar contigo. No le hagas esperar.

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11/11/2013, 15:49
Rowane

Rowane asintió y tragó saliva imperceptiblemente aunque en aquella ocasión fue más por sentir la garganta seca que por inquietud. No estaba estrictamente inquieta sino más bien tratando aún de asimilar todo aquello. Un panorama que por una vez parecía presentarse remotamente bueno y por ende le costaba de concebir.

—Sí, modemoiselle—respondió—.Y ... gracias por todo.

Hizo una sencilla despedida de cortesía con la cabeza y se dispuso a irse de allí. Tenía casi la total certeza de que Alexandre querría hablarle de Lurian o, como mínimo, de la redada. Y no tenía muy claro si el hecho de que el estómago se le retorciera como si se hubiese tragado un manojo de serpientes era buena señal o no. No sabía ni qué pensaba del único amigo que creía haber tenido en su vida hasta que este había decidido traicionarla. ¿Realmente alguna vez había llegado a serlo? ¿O es que ella era demasiado ingenua?

Sacudió la cabeza en un esfuerzo por apartar aquellos pensamientos de su mente, si les daba vueltas sería peor y no quería hacer espera a Alexandre.