Partida Rol por web

¿Acaso soy yo el guardian de mi hermano?

Prologo: El pueblo de la plaga

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30/04/2011, 23:44
Martín Rodríguez

La respuesta del pobre hombre en cuanto a mi familia no me sorprende en absoluto, aunque en estos momentos no sé si es una buena o mala noticia. 

Que Dios se apiade de su alma —digo al ver como la vida se derrama rápidamente por su garganta. 

Por suerte para los perros y los cuervos no podemos sacarlo —o al menos no de manera rápida— de la jaula. Si no fuera por eso, yo mismo habría estado dispuesto a enterrarlo. 

Ignoro por completo la pequeña discusión surjida, pues no me incumbe en absoluto y lo hecho hecho esta.

Que amo y perro gasten saliva para dejar claro cual es el sitio de cada uno, que yo me la reservaré para el camino que queda hasta la villa.

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01/05/2011, 16:29
Director

El guerrero a sueldo del noble decide dar una muerte piadosa al encerrado en la picota y con un buen tajo le corta el cuello al vecino del pueblo que termina con una ligera sonrisa en los labios antes de morir entre gorgoteos a los pocos segundos.El hidalgo es un buen juez del caracter, y aunque el tipo parecia un hombre cuanto menos... avispado, como cualquiera que se dedica a la costura, que tienen costumbre de devolver menos tela de la que reciben, pero la parte de la mujer y la de su encarcelamiento en el pequeño habitaculo es verdad, tambien habia sinceridad en lo explicado a su antiguo vecino. La cortesana de rojos cabellos pone su naricilla arrugada, su ambiente es otro las cortes tambien son crueles, pero al menos no te llenas del barro y la sangre, por lo que solo asiente algo lívida al espectaculo y le dice un "no sucede nada" al médico.

Trás la pequeña discusión suscitada por la muerte del hombre condenado que ahora yace sin vida con sus ojos vacuos mirando algún otro lugar y su boca sigue con su pequeña sonrisa, como si hubiese comprendido la última broma, avanzais por el suelo embarrado, los dos que vais a caballo con más descanso, el resto que va a tropel detrás espera que el camino mejore, lo cual no sucede a pesar de la evidente cercania a las puertas de la villa, que está rodeada de una empalizada, que seguramente no sirva para proteger de un ataque enemigo(aunque si de las alimañas), pero de la que estais seguros por los soldados que están esperandoos con una media sonrisa enfrente de ellas, que os cobraran por el paso y la "protección" que trás ellas aguarda.

Tal como imaginais, un hombre con furunculos que cubren la mitad de su cara os pide con una mano alzada y su voz bronca que pareis, mientrás que dos de sus compañeros os vigilan, y al ver a la mujer que cabalga con vosotros y a la hermosa cortesana, están discutiendo en privado, aunque por las risas y por los movimientos de manos, imaginais de que, el soldado de la cara picada os dice:- Alto, estais en las tierras del conde y por el paso a esta villa se paga 20 dineros de vellón, por lo que sino teneis tal, podeis daros la vuelta y venir por donde habeis venido, además no se permiten armas en nuestra villa que esto no es tierra salvaje y ya estamos nosotros para proteger vuestros pellejos.- Cuando os dice la cantidad, evidentemente es una estafa demasiado caro, aunque vuestros dineros pueden pagarlos.

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01/05/2011, 18:46
El Astuto Hidalgo Don Íñigo de Martínez

Miro de arriba a abajo al tipo. Al parecer, sí que hay una gran enfermedad que atañe a este pueblo. Espero, por nuestro bien, que esto no se extienda a palacio.

Es bastante desagradable, con la cara llena de pústulas supurantes. Al parecer no se ha dado cuenta de mi noble porte, o de lo contrario, no habría puesto inpedimento en dejarnos pasar. Visto lo visto, lo mejor será que me identifique. Espero que eso nos deje el paso libre al pueblo, y, de paso, que nos guíen hacia el lugar donde tenga que reunirme con el joven conde

Mi nombre es Don Íñigo de Martínez, Noble hidalgo castellano. —comento al guardia con semblante serio, aunque con tono amable. Tras la pausa, prosigo diciendo— Estos que van tras de mí, son mi escolta. Estoy aquí para reunirme con el joven conde del lugar. Así que, si sois tan amable, haceos a un lado, tenemos asuntos que nos urgen como para sufrir retrasos por la guardia local. También sería un detalle que nos acompañasen, o al menos nos indicasen, dónde se encuentra el joven...

Desde mi caballo, miro de arriba a abajo al horrendo y enfermo guardia. Si es inteligente, nos dejará pasar, y no nos pondrá más impedimentos. Si no, seguramente acabe en la misma picota que el pobre zapatero degollado...

- Tiradas (1)

Tirada: 1d100
Motivo: Elocuencia.
Dificultad: 70-
Resultado: 50 (Exito)

Notas de juego

No sé si tengo que tirar para esto o no, pero bueno, por si acaso...

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01/05/2011, 20:56
Elena del Valle

Aquel hombre cuanto menos me daba asco, tanto por su aspecto, que más bien parecía un personaje sacado de los relatos de terror de un bardo, como por sus palabras al pedir aquel dinero, por lo que tuve que contenerme para no enseñarle cómo se recibían a los forasteros...

- Diez mil patadas te daba yo en tu fea cara! - Me mordí la lengua para sólo pensarlo y no decirlo en voz alta.

Sí, no hablaba mucho, pero casi más que una costumbre era por conocimiento de causa, porque muchísimas veces, era la boca lo que me perdía, eso, y la escasa paciencia de la que solía hacer gala.

Casi sonreí de nuevo cuando dijo aquello de las armas, y tras las palabras del " jefe " esperaba que no tuvieran la intención de desarmarme porque antes prendería fuego en un lado y esperaría en el otro con el arma presta hasta que fueran saliento para rebanar cabezas.

- Igual es que la enfermedad les ha vuelto idiotas... - Murmuré para mí para que ellos no pudieran escucharlo.

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01/05/2011, 21:10
Rodrigo de Valmaior

 Rodrigo esperó pacientemente, dejó que hablasen otros, al fin y al cabo, no era su fuerte. 

"No se permiten armas en nuestra villa que esto no es tierra salvaje y ya estamos nosotros para proteger vuestros pellejos", gato encerrado, pensó Rodrigo. Se alegró al ver las palabras del señor, que no estaba dispuesto a ceder ni al cobro del paso ni a la entrega de armas. La situación no le gustaba, pero al fin y al cabo, para eso estaba allí. Afianzó su pies en el suelo, en buena posición para poder moverse gracilmente en combate y agarro instintivamente la empuñadura de su espada... pasara lo que pasara, estaba preparado.

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01/05/2011, 23:00
Constanza - Pietro

Pietro:

Dejo de pensar en la víctima de la enfermedad y la muerte. En mi vida he visto varias y mi carrera sólo está comenzando, así que muchas más habrá para presenciar, me guste o no.

Entonces veo que llegamos a puertas del pueblo. Los guardias piden que paguemos y que nos quitemos las armas para pasar. El Hidalgo se presenta y habla con ellos. Tienen signos de enfermedad también. No sé si será lo mismo pero comienzo a preocuparme, ahora mucho más.

"¿Cómo saber que no enfermaremos? Es mi deber proteger a este grupo de estas cosas...pero debería averiguar más de la enfermedad."

Pienso en hablar sobre ello con los guardias pero no sería prudente interrumpir al Hidalgo. Esperaré la respuesta que le dan antes de intervenir. Además veo que la joven guerrera hace cara de pocos amigos y no la culpo, estos no tienen un ápice de cabeza. Espero, pacientemente, el curso de la situación.

Notas de juego

 n.n así no hay más confusión xDDDD

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03/05/2011, 20:19
Martín Rodríguez

Al  echar un vistazo al soldado que habla me queda una cosa muy clara: no me suena de nada este tipo. Si alguna vez llegué a conocerlo, no debía de tener la cara plagada de forúnculos. De todas formas, hace demasiado tiempo que abandone este sitio y lo más posible es que ese desgraciado no lleve aquí más de dos o tres años. 

—¿20 dineros por el paso? Hemos debido de confundirnos de lugar, pues yo recuerdo que la villa donde crecí era bastante más humilde —digo con evidente sarcasmo—.  Debe ser que con la enfermedad que guarda dentro las gentes se matan por entrar a cogerla… 

En demasiadas ocasiones mi mala lengua me lleva a hablar más de la cuenta cuando lo más lógico sería mantener la boca cerrada. Lo cierto es que soy completamente consciente de ello, pero aun así no puedo evitarlo. Solo espero que el noble no se deje buscar las cosquillas y consiga que pasemos sin apoquinar y con nuestras armas, porque si de mi dependiera, llegaríamos a las armas o, Dios no lo quiera, dormiríamos frente a la empalizada.

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04/05/2011, 12:39
Director

El soldado se rasca la cara, haciendo que se le inflame algunas de las costras picadas, parece que intentando recordar algo, centra toda su atención al noble, pues parece ser el representante de todo el grupo, finalmente dice:- Ummm, si algo se me ha comentado, que iba a venir el nuevo regente de la villa- Da un rapido vistazo a tu blasón y comenta:- El nombre cuadra y el blasón lo aparenta, pase ústed mi buen señor, sin pagar ningún dinero y llevando sus armas pues es su derecho-Mira al resto y le hace una señal a sus hombres, que no sacan armas, pero están atentos:- Pero el resto del grupo que os acompaña no los tiene, por lo que ir dejando las armas a la vista, que bien sabremos guardaroslas. Los dineros vienen bien para el mantenimiento de los caminos y del pueblo que pisais, pero en vuestro caso y como comitiva de nuestro nuevo conde guardaroslos- Sonrie con impertinencia señalando un arcón, donde espera que guardeis las armas.

 

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04/05/2011, 13:38
Rodrigo de Valmaior

 Rodrigo sigue con los pies bien afincados sobre el barro, preparado para ponerse en combate en cualquier momento, agarrando el pomo de su cimitarra. Como toda respuesta a la solicitud de que entregue sus armas, escupe al suelo, y mira a su señor, esperando que este interceda...o morirá alguien, no va a ceder su arma.

-Mi señor... vos sois el nuevo regente y nosotros vuestra escolta... ¿como podremos defenderos sin armas? - Dice en un último intento de solventar la situación sin matar a nadie.- 

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04/05/2011, 19:43
Constanza - Pietro

El asunto de dejar las armas no es algo que a mí me afecta ya que no porto ninguna. Pero entiendo que los demás, sobre todo los soldados o guerreros, no lo verán tan simple. Lo entiendo.

Mucho más me preocupa el estado de esos guardias.

Le pregunto a uno de ellos, desde la misma distancia en la que me encuentro:

-¿Señor...? Soy Pietro, el médico del grupo. ¿Le molestaría indicarme los síntomas que aquejan al poblado? Quizás pueda ser útil, pero requiero un poco de información.

Espero la respuesta y callo, a veces poco es más, y creo que esta es una de esas veces.

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04/05/2011, 19:49
Elena del Valle

Aquel guardia estaba acabando con mi paciencia, que tampoco es que tardase tanto en acabarse, pero como mi postura ya era suficiente responder sobre lo de soltar las armas, simplemente decidí por hablar, intentando así menguar un poco las ganas de bajarme del caballo y ponerme a repartir hachazos hasta quedarme sola.

Tras horas sin decir una palabra, al fin se escuchaba mi voz, bastante menos ruda que mis formas.

- Pietro no malgastes tu energía no ves que la fiebre les hace delirar.

Sonreí mirando al guardia como si estuviera imaginándome sus tripas saliendo de su vientre o su cabeza rodando tras un muy acertado golpe.

- Yo tengo el remedio perfecto para todos sus males! - Sin duda aquellas palabras sonaban más que a amenaza.

Me contuve tan sólo esperando una orden para acabar con el sufrimiento del guardia.

- Tiradas (1)

Tirada: 1d100
Motivo: Intimidar
Resultado: 57

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04/05/2011, 22:08
El Astuto Hidalgo Don Íñigo de Martínez

Tal vez no haya sido todo lo claro que me gustaría —digo dirigiendome de nuevo al guardia. La idea de dejar a mucha de esta gente sin las armas no me desagradaba, porque podían ser un peligro más que una defensa. No obstante, tenía que arriesgarme— Una escolta sin armas no es una escolta. Decidme, mi buen señor, ¿os gusta vuestro trabajo? ¿os gustaría compartir el destino del pobre desdichado del camino por negar el paso a la escolta del nuevo regente? Espero que vuestra respuesta sea que no a esto segundo.

— Ahora, si sois tan amables, dejad paso. Tenemos cosas que hacer, y no quisiera perder más tiempo.

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05/05/2011, 09:31
Rodrigo de Valmaior

Rodrigo sonríe complacido ante la respuesta de su señor, no obstante, no suelta la empuñadura de su cimitarra, por si las respuestas siguen siendo negativas.

Notas de juego

Al final si que puedo postear, que en el congreso en el qe estoy, tienen wifi en pleno pavellón, está de puta madre!!! xD

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05/05/2011, 13:52
El Astuto Hidalgo Don Íñigo de Martínez
- Tiradas (1)

Tirada: 1d100
Motivo: Algo
Resultado: 43

Notas de juego

Tiro 1d100, pero no es intimidar propiamente dicho. Sólamente es que se den cuenta que están intentando joder a su futuro señor, y que eso les puede muchos problemas y ningún beneficio...

Si la tirada es por elocuencia, la paso. Pero no tengo nada parecido a intimidar en la ficha...

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07/05/2011, 11:46
Martín Rodríguez

Al oír las palabras del soldado escupo al suelo. Entregar mi hacha y caminar desarmado por un pueblo sucumbido a la enfermedad y del que sabemos bien poco de su situación actual es un autentico suicidio. Casi prefiero pagar los dineros a modo de soborno y mantener mi arma, pues si la gente del lugar —incluida la propia guardia— está realmente desesperada acabaré perdiéndolo de todos modos al estar indefenso.

Esta vez no abro la boca, el resto ya ha dicho suficiente, pero mi mirada y mi postura dejan bien claro que no estoy dispuesto a dejar mi arma atrás.

- Tiradas (1)

Tirada: 1d100
Motivo: Intimidar
Resultado: 50

Notas de juego

Intento intimidar (tampoco sé con que competencia habría que tirar exactamente), pero en principio no tengo ninguna intención de llegar a la sangre si se niegan a dejarnos entrar armados. Antes de eso trataría de usar el soborno.

De todas formas confío en la labia del noble y en el sentido común de los guardias xD

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07/05/2011, 18:47
Rodrigo de Valmaior

 Rodrigo no se molestó en hablar. Notaba la empuñadura de su cimitarra bien agarrada por su mano, eso era suficiente. Esperaría a ver si las palabras del noble surtían efecto, y si no...pues habría que mancharse un poco de sangre. Esperaba impaciente.

Notas de juego

 No me molesto en intimidar, si nos dejan pasar con lo que ha dicho el noble, bien, si no...escabechina, y pasamos.

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08/05/2011, 17:57
Director

El guardia al mando de la puerta se os queda mirando rascandose la costra, mientrás que intentais que caiga en vuestra razón, en los demás pueblos es normal que no se permitan armas... pero solo a los plebeyos, y siempre con una practica tarifa para poder soslayar esa norma tan poco permisiva. El hombre con voz gutural dice quizas algo nervioso con ciertos goterones de sudor que le bajan por la frente, se encuentra entre demasiados luchadores que parecen diestros, y los hombres de su alrededor no parecen tener muchas ganas de pelea, aunque uno de ellos se acerca a una campanilla que esta a su lado, como la toque tendreis a todos los hombres del pueblo en armas:- Si yo lo comprendo mi señor, pero tenemos la enfermedad que zahiere estas tierras, los aldeanos estan bastante nerviosos, las normas no las dicto yo y...- Ignora al médico, pero echa una mirada cautelosa a Elena y Rodrigo, porque están demasiado cerca y con las armas dispuestas...

De repente, las puertas se abren por el otro lado, un hombre a caballo y varios soldados mal encarados salen por la puerta, en un principio pensais que se ha dado una voz de alarma, pero el que va en cabeza, un hombre vestido con una armadura teñida de negro, muy alto , pero de una delgadez fantasmagórica,de calva brillante, ojos penetrantes y barba larga de color azabache os mira con curiosidad y proclama con una voz melodiosa, tan diferente de su cara que le da cierto aire a un buitre:- ¿Que es esto Antonio? ¿Metiendote en problemas con gente de bien, venidos del camino?-

Antonio, el hombre con la cara picada responde con auténtico terror, como si temiera más lo que fuera capaz de hacerle este nuevo personaje que ha entrado en liza:-Mi capitan seguia sus ordenes a rajatabla lo juro por mis...-

El hombre vestido de negro le especta:- Pero el sentido común deberia estar en primera instancia a cualquier orden, no se si te habras fijado, pero además de molestar a un noble, que por lo que he sido informado va a ser nuestro señor- Se baja del caballo y hace una profunda reverencia:- Mi señor, ibamos a buscaros, no os preocupeis os llevaremos a la casa de nuestro señor y ya podreis hablar sobre la regencia- Se vuelve al soldado y le dice con sorna:- Reconozco en el grupo a la afamada parda "Rosa sangrienta", no se ni como te ha perdonado la cabeza que tan poco utilizas.- El soldado calla y se aleja hacia una de las paredes ante las miradas picaras del resto de su grupo, el hombre esta aterido con un sudor frio callendole por la frente, como si hubiese pisado su propia tumba.

 

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08/05/2011, 21:04
Elena del Valle

Estaba concentrada en mirar a aquel guardia que seguía hablando como si no hubiera entendido que en cuanto perdiera la paciencia, él perdería la vida, pero tuvo suerte y las puertas se abrieron, llegando lo que por un momento pensé que eran refuerzos, aunque tampoco es que me diera mucho miedo tener que enfrentarme a todos, pues era una persona consciente de que seguramente más temprano que tarde la muerte me miraría a los ojos y permanecería con la cabeza bien alta hasta mi último aliento.

- Te has salvado...esta vez... - Gruñí simplemente pero era mi forma de decir aquello que pensaba y luego simplemente bajé el hacha, que no la guardé, para observar atentamente al hombre que estaba hablando.

- Sin duda sabe como alabar a la gente, pero...

No hice ningún comentario cuando se refirió a mí, pues tampoco podía decir que fuera una persona de la que no se contara ninguna historia por ahí, aunque la mayoría estabas exageradas al límite, aunque me ayudaban a que la gente me tuviera aún más miedo del que debían tener hacia una mujer sin apenas paciencia y con mucha sangre fría.

- Una cena, un baño caliente y mi hacha cerca... Esto empieza a tener mejor pinta. Quizás hasta un poco de licor... Ummm

En seguida se me olvidó que hace unos instantes quería quemar la aldea, ahora lo que quería era alguno comodidas, que la lluvia había calado todos mis huesos durante aquel trayecto a caballo.

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08/05/2011, 21:20
Constanza - Pietro

Ya estaba un poco preocupada porque las cosas parecían no aclararse y en cualquier momento estaríamos en medio de una batalla cuando, por fortuna, apareció un hombre que le dijo al guardia que nos dejara pasar. Me dio bastante enfado el hecho de que no se me respondiera sobre mis preguntas acerca de lo que aquejaba al pueblo, pero no podía hacer nada de momento.

"Ya sabré sobre la condición de las que estas gentes son víctimas..."

Pensé y simplemente me quedé callada. El Hidalgo era la persona más importante, al menos socialmente, del grupo así que no era mi cuestión el ser diplomática.

Suspiré por lo bajo y seguí a los demás cuando se pusieron en movimiento. Estuve al lado de la dama como estaba antes y mantuve mis ojos adelante, aunque de tanto en tanto, miraba las caras de los guardias, intentando recordar sus síntomas.

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08/05/2011, 22:52
Rodrigo de Valmaior

 Rodrigo relajó un poco la posición, pero no soltó la empuñadura de su espada. Si no se fiaba del anterior guardia por imbécil, de este no se fiaba por alagüeño. Para que excusarse...Rodrigo no se fiaba de nadie, pero había diferentes grados.

Vio de reojo los gestos de la guerrera del grupo, y no pudo evitar una cierta sonrisa de complicidad.

Impaciente por lo que estaba por cual sería el siguiente movimiento del grupo, decidió apresurar al señor con una simple frase:

 

¿Y bien?