Partida Rol por web

Por un momento Frye dudó y por un momento pensó en no abrir fuego contra el padre Andrej, aunque parecía un loco más como aquel acólito y aquella maniobra no parecía presagiar nada bueno estaba ante fuerzas que no podía comprender. Sin embargo el reciente recuerdo del acólito le hizo cargar el arma y tras apuntarle gritar:

—¡Detén lo que quiera que estés haciendo! ¡Debemos destruir este castillo, no desafiar al altísimo!

Ron se situó a lado de William. Compartía por completo la idea de éste. Había que explotar el Castillo, quemarlo hasta los cimientos y que nada quedase en pié.

-Hay fuerzas superiores a nosotros que guían esta locura. Debemos hacer lo que dice William. Padre salgamos de aquí. No hay Dios que guíe esta locura.

La situación era cada vez más surrealista. Estaba convencido que la comunión con Dios que esperaba el padre no era tal y solamente iba a traer de nuevo desgracias a los miembros del equipo que quedaban en pié.

Dios no tenía nada que ver con esto. Al menos el dios que Nathan conocía.

¡Padre, escúcheme! ¿Cómo podría ser esto obra del Altísimo? ¡¡Toda esa negrura y ese hedor!!! Necesito que se aparte y venga aquí. ¡Vamos a volar todo esto por los aires!

Chance esperaba provocar alguna reacción al decirle que iban a destruir el lugar. Si como parecía el sacerdote había perdido la razón, con suerte vendría a por ello y tendría la ocasión de arrebatarle y echar un vistazo a ese líquido de la jeringuilla.

Mientras tanto, siguió apuntando en dirección a la negrura.

Voces de alemanes comienzan a oirse en las zonas aledañas. Parece ser que por fín están reaccionando a la inmensa cantidad de disparos que habéis soltado en el cementerio, y una pequeña sección del destacamento destinado al castillo está investigando la zona con linternas y sus armas apuntadas hacia el lugar lleno de restos de cadaveres y muerte. EL padre Andrej parace sumido en su propio trance de locura y extasis, y aunque os mira, sonríe cómo solamente alguien vacío por dentro podría hacer. La bola de negrura malforme emite unos pequeños tentáculos viscosos y arrastra violentamente al padre Andrej a su interior donde desaparece al instante.

Los tentáculos ahora van hacia vosotros probablemente con la misma intención que tenían con el pobre iluso que acaba de engullir. Unas bocas con miles de hileras de dientes de aspecto aterrador emergen de la nada en la extraña piel de la criatura que sigue creciendo exponencialmente. Su visión es simplemente horrible.

La presencia de aquel ser escapaba a su razón, como aquella esfera se había acabado en trasformar en aquella bestia inmunda. ¿Sería acaso el fruto de la unión del padre Andrej con aquel ídolo esférico que adoraba? Entonces se dio cuenta que sudaba como si no hubiera un mañana y su ropa estaba totalmente empapada, su cuerpo ardía de manera febril pero William sólo sentía el frío que le embargaba al sentir los tentáculos cerca.

¿Los tentáculos? ¿De qué mundo es eso? ¿Estoy en peligro?

De pronto pareció reaccionar y echó a correr más por supervivencia que por entender sus propios actos.

-Pero que cojo***... -Ron no pudo contener la expresión cuando vio la masa de tentáculos que acababa de absorber al Padre. -No se suponía que él era el experto en este tipo de "criaturas". Estamos jodidos. -Ron comenzó a retroceder mirando hacia la criatura, por nada del mundo le daría la espalda a un ser como ese.

-Creo que lo mejor es salir por patas, bajar a la zona de la estructura y dinamitar este manicomio cuanto antes.

Y para completar el pack de emociones podían escuchar como el enemigo se acercaba a trote ligero. Completar la misión y salir con vida se estaba convirtiendo a cada paso en algo de dificultad exponencial.

Nada de lo que había visto Nathan podría haberle preparado para semejante locura. Aquel horror infernal representaba todo lo que estaba mal, todo lo incorrecto, todo lo imposible que su mente de académico se negaba a aceptar por principio. Era aquella una condensación de los temores mas atávicos del ser humano, a lo que nunca hubiera creído tener que enfrentarse.

-¡¡Sa....sal...salgamos de aquí!! ¡Volemos todo esto! ¡Hay que acabar con esta abominación! ¡Nuestras vidas no importan! gritó a sus hombres mientras retrocedía, preso de un terror irracional, y se pegaba un buen costalazo al dar con su espalda contra una de las columnas, quedando momentáneamente sin aliento...

El grupo de valientes infiltrados parecía desmoronarse mentalmente al ver tan terrible criatura tomar forma lentamente. Los tentáculos obscenos y gelatinosos se acercaban deliveradamente hacia la cabeza de Nathan que pudo darse cuenta de las intenciomnes de ese ser y tomar una de las decisiones más importantes de su vida; Correr.

Los alemanes estaban acercandose desde abajo y es que el torreón tenía varios túneles que llegaban a comunicarse con la escalera de caracol que ascendía hacia el estudio de VOn Kammerstein, el científico loco alemán que ha tenido gran parte de culpa en todo lo que está pasando ahora mismo.

Una fogonazo ilumina momentáneamente la cristalera cercana y al cabo de unos segundos una explosión hace que se tambaleen los cimientos del castillo. Gritos, alaridos, y disparos cesan de repente para encontrarse todo en un silencio sepulcral a excepción de los ruidos guturale y burbujeantes de la criatura oscura y humeante que ya tiene el tamaño de la habitación en la que estabais.

Anonadados y sorprendidos decidis que si una explosión ha podido hacer que se tambalee el castillo, lo más sensato sería derruirlo todo, o al menos todo lo que se pueda, con criatura incluída.

Hacía un frío glacial en el interior del castillo, no tanto como para formarse vaho; sin embargo William sudaba como un condenado, además sentía cómo su propia piel ardía como si proviniese del mismísimo infierno.

—¡A tomar por culo todo! Putos nazis, tienen el maldito infierno en su casa... Creo que podemos dar esto por hecho, yo me largo. —Sentenció mientras empezaba a retroceder posiciones sin dejar de apuntar a la cosa multiforme.

El miedo lo paralizaba pero pensar que el castillo de los horrores podía quedar en pie para seguir generando locuras surgidas del cerebro de un demente era algo que Ron si podía quería evitar.

-Salgamos por patas como dijimos pero hay que intentar hacer caer esta abominación de Castillo.

Mientras hablaba iba tomando el mismo camino que William.

Frye toma la iniciativa y convencido de que lo más sensato es mantenerse cuanto más lejos de la criatura posible sale de la habitacióm como alma al que persigue el diablo. Los tentáculos de la misma comienzan a moverse de forma más contínua y armonizada mientras lo que parece un exoesqueleto termina por tomar forma corpórea. Ferret y Chance comienzan a correr escaleras abajo hasta llegar al rellano de las mismas.  Un enorme reguero de sangre y algunos miembros mutilados quedan flotando en la mezcla sanguinolenta y la lluvia torrencial que parece llegar a su climax. El sonido de un claxon os sorprende mientras suena una y otra vez intentando llamar vuestra atención.

—¡¡Entrad ya maldita sea!!— La voz familiar y con acento de europa del este de Novakova sale entrecortada del vehículo que espera fuera. —¡¡¡Esto va a estallar en muy poco tiempo!!!—  De nuevo el claxon emite un pitido a gran volumen muy poco agradable.

-Tenéis razón, carecemos de medios para enfrentarnos a esa cosa. ¡¡Salgamos de aquí y mandemos todo esto al infierno de donde nunca debió salir!!

Chance bajó jadeando por las escaleras. Su desquiciada psique aún seguía funcionando, intentando buscar alguna escalera lateral, acceso exterior o como mínimo algún pilar de soporte para plantar las cargas. Entonces, como un ángel en medio de la desolación, escuchó la voz de la Novakova.

-No tendrá que decírnoslo dos veces. ¡¡Todos fuera, rápido!! gritó a sus compañeros.

Frye no esperó a que nadie más se lo dijera, antes de que su superior hubiera dicho nada, ya estaba poniendo los pies en polvorosa.

—¡Dale gas! —gritó animando a la conductora a que pisase a fondo el acelerador. —Se joderán en sus propias mierdas, no habrá germania que conquistar.

Ron saltó a la parte trasera del vehículo. No tenía ni idea de las dotes de conducción de Margareta, pero sabía que les acababa de salvar la vida.

-Acelera!!

Margareta pisó el pedal del acelerador como si la vida le fuera en ello. Las ruedas del vehículo comenzaron a derrapar y a tirar barro en todas direcciónes. Varios disparos impactaron de lleno en el lateral izquierdo del coche aunque a simple vista ninguno llegó a perforar la chapa. La lluvia seguía cayendo de forma incesante mientras los alemanes empezaban a acercarse cada vez más para jugar al tiro al blanco con el vehículo recien robado de Margareta. Una figura oscura, ataviada con túnica y una enorme cimitarra se apresura corriendo hacia vosotros cuándo un tentáculo enorme del negro más azabache lo recoge por la cintura y lo parte en dos para acto seguido llevarse los restos del cadaver en volandas hasta donde quiera que esté su boca. — ¿Pero que mierda es eso?—  pregunta vuestra compañera mientras pega patadas al pedal del coche presa del pánico. De alguna forma el todoterreno es capaz de liberarse a trompicones de la presa que hacía el barro a las ruedas y por fín sale disparado aunque descontrolado hacia la entrada principal del castillo de Karlstein.

—¡¡¡AHI DETRÁS HAY UN ACCIONADOR, QUE ALGUIEN LO PRESIONE!!!!— grita Novakova mientras intenta hacerse con el control del vehículo que derrapa demasiado por culpa de la lluvia.

Una enorme bola impía y maligna destruye por completo la cúpula de la habitación en la que Nathan y los demás habían estado hace unos minutos. Es gigantesca y parece que no va a parar de crecer. Su cuerpo ha cuadruplicado su tamaño en pocos minutos y de sus mandíbulas han proliferado tumores y dientes de forma amenazantes. Un sin fín de tentáculos comienza a llevarse varios cuerpos, de alemanes suponéis, hacia las alturas. Unos segundos después el fuego de las armas ha cesado para cambiarse por completo por el ruido de huesos rotos, sangre y entrañas salpicando contra el suelo desde gran alturo y gritos. Gritos tan atroces que os acompañarán por el resto de vuestras vidas, pues nadie está lo suficientemente preparado como para presenciar algo así.

Súbitamente la lluvia para. El cielo de un tono verduzo y amoratado se rompe en un segundo, y comienza a formar una espiral de nubes de aspecto enfermizo. Las figuras de unas criaturas voladoras pero imposibles se arremolinan en el vortice de un haz de luz rojizo y humenate. Del cielo comienza a aparecer algo, un segmento, de nuevo otro tentáculo aunque esta vez de un tamaño tan gargantuesco que haría palidecer de pequeñez a la terrible abominación negra que se sigue expandiendo en lo alto de la torre.

Aquella aparición de otro mundo magnificó todos los miedos que sintió en lo alto de la torre y aquel ser tentacular y pulposo se transformó en la manifestación de sus peores temores. El único pensamiento próximo a la razón era sobrevivir:

—¡Joder! —gritó una vez devolvió su mirada a la conductora— ¡Deja de marear con el puto volante maldita puta!

Empezó a emprenderla con la conductora a empellones mientras luchaba por hacerse con el control del vehículo que no paraba de derrapar por el barro.

A pesar de la impresionante realidad que están viendo, Ron consigue mantener la sangre fría, pero por desgracia William no. Haciendo acopio de valentía, agarra al soldado y trata de inmobilizarlo.

-Tranquilo William, joder. Nos vas a matar a todos. Escucha mi voz y relajate.

De conseguir alcanzar la calma depende que no acabe todo en un accidente de tráfico mortal...lo cual sería triste a estas alturas.-Piensa.

Chance tragó saliva cuando la abominación tentacular surgió de entre las nubes. Nada podía haberles preparado para aquello pero si mantuvo la calma fue pensando que si realmente Novakova había colocado los explosivos aún había posibilidades de cumplir la misión. Y si además podían evitar acabar como una mancha roja en el asfalto, mejor que mejor.

-¡¡Calma, soldado!! ¡¡Nos está poniendo en peligro a todos!!- le espetó mientras intentaba evitar que pusiese sus manos sobre la conductora -¡Agárralo bien, Ron!- gritó para accionar el detonador poco después...