Partida Rol por web

Ni se os ocurra pensar que ireis de fiesta sin mi!!! Con lo que nos ha costado llegar hasta aqui, solo faltaría que dejaramos un engendro sin matar, imperdonable, además, sabemos que el Sargento Iah nos estara evaluando.-Dice Rennard

Cleptus sonríe ante las palabras de Rennard, y la súbita firmeza en las órdenes de Micah.

- Hermano, tomaré dos de tus exploradores para revisar el otro ramal. Nos encontramos fuera en 15 minutos, o vamos a por el otro si no ha vuelto.
Sus señas son rápidas: Litilus y Larkin deberán ir con él. Levanta su pistola bolter y recorre sus pasos hacia atrás, y la otra parte del lugar.

Rennard ya se encuentra al final del pasillo, sobre un charco de sangre. Este parece abrirse en una habitación espaciosa.

Al final del pasillo se abre una sala grande, iluminada por una fogota encendida en el medio. Rodeando la fogata se ven símbolos en el piso, y 7 cuerpos abiertos en canal.

Lo que cubre completamente el suelo y las paredes es la sangre de esos cuerpos.

- Vamos cuanto antes, sentencia Litilus

se acerca a CLeptus y espera que le de mas instrucciones para investigar el otro ramal.

Hermano Micah, ¿cuales son las ordenes? - Dice Rennard con la espada en la mano.

Miro detenidamente el lugar, realmente da asco, si recordara que ese sentimiento, con el Bolter bien sujeto, espero ordenes mientras miro la escena. No estoy en mis mejores condiciones, pero que puede parar la furia de los Marines, ¿que?.

La oleada latente de maldad es tan intensa que casi parece física, como si un enorme maremoto de brea se estrellase contra él, a pesar de la distancia a la sala.

Sacudió la cabeza y mantuvo su mutismo. El reciente encontronazo contra el ser infernal aún pesaba mucho en su mente y esta nueva sensación de viscosa maldad ahondaba su malestar.

El marine escuchó al hermano Cleptus y asintió en señal de conformidad.

Una vez posicionados donde los ramales se bifurcaban, tuvo que hacer acopio del auto control que le quedaba, para no salir desbocado en busca del mal que había causado esa masacre. Con la voz un tanto afectada por la rabia, dio sus  órdenes.

-Iré yo primero, vosotros deberéis cubrirme. Trabajaremos en equipo, nada de héroes personales. Ya cayeron dos hermanos, no quisiera que ese número aumentara. Ya hemos oído a Cleptus; si en quince minutos no hallamos nada más, volvemos al punto de reunión. Que  el Emperador guíe nuestros pasos y acompañe nuestra puntería.

Cansado, emprendió la marcha por el corredor.

Apuntando en el pasillo, veo la espalda del hermano Micah. En posición el humedo sudor, parece que retorna de donde mismo sale, para agarrarme el corazón, aqui queda algo, algo que no comprendo, algo que tardare otros 100 años en empezar a conocer.

Rennard sigue las ordenes escrupulosamente y cierra la marcha con la espada en la mano y los sentidos preparados.

Litilus espera a que cleptus de las ordenes para la investigacion del ramal, pues ha requerido sus servicios y Micah esta de acuerdo.

Cleptus hace una seña y dos exploradores lo siguen. Tras revisar el otro pasillo, rádpidamente descubren que desenboca en la misma habitación en la cual se encuentran los demás.

Ante la señal del Hermano-Explorador de que está todo libre, proceden a salir del bunker llevando a Temán entre dos.

Fuera, arrivan dos Marines que están dando órdenes a los exploradores restantes de Cleptus, formando un perímetro. Uno de ellos en particular despide un aura de malestar casi visible de tan palpable... sobre la cabeza lleva numerosos cables e implantes, y un Querubín sobrevuela sus pasos.

Ante su orden, los otros dos marines se internan en el complejo. Al salir, un tremendo calor se siente de a bocanadas por el pasillo de entras; en nada el mismo hormigón parece ceder y el lugar implosiona en medio de grandes llamaradas con el característico olor a Promethium.

- Fuera de aquí. Os esperan en el camino, les ladra el Marine de los implantes, con cara de extremadamente malos amigos.

En el camino os espera Iah, en un Rhino. Les hace señas rápidamente para que suban al transporte. Extrañamente, lleva una sonrisa en la cara.

Cleptus saluda con el puño al pecho, monta sus motocicletas y los exploradores desaparecen camino arriba.

Iah los acompaña en la cajuela, mientras el vehículo se zarandea camino a la Fortaleza.

Rennard al salir fuera y con la seguridad que imponia ver a tantos hermanos alrededor se puso el casco, demostrando ser la mejor solución ante el gesto hostil que les realizaba el marine con implantes.

Seguro que Larkin la lía...-pensó Rennard.

En cambio Rennard se sorprendío al ver de muy buen humor al Sargento Iah.

Litilus no sabia pq el sargento estaba tan de buen humor y el otro marine con implantes de tan mala uva, no era normal, eran puntos antagonicos con los mismos echos, pero su superior era Iah, asi que se olvido del otro, subio a la cajita con ruedas y se sento esperando que les diria Iah. habia muerto un Marine, un hermano y ademas de su escuadra, y junto a el, debia hablar con Melchior para quitarse ese peso de encima. Habia sido culpa suya? o esk los enjendros del mal tienen poderes que se escapan a mi  conocimiento?

Micah subió al vehículo sin pronunciar palabra. Iah estaba de buen humor pero el muchacho temía que cuando diera cuenta de su informe y su accionar como líder de la escuadra, la sonrisa se le borrara de la cara. Meditando acerca de lo acontecido en la jornada y recordando a sus dos amigos caído en batalla, dejó que el viaje transcurriera perdido en sus pensamientos.