Partida Rol por web

El disparo de Rennard explota en el hombro del Demonio, haciendo temblar el suelo y al mismo engendro, que se tambalea hacia atrás. Reventando su brazo izquierdo del Demonio; restos de una masa pringosa y verde bañan a aquellos que se encuentran cerca.

El Demonio vacila pero se lanza hacia adelante mientras tendones de energía violeta emergen de su muñón, sellando la herida. Carga hacia Rennard, escupiendo, chillando y barriendo el lugar con su garra. 

El marine intenta correrse, pero la masa y velocidad del Demonio no le dejan mayores posibilidades, ni lugares para esquivarlo. Las garras cortan la armadura como si fuera mantequilla, arrancando la pechera y dejando dolorosas marcas en el pecho del marine, quien es lanzado hacia atrás.

Jadeando, Rennard se incorpora apretando el Bolter contra su pecho.

Una vez más, Micah apuntó y lanzó otra ráfaga contra el demonio. Sus compañeros estaban haciéndole daño, pero también recibían a cambio. Era hora de controlar su pulso y hacer un buen disparo de una vez, más nuevamente su intento volvió a fracasar.

Harto de su mala puntería, se vio tentado a ir mano a mano contra el engendro, pero eso sólo lograría que sus hermanos no pudieran volver a disparar por temor a darle a él.

Haciendo acopio de paciencia, comenzó a rezar una letanía para calmar su espíritu y así ver si de una vez por todas era útil para la compañía.

Viendo que estaba trabado en combate con el demonio y que la pistola Bolter no le iba a ser de utilidad en combate cerrado uso el arma cuerpo a cuerpo que había traido.

Los disparos de Micah encienden el cielo a la par de los relámpagos, y ante su parpadeante luz la carga de Rennard con la hoja en alto se ve como impresionantes instantáneas de una gesta Astartes.

El golpe del explorador falla, cortando el aire y la cortina de agua. El demonio da un paso atrás, tras haber golpeado a Rennard en el pecho y destrozar su armadura, el grito del Inmaterium que resuena de su boca sacude las llamas que bordean el espacio abierto.

Tras la cortina de fuego, comienza a oirse un sonido chirriante y cada vez más agudo, elevándose de tono. De un reojo alcanzar a ver un vehículo de la Guardia con un cañón automático en su techo, girando a cada vez más revoluciones.

- No podrán con el Caosszz, humanos-- la voz del Demonio es como el crujir de vidrios rotos, como una uña razgando una pizarra. Sucumbid a mí, o a otros. Las Huestes del Caos son eternas, como nuestros poder...

Sus garras intentan apresar al explorador pero este consigue deflectarlas con la espada y luego rodar tras el arco de su brazo.

¡Jamás escoria! Somos los fieles servidores del Dios-Emperador y tu miserable existencia acaba aquí y ahoraaaaaaaa!!!!!!!-

Con un grito descomunal nacido de la rabia pero tambien del ansia de combate Rennard salta hacia el engendro enarbolando la espada y cargando todo su peso en ella hacia el pecho del demonio...

...La espada atraviesa limpiamente al demonio, mostrando a las claras que la espada es de una manufactura mucho mejor que la que Rennard habría visto o poseido en su mundo natal, un chorro enorme de sangre pestilente salió por la espalda del demonio dejando aún más grotesca la escena cuando los ojos furibundos del engendro se vaciaron de toda vida, probablemente preguntandose como había fracasado. La respuesta jamás la sabría puesto que se había enfrentado a los Dientees de Sable, los guardianes del Dios-Emperador.

Uno menos.

El acero se clava en su pecho, y de un manotazo el Demonio aparta a Rennard. Intenta sin éxito sacarlo de su pecho, mientras su imagen se va volviendo cada vez más difusa en los bordes, como si la lluvia lo deshiciera.

Los ojillos clavados en Rennard, como memorizando su cara, finalmente se apagan. - Todos sucumbirán al Caos... susurra en su cara, antes de desaparecer en una explosión de cenizas y luces verde-azuladas.

Un relámpago ilumina la escena y un segundo más tarde, el trueno sacude a los exploradores. Rennard se toma la herida del pecho; puede sentir como su cuerpo mejorado lucha contra el dolor y las heridas, pero ahora que la adrenalina se acaba el cansancio es como un thunderhawk sobre sus hombros. Cae de rodillas, sin poder hacer mucho más.

Micah y Larkin miran alrededor... Arnulf yace boca abajo, en la lluvia. 

Los gritos de los Guardias mientras apagan las llamas a su alrededor es solo como un sueño, algo que sucede en otro plano de existencia.

Mic..ah...debemos ir a ayudar a nuestros hermanos- dice Rennard con muestras de estar agotado, luego se gira hacia Larkin y dice: ¿Que ..le ha ...pasado a... Arnulf?

Micah aún estaba digiriendo lo ocurrido. Todo había pasado con demasiada celeridad. Nuevamente, Rennard volvía a ser el héroe de la historia. ¿Por qué no lo habrá elegido a él? Las palabras de su hermano lo trajeron a la realidad.

-Tienes razón Rennard, debemos partir cuanto antes. Pero no podemos dejar tirado a Arnulf.

Se acercó hasta el marine caído para ver si aún vivía. Mientras se acercaba, hizo señas con las manos a los oficiales para que fueran a asistirlo. Parecía gravemente herido, no podría acompañarlos.

Mientras verificaba la condición de su compañero, estableció contacto con los demás.

-Aquí Micah. Necesitamos vuestras coordenadas. Estamos yendo hacia allí como refuerzos. Repito, necesitamos vuestras coordenadas.

Dejó la radio abierta esperando que alguno de sus hermanos respondiera.

Todo ha pasado tan rapido, que no he podido responder al ataque, acaso no me he entrenado lo suficiente, acaso no estoy preparado para ser la mano derecha del emperador, acaso voy a fallar a mi capitulo y a mis hermanos. NO!

-NO!- digo en voz alta -no ahora, dejemos a Arnulf con esos guardias, ellos podran trasladarlo rapidamente, nosotros debemos partir de inmediato, tenemos una idea aproximada de donde estan nuestros hermanos y ellos nos necesitan ahora - si tienen una amenaza parecida puede que esten peor que nosotros - Señor! no podria pedir un Speeder o un Rhino de apollo, llegariamos mucho mas rapido a la zona, si no deberiamos salir ya! - quizas los nervios me pueden pero creo que el flujo de hormonas y drogas que me esta corriendo por el corriente sanguineo para cicatrizar la fea herida y apaciguar el dolor me esta enervando la razón.

Miro a Micah una vez mas y luego echo una larga mirada ha Rennard, creo que es la primera vez que me enorgullece tanto, estar en compañia de este hermano, seria un placer morir por él, seria un placer luchar cada día a su lado, seria una pena no haberlo conocido. Pero hoy por hoy, el emperador nos pone estas migajas en el camino y nosotros las quitamos gustosamente, con horgullo y marcialidad en nuestros corazones y plegarias en nuestras bocas.

Ains! Con lo bien que hubiera estado llevarse un pedacito de cuerno como recuerdo de haber cazado una bestia. -dice Rennard recordando al resto que su naturaleza salvaje aún sigue arraigada en él, a pesar de los años transcurridos.

Como dice Larks, vayamos a buscar nuestros hermanos, no sea que hagan una fiesta sin nosotros. Micah, creo que puedes decir que envien un transporte a recogeer a Arnulf, podemos llegar corriendo hasta allí, no los dejamos hace mucho...

- Atención Micah, me copian? Escuadra Azul, me copia?

La voz de Cleptus resuena en sus comunicadores.

- La Guardia ha reportado una manifestación código Beta. Reporten la situación. Me dirijo hacia allí.

Podrían jurar que de fondo, tras la voz de Cleptus, se oye el tronar de un poderoso motor...

-Hermano Cleptus, aquí Micah- el muchacho sonó tranquilo a pesar de tener los nervios a flor de piel. -Acabamos de enfrentarnos a un engendro del caos que se alojaba en el cuerpo que encontramos en el camión. El hermano Rennard ha logrado acabar con él. Arnulf se encuentra gravemente herido, sin conciencia. No puedo determinar que tipo de daño ha sufrido, pero parece que fue psíquico- Micah se pasó la mano por los ojos, para secar la lluvia que le impedía ver. -Una parte de la escuadra se dirigió al espacio-puerto, pero han sido atacados. Estamos intentando localizarlos para ir en su ayuda pero no responden. Aguardo instrucciones.

El aspirante a scout había hablado por radio, abriendo la frecuencia a sus hermanos para que estuvieran al tanto de la comunicación. Que el Emperador se apiade de nosotros

Se escuchan disparos mezclados con las siguientes palabras - Aqui Litilus, acabamos de empezar un enfrentamiento con un demonio, pero estamos en en el bosquecillo de la derecha del camino justo antes de llegar al espacio-puerto, no tiene perdida, en el hay un claro donde empieza el complejo subterraneo en el que estamos.

-¡Litilus, resistid que vamos en camino!- Micah hizo señas a sus compañeros para ponerse en marcha. Rápidamente les informó* de las palabras de Litilus y comenzó a dirigirse hacia dónde le había indicado su hermano.

-Hermano Cleptus, hemos logrado comunicarnos con la otra mitad de la escuadra. Nos dirigimos hacia dónde se encuentran para dar soporte ya que ellos también están enfrentándose a un demonio- luego el joven retransmitió las indicaciones de cómo llegar en caso de que los scouts vinieran en su auxilio también.

Por fin algo de acción, suelto el lanzallamas a un lado, ya casi sin combustible y compruevo mecanicamente que el Bolter este en perfecto estado, yo por mi parte aun mal herido los nuevos organos y la disciplina de combate impuesta por los dientes de sable me permitira seguir adelante. Coloco el Bolter a un lado y empiezo ha encaminarme.

-Cuando esteis listas señoritas!!- parece que aun no se han puesto el maquillaje, pero nuestros hermanos necesitan ayuda pero ya!.

¿Lo de señorita lo dices por ti no? Mira que eres lento...o lenta...supongo que por eso has tirado el lanzallamas, para que puedas correr a nuestro nivel...vamonos, no sea que maten a ese engendro sin nosotros, Hermano.

Rennard arranca a correr a la carrera, sabiendo que los demás no tardaran de ponerse a su altura.