Partida Rol por web

Aviso al sheriff mientras intento abrir el pestillo, con cuidado, no sea que haya alguna sorpresa.

El Sheriff vuelve a la chimenea desde abajo aún jadeante y cubierto de hollín. Se acerca para ver lo que el Profesor ha descubierto

- Hummm... ¡Bingo! creo que es un sistema de apertura, con dos botones. ¿ Se le ocurre cómo podemos abrirlo? probemos a empujar los dos botones a la vez. ¡Tire de ese pestillo que yo tiro de éste!

Cuando los dos hombres accionan los dos pestillos al mismo tiempo, un panel se abre hacia afuera, se trata de una puerta oculta. Los dos hombres se asoman para descubrir unos escalones que descienden en espiral, no parece haber luz, así que el Sheriff enciende la linterna, pero luego decide desenfundar su arma y pide a Robert que se ocupe él de la linterna.

- Si le parece bien, yo iré delante cubriendo con el arma y usted va detrás, muy cerca apuntando con la linterna por encima de mi hombro para iluminar la estancia. Si no tiene nada más que decir, deberíamos bajar.

-Voy detrás suya sheriff. ¿Avisamos a sus ayudantes o prescindimos de ellos?

- Esto es muy estrecho para tantos, vayamos nosotros sólos de momento, si necesitamos ayuda siempre podemos salir corriendo afuera y avisarles.

Y comenzó a descender por las escaleras...

La superficie de los escalones es suave y ligeramente húmeda, al descender, la puerta se cierra a vuestra espalda. Al parecer hay unas pesas que se cierran automáticamente, intentáis forzar la puerta pero es inútil, sólo puede abrirse desde fuera... os habéis quedado encerrados, pero por extraño que parezca, el interior no es agobiante y corre una suave brisa, de manera que tiene que haber otra salida al exterior por el otro lado.

Partes de las paredes están cubiertas con mohos fosforescentes, que dan algo más de luz a la escena. De algún lado se escucha un goteo incesante de agua y de cuando en cuando un sonido que identificáis como un aleteo de algún insecto grande. Las escaleras desembocan en una estancia que parece ser una habitación más, aunque paradójicamente, bastante más acogedora que el resto de la casa.

Colgados sobre una de las paredes hay dos retratos de dos matrimonios, un retrato de época victoriana y otro que parece más moderno, en el segundo, de pésima calidad, el matrimonio parece estar sobre lo que parecen cabezas o cráneos humanos. En cualquier caso, la cara de las cuatro personas es macabra, malévola. Sentís un escalofrío...

Además hay tres retratos de dos mujeres, el primero de ellos es muy parecido al que aparece en el medallón que encontrásteis en la carpeto de los Davies. El segundo retrata a dos jóvenes que parecen estar malhumoradas y ser arrogantes pero muy hermosas. Una sentada y otra de pie junto a ellas, parecen vestir ropa blanca elegante de finales o principios de siglo. El tercero de los retratos muestra a las dos mujeres apenas reconocibles, con aspecto de monstruos: una sostiene un abanico en una de sus garras y la otra apoya una garra en el hombro de aquella. Partes de la piel de ambas han sido pintadas de color rosa y gris, como si tuvieran graves quemaduras; Sus cuerpos están llenos de bultos y se han deformado de forma extraña de manera que algunas de sus partes parecen desafiar a la gravedad. Un deseo infernal brilla en sus ojos... el óleo ha sido recientemente pintado.

- Cristo bendito...¡Son las dos hermanas! Qué locura... ¿Quién podría ser capaz de pintar una cosa como ésa? Un loco... un loco...

-¡¡¡Por todos los dioses!!!, pero, pero, ¿esto que es?-

Doy varios pasos hacia atrás aterrorizado. Por unos instantes se me pasa por la cabeza una terrible posibilidad. Hay dos cuadros pintados que, en teoría, muestran a las mismas personas, pero uno es de principios de siglo y el otro más reciente. Si el cuadro dónde salen las hermanas terriblemente desfiguradas está recién pintado, ¿es posible que reflejen algo real?, ¿que otra explicación podría haber?, nadie pintaría un cuadro así. Tembloroso ilumino la estancia con la linterna mientras mi mano se acerca y coge mi revólver del 38, tras comprobar que sigo teniendo el revólver del 32 y ambas municiones.

Al margen de las pinturas, la habitación contiene media docena de muebles toscos y de grandes dimensiones, más para un gigante que para un ser humano propiamente dicho, son todos de metal excepto una bonita cama de madera de bella manufactura con varios pilares que culminan en una especie de baldaquín. La superficie de la cama en lugar de tener un colchón tiene media docena de tablas de madera de grandes dimensiones.Sobre la cabecera de la cama hay una repisa con muñecas enmohecidas de aspecto humano y varios muñecos más con formas extrañas, uno de ellos parece una especie de criatura alada tentaculosa y otro es una masa informe de color oscuro.

Al fondo de la estancia hay una gran mesa de metal sobre la cual hay unos elegantes platos de porcelana, rotos en pedazos y reparados después (con resina o pegamento) y unos excelentes cubiertos de plata, la mesa está preparada para dos personas, unos a la cabecera de la mesa y otros a su izquierda. Sobre la mesa hay aún restos de comida: tripas de pescado,aletas y huesos, un trozo de ternera medio mordisqueada y lo peor de todo: Un hueso de pelvis humana y un mechón de pelo. Alrededor de la mesa hay cuatro sillas, las dos que están frente a los juegos de cubiertos y dos dadas la vuelta y puestas contra la pared, en las sombras.

-Esto no me gusta nada sheriff, parece como si alguien hubiese vivido aquí y por el aspecto de todo esto, alguien no muy cuerdo. Le sugiero que seamos precavidos y estemos preparados para lo que sea -digo mientras preparo mi 38 para disparar.

Me dirijo hacia la mesa para comprobar si "la comida" es reciente o de hace algún tiempo, en especial los restos humanos. Luego iría a echar un vistazo a las sillas y a los peluches.

Sin tiempo a que el Sheriff conteste- el hombre estaba casi mudo, afectado por lo grotesco de la escena- Robert dio la vuelta a una de las sillas y luego a la otra, para comprobar que eran los cadáveres semidevorados de sus dos anfitriones. Padre e hija estaban destrozados y medio despedazados, sus pedazos seguramente estaban aún sobre la mesa. El Sheriff no pudo soportarlo y se dobló para vomitar copiosamente durante un par de minutos mientras que Robert...

A duras penas consigo mantenerme firme, sin apartar la mirada de la dantesca escena que tengo ante mis ojos. Víctor y Philippa, muertos, masacrados y posiblemente devorados, ¿que loco puede hacer semejante atrocidad?, pienso. Acto seguido me giro, presa del nerviosismo y alumbro hacia todas direcciones. Quien haya realizado este crimen, puede andar cerca.

-¿Se encuentra bien sheriff? -pregunto, preocupado por el estado de mi compañero. -Esté preparado, el causante de esto puede estar cerca-

- Deme un par de minutos...

Mientras el Sheriff se recupera, Robert se dedica a ver más de cerca la escena, ambos cuerpos han sido clavados a las sillas con sendos clavos para que no cayesen al suelo y sobre el pecho de ambos hay dos notas en las que puede leerse:

- ¡Los libros me gustaban demasiado!- en el de víctor

-¡Soy una ladrona de libros muy mala!-en el de Philippa

Robert acomete la desagradable tarea de ver más de cerca los cuerpos, llevan encima cerillas, las llaves del coche (del Packard) y una llave hecha en cera recién salida del molde. A Philippa le falta un trozo de la cabeza y Robert se da cuenta de que han sido mutilados de forma muy parecida a la de los criados que encontró en la casa Davies. Mientras tanto, el Sheriff no deja de vomitar...

Esto no me gusta nada. Para mí está claro que quien mató a los criados mató también a Víctor y a Philippa, aunque se me sigue escapando el motivo, ¿por un libro tal vez?, ¿algún tipo de venganza?, eso es lo que parece por las notas que les han puesto, pero son notas infantiles por la manera en que están redactadas e incluso diría que han sido escritas por alguien que no está muy bien de la cabeza, lógico en vista de las atrocidades que ha cometido.

Nervioso y mirando hacia todos lados por si aparece el agresor, espero a que el sheriff se recupere y le cuente mis impresiones.

- Esto es.. puag... asdh... obra de un loco Robert, un asesino en serie como esos que dan por la radio, tenemos que tener mucho cuidado -saca su revólver otra vez tras limpiarse la boca con un pañuelo -lleve el arma lista para disparar no sabemos si el asesino aún anda por aquí. Esto es enorme... debemos seguir buscando por aquí-señala al fondo de la sala donde parece haber otra habitación -vayamos por allí, sígame a unos pasos por si tenemos que abrir fuego.

Asiento con la cabeza y sigo las indicaciones del sheriff. Me pongo detrás suya, a unos pasos, alumbrando con la linterna y mirando hacia todos los lados, incluso hacia el techo y el suelo por si viese alguna cosa llamativa. De tanto en tanto, previa señal al sheriff, me detengo y miro hacia atrás. Toda precaución es poca, pienso.

Antes de llegar a la siguiente sala, reparáis en que hay junto a la pared un gran piano de cola unido por palitos, cuerdas y tornillos. Está en posición vertical contra la pared, como unido a ella, de manera que debe ser producto de un loco, pues nadie tocaría así el piano. A la derecha del piano, justo al otro lado de la abertura de la sala siguiente, hay un montón de basura. Observáis durante unos instantes los restos para daros cuenta de que hay docenas de huesos de dedos y un trozo de la cabeza de la pobre Philippa.

Entráis en la siguiente sala encontráis que es una sala muy estrecha con un canal de agua a vuestra izquierda que conecta directamente con el afluente del Chickasway a través de una verja que se encuentra en estos momentos cerrada. En medio del canal hay un bote cargado de cajas. Hay un desnivel evidente entre el río fuera de la verja, y el canal interior. Hay una caja junto a la verja y una palanca en una de las paredes, además de la entrada a una tercera sala en la pared de en frente.

Señalo al sheriff todo lo que vamos encontrando haciendo incapié en el despropósito que tenemos delante de nuestros ojos. Le hago notar la presencia del bote.

-Parece que alguien se marcha, la pregunta es...¿dónde está ese alguien?

Examino la verja y la palanca, para comprobar si la palanca abre la verja o sirve para otra cosa y si es así, determinar esa función.