Partida Rol por web

-Leonore, si tienes algo en mente, cuentamelo. Yo no se de otra manera mas rapida.

- no... no sé... no tengo un plan...  mis hechizos son sólo de curación...   pero... como decía, no puedes traer un arma, si voy a escapar deberé hacerlo por mis propios medios... Irina, deberé...- entrecerró los ojos, y recordó lo que había pasado con ese hombre y la molestia que le produjo los grilletes.

- termina de comer Irina, mañana intentaré escapar, pero no intervengas yo haré lo que pueda para salir y traer ayuda -

-Te guste o no necesitaras de alguna distraccion para poder salir sin llamar demasiado la atencion. De todos modos, te ayude o no tendre que soportar las consecuencias, asi que prefiero ayudarte. Dime que tiempo necesitarias y tratare de ganarlo en la arena.

- supongo que el suficiente tiempo como para encontrar algo en el lugar en donde me lleven para golpear en la cabeza a ese degenerado, no será mucho, y sólo debo estar con él... porque si está el enano, o esa loca, seguramente será mi fin...  pero antes debo lograr que me saque los grilletes de los pies... - se mojó los labios - debe ser en la arena, Irina,  es el lugar que nos permite estar en un lugar más público y mezclarnos con las personas... ah, realmente no sé si funcione, o si tendré el suficiente tiempo, es más fácil que tú escapes, si, eso, debes escapar tú, tienes las habilidades para pelear, y no tienes los grilletes todo el tiempo, Irina, tú debes escapar - toma las manos de ella con determinación.

-La unica forma de escapar yo de aqui es con el poder suficiente para palastarlos a todos.Pero no puedo permitirme el lujo de apresurarme para ello. Irina hizo una pequeña pausa y lugo volvio su voz mas dulce y protectora que de costumbre.- Tu necesitas salir de aqui para no perderte a ti misma y deves ayudar a la embajadora, no me hagas esto mas dificil Leonore, enserio si acabas siendo un titere de ellos quizas no sea capaz de llegar a mi objetivo y me pierda en la oscuridad a mitad de camino. No preguntes mas y cree porque el camino que se me ha asignado es dificil y peligroso.

La puerta se abre mientras hablan, obligando a que callen de improviso...

El que yace en ella es un anciano vestido con una tunica negra y amplia, sobre la cual pende un abrigo del mismo color... Su expresion es seria, y chupa suavemente un objeto largo y delgado que recuerda a una cerbatana, el cual expide un aromatico humo...

Mira a las dos mujeres desnudas, ya lavadas y limpias, con expresion indescifrable. Detras de el, esta Rozen, con los brazos cruzados.

-Cuanto?+ pregunta, al cabo de unos instantes, a la bandida... Su voz suena a pergaminos ajados.

-Mil por el par, y las estoy regalando... Hacemos un trato? +La joven trata de sonar animada y despreocupada, pero se le escapa una ligera vacilacion con el precio...

-Quinientos...+contesta, pausadamente. + Es la unica oferta que hare. Tenlo presente.

Suspira... frunce el labio. Y acepta.

-De acuerdo. Ustedes dos, levantensen. Se marchan...

Mira al anciano, mientras espera que ustedes se incorporen

-Se van como estan. Mañana recibiras instrucciones por los canales normales para el pago...

Mete la mano en su cinto... sacando de el una bolsita que no parecia tener. La arroja a Rozen, quien la atrapa. Suena metalico.

-Platino. Esta todo alli.+indica secamente. Sus ojos siguen posados en la cleriga y la paladina... Cuando se dirige a ellas, el tono es distinto, suave y amable.+ Por favor, levantensen. Mientras mas pronto nos marchemos, mejor...

Irina se levanta y tiende la mano a Leonore para ayudarla a levantarse.

-Por mi podemos marchar ya señor .... , perdone pero ¿ como me dirijo a usted?

-Perdon, mis modales debo haberlos dejado en casa... Pueden llamarme maestro Arlos, señoritas...

El hombre se vuelve de lado, aguardandolas... La mano que no sostiene el tubo de humo se encuentra en su espalda ahora, y pueden ver como la aprieta firmemente mientras observa a Rozen, la cual parece preocupada. Notan tambien que ni el enano ni el libidinoso Horm la acompañan...

la conversación se ve abruptamente cortada, Leonore  toma las manos de Irina, aunque seguramente la paladina habia escuchado antes que ella los pasos avecinarse. Observó al extraño que llegaba, y la conversación. Sus planes de escape se verían  frustrados hasta nuevo aviso, y la clérigo, se puso de pie, el hecho de estar desnuda por tanto tiempo, ya le había quitado el pudor.

- ¿a donde nos lleva? - se atrevió a preguntar, con sus ojos verdes claros sobre el anciano.

-Fuera de aqui, desde luego...

El anciano comienza a caminar hacia el sendero que ya han recorrido otras veces. Sin embargo, hoy no las espera la calle a secas o un carro enrrejado, sino un par de hombres vestidos de cota de malla, armados con lanzas, espadas y dagas, muy formales. Uno tiene aproximadamente vuestra edad, el otro es un veterano a todas luces. Al verlas caminar desnudas detras del viejo, se quitan sus capas negras y os las ponen, sin necesidad que nadie diga nada... Rozen esta detras, y arroja una llave, la cual atrapa el mas viejo sin dificultad. La asesina no saluda siquiera, al cerrar la puerta del lugar detras de ustedes...

Solo entonces, el anciano habla de nuevo, en tono calmo.

-Convendra que sigan encadenadas de momento. Por favor, conserven la calma y pronto estaremos en un mejor lugar. Es una promesa.

Lejos de lo que esperaba, Leonore recibe el primer trato cordial, (que no fuera de Irina), por parte de los extraños, Leonore los miró con profunda desconfianza y cuando se acercó el más joven, retrocedió como una reacción instintiva, pues pensó que le haría algo, asi que la cara de suma sorpresa asomó en su rostro cuando se vio cubierta. Como pudo afirmó la capa, y  echó una mirada de congoja a su amiga, pues no sabía que les iba a pasar.

- ¿por qué nos ayuda?.. ¿y que sucedió con esa mujer? - le pregunta nuevamente, necesitaba respuestas y si le iban a hacer algo más, que lo hicieran rápido. Por otro lado, una vez afuera, miraba a todos lados con recelo, el buscar una forma de  escapar seguía latente, pero antes debía saber que estaba pasando.

El viejo hace un gesto de silencio. Luego los hombres comienzan a guiarlas por la misma calle que la otra vez, ustedes al medio, el anciano al frente y los dos guardias detras de ustedes, algo a los lados. Sin embargo, en vez de girar hacia el mercado de esclavos, las llevan hacia el otro lado...

Alli encuentran... un puerto! En verdad, es un puerto subterraneo, no uno de esos donde se ven gaviotas sino uno de aguas negras y sombrias, encerrado entre las paredes de las cavernas... La corriente es practicamente nula, pero algo les dice que nadar aqui no es presisamente un deporte placentero.

Una calavera de fuego verde en el techo de esta seccion, sirve como faro, ya que ciertamente desde donde estan parece un puerto cerrado y sin salida...

Son conducidas a un velero pequeño, de tan solo unos 30' de largo y 10 de ancho. Alli el viejo vuelve a hablar, indicando un banco central.

-Por favor tomen asiento... Pero antes, como gesto de buena fe...

Hace un gesto, y el mas veterano de los soldados se inclina, levantando un poco la capa de Irina... para con la llave abrir sus grilletes. Seguidamente, repite el procedimiento con Leonore... Las dos disfrutan otra vez de completa movilidad, al menos de piernas...

Irina toma asiento y observa al anciano, esperando que comience a hablar y asi conocer mejor su situacion actual.

Encontrarse enel puerto, luego de haber dado algunas vueltas ya por calles que no conocía, porque no la había llevado por ahí sus captores, la hizo despertar en ella una esperanza que ya había estado menguando. Buscó, por lo mismo, con ancias  algún rostro conocido, el de sus amigos, y sobre todo el de Malrick, que podría estar cerca, esperándola y terminar así con la pesadilla, mas no encontró rostro alguno que le resultara familiar, sólo los guardias rodeandolas. Le dolían los pies, descalsos aún, sentía como la piel se había erocionado por caminar por los adoquines que conformaban las calles.

Al no ver alguien conocido, temío, si la subían a un barco y se la llevaban lejos, no volvería a ver jamás a Malrick, y ante ese miedo, retrocedió instintivamente, sin embargo, los guardias le flanqueban la pasada, y aquellas cadenas le impedían huir. Estaba nuevamente presa de unos captores a los que no conocía yy por mucho que prometieran, aún el recelo era latente.

Arriba de la nave, Leonore volvió a buscar a sus amigos, entre los rostros de los escasos marineros,  nadie, ¿la había olvidado?. Su corazón se rompía ante esa idea. Así que no hizo mayor gesto cuando soltaron los grilletes de sus piernas, sólo un apesumbrado suspiro que terminó con su rostro cabizbajo y su cabello castaño y maltratado cubriéndolo.

- si fuera tal el gesto, liberaría nuestras manos, señor,  disculpe mi exceso de desconfianza, pero el tiempo y lo pasado no me permite otro estado de ánimo, así que por favor, le rogaré que vaya al grano y nos cuente qué está suciendo y a dónde nos llevan, cuando más rápido sepamos, mejor para nuestros corazones -  sin más, la clérigo fijó su mirada verdosa en el hombre maor, sin tomar más en cuenta a los guardias, estaba en tal nivel de desgano y desazón que incluso la posibildiad de ser golpeada por hablar de tal manera, se volvió insignificante para la clérigo.

El anciano no dice nada, solo ves que su dedo apunta arriba. Luego sube al bote, parandose en la proa. Adentro del mismo, solo hay un timonel en la parte posterior, y un muchacho en el frente con una cuerda y un peso. Pueden notar que en el banco donde van a sentarse hay dos remos unidos a la borda, e igual el de atras. El soldado mas joven murmura.

-No miren arriba. Tendran que remar como nosotros, el rio tiene poca corriente aqui dentro. Pero entre 4, estaremos pronto afuera...+masculla casi entre dientes, pasando al bote. Alli, les tiende la mano, para ayudarlas a bajar. Queda en ustedes aceptar o no...