Partida Rol por web

Miro hacia arriba y contemplo la espada, luego miro hacia abajo, hacia el trono. Luego miro hacia arriba de nuevo. Por último, mis ojos se centran en Conrad, el mutilado ayudante.

-Sientate en el trono, Conrad. Quiero ver si ocurre algo.

Mi tono no admitía dudas, era una orden seca y directa.

- Claro. Faltaría más.

Conrad se acerca al trono.

Cuando Conrad me obedece me quito la media capa y hago un nudo entre sus extremos.

-Pollux acercate. Ponte a la derecha del trono. Yo me pondré a la izquierda. Cuando Conrad se siente seguramente caerá la espada, entonces tendremos que cojerla nosotros con mi capa, agarra por este lado - Digo tendiendole un pico de la capa - de acuerdo? Estate atento! Conrad cuando estés preparado sientate.

 Pollux mira a la hoja, suspendida a cuatro metros de altura, alza los hombros y asiente. Se sitúa a la derecha del trono y toma la parte de la capa que le tienden, para si por casalidad, al sentarse Conrad, poderla desviar.

Al irse acercando poco a poco al trono, con la mirada clavada en la espada, Conrad se queda como hipnotizado por su movimiento pendular.

Sus pasos se hacen progresivamente más lentos hasta quedarse parado a escaso metro y medio del trono, mirando hacia arriba con la mirada perdida de un loco, momento en el cual la boca se le abre de par en par, cayendo de ella un fino hilo de baba, y se le quedan los ojos en blanco, mientras un ligero temblor parece sacudir su cuerpo como a ráfagas.

- Mmmmggblepblepblepmggggggg...

- Se va a sentar ahí su puta madre.

Piensa Conrad, poniendo en prácticas sus capacidades para el arte dramático.

Ansobert sonrie, es tal y como lo imaginaba. Lentamente retira la mano de la superficie del magnifico espejo y toma nota en su cuaderno sobre ese espejo, se trataba de una especie de portal dimensional o algo asi.

- Debemos avisar a Johannes.

 Pollux suelta la capa y, de forma rápida, directamente intenta apartar a Conrad de su posición, pretendiendo darle la vuelta para que deja de 'mirar' en dirección a la espada y apartarlo de la zona del trono.

- Qué está pasando?! - Digo sorprendido. Luego me acerco al guerrero junto con Pollux, le zarandeo un poco - ¿Puedes oirme Conrad?! Despierta!!

Conrad sigue con la mirada perdida, como estupidizado.

Miro a Pollux con cara de susto

-¿Qué podemos hacer? Parece que el trono le ha hechizado...

 Pollux mira a su señor.

 - Buscar ayuda, no deberíamos habernos separado del erudito.- Se levanta y dice.- Si os parece bien, iré raudo en su busca, señor.

 Sus palabras salen apresuradas.

De pronto a Conrad le fallan las piernas y cae al suelo con escasa elegancia.

No obstante, el golpe parece despertarle del trance y acierta a balbucear:

- ¿Qué .. que ha pasado? ¿Do ... dónde estoy?

 Pollux contempla con los ojos abiertos como platos como Conrad parce haber recuperado, en parte, su consciendia.

 - Estás bine!- Intentando responder a la pregunta comenta.- ¡A medida que te fuista acercando al trono para sentarte en él, fuite perdiendo el control de ti mismo hasta que al final empezaste a combulsionar y a perder el control de ti!

 El guardia mira a Johannes.

 - Creo que en cualquier caso, sería mejor que nos reuniéramos de nuevo los seis, señor.

- ¿Al trono? ¿A qué trono?

Conrad se fija en el trono y lo mira con detenimiento.

- Ah coño, ya recuerdo, joder, tengo la cabeza como si me hubiese caído encima un alud de rocas ... pues yo a ese trono no le veo nada de particular.

Se intenta levantar, pero le cuesta trabajo, aun se siente débil y siente naúseas al moverse. De hecho, al levantarse de golpe le da un mareo que provoca un ligero traspies, cayendo hacia Johannes y vomitándole encima una repugnante mezcla de babas, bilis, sangre, y los restos semidigeridos de una sopa de ajo y media perdiz.

- No ... no me encuentro nada bien.

Me quedo pringado del vómito de Conrad, para luego mirarle con cara de odio, aunque no ha sido culpa suya.

-Mmmm, está bien. Pollux ve a buscar a los demás, pero ten cuidado. Yo cuidaré de Conrad hasta que volvais...

Maldito persa - Pienso mientras me limpio la ropa con ayuda de mi capa.

 Pollux hace una fugaz mueca de asco al percibir el olor del vomito pero se recompone rápidamente. Sin perder más tiempo el guardia se va en busca del erudito.

 - Ahora mismo voy.