-NO! Detente! - Digo a Ansobert, pero es demasiado tarde, ya ha lanzado su hechizo de fuego. Al ver la reacción de nuestro enemigo:
-El maldito se ha librado de la magia... no deberías haber gastado tu magia en esta situación. Yo me encargaré de esto. No fui enseñado en las técnicas secretas de la espada para no superar una prueba como esta... Pollux bajate de ahi.
Ok está bien lo de los pensamientos, asi si lo lee alguien todo junto queda mejor
Sin dudarlo y de forma obediente, Pollux desciende del entarimado para dejar la responsabilidad sobre el heredero del Gran Espadachín.
- Sí señor.
- Curioso, realmente curioso .- Y continua anotando cosas en su librejo.
Subo a la plataforma brillante y me planto ante el muñeco de practicas. Cierro los ojos y agarro la empuñadura de mi espada envainada. Oh Krima, vuelve a brillar
Flexiono las piernas y me inclio hacia adelante mientras subvocalizo la técnica secreta, para un instante más tarde, liberar la energía al desenvainar la espada.
KATAM!!
La imagen de Johannes se vuelve parpadeante durante unos instantes para doblegarse en tres copias exactas difuminadas que empiezan a lanzar estocadas al muñeco a una velocidad de vértigo, los movimientos son muy difíciles de seguir con el ojo inexperto y también con las torpes defensas del muñeco de madera.
La lluvia de golpes cesa y las timbreantes imágenes del joven guerrero se vuelven a fusionar en una única y opaca figura.
Observais hacia el muñeco y veis que el movimiento ha surtido efecto. Sus tres luces están apagadas. Entonces, el muñeco empieza a temblar sensiblemente hasta desencajarse y romperse en pedazos. Un brazo por aquí, la cabeza por allá. Su magullada espada cae lejos de su cuerpo tambien.
Una vez destruida el maniquí, la iluminación de la sala vuelve a ser la del tipo acogedora, las antorchas de las paredes brillan sin cesar y el tatami fulgoroso pierde su magia.
Pollux enarca las cejas de puro asombro, tras contemplar la escena que ha acaecida.
- En verdad soys un digno descendiente del Gran Espadachín. Señor.
Pollux se fija con Johannes, en busca de alguna muestra de debilidad. Tal alrde marcial le debe haber supuesto un esfuerzo considerable. Será mejor que no le quede energías para volver a usar esta técnica cuando tengamos qu eliquidarle.
Ansobert, el cual seguia tomando notas en su libro se queda impresionado por lo ocurrido.
- Rapaz, desconocia esta habilidad tuya. La apuntare tambien en mi libro. En efecto, tú y tu familia nunca dejareis de sorprenderme.
- Psche.
Conrad se encoge de hombros.
Zaramama estaba expectante de ver cómo se desenvolvía el joven muchacho, a la vez que se preparaba para ponerse en acción en caso de que tuviera alguna complicación. Para eso le estaban pagando. Pero el heredero se desenvolvió con total gracia y desenvoltura, dejándola admirada por su destreza. Vaya, no sé que hago aquí... al parecer es muy bueno...
Cuando todo volvió a la normalidad, la muchacha se acercó hasta el tatami. Quería revisar los restos del muñeco y ver si debajo de éste había alguna otra trampa.
-Si me permites Johannes, revisaré el área debajo de la escultura en busca de alguna salida.
Bajo el muñeco destrozado no encuentras ningún tipo de pasadizo o trampilla. Respecto a lo que queda del muñeco, son trozos inanimados de tela y madera. La espada que portaba estaba oxidada y era de bronce.
Es... es increíble. Muy bien señor! sabía que lo lograríais.
Menuda suerte ha tenido. Nos va a llevar a la muerte este zoquete.
Se sitúa justo detrás de la mujer dubitativo con la espada en la mano preparado como siempre ante cualquier eventualidad.
-Creo que éste es un pasillo muerto. No encuentro nada por aquí que nos provea una salida. Lo más conveniente será volver sobre nuestros pasos y probar con el que sigue.
Zaramama se incorporó luego de observar minuciosamente el área dónde había estado el muñeco.
-Qué raro... un callejón sin salida tan pronto... Aunque puede que al vencer al muñeco hayamos abierto algún pasadizo en la habitación principal...
Miro a la habitación con desgana, no ha satisfecho del todo mi curiosidad. Creo que algo no cuadra pero no sé qué es.
-Está bien, volvamos hacia atrás.
Abandonais la habitación del destrozado muñeco y volveis a la habitación principal. Con su gran mesa de comedor y sus dos tapices adornando la estancia.
-Quedan dos puertas más por visitar. Creo que ganaríamos tiempo si nos separaramos, ahora que ya sabemos cómo se las gasta esta tumba.
Miro a mis compañeros uno por uno, intentando lograr unos grupos equilibrados.
Zaramama, Ansobert y Chike ireis juntos por la puerta de la izquierda. Pollux y Conrad conmigo por la del medio.
Miro a Ansobert y le digo: Si teneis cualquier problema importante, gritad o volved atrás a por nosotros entendido? No podemos permitirnos más desastres... como el de Conrad... a ver ahora para que nos va a servir si le falta una mano...
Todo claro?
Asiente con la cabeza escuchando las instrucciones de su señor.
Como vos mandéis señor, como vos mandéis.
Mira su espada al tiempo que sonrie.
Ha llegado nuestro gran momento pequeña
Conrad no dice ni jota y se limita a mirar a Johannes con una expresión de ira furibunda.
Zaramama asintió con la cabeza y se dirigió a la puerta correspondiente pero no entró. Se quedó a la espera de sus dos compañeros. Cuando todos estuvieran listos, la mujer avanzaría con cautela. El mausoleo guardaba demasiados secretos.