Partida Rol por web

Ala de Muerte

La Leyenda de la Pluma Ensangrentada

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30/09/2007, 14:26
Director

Avertad es una pequeña ciudad costera del Reino de Lustria, Reino más rico, grande y famoso de cuantos se conocen en el Viejo Mundo. En sus polvorientas veredas destacaba la amistad de sus aldeanos, la bondad y felicidad de sus mujeres y como no, la alegría de los más pequeños que jugaban sin cesar durante todo el día por calles. Avertad no era famosa por nada en especial, bueno, quizás si, por la confraternización que tenían todos sus habitantes.

Aron Kader nació en la misma ciudad de Avertad como cualquier otro niño de su edad a Aron le gustaba jugar con sus amigos en la plaza del pueblo y aunque no recuerda nada de sus padres, solo sabe que eran grandes personas.

Kader por aquel entonces tenía solo ocho años de edad, la mayoría estaba jugando con sus mejores amigos, Sigrid de siete años y Tanis de nueve, por las calles de Avertad, este último era un joven elfo, que venia de tierras muy lejanas para aprender el oficio de la magia junto con Teclis, el mago del pueblo.

Todo era tranquilad, felicidad, paz, armonía, amor. Sin embargo poco duraría todos los adjetivos nombrados anteriormente puesto que Avertad fue atacada por un ejercito humano, eran hombres bastantes sanguinarios y crueles, fue una sangrienta guerra que duro tan solo tres días, el numero de hombres unido al factor sorpresa hizo que la guardia de Avertad no pudiera reaccionar como es debido.

Aquel día Aron se encontraba jugando con sus amigos cerca del mercado, cuando entraron aquellos feroces hombres a caballo, hoy en día nuestro héroe todavía tiene clavada en su cabeza aquellas imágenes aterradoras, aquellas mutilaciones y toda la sangre desparramada por el suelo como si se tratase de agua en un feroz día de tormenta. Imágenes que le marcaron la vida para siempre.

Aron corría y corría asustado lejos de aquellos hombres pero sus piernas le temblaban demasiado, fue entonces cuando uno de los guerreros acabo con la vida de uno de los tres amigos que se encontraban con él, el guerrero levanto nuevamente la espada, para atacar a Tanis Feriol podía ver el rostro de Tanis cubierto con sus pequeñas manos y el de Sigrid lleno lagrimas y miedo, seguidamente recibió un terrible golpe que le producío un terrible show, esto hizo que hoy en día no se acuerde algunas cosas importantes sobre su vida, Aron, Tanis y Sigrid se despertaron al cabo de unos dos días en medio de un bosque acompañados de un viejo y maloliente señor que no dejaba de beber de una petaca que guardaba bajo sus trapajosas ropas.

Este señor era “el triste” un guardabosques de Avertad que al parecer les había rescatado de caer muertos a manos de aquellos guerreros sin sentimientos, “el triste” era famoso en la zona por su mal carácter y su afición a la bebida, temido por los pequeños, pues siempre les chillaba y amenazaba con pegarles unos azotes. Sin embargo la vida que rodeaba a este hombre era todo un misterio, nadie sabia nada de él, ni siquiera su nombre, siempre se le veía solo de un lado para otro, de ahí viene su apodo.

Juntos con sus dos amigos Aron huyo de las manos de este hombre en dirección al pueblo, sin embargo el paisaje que se encontró fue desolador, todo había sido destruido, incluso el gran castillo, todo lo que se veían eran cadáveres, destrucción, sangre resecada, restos de una batalla sangrienta que marco para la siempre la vida de aquellos tres únicos niños que sobrevivieron a tal brutal encuentro. Aron se resistía a creer lo que había sucedido, el cuerpo sin vida de su padre estaba en el suelo empuñando una espada, y el de su madre estaba rodeado de otras muchas mujeres que también yacían sin vida en el suelo rojo de Avertad, era una imagen increíblemente desoladora.

Pasasteis varios días solos hasta que no podíais aguantar el hombre, solo sentíais iras y ansias de venganzas, vuestro corazón latía fuerte, pero el hambre, cansancio y frío fueron fundamentales para que cayerais desfallecidos.

Cuando volvisteis a abrir los ojos estabais de nuevo junto a “el triste” dentro de una de las habitaciones del palacio del noble, parece ser que aunque todo había sido derruido había habitaciones que aun quedaban intactas.

Los años pasaron, al principio le teníais un poco de miedo a Berthold, pues ese era el nombre de “el triste” pero con el paso de los años le cogisteis bastante aprecio, pues fue él y no otro el que os salvo la vida y el que os saco adelante. Aunque su carácter nunca cambio, siempre fue un maleducado y sucio viejo que no dejaba de pegaros capones y meterse con vosotros recordándoos siempre lo débiles que sois, sin embargo le guardáis bastante respeto y le tenéis obediencia absoluta, quizás sea porque gracias a él seguís vivos y pensáis que él os ha dado esta oportunidad única de venganza. Algunas veces habéis tenido algunas broncas, pues su carácter despreciable os ha sacado de quicio muchas veces, pero al final siempre habéis dado vuestro brazo a torcer.

Habéis vivido todos estos años en el castillo, “el triste” se encargo de gastarse todas las riquezas del castillo en buen vino para su petaca y en que nunca os faltara una buena alimentación. Periódicamente salía a comprar a un pueblo cercano llamado Magrita.

Desde el ataque han pasado ya diecisiete largos años, la rabia contenida despertó en ti unos incontrolables deseos de venganza, aunque sorprendiéndote a ti mismo siempre fuiste una persona educada y consecuente con tus hechos, tenias buen gusto para todo lo que te rodeaba. Desde aquel día fuisteis todos entrenados en el arte de la lucha por “el triste” siempre os sorprendió que aquella persona tan vieja y borracha pudiera ser tan extremadamente ágil en movimientos y rápida con la espada, era algo sorprendente, hoy en día creéis que incluso si quisierais atacarle los tres a la vez no podríais hacerle ni un solo rasguño, la verdad es que era un personaje bastante enigmático, en diecisiete años, solo habéis averiguado su nombre, aunque sospecháis que podría tratarse de algún viejo soldado de algún cuerpo de elite.

Hoy es un día como otros tantos en el derruido y viejo castillo, “el triste” ha salido a comprar hace varios días, creéis que esta apunto de llegar, ustedes estáis como cualquier otro día entrenando en el “patio de entrenamiento” del palacio.

Sobre vuestros compañeros:

Sigrid Vogel: Jamás te atreverías a hacerle daño, se crío contigo desde pequeña y sufrió contigo aquel ataque a Avertad, era hija de unos pobres campesinos que cultivaban la tierra para mantenerla, el cuerpo sin vida de sus padres fueron hallados en el campo donde trabajaban, aunque no se ha dado el caso, sabes que es fría y calculadora, quizás la mas sanguinaria a la hora de matar a sangre fría, todo esto la convierte en una perfecta asesina, genial a la hora de disparar con el arco. Solo una muñeca que conservaba de cuando aun era una niña, recogida de los escombros de la ciudad, hacia devolverle su inocencia. Es para ti como una hermana pequeña.

Tanis Feriol: Jamás te atreverías a hacerle daño, se crío contigo desde pequeño, jamás conociste a sus padres, pues nació en una alejada ciudad elfa, sabes que hasta aquel triste día vivía junto con el mago del pueblo, un alto elfo prodigioso en el arte de la magia.

Berthold Siegfried "El triste": Le llamáis “triste” a secas, es una enigmática persona, poco sabéis sobre él, suele estar siempre bastante embriagado, pero sus cualidades de lucha son innatas, todo lo que sabéis, todo lo que sois, incluso vuestra propia existencia es gracias a él, le tenéis un respeto asombroso y le sois totalmente fieles, ninguno de vosotros seriáis capaces de llevarle la contraria nunca.

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30/09/2007, 14:36
Director

Avertad es una pequeña ciudad costera del Reino de Lustria, Reino más rico, grande y famoso de cuantos se conocen en el Viejo Mundo. En sus polvorientas veredas destacaba la amistad de sus aldeanos, la bondad y felicidad de sus mujeres y como no, la alegría de los más pequeños que jugaban sin cesar durante todo el día por calles. Avertad no era famosa por nada en especial, bueno, quizás si, por la confraternización que tenían todos sus habitantes.

Sigrid Vogel nació en la misma ciudad de Avertad como cualquier otra niña de su edad a Sigrid le gustaba jugar con sus amigos y amigas en la plaza del pueblo, sus padres eran humildes granjeros que se pasaban el día entero trabajando la tierra para intentar darle una vida mejor.

Vogel por aquel entonces tenia solo siete años de edad, la mayoría estaba jugando con sus mejores amigos Aron de ocho años y Tanis de nueve en las calles de Avertad, este ultimo era un joven elfo, que venia de tierras muy lejanas para aprender el oficio de la magia junto con Teclis, el mago del pueblo.

Todo era tranquilad, felicidad, paz, armonía, amor. Sin embargo poca duraría todos los adjetivos nombrados anteriormente puesto que Avertad fue atacada por un ejercito humano, eran hombres bastantes sanguinarios y crueles, fue una sangrienta guerra que duro tan solo tres días, el numero de hombres unido al factor sorpresa hizo que la guardia de Avertad no pudiera reaccionar como es debido.

Aquel día Sigrid se encontraba jugando con sus amigos cerca del mercado, cuando entraron aquellos feroces hombres a caballo, hoy en día nuestro heroína todavía tiene clavada en su cabeza aquellas imágenes aterradoras, aquellas mutilaciones y toda la sangre desparramada por el suelo como si se tratase de agua en un feroz día de tormenta. Imágenes que le marcaron la vida para siempre.

Sigrid corría y corría asustada lejos de aquellos hombres pero sus piernas le temblaban demasiado, fue entonces cuando uno de los guerreros acabo con la vida de uno de los tres amigos que se encontraban con ella, el guerrero levanto nuevamente la espada, para atacar a Tanis Feriol podía ver el rostro de Tanis cubierto con sus pequeñas manos y el de Aron lleno lagrimas, seguidamente tapo su pequeña cara para no ver como le iba a atravesar aquella espada cubierta de sangre de sus amigos ya caidos, sin embargo algo inexplicable paso, Aron, Tanis y Sigrid se despertaron al cabo de unos dos días en medio de un bosque acompañados de un viejo y maloliente señor que no dejaba de beber de una petaca que guardaba bajo sus trapajosas ropas.

Este señor era “el triste” un guardabosques de Avertad que al parecer les había rescatado de caer muertos a manos de aquellos guerreros sin sentimientos, “el triste” era famoso en la zona por su mal carácter y su afición a la bebida, temido por los pequeños, le tenían miedo, pues siempre les chillaba y amenazaba con pegarles unos azotes. Sin embargo la vida que rodeaba a este hombre era todo un misterio, nadie sabia nada de él, ni siquiera su nombre, siempre se le veía solo de un lado para otro, de hay viene su apodo.

Juntos con sus dos amigos Sigrid huyo de las manos de este hombre en dirección al pueblo, sin embargo el paisaje que se encontró fue desolador, todo había sido destruido, incluso el castillo del noble, todo lo que se veían era cadáveres, destrucción, sangre resecada, restos de una batalla sangrienta que marco para la siempre la vida de aquellos tres únicos niños que sobrevivieron a tal brutal encuentro. Tanis se resistía a creer que el mago había muerto pues no encontraba su cadáver, sin embargo los restos de tus padres yacían en medio del campo donde trabajaban diariamente, era una imagen increíblemente desoladora.

Pasasteis varios días solos hasta que no podíais aguantar el hombre, solo sentíais iras y ansias de venganzas, vuestro corazón latía fuerte, pero el hambre, cansancio y frío fueron fundamentales para que cayerais desfallecidos.

Cuando volvisteis a abrir los ojos estabais de nuevo junto a “el triste” dentro de una de las habitaciones del palacio del noble, parece ser que aunque todo había sido derruido había habitaciones que aun quedaban intactas.

Los años pasaron, al principio le teníais un poco de miedo a Berthold, pues ese era el nombre de “el triste” pero con el paso de los años le cogisteis bastante aprecio, pues fue él y no otro el que os salvo la vida y el que os saco adelante. Aunque su carácter nunca cambio, siempre fue un maleducado y sucio viejo que no dejaba de pegaros capones y meterse con vosotros, recordándoos siempre lo débiles que sois, sin embargo le guardáis bastante respeto y le tenéis obediencia absoluta, quizás sea porque gracias a él seguís vivos y pensáis que él os ha dado esta oportunidad única de venganza. Algunas veces habéis tenido algunas broncas, pues su carácter despreciable os ha sacado de quicio muchas veces, pero al final siempre habéis dado vuestro brazo a torcer.

Habéis vivido todos estos años en el castillo, “el triste” se encargo de gastarse todas las riquezas del castillo en buen vino para su petaca y en que nunca os faltara una buena alimentación. Periódicamente salía a comprar a un pueblo cercano llamado Magrita.

Desde el ataque han pasado ya diecisiete largos años, la rabia contenida despertó en ti unos incontrolables deseos de venganza, haciéndote ser bastante fría y calculadora a la hora de acometer todos tus actos, solo una muñeca hecha por tu madre, que conservabas desde cuando aun eras una niña, recogida de los escombros de la ciudad, hacia devolverte tú inocencia. Desde aquel día fuisteis todos entrenados en el arte de la lucha por “el triste” siempre os sorprendió que aquella persona tan vieja y borracha pudiera ser tan extremadamente ágil en movimientos y rápida con la espada, era algo sorprendente, hoy en día creéis que incluso si quisierais atacarle los tres a la vez no podríais hacerle ni un solo rasguño, la verdad es que era un personaje bastante enigmático, en diecisiete años, solo habéis averiguado su nombre, aunque sospecháis que podría tratarse de algún viejo soldado de algún cuerpo de elite.

Hoy es un día como otros tantos en el derruido y viejo castillo, “el triste” ha salido a comprar hace varios días creéis que esta apunto de llegar, ustedes estáis como cualquier otro día entrenando en el “patio de entrenamiento” del palacio.

Sobre vuestros compañeros:

Tanis Feriol: Jamás te atreverías a hacerle daño, se crío contigo desde pequeño, jamás conociste a sus padres, pues nació en una alejada ciudad elfa, sabes que hasta aquel triste día vivía junto con el mago del pueblo, un alto elfo prodigioso en el arte de la magia.

Aron Kader: No te acuerdas cual era la profesión de sus padres, solo que los encontrasteis muertos en el campo de batalla, aquella batalla le causo un gran trauma, siempre fue educado y afectivo con todo el mundo, quizás el que menos problemas le causo a “el triste” pero sabes que detrás de esa falsa mirada de niño bueno se esconde un perfecto compañero y aliado que jamás os abandonaría.

Berthold Siegfried "El triste": Le llamáis “triste” a secas, es una enigmática persona, poco sabéis sobre él, suele estar siempre bastante embriagado, pero sus cualidades de lucha son innatas, todo lo que sabéis, todo lo que sois, incluso vuestra propia existencia es gracias a él, le tenéis un respeto asombroso y le sois totalmente fieles, ninguno de vosotros seriáis capaces de llevarle la contraria nunca. Siempre te trato en igualdad con tus compañeros no despreciándote nunca por el hecho de ser mujer.

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30/09/2007, 14:48
Director

Avertad es una pequeña ciudad costera del Reino de Lustria, Reino más rico, grande y famoso de cuantos se conocen en el Viejo Mundo. En sus polvorientas veredas destacaba la amistad de sus aldeanos, la bondad y felicidad de sus mujeres y como no, la alegría de los más pequeños que jugaban sin cesar durante todo el día por calles. Avertad no era famosa por nada en especial, bueno, quizás si, por la confraternización que tenían todos sus habitantes, puede que ese sea el motivo por el que Teclis, un gran mago alto elfo, fuera a vivir allí. La tranquilidad de sus calles, el olor de sus aguas, el ruido de los animales y el paisaje montañesco con el que hacia frontera era un buen lugar para meditar y crear grandes hechizos y descubrimientos alquimios.

Tanis nació en Numenor una ciudad de elfos silvanos situada dentro del Bosque Viejo, por aquel entonces Teclis era muy famoso en la zona, ídolo de todos los niños que esperaban su llegada para las fiestas primaverales en honor a Liadriel, dios elfo del vino y las canciones, Teclis deleitaba las fiestas con fuegos de artificios que provocaban la alegría y el jubilo de los allí presentes.

Como tantos otros niños Tanis era un fiel seguidor de tan popular mago, sin embargo los sentimientos de Tanis no eran solo admiración sino también vocación ya que él no solo quería ver aquellos sorprendentes cohetes sino que también quería aprender a fabricarlos, tanta era la admiración de Tanis hacia Teclis que pidió a sus padres ir a vivir con el mago a la ciudad Avertad. Avertad era una ciudad humana que hacia frontera con pueblo elfo.

Los padres de Tanis se entristecieron pero no le cerraron las puertas de la magia a su único hijo y con caras llorosas despidieron a Tanis.

Una vez en Avertad, Tanis aprendió a hacer varias cosas, aprendió a leer y escribir, así como adquirir conocimientos mágicos y otras virtudes y conocimientos fuera del alcance de otros niños de su edad, Tanis por aquel entonces tenia solo nueve años, la mayoría del tiempo se la pasaba jugando con sus mejores amigos Sigrid Vogel de siete años y Aron Kader de ocho, en las calles de Avertad, ya que Teclis creía que el juego era algo básico en la formación de un niño.

Todo era tranquilad, felicidad, paz, armonía y amor. Sin embargo poco duraría todos los adjetivos nombrados anteriormente puesto que Avertad fue atacada por un ejercito humano, eran hombres bastantes sanguinarios y crueles, fue una sangrienta guerra que duro tan solo tres días, el numero de hombres unido al factor sorpresa hizo que la guardia de Avertad no pudiera reaccionar como es debido.

Aquel día Tanis se encontraba jugando con sus amigos cerca del mercado, cuando entraron aquellos feroces hombres a caballo, hoy en día nuestro héroe todavía tiene clavada en su cabeza aquellas imágenes aterradoras, aquellas mutilaciones y toda la sangre desparramada por el suelo como si se tratase de agua en un feroz día de tormenta. Imágenes que le marcaron la vida para siempre.

Tanis corría y corría asustado lejos de aquellos hombres pero sus piernas le temblaban demasiado, fue entonces cuando uno de los guerreros acabo con la vida de uno de los tres amigos que se encontraba con él, el guerrero levanto nuevamente la espada, Tanis podía ver el rostro de Aron y Sigrid llenos de miedo y lagrimas, seguidamente tapo su pequeña cara para no ver como le iba a atravesar aquella espada cubierta de sangre de sus amigos ya caídos, sin embargo algo inexplicable paso, Tanis, Aron y Sigrid se despertaron al cabo de unos dos días en medio de un bosque acompañados de un viejo y maloliente señor que no dejaba de beber de una petaca que guardaba bajo sus trapajosas ropas.

Este señor era “el triste” un guardabosques de Avertad que al parecer les había rescatado de caer muertos a manos de aquellos guerreros sin sentimientos, “el triste” era famoso en la zona por su mal carácter y su afición a la bebida, temido por los pequeños, le tenían miedo, pues siempre les chillaba y amenazaba con pegarles unos azotes. Sin embargo la vida que rodeaba a este hombre era todo un misterio, nadie sabia nada de él, ni siquiera su nombre, siempre se le veía solo de un lado para otro, de hay viene su apodo.

Juntos con sus dos amigos Tanis huyo de las manos de este hombre en dirección al pueblo, sin embargo el paisaje que se encontró fue desolador, todo había sido destruido, incluso el castillo del noble, todo lo que se veían era cadáveres, destrucción, sangre resecada, restos de una batalla sangrienta que marco para la siempre la vida de aquellos tres únicos niños que sobrevivieron a tal brutal encuentro. Nunca se encontró el cuerpo inerte de Teclis, aunque Tanis sentía que no podía haber muerto ¿Cómo iba a morir aquel mago tan poderoso y conocido por todos?

Pasasteis varios días solos hasta que no podíais aguantar el hombre, solo sentíais iras y ansias de venganzas, vuestro corazón latía fuerte, pero el hambre, cansancio y frío fueron fundamentales para que cayerais desfallecidos.

Cuando volvisteis a abrir los ojos estabais de nuevo junto a “el triste” dentro de una de las habitaciones del palacio del noble, parece ser que aunque todo había sido derruido había habitaciones que aun quedaban intactas.

Los años pasaron, al principio le teníais un poco de miedo a Berthold, pues ese era el nombre de “el triste” pero con el paso de los años le cogisteis bastante aprecio, pues fue él y no otro el que os salvo la vida y el que os saco adelante. Aunque su carácter nunca cambio, siempre fue un maleducado y sucio viejo que no dejaba de pegaros capones y meterse con vosotros, recordándoos siempre lo débiles que sois, sin embargo le guardáis bastante respeto y le tenéis obediencia absoluta, quizás sea porque gracias a él seguís vivos y pensáis que él os ha dado esta oportunidad única de venganza. Algunas veces habéis tenido algunas broncas, pues su carácter despreciable os ha sacado de quicio muchas veces, pero al final siempre habéis dado vuestro brazo a torcer.

Habéis vivido todos estos años en el castillo, “el triste” se encargo de gastarse todas las riquezas del castillo en buen vino para su petaca y en que nunca os faltara una buena alimentación. Periódicamente salía a comprar a un pueblo cercano llamado Magrita.

Desde el ataque han pasado ya diecisiete largos años, la esperanza de encontrar a Teclis vivo desapareció hace ya varios años, desde aquel día fuisteis todos entrenados en el arte de la lucha por “el triste” siempre os sorprendió que aquella persona tan vieja y borracha pudiera ser tan extremadamente ágil en movimientos y rápida con la espada, era algo sorprendente, hoy en día creéis que incluso si quisierais atacarle los tres a la vez no podríais hacerle ni un solo rasguño, la verdad es que era un personaje bastante enigmático, en diecisiete años, solo habéis averiguado su nombre, aunque sospecháis que podría tratarse de algún viejo soldado de algún cuerpo de elite.

Hoy es un día como otros tantos en el derruido y viejo castillo, “el triste” ha salido a comprar hace varios días creéis que esta apunto de llegar, ustedes estáis como cualquier otro día entrenando en el “patio de entrenamientos” del palacio.

Sobre vuestros compañeros:

Sigrid Vogel: Jamás te atreverías a hacerle daño, se crío contigo desde pequeña y sufrió contigo aquel ataque a Avertad, era hija de unos pobres campesinos que cultivaban la tierra para mantenerla, el cuerpo sin vida de sus padres fueron hallados en el campo trabajaban, aunque no se ha dado el caso, sabes que es fría y calculadora, quizás la mas sanguinaria a la hora de matar a sangre fría, todo esto la convierte en una perfecta asesina, genial a la hora de disparar con el arco. Solo una muñeca que conservaba de cuando aun era una niña recogida de los escombros de la ciudad hacia devolverle su inocencia. Es para ti como una hermana pequeña.

Aron Kader: No te acuerdas cual era la profesión de sus padres, solo que los encontrasteis muertos en el campo de batalla, aquella batalla le causo un gran trauma, siempre fue educado y afectivo con todo el mundo, quizás el que menos problemas le causo a “el triste” pero sabes que detrás de esa falsa mirada de niño bueno se esconde un perfecto compañero y aliado que jamás os abandonaría.

Berthold Siegfried "El triste": Le llamáis “triste” a secas es una enigmática persona, poco sabéis sobre él, suele estar siempre bastante embriagado, pero sus cualidades de lucha son innatas, todo lo que sabéis, todo lo que sois, incluso vuestra propia existencia es gracias a él, le tenéis un respeto asombroso y le sois totalmente fieles, ninguno de vosotros seriáis capaces de llevarle la contraria nunca. Bajo tu deseo, te ha comprado algunos libros de magia en Magrita ya que aunque cogisteis todo lo de valor que había por el pueblo nunca jamás pudisteis abrir la torre donde vivía Teclis.

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06/11/2007, 19:29
Director

Las espadan chocan entre si, haciendo sonar de esta manera al frío metal del que están compuestas, pasáis las horas y las horas entrenando en el patio de armas esperando la llegada de “el triste”, parece que se retrasa, puesto que jamás había tardado tanto sin embargo no os preocupáis demasiado por él, sabéis perfectamente que sabe desenvolverse solo ante cualquier peligro, al fin y al cabo si él no fuera capaz, nadie lo seria.

La noche se acerca, os encontráis todos en la mesa cenando placidamente, el aire hace mover las cortinas roja de la casi vacía y desolada habitación del castillo, el rechinar del viento se escucha cada vez mas fuerte, parece que pronto empezara a llover…

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06/11/2007, 20:09
Tanis Feriol

Tanis comía con la calma que solía tener cuando estaba cansado después de un duro entrenamiento.

No le gustaba la idea de que lloviera, aquel castillo era grande y frío, y si llovía lo sería más, por suerte la chimenea de su habitación aún no había caído y podía encenderla, pero no sabía si tenía leña.

¿Creéis que le ha pasado algo al triste?

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06/11/2007, 21:33
Sigrid Vogel

No se hermano, pero no es normal que tarde tanto digo mientras me enrollo en mi manta y sigo comiendo pensativa. mientras no diga que esperaba vernos entrenar aun. el comentario es mas para quitar hierro que otra cosa

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06/11/2007, 23:04
Aron Kader

Escuchando el familiar viento que recorre los agujereados muros del castillo, y viendo en que se había convertido la estancia dentro de él se me antojaba desapacible, y no dejaba de recordarme lo acaecido, aunque la verdad es que mi tierna mente por aquel entonces no olvidaría tan fácil.Ese castillo, era el único lugar en el que estabamos a salvo, ya que no creíamos que nadie fuera a atacar otra vez un castillo en ruinas.

Comiendo silenciosamente, y fatigado por el entrenamiento al que se ve sometido diariamente por "el Triste" La verdad es que no había faltado tanto tiempo de seguido nunca. Pienso mientras termino hasta la última migaja de pan de mi cena.

La verdad es que a mi también me preocupa, nunca se había ausentado durante tanto tiempo, y aunque todos sabemos que es bastante parco en palabras, algo nos habría dicho. Pero me consuela el hecho de que sabe cuidarse solo perfectamente. Quién si no podría? No obstante... podríamos dar una vuelta por los alrededores para ver si lo encontramos, y llegar hasta su casa.

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06/11/2007, 23:15
Tanis Feriol

No me parece mala idea, de paso podemos aprovechar para dejar comida a nuestras monturas y asegurar los establos para que no huyan ni queden empapadas y enfermas. Tanis dio las últimas cucharadas a su sopa caliente antes de dejarlo todo en la misma mesa y levantarse.

¡Maldito viejo, siempre dándonos collejas y ahora haciendo que nos preocupemos! Tanis se dirigió a su habitación a coger algo de abrigo y luego fue a lo que era la entrada a sus hogares esperando a Aron y Sigrid. ¡Daos prisa, si conseguimos hacerlo todo antes de que empiece a llover mejor!

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06/11/2007, 23:20
Aron Kader

Siguiendo el ejemplo de Tanis, voy a mi habitación a por algo de abrigo. No tengo un buen presentimiento. Por qué pienso que algo le ha debido de ocurrir? Inquieto en mi pensamiento, bajo a reunirme con mis hermanos. ¿bajamos a la ciudad primero? Les pregunto buscando consenso para empezar la busqueda.

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06/11/2007, 23:25
Tanis Feriol

Me gustaría visitar primero los establos, pero ya sabes que no tengo problema con el orden de nuestros actos, por cierto ¿eso que llevas en el cinturón es una funda vacía? Aron, eres un despistado, yo tengo mi magia, ¿pero qué puedes hacer tu sin la espada? Deberías darte prisa y cogerla. Tanis sonrió de una manera un tanto burlona aunque más bien era la de un listillo dando a conocer su "sabiduría".

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06/11/2007, 23:26
Sigrid Vogel

Mejor aseguremos a los caballos y demosles de comer. Recordad la ultima vez como se puso porque no lo hicimos me pongo mi chaqueta y cojo mi arma por si encontramos problemas despues iremos a buscar por los alrededores puede que se haya caido del caballo

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06/11/2007, 23:37
Aron Kader

Eeehhhh!!!! si, los caballos, la espada. Tanis siempre tenía la habilidad de dejarme desconcertado. Bien, dadle de comer a los caballos mientras voy a buscar mi equipo. Bueno, así mientras yo tardo un poco más de lo normal en recogerla y ponerme la armadura... os dejo a vosotros que hagais el trabajo duro... Pienso mientras corro escalera arriba hacia mi habitación.

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06/11/2007, 23:43
Tanis Feriol

Tanis salió al frío de la noche y se dirigió a los establos con Sigrid. Esta todo un poco oscuro.

Al llegar a los establos cogió una pala dispuesto a sacar la mierda acumulada mientras Sigrid se ocupaba de dar de comer a las monturas. Ey Sigrid, mira haber si hay algún agujero en el techo.

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06/11/2007, 23:48
Sigrid Vogel

Asiento mientras miro al techo con detenimiento frotandome los brazos Hace mucho frio, espero que solo llueva. ¿necesitas ayuda? cuando termine de dar de comer a los caballos lo hare
Saco comida de un saco y les doy algo para que se alimenten mientras los acaricio

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06/11/2007, 23:51
Tanis Feriol

Tranquila, el resto del trabajo es para Aron, no se va a escaquear, jajaja. Después de limpiar dos de las tres caballerizas ocupadas dejó la pala a un lado. No creo que se queje, le he dejado poco que hacer.

Tanis asomó la cabeza por la puerta de los establos para ver si llegaba Berthold o Aron pero no llegó a ver a ninguno de los dos. Sigrid, ya sabes que si tienes frío solo tienes que pedirme la chaqueta.

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06/11/2007, 23:57
Sigrid Vogel

Creo que es un mal presentimiento nada mas pero aun asi gracias sonrio y asiento riendome si porque se quiere escaquear si estuviera aqui el triste no lo haria

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07/11/2007, 00:07
Tanis Feriol

Lo llamaré, no creo que se tarde tanto en vestir una armadura y coger una espada. Tanis salió de los establos y gritó en dirección al castillo rompiendo el silencio de la noche.

¡Aron, ven, aún queda algo de establo para ti! Luego volvió a meterse dentro de los establos donde la brisa no azotaba sus mejillas.

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07/11/2007, 07:59
Aron Kader

Haciendo caso omiso de la llamada de Tanis, continuo vistiendome la armadura de cuero. Cada vez que me la ponía sentía como un ligero escalofrío recorría mi cuerpo. Poco a poco, perdiendo el tiempo voy abrochando las cinchas de la armadura. Termino por recoger mi espada, meterla en la vaina, y me dispongo a bajar a las cuadras.

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07/11/2007, 08:10
Aron Kader

Bajo las escaleras tranquilamente. Ahora ya si que llevo todo, este Tanis no me la va a volver a jugar, cabroncete. Pero ya te la he devuelto con lo del establo. La que siempre lo paga es la pobre Sigrid, que siempre etá en medio. Bajo las escaleras mientras silbo una vieja y olvidada canción.

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07/11/2007, 10:13
Director

Notas de juego

Justo cuando Aron baja las escaleras para reencontrarse con Tanis y Sigrid la lluvia empieza a caer lentamente, todavía no es escandalosa, pero poco a poco va recobrando fuerza, el viento continua siendo realmente tenebroso, sentís algo de frío aunque un sonido de caballo entrando en el establo os hace olvidar este estado.

El triste ha entrado por la puerta, tapado con una manta, su aspecto tosco no ha cambiado nada desde su marcha.