Partida Rol por web

Con tu bastón, paras ambos golpes sin siquiera sudar.

De las espadas saltan chispas cuando golpean tu bastón y en ese momento, es cuando comienzas a actuar...

Te mueves rápidamente entre ellos, girando el bastón hacia un lado y hacia el otro, golpeando a ambos en sus cabezas, abriendo sus cráneos en dos por la tremenda fuerza de tu golpe.

En ese mismo movimiento, quedas completamente frente al otro enemigo, con la punta de tu bastón apuntando junto entre sus ojos...

Al Úrgalo parece caerle una pequeña gota de sudor por la frente ante tus palabras.

Aún así, todavía presiona el cuchillo en el cuello de Micah, aunque ahora, parece que lo hace con menos fuerza.

Sus ojos no se apartan de la punta de tu bastón... parece estar distraido...

Eso es lo que te parece a ti...

Vamos, sueltalo. Si le haces algo, me aseguraré de que mueras lentamente. No seas ignorante. Le dice con aire de superioridas, aunque parece ser que nada convincente.

Maldita seas. Dice mientras notas como separa un poco el cuchillo del cuello de Micah.

No me vas a engañar con tus sucias tretas. Vete de aquí o mataré a este crio.

Notas que la voz le tiembla un poco, pero el cuchillo sigue allí, no tan cerca, pero allí.

¿Qué dices? ¿Qué quieres morir lentamente? Hace como que no le ha escuchado. Vaya... eres valiente. Pero la valentía no alivia el dolor. Dice seria de nuevo, apuntándole con la vara.

No te tengo miedo, Jinete, no te tengo miedo. Tal vez... la que deberías estar temblando tendrías que ser tu... soy yo el que tengo el cuchillo sobre la garganta de este chico y por como lo miras, parece que lo quieres mucho. Dice el Úrgalo mientras presiona ahora un poco el cuchillo sobre su garganta, abriendo un pequeño corte.

Bella no puede aguantar más, y se lanza rápidamente con toda su voluntad a por el Úrgalo.

Clavas la punta de tu bastón en el cráneo de tu enemigo, haciendo que se estremezca durante un segundo y después quede inerte colgando de tu bastón.

Mueves el bastón hacia arriba y lanzas el cuerpo del Úrgalo por los aires, para quedar por fin, frente a frente con Micah que en ese momento se pone a llorar desconsoladamente.

Shhhhhhhhhhh.... Cariño... Le dice en tono tranquilizador abrazándolo. No era la mejor idea, pues estaba llena de sangre y acababa de ver como se cargaba a un úrgalo, pero no podía hacer otra cosa.

Micah, cielo, ¿estás bien? Le pregunta agachándose para quedar cara con cara con el niño.

El chico no puede decir nada...

Tan sólo se abraza a ti y comienza a llorar a moco tendido.

Después, levanta su cabeza para mirarte a los ojos y nuevamente, clava su cara en tu pecho para llorar.

Ahora que todo ha terminado, sientes como todas las heridas de tu cuerpo comienzan a dolerte...

Bella intenta no mostrar el dolor que está sintiendo, pero le es muy difícil. Solo necesita salir de allí ya.

Vámonos. Ordena pasándole un brazo por detrás de el hombro y dirigiéndose por donde había venido. Con la otra mano coge la vara y se apoya para caminar.

Como puedes, sales de la cueva donde te habías metido.

Otra vez llegas al pequeño tunel de antes, donde tenías que pasar agachada...

Micah no tendrá problemas para pasar por allí, pero tu, deberás otra vez pasar de rodillas...

Teniendo cuidado con las trampas, claro.

Aguantando la respiración, Bella se agacha como puede y frena a Micah.

Ve detrás de mí. Hay trampas. Si algo sale mal... Sal corriendo y sube al dragón. Le dice seriamente mirándole a los ojos. Una vez el niño asiente, Bella se arma de valor y empieza a pasar por el túnel.

Mientras pasa por él, empieza a llamar a su dragón sin descanso, hasta recibir respuesta.

No detectas ninguna trampa... por lo menos sabes donde estaban las anteriores...

Pero al parecer, los enemigos han puesto alguna más...

Unas flechas de fina madera salen de un agujero de la pared cuando pasas por allí...

Tu eres muy rápida, por lo que las esquivas con facilidad, pero Micah...

Micah recibe dos saetazos en la pierna, las cuales la atraviezan de un lado a otro quedándose clavadas allí.

Micah grita como nunca... el dolor es insoportable...

¡Micah! Exclama angustiada. Es como si se le hubiesen clavado a ella.

Coge al pequeño en brazos, intentándo calmarlo con la voz. Ya le costaba lo suficiente mantenerse ella sola en pie, como para tener que coger al niño. Sin embargo, sigue avanzando.

Por fin vislumbra el final del túnel, e incluso antes de salir ya estaba gritando, tanto mentalmente como en voz alta.

¡Ártax! ¡Ártax! ¡Por favor, ven ya! Suplica casi llorando. Se había dejado caer al suelo de rodillas y Micah se encontraba entre sus brazos sufriendo de dolor.

Aguanta un poco Micah.. Le dice acariciándole la cara. ¡Ártax! Vuelve a llamar.

Voy para allá. He sentido tu presencia... también la del chico... parece herido. ¿Estáis bien? Llegaré en un minuto.

No.. Micah está muy herido... date prisa, por favor... consigue enviarle ya casi sin fuerzas. No deja de alternar su mirada entre el cielo y Micah, susurrandole palabras tranquilizadoras.

Traquilo... te pondrás bien.. ¿sabes? ¡Vas a montar en dragón! ¡Ya verás que divertido es volar! Le dice intentando que olvide el dolor.