Partida Rol por web

No juegues conmigo, pequeña. ¿Me quieres ver? Pues me verás. Te dice nuevamente a tu mente, mandando un impulso de energía psíquica que hace mella en tu cerebro.

Nunca he jugado contigo. Aquí te espero.

Muy despacio, una nube de humo negro comienza a salir de la pila de cenizas del suelo.

Un remolino comienza a aparecer en el medio de la sala... un remolino de humo negro y cenizas que se eleva hacia el techo de la habitación.

Una figura extraña comienza a surgir del centro del remolino...

Parece que es Robert...

Tiene su complexión física...

Pero su rostro... su rostro está muy cambiado...

Pálido... ojeroso... sus ojos, antes claros, ahora son dos pozos de negrura...

Su sonrisa... estremecedora...

Reprime el escalofrío que empieza a recorrer su cuerpo al ver su sonrisa. Aquello era lo que más había cambiado. Pero no. No era hora de mostrarse débil. Ni de tener miedo. Era hora de recuperar a Robert. E iba a hacerlo fuera como fuera.

Robert... Sin dudarlo da unos pasos hacia él. Quería volver a oler su perfume. Volver a acariciar su cabello. Volver a ver su sonrisa... esa sonrisa sólo dedicada a ella.

Lo quería tanto que su mirada decidida acaba por llenarse de dulzura y pena. Las lágrimas que se habían cortado vuelven a agolparse tras sus ojos, pero no las deja salir. Y una timida sonrisa asoma en sus labios. La sonrisa de quien encuentra a un amigo tras años de haberlo visto por última vez.

Aléjate de mí. Vete. Dice mientras levanta un brazo para detener tu avance.

De verdad, no quiero lastimarte. Todavía queda algo de Robert dentro de mí que te recuerda como una buena amiga y estoy haciendo todo lo posible por que no desaparesca en este momento. Vete y no vuelvas... olvídate de mi.

Freya niega con la cabeza, dando un paso más hacia él. Si iba a hacerla daño, que lo hiciera. Ella aguantaría, se lo debía.

No. No puedo irme sin ti. Estás aquí por mi culpa... No pienso dejarte atrás otra vez. Te he echado tanto de menos...

Levanta una mano, acercándola a su mejilla, todavía con la misma mirada y la misma sonrisa de antes. Feliz de haberlo encontrado al fin.

Robert te coje la mano justo antes que le toques la mejilla...

Su mano es fría... aspera... no es como la que conocías...

Vete. No voy a repetirlo. No iré contigo.

Lo tenía delante. Ahora que lo tenía delante no iba a dejarlo aquí. Se lo llevaría quisiera él o no. Ni siquiera sabía cómo debía desconvertirlo. Quizá si lo llevara de vuelta... los elfos sabían qué hacer. Pero si no... podría ponerlos en peligro.

No, tenía que intentarlo... Al menos tenía que intentar convencerlo.

¿Por qué no? ¿Quieres poder? Te ofrezco el mío. ¿Quieres no volver a verme? Sólo te sacaré de aquí y te juraré que no volverás a verme... ¿Tanto me odias? ¿Tan poco te importo? Prefieres...

Abre los brazos, abarcando con un gesto toda la habitación. ¿Prefieres esto a estar conmigo?

Yo... Dice Robert al mismo tiempo que retrocede un momento al sentir tus palabras dentro de su cabeza y su corazón.

No...

¿Qué pretendes? Continúa mientras se lleva las manos a la cabeza, intentando volver a pensar con claridad.

Aún así, no parece ceder...

Vete.

Avanza un paso hacia él, mirándolo con cariño y ternura. Ahora se daba cuenta de lo poco cariñosa que había sido con él. Ahora se daba cuenta de lo superficial y dura qué había sido.

¿No me has echado de menos? Yo... pretendo que vuelvas a ser tú. Si quieres poder... si quieres gloria... todo lo que quieras, Robert... puedes conseguirlo. Por tí mismo. No necesitas la ayuda de Durza. Ni dejar de ser quien eres...

Yo... Vuelve a decir.

Después, se arrodilla en el suelo y se coge la cabeza con ambas manos.

¡DÉJAME! ¡VETE!

Se agacha junto a él. Ni siquiera sabe cuanto tiempo hace que ha vuelto a llorar. Lo abraza y sigue hablándole, ésta vez al oído.

¿De verdad quieres que me vaya? ¿No quieres venir conmigo? ¿No quieres... que volvamos a estar juntos?

No. Ya te he dicho que no. ¡NO! Dice incorporándose y mirándote a los ojos con odio.

NO IRÉ CONTIGO. ¿ES QUE NO LO ENTIENDES? Su voz es ahora aspera y grave... tenebrosa... de ultratumba...

Un humo negro sale de su boca cuando habla...

Se incorpora... debía concentrarse. Tenía que volver a recuperar el control. Tenía que conseguir convencerlo. Tenía que volver con ella. Él... no era él ahora. Y no iba a creer en una decisión que ha tomado cuando no es él mismo.

Robert... por favor. Piensa en ello... ¿no recuerdas nada? ¿no vale la pena nada?

Nuevamente, Robert vuelve a cogerse de la cabeza, alejándose un poco más de ti...

Por un momento crees ver que sus ojos vuelven a ser claros, pero solo por un momento, ya que nuevamente, se transforman en dos pozos de negrura...

Déjame... déjame en paz... te lo pido...

¿Ésto es paz para ti? ¿Vivir aquí... encerrado? ¿Usar ese ansiado poder para... para... dañar a los demás? ¿Es eso lo que quieres?

Vuelve a dar un paso adelante... habla con tranquilidad. Empleando ese tono de voz suave y tranquilo que tan pocas personas conocían.

Ves como Robert vuelve a recuperarse y a ponerse de pie.

En su boca se dibuja una sonrisa mientras ahora, se acerca a ti, mostrando sus manos, las cuales parecen garras...

Ya estoy harto de todo esto... es hora de acabar...

A pesar de la visión de Robert tal y como está ahora, Freya sonrie tranquila. Confía en él.

¿Acabar el qué?

¿Por qué me haces esto, Freya? Dice ahora Roran, sonriendo como siempre te ha sonreido.

¿Es que no me quieres? ¿Por qué no me haces caso?

Freya da un paso atrás... ¿qué era todo eso? ¿Roran? No... era algún truco de Robert. Seguro.

Traga saliva y vuelve a la posición de antes, dando un paso hacia delante. Mira al Roran que tiene delante con determinación.

¿Qué pretendes tú ahora, Robert? ¿Por qué no puedes ser tú mismo?