Partida Rol por web

Llevas a tu dragona entre los árboles... pero algo sucede en ese momento...

Una onda de energía mental golpea a Robert... tu la sientes... tu dragona también...

Y perdéis el control...

Y caéis... a gran velocidad...

Tu dragona hace lo imposible para que el golpe contra el suelo sea leve... pero le es imposible...

Caéis al suelo entre los árboles y rodáis... varios metros... hasta que al final os detenéis.

Tu dragona está desmayada a varios metros de ti...

Robert parece que tiene algún hueso roto... y también está golpeado en varias partes, desmayado junto a Kirah...

Pero por lo menos, no parece haber rastro del sombra...

¡Dioses!

Exclama antes de ponerse en pie y salir corriendo hacia Kirah y Robert. ¿Y ahora qué podían hacer? Durza los encontraría enseguida, seguro. Pero no podían huir de él mientras ambos siguieran desmayados. ¿Qué iba a hacer ahora?

Examina a la dragona y a Robert, mirando a ver si hay algo que deba curarse inmediatamente y viendo si puede hacer algo.

Kirah parece estar solo desmayada por el golpe, ya que cuando te acercas a ella y la tocas, se mueve un poco intentando despertar.

El caso de Robert es distinto.

Al parecer, tiene por lo menos una pierna rota y muchas magulladuras, o por lo menos eso crees con tus pocos conocimientos de medicina.

Miras hacia el cielo y no ves a Durza por ningún lado.

Al parecer, os ha dado por muertos o simplemente, ha decidido no ir por vosotros...

Ahora tienes que pensar... y rápido.

Freya se acerca a Kirah y se agacha al lado de su cabeza. Empieza a acariciarle las escamas.

Kirah... Kirah, despierta. ¿Estás bien? Vamos... tenemos que salir de aquí.

No deja de acariciar su dura piel mientras de vez en cuando echa un vistazo al cielo, no sea que Durza se lo haya pensado y vuelva tras ellos. ¿Porqué no los había seguido? ¿Qué había pasado? No... había insistido mucho en recuperar a Robert. Algo fallaba. Algo tenía que ir mal.

¿Eres tu, cariño? Te dice la dragona aún sin abrir los ojos.

¿Estás bien, pequeña? No siento la presencia de Durza en los alrededores. ¿Cómo está Robert?

Freya respira aliviada, tranquilizándose y sonriendo debilmente.

Yo estoy bien, claro... Pero ¿y tú? ¿Cómo estás? Robert está bastante malherido... tenemos que llevarlo a un sitio para que lo curen... Pero hay algo más que me atormenta. Me extraña muchisimo que Durza se haya rendido ya. ¿Qué crees que puede pasar por su cabeza?

Los Sombra son muy competitivos. Tal vez se haya dado cuenta que si nos deja entrenar un poco más... bueno... creo que ahora somos poca cosa para él, por eso se ha ido otra vez. Aunque no puedo asegurar que no regrese. Dice la dragona abriendo lentamente los ojos.

Creo que debemos regresar. Ya has cumplido con tu misión. Los elfos podrán hacer algo con Robert... espero...

¿Competitivo? Bueno... pero... dejar marchar así a su "discipulo", tan facilmente... Sacude la cabeza. Da igual, le estoy dando demasiadas vueltas. ¿Puedes volar llevando a Robert? Yo iré a pie.

Mira a Robert de reojo.

Sí... yo también lo espero...

Si esperas unos minutos más es posible que pueda llevaros a los dos. Dice mientras intenta ponerse de pie.

Kirah extiende su ala derecha y notas como se estremece.

El dolor también llega a tu mente, pero amortiguado por el esfuerzo de Kirah para no hacerte sentir todo el dolor que siente ella.

Creo que no podré ir volando, por lo menos hasta que me cure. Puedes poner a Robert sobre mí... iremos los dos caminando a tu lado.

Freya sonríe, agradecida.

Ese era el plan B. No te preocupes y... no retengas el dolor. Quiero compartirlo contigo.

Luego se agacha junto a Robert y pasa uno de sus brazos por sus hombros para levantarlo. Con esfuerzo pero mucho cuidado, lleva a Robert hasta Kirah y lo acomoda en el lomo de la dragona.

Gracias, Kirah... Estaré siempre en deuda contigo, cielo.

Le da un suave beso en el cuello, en sus escamas, mientras empieza a caminar hacia donde cree que se encuentra la ciudad de los elfos.

Camináis durante un buen trecho, todos juntos.

Robert viaja sobre el lomo de Kirah mientras tu, haces lo mismo justo a su lado.

Entráis al bosque más espeso, a varios kilómetros de donde habéis caído justo cuando el sol comienza a ocultarse tras el horizonte.

¿Qué ves?

Ves un claro en la espesura del bosque...

Un claro con unos cinco Úrgalos que están acampando, esperando que llegue el día para continuar su camino...

Tu estás escondida, por ahora no han detectado tu olor...

Pero si sigues allí mucho tiempo más, es probable que te descubran y automáticamente, lo sabrá Durza y Galbatorix.

Freya traga saliva y para a Kirah para que no se mueva.

No podemos seguir por aquí. Tendremos que dar un rodeo.

Intentando no hacer ruido, Freya da la vuelta, rodeando el campamento de los úrgalos con distancia de seguridad suficiente para que ni los huelan ni los oigan.

Sigue caminando vigilante.

Si necesitas descansar, sólo pídelo. Le dice a la dragona, dándole unas palmaditas en el lateral del cuello.

Pasas por su lado sin hacer nada de ruido...

Ni siquiera se enteran de que alguna vez has estado allí...

Tu dragona pasa tranquila tambien por allí y Robert, que aún sigue inconsciente, no hace ruido.

Sigues andando por el bosque, hasta que notas como tu dragona necesita descansar...

Esta herida y no puede seguir avanzando...

Descansemos, Kirah.

Le dice mientras ayuda a descargar a Robert de su lomo y lo tumba a su lado. Vuelve a examinarlo para ver si ha empeorado. Tenían que llegar cuanto antes a la ciudad de los elfos. Robert no estaba en el mejor estado y todavía seguía inconsciente... Se arrodilla a su lado para apartarle el pelo de la cara.

¿Necesitas algo? ¿Un poco de agua? ¿comida?