Partida Rol por web

¿Fresas? Madre mía... deja ya las dichosas fresas. Si quieres te presento a el elfo que las cultiva un día de estos. Dice riéndose a carcajadas.

Hum... claro. Me gustaría recorrer un poco la ciudad. Hace mucho que no recorro la ciudad... espero que no haya cambiado mucho... o tal vez sí. Hace mucho que no venía.

Niega, divertida.

No, no... no vaya a ser que se enamore de mí y me empache a fresas azules - y suelta una carcajada divertida, mientras empieza a bajar por el arbol con el cesto en un brazo.

¿Ya has venido antes? ¿Cuánto hace? No me acuerdo...

Hace tiempo. Casi no lo recuerdo. Pero para decir la verdad, no sé si son mis recuerdos o los recuerdos de Murgën. Recuerda que estoy echo con su esencia, por lo que no sería extraño tener sus recuerdos. Dice pensativo.

Vamos, estoy ansioso en ver como está la ciudad y ver si es como la recordaba.

¡Pero si te estoy esperando!

Le exclama, bajando aun por el árbol, en el cesto se había puesto también una jarra de agua, la llenaría en la fuente del centro, ya que se dirigían allí.

¿Esperarme tu? Nah... por que no miras para abajo.

Cuando miras hacia abajo, lo ves allí de pie, sonriendo, como siempre. Parece que nunca se cansara de sonreir.

Acaba de bajar y le da un leve codazo al brazo.

¡Eso no vale! ¡Haces trampas! - le dice sonriendo y divirtiéndose.

Cuando pasan por el lado de algun elfo o elfa, Eärwen sonríe educadamente junto a una reverencia de cabeza... pero sin dejar de hacer el tonto con Shimrod.

Siempre hago trampas. Es mi naturaleza. Además, ten en cuenta que soy un niño, por lo que se me está permitido hacer alguna trampita de vez en cuando, ¿no crees? Te dice mientras saluda a los elfos con los que se cruza. Si quieres dejo de hacerlas.

¿Un niño? Pues a mí no me pareces un niño, precisamente - comenta divertida y mirándolo de reojo... - y puedes hacer las trampas que quieras... mientras no me engañes a mí...

Pues para Murgën soy un niño... pero no te preocupes, no te voy a engañar, tranquila. Dice mientras te coge de la cintura para continuar caminando.

Sonríe divertida... a pesar de la aproximación de ahora de Shimrod y de que su mano resida en su cintura, sus mejillas se han sonrojado, suerte que es de noche... sigue saludando a los elfos que pasan, a los que seguramente arrancará una sonrisa burlona. Pero a Eärwen no le importa.

Entonces, para Shimrod yo seré una recién nacida, ¿no?

Hum... no creas. Los elfos y los magos comparten la longevidad, pero aún cuando los elfos no envejecen a lo largo de su vida, es decir, tu serás tan hermosa hoy como dentro de 700 años. Los magos van perdiendo su juventud a medida que pasa el tiempo, y se hacen más poderosos e inteligentes. ¿Sabes cuantos años tiene Murgën? Te dice guiñándote un ojo.

Lo escucha atenta y niega con la cabeza...

No, ¿cuántos tiene? - pregunta con curiosidad, pero teniendo en cuenta que Shimrod tiene casi 700 años y parece de la edad de 20 años humanos... se imagina que Murgën habrá estado desde la existencia del mundo.

Como le digas que te lo he dicho te las verás conmigo... tiene... 5430 años... década más, década menos. He perdido la cuenta hace rato ya. No veas lo que nos cuesta poner las velas en una tarta. Te dice risueño.

Abre los ojos y la boca... y se queda parada mientras lo mira.

¿¡CINCO MIL CUATRO CIENTOS TREINTA!? - exclama, gritando y haciendo que un par de elfos de elfos de las casas más próximos le chisteen (shhhht) para que se calle. Se coloca la mano delante de la boca - venga ya, ¿sí? ¡Cinco milenios y medio casi! ¡Lo habrá visto todo! Parece imposible lo progre que es...

Riendo, al llegar a la fuente rellena la jarra y le deja allí mientras empieza a fregar los platos.

Cinco mil cuatro cientos treinta... no me lo puedo creer... - se va diciendo, sonriendo incrédula.

Sí... bueno, década más, década menos. Digamos que Murgën ha visto y oido de todo, salvo cuando se internaba en su castillo a estudiar. Por eso me creo a mí, para que yo sea sus ojos y oídos fuera de estos bosques. Pero lo dicho, no le digas que te lo he dicho o me matará.

Pues yo más bien creo que te creó porque se sentía solo. - responde, guardando las cosas al cesto de nuevo, procurando dejar la jarra de pie para que no se cayera... luego parece caer en algo - ¡Ah! ¡Le dije a Nessa que me iría a tomar un baño con ella!

Pues si quieres darte un baño, ve tranquila, yo puedo recorrer solo la ciudad o simplemente, esperarte un rato aquí. Tengo todo el tiempo del mundo, preciosa. Te dice mientras se sienta sobre la fuente.

O puedes venir conmigo... ¿o es que te da miedo el agua?

Respondió, dejando el cesti encima de la fuente y mirando a Shimrod con picardía... mientras empezaba a moverse contoneando su cuerpo y guiñándole un ojo.

Si, me apetece... pero quería que me lo pidas tu, para que veas que no me aprovecho de tu juventud. Dice mientras te sigue, riendo por lo bajini.

Se ríe divertida, mirando de reojo a Shimrod y silbando para que Nessa vaya hacia ellos... en cuanto la ve, la acaricia, como siempre.

¿Nos vamos al manantial...?