Partida Rol por web

Dudaba mucho que el policía no respondiera a sus preguntas teniendo en cuenta que debía estar hecho mierda por los quejidos que estaba emitiendo. Jackson los identificó como de auténtica agonía, como si estuviera realmente muy mal herido. Se adentró en la sala empujando con cuidado la puerta destrozada y ojeó lo que había alrededor. Era como si un pequeño tornado se hubiera colado en la habitación para ponerla patas arriba.

Le llamó tremendamente la atención el armario donde guardaban las armas porque habían arrasado con ella aunque quedaban restos. — Eh, tú, ¿qué ha pasado aquí?—Preguntó al tipo justo antes de que éste se volviese presentando la cabeza literalmente machacada. Los ojos del preso se abrieron de par en par de la impresión, no pudiendo reaccionar debidamente cuando se abalanzó sobre él. Le arremetió malamente con la barra de hierro pero con todas sus fuerzas.

-Ah, gracias. - Nathan sonrió y tomó la botella que Claire le ofrecía. Se la posó donde le dolía en la cabeza y donde probablemente, porque no podía verlo, le estaba saliendo un chichón. A pesar de encontrarse en aquella situación, no pudo hacer más que sonreír ante la imagen que seguramente presentaba, apoyándose la botella en la cabeza como si fuera una antena. Con la otra mano comprobaba si la llamada daba tono, pero no fue así. Claire le explicó por qué. - Mecachis. - se quejó tontamente Nathan mientras pulsaba el botón rojo para cortar la llamada, como si fuese necesario. - En fin, qué se le va a hacer. Vamos a ver si las cosas funcionan en otro lado...

Avanzaron, empezando a atravesar la neblina, y Nathan dirigió su mirada a Claire cuando ella preguntó.

-¿Por qué no iba a querer? - preguntó. - Se supone que esta tarde tengo que hacer de canguro de un par de niños que conozco. Sus padres están fuera, y se supone que debía recogerlos... intentaba ver si podía contactarlos. - explicó, aunque algo captó su atención entre la niebla. - ¿Hm? Ahí hay alguien. - murmuró, intentando centrar la vista...

- ¿Abducción masiva?- Le miré un poco escéptico.- No creo en los áliens.

Pero claro viniendo de alguien que creía que en más allá le esperaban un harén de vírgenes tampoco es que fuera demasiado fiable mi opinión. Encima, después de lo que estábamos viendo, era lo menos descabellado. Aliens... Me recorrió un escalofrío al pensar en hombrecillo verdes con la cara de Rosi de Palma comiendo limones.

Teníamos algunas medicinas y analgésicos. Las pusimos todas en la misma camilla en la que estaba el chico e hicimos recuento. Alá nos sonreía desde su montaña. - ¿Te voy a curar, vale? Escocerá un poco pero no te preocupes. Aun no nos has dicho tu nombre- dije guiñando un ojo al chaval.

Abrí el bote del desinfectante junto con unas gasa y, no sin quejidos del pobre muchacho, le curé la herida de la pierna lo mejor que pude.

- Buen chico!- Animé una vez vendada la pierna.

Poco después alguien mas apareció por allí. Una chica joven. Estaba como despistada, aturdida quizá. Phill la llamó.

- Hey!- avance un par de pasos mientras el viejo se quedaba con el muchacho.- ¿Estás sola?- Miré a todos lados, en especial detrás suya por si venía con alguien. - Mi nombre es Rashid. - Me presente con una mano en el pecho y con la otra ofreciéndosela para saludarla. Sobre todo para que viera que éramos hostiles.

- Tenemos algunas medicinas, por si estas herida.- Me volví hacia la mesa donde estaba todo. Tiré de una tela para rasgarla he hice un atillo en el que metí lo que encontramos, para poder llevarlo cómodamente como si fuera una bandolera.

... O estoy delirando y sois producto de mi imaginación.

Me permito bromear e interrumpir en la conversación, y es el humor es un arma y un escudo a partes iguales... termino suspirando. No pasa desapercibido para mis ojos que parecen estar solos en la entrada y que no se cortan en coger lo que quieran para un pobre alma en desgracia que está postrado en una camilla.

No estoy desorientada: estoy en un hospital. Ahora bien, ni idea de lo que ha pasado. ¿Está bien el chiquillo?

Pregunto mientras le señalo con la cabeza. Entonces... él, un tipo de aspecto oriental que consigue que el mero hecho de mirarle desencadene una risa un poco tonta y morderme el labio inferior.

Estoy... bien, gracias. Mi nombre es Fae, aunque la mayoría me conoce como Feather. Y si no estuviésemos en esta mierda de situación te dejaba invitarme a un café.

Otra broma y un paso atrás, para marcar un poco la distancia. Necesito centrarme y así me acerco al joven encamillado.

- ¿Monstruos? - Pregunté confuso. Que el colegio estuviese vacío era bastante raro, ¿Habrían evacuado a algún lugar? Los hermanos parecían estar bastante asustados, y estaban robando comida de la cocina de la escuela como si tuviésemos que ir a un búnker nuclear. - Oye, oye, esperad un segundo. ¿Qué demonios está pasando? ¿Qué cosas, qué bichos? No ha sido un ataque terrorista, ¿Una bomba o algo? ¿Dónde está todo el mundo? - 

No me importaba que no me hubiesen arrastrado dentro, pero no pensaba moverme a tener alguna explicación. Y si ellos se habían despertado antes y hablaban de unos... monstruos, tenían que saber algo. - Si están atacando unos terroristas debemos quedarnos aquí y esperar a que venga la policía. - No pensaba salir y poner a Abril en peligro sin más.

No le gustaban los monstruos. Ni los bichos. Mucho menos los bichos grandes que parecían verdaderos monstruos.

Miró a su hermano preocupada sin saber de qué hablaban, pasando la mirada por los chicos y por su hermano, como si de un partido de tenis se tratase.- ¿Dónde está todo el mundo? ¿No hay clases? – Se cruzó de brazos sin saber si podía alegrarse de esa noticia teniendo en cuenta la gravedad de la situación.- Nuestra casa es segura. Mamá siempre dice que no salgamos si escuchamos algo.

-¿U-una enfermera? ¿N-no es un monstruo? - Miró entonces entre los brazos para verte un poco mejor - Bendito sea Dios. Ayudeme por lo que más quiera. - Literalmente estaba desesperado y haciendo demasiado ruido. Pero ante tu pregunta, empezó a calmarse un poco - Y-yo... me llamo Jason. Me desperté en mitad de la calle  con una especie de monstruo cerca mia, apenas pude dar unos pasos cuando este se tiró encima mia y empezó a comerme la pierna. P-por suerte pude llegar a las escaleras de mi edificio y aunque caí por las escaleras me libré de el o eso creo.

-Dios, mi pierna quema demasiado. Ayudeme por lo que más quiera. - Según intentabas vigilar, no veias nada. Sea lo que sea que quiera que haya mordido a aquel hombre, no estaba allí y no se oia nada más que a ese hombre. Puede que estuvieras a salvo. Ahora lo importante, era decidir si salvar a ese hombre o no.

Tras el susto y el golpe veias como este monstruo humano se movía más lentamente incluso haciendo que se atravesara más el palo en su cuerpo, hasta que al final se derrumbó pareciendo que ya no se movía. Sea lo que sea que le hubiera pasado a ese guardia, no era humano, sin embargo y por mucho que hayas visto series y peliculas de zombies, no parecía un zombie tampoco.

Por suerte, ahora estaba todo más tranquilo y podías rebuscar entre toda la sala sin problemas. A simple vista abriendo los pocos cajones que quedaban abiertos solo encontraste una Linterna y un mapa de Nueva York, y el cartucho de escopeta suelto. No parecía haber nada más, al menos a simple vista.

Ahora si que no había nadie allí y salir era más facil aún, pero la pregunta era donde ir.
 

-Bueno... - Se encogió de hombros y miraba para otro lado - No soy muy popular en la clase ya lo sabes... Y cada vez que intentaba integrarme me daban de lado diciendo que no me metiera. - Se rascó la nuca antes de mirar al cielo y luego a ti - Supongo que es costumbre. - Pero mientras terminaba de responderte, se sorprendió ante tu reacción y miró hacia donde decías - ¿Has visto a alguien? ¿Seguro? Será mejor que vayamos tras esa persona, igual sabe a donde ir. Vamos vamos - Empezó entonces a correr detrás de aquella persona.

Era un chico de mediana edad, probablemente de la vuestra, quizás un poco más mayor. Su expresión parecía asustada y llevaba una mochila a su espalda. Si bien estaba corriendo también estaba manteniendo una seguridad a cada paso como si quisiera evitar que alguien le viera. No sabías quien era pero sin duda era una persona a la que podriais pedirle ayuda. En su mano parecía portar un bate o algo similar a un palo largo. ¿Acabaría de salir de un partido?

Al seguirla detrás empezasteis a recorrer unas calles y callejones en silencio. Claire iba por delante y parecía saber donde iba. Reconocías algunas calles y demás hasta que de repente Claire se paró a la vuelta de una esquina. - Para para. - Te detiene antes de que sigas - Lo he perdido. Creo que se ha metido en un edificio, pero ninguno parece un bunker - La calle donde estabais ahora era amplia, había algunos comercios, cerrados y otros edificios residenciales y un pequeño motel casi a mitad de la calle. Al igual que en todas las calles que habiais recorrido hasta ahora, los coches estaban abandonados y dejados al azar en cualquier sitio. - ¿Y si nos dividimos y miramos los edificios? Ha entrado en uno de este lado así que no debe ser muy dificil buscarlo.

-Monstruos - dijo William - Ni terroristas, ni bombas... Aunque reconozco que me sorprendió la explosión. Cuando despertamos vimos personas, pero no eran normales. Tenian la cabeza extraña y andaban raro. ¿No has visto ninguna pelicula de zombies? A mi me recuerdan a esos monstruos, pero de otra manera. - William se mantenía cogiendo comida esta vez de la nevera y solo había pudding.

Sarah sin embargo miró preocupada a su hermano y luego tratando de calmaros intentó excusarse - Mi hermano es un poco exagerado. Siempre que juega a juegos o ve peliculas acaba creyendolo más de lo normal. Aunque... Es cierto que hemos visto algunas personas raras y haciendo gruñidos pero... N-no creo que sean zombies - Su tono empezó preocupado pero según hablaba empezó a notarse un poco de temor en sus palabras. - Igualmente, dijo de coger comida por precaución. Si no ocurre nada la devolverá o me encargaré yo misma de que lo haga - Juraríais que tras esas palabras William se sobresaltó un poco pero continuó cogiendo pudding y echarselo a la mochila.

-Por otro lado, aunque vuestra casa sea muy segura, habría que encontrar un sitio con mucha gente. Ya sabes Abril, encontrar un adulto que pueda decirnos que pasa y eso.

-M-me llamo Ted. - dijo el niño antes de volver a callarse con su voz quebradiza. Al intentar echarle Rashid el desinfectante vió que no tenía ninguna herida. Su pierna no estaba herida, solo rota cual esguince. - N-no quiero ninguna inyección p-por favor. - sus sollozos eran palpables al igual que su llanto. No obstante no había ningún medico por allí y nadie podía ayudaros, o igual...

Sea como fuere, tendriais que buscar algún refugio o más personas para saber que ocurría en Nueva York y saber donde estar a salvo.

Abril se restregó las manos y alzó la mirada hacia su hermano buscando una palabra o un gesto que le transmitiera, sino tranquilidad, al menos, seguridad. Monstruos… Los pensamientos se atropellaron en su cabeza en un enorme embotellamiento de recuerdos y miedos: no le gustaban los monstruos, pero su mamá siempre le decía que los monstruos no existían, que eran cuentos que se contaban en las noches de Halloween o en las películas de miedo, y su mamá nunca le mentía, y… Bueno, no había visto ningún monstruo, y quizá los chicos estaban confundidos.

("Vimos personas que no eran normales. Tenían la cabeza extraña y andaban raro", afirmó William. "Es cierto que hemos visto algunas personas raras y haciendo gruñidos pero... N-no creo que sean zombies", dijo Sarah..)

—Mamá dice que los monstruos no existen y… yo… —Vaciló, y se mordisqueó los labios. —Yo vi algunas fotos muy feas de cuando ocurrió lo de las Torres... —Balbuceó y bajó la mirada, más avergonzada que turbada por el recuerdo, porque había estado husmeando entre las carpetas de su padre. Nunca se lo había confesado a Marcos, y ahora se exponía a una reprimenda de su hermano. —Había fotos de gente muy "rara" —muerta era la palabra correcta, pero ese pensamiento jamás cruzó por la inocente cabecita de la niña. —Y había otras con un señor con una cabeza extraña como dijo él —y señaló a William. —Era todo muy feo, como ahora. Mucho polvo y gente gritando…

Aferrada al brazo de su hermano, Abril se ensombreció de pronto. Fue como si una luz muy dentro suyo se apagara oscureciendo su mirada, dejando solo una estela de tristeza y miedo.

—Quiero ir con papá y mamá. —Deseo imposible, por ahora. —O con Nath… Nathan vendrá a buscarnos. Tiene que cuidarnos. Mamá se lo dijo…

Medio sonreí ante la reacción de los dos jovenzuelos.

- Tortolitos, no es momento para filtreos - dije para intentar cambiar el clima frente a toda esta catástrofe.

Acaricié el pelo del crío para intentar calmarlo, estaba asustando, en el fondo como todos. Sin embargo él no tenía la responsabilidad de saber qué pasaba allí.

- Tal y como tiene la pierna, si yo intento hacer algo seguramente estropee más la situación - acto seguido miré a mis dos nuevos compañeros en este mundo caótico.

- ¿Creéis que podéis hacer algo ustedes? Por lo menos algún apaño hasta que encontremos ayuda profesional... - después de aquello tan solo quedaría encontrar algún núcleo urbano donde aumentar las posibilidades de encontrar supervivientes.

- Y perdonad que yo no me haya presentado... soy Phil... -

-Ah. - murmuró Nathan. Así que Claire no era muy popular en clase... Tenía sentido. Nathan estaba más que seguro de haberla visto por clase anteriormente, pero también era cierto que a él le sonaba la cara de todo el mundo. Pero no recordaba haber hablado nunca con ella, ni tampoco haberla visto con ningún grupo en concreto. - Bueno, a mí puedes decirme y preguntarme lo que quieras. - respondió Nathan, sonriendo y encogiéndose de hombros. Fue entonces cuando vio a aquella persona corriendo.

¿Qué es eso que lleva? ¿Un bate? ¿Un palo? La neblina le dificultaba la visión, pero aquello lo había visto claramente. ¿Por qué llevaría un bate en la mano? Mientras pensaba en ello, Claire propuso seguir a esta persona, que parecía que sabía a dónde iba, y Nathan no discutió su decisión. Empezaron a buscarlo, y mientras lo hacían Nathan se fijó en el ambiente que reinaba en la zona. Comercios cerrados, calles en silencio, coches abandonados por doquier... Creo que la situación es más seria de lo que imaginaba, pensó Nathan. Cada vez le preocupaba más la situación de Marcos y Abril.

-Preferiría que no. - respondió Nathan a la sugerencia de Claire de separarse. - Tengo poco sentido de la orientación, y con esta niebla apenas se ve nada... fijo que me pierdo. ¿Te importa si vamos juntos? - era mentira, una bastante transparente, pero fue lo mejor que se le ocurrió a Nathan en ese momento. Estaban buscando a un chico mayor que ellos, armado con un bate o un palo, en unos edificios silenciosos y con poca visibilidad... había visto suficientes películas como para saber que separarse no era buena idea. - ¿Empezamos por allí? - casi no esperó una respuesta de Claire, pues era una decisión que él mismo ya había tomado, y no quería darle la oportunidad a la chica de negarse. Señaló al motel. - El resto de edificios parecen residenciales, es más lógico pensar que se haya metido en un sitio público, ¿no? - sugirió. Aunque... entrar a un motel con un bate...

Jackson se quedó mirando a esa… “cosa” después de que muriera, después de que le clavara la barra varias veces más, impulsado por la adrenalina que había poseído su cuerpo. Necesitó unos largos segundos para calmarse y empezar a asimilar lo que estaba ocurriendo porque le costaba mucho creerse que estaba sumido en un puto apocalipsis. Se imaginó que esa era la única razón por la que la prisión estuviese en ese estado y no hubiese ni un alma.

Por fin se puso en movimiento rebuscando en los cajones y adjudicándose la linterna y un mapa de la ciudad. Era curioso tener un mapa entre las manos cuando no tenía ni idea de adónde ir. De pronto sintió el azote de la preocupación al pensar en sus padres y en la que era o aun sigue siendo su esposa. Pero no quiso salir todavía, porque cuando encontró el cartucho de escopeta quiso buscar el arma o cualquier otra. Luego, hallara o no lo que buscaba, se iría directo a la casa de sus padres.

La respuesta de esa chica me dejo algo a cuadros.

¿Era un buen momento para ligar? Vete tu a saber! Pero me dejó un poco cortado y solo me limité a sonreir confundido. Phil nos sacó de esa situación incómoda. Un café. Tendría que esperar a ser después del Ramadan...

Volví a la camilla con PHil y Ted.- ¿Ted? Un nombre genial.- Miré lo que indicaba el hombre. No tenía herida pero si algo roto. Puede que un esguince. El caso es que no tenia ni pajolera idea de como solucionarlo.- Puede que entablillando la pierna...- Miré a la chica.- Espero que se te de bien vendar porque con estas manos... soy un poco torpe también...

Si estuviese flirteando, lo sabrías.

Respondo un poco animada al señor. Pero el ver cómo aquel hombre se pelea por tratar de entablillar al chiquillo provoca que ría un poco más abiertamente, recuperando un poco del humor.

Dicen que no hay nada en la misera como mantenerse ocupado.

Si le aprietas tanto vas a cortar la circulación y al final habrá que amputar la pierna. El lado bueno es que podríamos ponerle una pierna robot con un lanzallamas. ¿Qué te parecería Ted? Serías como un héroe.

En algún momento mi menuda presencia ha tratado de echar a un lado a aquellos dos hombres que me duplicaban el tamaño para comenzar a cortar con cierta soltura la parte baja del pantalón del chico.

Sólo es una fractura en la tibia. Le pasa a muchos deportistas de élite... tú sólo aguanta. Dadle medio analgésico y un antinflamatorio. Y que alguien sujete la rodilla.

Mientras hablo ni siquiera me fijo en si me hacen caso o no y comienzo a desinfectar la herida y preparo un par de rollos de vendas, quizá sea un poco excesivo pero será lo mejor. Quiero tratar de ahorrar algo de material que quizá sea necesario más adelante, como las pastillas.

En realidad... no tengo demasiada idea de lo que estoy haciendo. Pero no debería ser muy complicado. Dadle algo que morder, o podría morderse la lengua y eso sí sería muy complicado.

Esta vez sí compruebo que alguien me ayude y sólo entonces... tiro... y tiro... y bueno, la ventaja de ser pequeña y pesar poco es que lo hacía poco a poco ya que me faltaba algo de fuerza para completar la acción, aunque si me ayudaban inmovilizando la rodilla debería terminar en breve.

La fiebre debía tener a aquel pobre hombre confundido, pero al menos era capaz de responder a sus preguntas con coherencia. Una buena señal. Mientras más tiempo pudiese mantenerlo así al menos sería un indicador de que su estado no estaba empeorando demasiado.

- Hola Jason, encantada. No se preocupe, todo va a salir bien. Los servicios de emergencia están avisados y seguro que no tardarán en llegar a nuestra zona.

Voy a buscar algo para ayudarle - Tiene que haber un botiguín en alguna parte... o eso espero - Pam se levanta. si quería encontrar algo de utilidad tenía que ser ya mismo. - Yo acabo de desperar en la calle. ¿Qué cree que ha sucedido? Cuénteme mientras busco.

La descripción de William era rara. ¿Personas con la cabeza extraña? ¿Heridos quizás? Puede que estuviesen aturdidos, desorientados, por eso no sabrían muy bien a donde ir. - Y eso de los ruidos.. - ¿Una bomba química o biológica? Por eso estaban así? Pero eso era algo de pelis, no pasaba en la realidad, ¿O sí? - No, por el momento es mejor no pensar en algo así. - Abril estaba a mi lado, sujetándome el brazo con fuerza y muy asustada. Pensar en esas cosas no iba a ayudar.

Me agaché junto a ella y le miré a los ojos intentando parecer poco asustado, aunque no sabía bien qué hacer. - Hermanita, ahora mismo papá y mamá están lejos. No podemos ir con ellos, pero seguro que están buscando una forma de encontrarnos. - Y quizás por eso tendríamos que quedarnos en la escuela, el primer lugar donde mirarían, pero me daba mala espina. - Nathan estará liado también, pero yo estoy contigo y no me voy a separar de ti jamás. ¿De acuerdo? Todo saldrá bien. - No esperaba que eso solo sirviese de mucho, ¿Pero qué podía decirle?

- Sea lo que sea lo que está pasando... lleváis razón. Abril, coge algo de comida, lo que puedas, intenta que no sean cosas muy pesadas y las metes en tu maleta. - Saqué de mi maleta los libros y dejé un cuaderno y mi desayuno, junto a algo de material escolar. En una situación de emergencia no iba a salvarme un libro de matemáticas. - Os ayudaré a buscar comida y saldremos a buscar un sitio con más personas. - Manteniéndome cerca de Abril empecé a rebuscar por los armarios y estantes, cualquier cosa que se pudiese comer y que pudiera llevar en la maleta.

- ¿Dónde podemos ir? Hay algún hospital cerca, ¿Alguna comisaría o central de bomberos? - En un sitio así sabrían qué hacer. Fuese lo que fuese lo que estaba pasando.