Partida Rol por web

Cuando Brandon ve el rostro del invitado de un plumazo se le quita la sonrisa elegantemente tonta que tenia y se levanta bruscamente casi tirando el contenido de su baso a causa del movimiento violento.
Se acerca con pasos largos al profesor y le extiende la mano para saludarlo

-Pro...profesor Cadell

Vuelve a sonreír esta ves con una cierto aire de sumisión, mira a todos y dice mientras sus ojos van de cara en cara hasta encontrar ala de Janet

-Janet el es... el Profesor Rupert Cardell

Mira a Rupert

-Rupert, ella es Jan...net Walker, actual prometida de Deivid que por cierto aun no a llegado, que extraño, suele tener una puntualidad envidiable

Hace una pausa y vuelve a mirar al profesor

-Desea tomar algo profesor?

Rupert entra sin molestarse en ver si la joven que casi le ha chocado, Janet, va a apartarse. Parece seguro de que dará el paso al costado, cosa que efectivamente le ve hacer, pero no se preocupa por ello. Mientras pasa voltea para mirarla y ve que le está mirando a los ojos. Aquello le desconcierta pero no le hace reaccionar, sólo sonreír con indulgencia. Detrás suyo, la voz de Brandon le hace llegar a los oídos el nombre de aquella dama que no le quita la mirada de encima.

- Janet Walker - repite, moviendo la cabeza en un ambiguo gesto de simple asentimiento o de saludo - ¿Por qué tan cerca de la puerta, señorita? ¿Es que no ha podido encontrar el placer en esta fiesta?

Se da vuelta hacia Brandon y estrecha su mano con firmeza.

- Parece que tus dotes de anfitrión se han agudizado, Brandon - Rupert sonreía - Te has refinado, evidentemente, lo que es algo absolutamente notorio si miras al resto de tus invitados. ¿Decías algo de una bebida? Por supuesto. Ya sabes qué puedes traerme.

Hace un notorio gesto de saludo hacia Kenneth, como si luego fuera a estrecharle la mano, mientras camina hacia Phillip.

- Phillip, entiendo que no te sientas inspirado esta noche. Pero, ¿por qué no la magnificas con tu talento?

Observo sorprendido a aquel hombre. Jamas hubiese esperado encontrarlo allí. Tal vez no iba a ser una mala fiesta después de todo. Observándolo fijamente, mis recuerdos se remontan hacia el tiempo donde el era mi maestro. ¡Cuantas cosas había aprendido de aquel hombre! Tiempo que añoraba ahora al volver a verlo. Respiro profundo y lo miro con respeto, pero con una leve sonrisa.

-Maestro Cadell...- Le digo en tono formal, pero sin que rayara en el fanatismo – Es un placer volver a verlo después de tanto tiempo...-

Finalizo mi saludo con una sonrisa cálida. A pesar de que tal vez era mal visto, sentía mucho aprecio por aquella persona. Y no me molestaba expresarlo a pesar de estar frente a gente no deseada.

Me quedé de pie y en silencio, simplemente asintiendo cuando aquel hombre al que Brandon había llamado profesor, hacía su presentación estelar y es que no lo podía imaginar de otra manera, simplemente no podía. Hice un gesto nimio con la cabeza para saludar a aquel hombre fuera quien fuera pues su nombre, al menos por el momento, no me decía nada. Al menos en una cosa estábamos de acuerdo: Phillip podía amenizar la noche mucho mejor que las ironías de Brandon.

-En realidad pretendía abrir la puerta, profesor Cadell pero no se preocupe, a mi novio le vamos a dar el premio de impuntualidad de la noche-lo llamé igual que Kenneth que era lo que me parecía más acertado y volví sobre mis pasos.-No es posible no disfrutar una de las fiestas que Brandon da para sus queridos amigos.

El hombre que acaba de entrar no se da vuelta hacia sus interlocutores de inmediato. Continúa mirando a Phillip, que no parece responder a sus palabras como esperaba y se encuentra ensimismado en un mundo totalmente ajeno a la realidad, el mundo de sus pensamientos. Rupert frunce el ceño mientras se sucede el silencio, esperando que Phillip diga algo, pero aquella espera no lleva a ningún sitio. El comportamiento del joven le resulta totalmente extravagante, y le arriesga a considerar razones que lo expliquen. Sabe de una que podría ser esencial. Y la otra...

Rupert deja a Phillip y se da vuelta hacia el joven que le ha saludado.

- Es cierto, Kenneth. Mucho tiempo, sí, pero nada ha cambiado por lo que veo - comenta mirándole a los ojos, como buscando un cambio que no encuentra en ellos, y corresponde a su sonrisa cálida con una cuya formalidad es dudosa y su sequedad habitual, patente - No es extraño que coincidamos, al fin, en una fiesta como esta. Me alegra saber que, luego del tiempo que he pasado enseñándoles, han podido echar guante a lo que les ha quedado de aprendizaje y lo han podido reproducir en sus vidas. En mayor o menor medida, por supuesto - Rupert señala con un gesto la habitación, en la cual se arremolinan pocos aún, pero los necesarios - El ambiente es perfecto, aquí dentro todo es como debe ser. ¿O no lo crees así, Kenneth?

Se vuelve hacia Janet, y la contempla por un momento.

- No se sienta mal por lo de la puerta, señorita: tendrá infinitas oportunidades de abrirla - dice Rupert, con una sonrisa que evidencia que acaba de hacer gala a alguna especie de humor muy personal - Estamos de acuerdo en que no es posible no hacerlo pero, teniendo en cuenta la ausencia de David, ¿qué podemos decir? ¿Por qué no ha venido con usted?

Cuando te vuelves hacía Janet tienes una mejor vista del baúl que se encuentra en la estancia. El mismo no solo esta cubierto por un mantel y no solo tiene encima una pila de platos. También tiene, en cado uno de sus bordes, dos candelabros de tres velas cada uno, los cuales se encuentran encendidos. Todavía hay un espacio libre sobre el baúl, probablemente para colocar la comida o algo similar.

A los pocos segundos en que el profesor Cadell termina de preguntarle a Janet por el paradero de David entra en la sala Mrs. Wilson cargando una bandeja con una selección de diversas carnes frías, tanto roja como blanca, como para ir empezando con la cena.

Se la ve un poco molesta y luego de colocar la bandeja al lado de pila de platos que esta sobre el baúl dice

– Cuando se me ocurra donde dejar los cubiertos los traeré. Espero que no les moleste esperar un poco más ¡Ah! Me olvidaba. No voy a poder traer el resto de la comida hasta que se acaben esto. En este baúl apenas hay lugar para “armar” una mesa -  y da media vuelta para asi volver a la cocina.

Phillip sale de su mente una vez que el profesor habla con Janet, y es ahí donde se da cuenta de que no había prestado atención a Rupert Cadell:

-Lamento... Lamento mucho haberle ignorado, Profesor Cadell... Por favor... Por favor, pongase cómodo...-

Aunque el joven ya había "despertado", sus pensamientos lo volvieron a ausentar unos segundos, para luego, comenzar a tocar.

-Espero que os guste esta pieza...-

Phillip parece haber sido transportado a otro mundo. Interpreta la pieza, encimismado como nadie, y olvida por completo que la Señora Wilson había comenzado a servir la entrada para la Cena...

Brandon se tuerce casi en un movimiento robotico al voltearse en dirección a la mesa con bebidas.
Camina los 4 o 5 pasos hasta ella, y toma un baso nuevo lo carga con cuatro cubos de hielo, y suficiente escoces como para dejar a un borde de uno de los cubos fuera de la bebida.
Mientras hace esto, se van dando las distintas conversaciones a su espalda, cuando termina se voltea con una mirada curiosa, que la mantiene inclusive luego de alcanzarle el escoses al profesor

-Buen punto, francamente no me lo había preguntado, ¿como es que David no viene contigo Janet? ¿algunos problemas en el paraíso?

Dice mientras las notas de Phillip inundan el lugar

-Por cierto, ahora que lo estoy pensando David no a ganado el premio aun a la tardanza aun quedan otros dos competidores mas en esa carrera aparte de el

Tras la interpretación de Phillip, lo que más me esperaba llegó; otra perfecta intervención de Brandon.

-En el paraíso no hay problemas nunca, Brandon, al menos en lo tocante a estos meses y no ha venido conmigo porque supuso que al estar entre amigos, estaría yo bien... Digamos que en eso hemos sido un poco ilusos ambos-lo miré, mis palabras no llevaban ninguna ironía.-Pero vendrá, de eso estoy segura y no estaría mal que se ganara ese premio del que tanta alardeas.

Rupert toma el escocés de Brandon con un gesto de satisfacción, y después voltea hacia donde Mrs. Wilson ha dejado la comida. Se acerca hacia el baúl mientras las notas empiezan a inundar el aire, y parece haberse olvidado de todo lo demás. Selecciona con atención el trozo de carne blanca que le parece superior, y lo coge con tranquilidad para probarlo. Las voces son la nota que distorsiona una melodía que se acerca a la perfección. Interrumpen lo que es una exhibición, una elevación, interrumpen para provocar cuando sólo deberían escuchar. Se da vuelta hacia Brandon y le mira, pues el resto de sus palabras es innecesaria. Luego a Janet. Sus ojos la estudian como si recién repararan, realmente, en que ella está allí presente.

- ¿Pierdes tu tiempo inquiriendo sobre problemas ajenos, ahora? - Rupert se acerca a su aludido y le da un sorbo al escocés - Es una mala costumbre que confiaba que se te hubiera curado hace mucho tiempo. La única verdad es que David aún no ha hecho su aparición: también que ha abandonado a su prometida a la merced de una situación que obviamente le incomoda y en la que preferiría no estar, lo que es totalmente notorio y absolutamente obvio - mira hacia Janet - Imagino que no encuentra con quien entablar una conversación de su nivel, señorita. Quizás debería estar en otro sitio con personas más afines a usted, ¿no lo cree?

Una pausa es suficiente para que Phillip vea una sonrisa satisfecha de Rupert hacia él.

- David vendrá: no faltará a una convención social como esta. De hecho, ni se le ocurrirá no venir - toma un sorbo más de su vaso - Considerará incorrecto no sólo faltar a una fiesta que en parte es para él, si no también dejar a su prometida en una situación como esta. No puede asumir una culpa como la de romper con sus obligaciones - las palabras de Rupert parecían dirigirse a Janet, pero él mira a Brandon - ¿Premios? Sí, esa es una buena idea. Hay que incentivar la impuntualidad, premiar el triunfo del ego sobre las expectativas ajenas. ¿Por qué no? Pero dime, Brandon. ¿Qué otros dos invitados faltan?

Notas como Rupert se posiciona al lado del baúl. Lo hace justo luego de tomar el vaso de whiskey y de probar la carne. No parece ni siquiera interesado en el mueble, a pesar de que gravita hacía el.

Nada de que preocuparse entonces...

Rupert esta demasiado cerca del baúl (y de David) para tu gusto pero, por suerte, no parece demostrar demasiado interés en el.

Sin embargo... esta muy cerca.

Demasiado.

Sin mirar hacia anda mas que la pared

-Ho profesor Rupert yo que usted no cometería el error de menospreciar la inteligencia de Janet demasiado rápido Sun Tzu dijo algo al respecto, pero nunca fui bueno recordando frases celebres... prefiero inventar las mías propias en el momento veamos que se me ocurre...

Dice mientras sus ojos dibujan una diagonal hacia el techo y vuelven a bajar al segundo y quedarse clavados en la misma posición en la que estaban mirando al mismo pedazo de apred

-Ten miedo de aquel que aparenta estupidez... ya que es el único que puede esconder algo que te joda.
Mmmmmmm no es del todo bueno, le sobran algunas palabras, pero creo que lo importante es trasmitir la idea

Y entonces mira a Rupert

-As tenido el honor de conocer a los padres de David? si no es así, pues, vas a tener el agrado hoy

Negando con la cabeza, con gesto superado, Anita sonríe

Tomelo con calma Henry, si las cosas así son, es porque así deben ser. A propósito dice con tono despreocupado, ocultando que en realidad está "tirando de la lengua" a su cuñado  Jasmine es el nombre de su nuera verdad? Estará presente esta noche quiero imaginar.

Había escuchado en silencio al tal Rupert despotricando contra unos y otros de una manera por demás elegante y luego la estúpida intervención de Brandon haciéndome creer que abogaba por mi inteligencia o al menos intentándolo; seguía callada porque aunque en un tiempo todos habíamos sido amigos, ahora no éramos más que un montón de conocidos, odiando cosas los unos de los otros. Terminaron de ponerme de malas cuando nuestro anfitrión mencionó a los últimos dos invitados, me volví a los dos hombres con tranquilidad en el semblante pero no así en los ojos.

-Creo que la incomodidad, profesor, no tiene que ver con mi capacidad de entablar o no una conversación con los caballeros aquí presentes, a los cuales conozco más que cualquier otra mujer en el mundo-sonreí con bastante esfuerzo.-Quizás sea precisamente eso lo que me impide montar una tertulia del tipo fraternal-amigable como la que usted parece dispuesto a protagonizar. Y ya que habla con tanto conocimiento de mi prometido, sería bueno, para esperarlo, claro, que me contara... Claro, imagino que los demás ya lo saben-ésta vez eché una mirada a Phillip que era quien mejor me caía en ese lugar.-Pero prefiero saberlo de usted, en lo que esperamos que David llegue del brazo de sus padres.

En realidad, aunque tranquila, lo único que quería era salir de aquel lugar porque de alguna manera sentía que estaba siendo juzgada y la sensación no era de las mejores, es más, la odiaba. Me aparté un poco hasta la ventana y mirando hacia afuera por un instante para finalmente volver a dirigirme a Brandon.

-¿Aparentar, eh? De eso debes saber mucho, querido. Yo no aparento estupidez, quizás el profesor tenga razón en cuanto a mi inteligencia, después de todo, si fuera realmente inteligente, no conocería tan de cerca a dos de los cuatro hombres que hay en este lugar-le sonreí dulcemente.-¿Pedirte que dejes tus ironías es demasiado? Por una vez me encantaría estar en paz contigo y no, no es una insinuación.