Partida Rol por web

Tras abrir las puertas del Elevador de mantenimiento con una palanca, se ve un cuadrado de cinco metros de lado que asciende y desciende un piso. En una de las paredes se ve una escalera de servicio.

Aleksi iba primero. Al ver la escalera, sopesó sus posibilidades. No parecía muy segura, pero  tampoco cabían muchas más opciones si querían llegar hasta su objetivo. Así que se decidió a bajar.

Las botas de Kaminski tocan el suelo metálico, detrás de él bajan la nueva capitana y cerrando el grupo va Ibáñez con el lanzallamas colgado de la espalda. Desde la puerta del elevador se podía ver el pasillo que se extendía a izquierda y a derecha. Por la derecha el pasillo llevaba hasta la popa, el hangar de mantenimiento y las dos lanzaderas; por la izquierda se llegaba a la proa de la nave donde se encontraba el tubo de acoplamiento.

Un rugido agudo y visceral resuena por todos los pasillos, desesperados buscáis el origen del sonido. Pero los pasillo de la cubierta de Maquinas se encuentran totalmente vacíos.

Una gota de líquido pegajoso cae por el hueco del elevador, al levantar la vista buscando el origen del líquido veis en una enorme criatura de más de dos metros encaramado al hueco del elevador. Las poderosas garras de sus cuatro extremidades se hunden con fuerza en el metal, el cuerpo está cubierto de una cutícula negra que refleja la luz de forma parecida al exoesqueleto de los insectos. La cabeza es alargada, de casi medio metro, terminada en una poderosa mandíbula que muestra varias series de dientes afilados.

Ante la horrenda aparición, Samantha se suelta de la escalera cayendo al suelo. La caída es más aparatosa que peligrosa. A la nueva capitana solo le faltaban apenas cinco escalones para llegar al suelo. Samantha se queda tumbada boca arriba en el suelo, gimiendo de dolor.

Ibañez al no poder saltar al suelo del elevador porque se encuentra Samantha, se sujeta con fuerza a las escaleras con el brazo izquierdo y con el derecho desenfunda su pistola. Los disparos resuenan por el pequeño hueco del elevador, e impactan contra la criatura haciendo saltar en pedazos su cutícula y exponiendo un líquido verde brillante que comienza a gotear como sangre.

Samantha deja de gemir y comienza a gritar desesperadamente. ¡Me quema! ¡Me quema! ¡QUÍTAMELO! ¡QUEMA! Parte de la sangre verde de la criatura ha caído sobre el cuerpo de la nueva capitana. El líquido verde, como si de ácido se tratase, ha comenzado a derretir la ropa de Samantha y a horadar su piel.

Desesperada por el dolor, Samantha trata de quitarse el líquido verde con los dedos pero lo único que consigue es que parte del líquido pase a sus dedos y comiencen a quemarse también.

Aleksi se queda sin aliento al ver aparecer a aquella criatura. Sin duda debe tratarse de los embriones que transportaba la nave y que fueron liberados. La idea de que un sinfin de criaturas como aquella pululasen por la nave le producía escalofríos. La criatura avanzaba rauda con actitud amenazante así que, aunquei apenas sabe manejar la pistola que le había cedido Zethmen, la situación no deja elección, así que centra toda su atención en alcanzar a la criatura.

A pesar de los gritos de la capitana, que al parecer se ha visto alcanzada por la sangre de aquella criatura que parece tener propiedades extrañas, no puede evitar sentir que la mayor amenaza proviene de las garras y los dientes de aquel ser.

-Joder...¿pero qué? Use la ropa...o algo, pero no la toque directamente.
 

A pesar del dolor, Samantha consigue arrastrase poco a poco fuera del hueco del elevador protegiéndose así de la sangre corrosiva. Siguiendo el consejo de Kaminski, se arranca una de las mangas del traje y trata de eliminar el líquido corrosivo con escaso éxito. Pálida, aprieta los dientes tratando de sobreponerse al dolor y no caer inconsciente.

El sargento Ibáñez, salta al fondo del elevador mientras continúa disparado con la pistola. Algunas gotas de sangre caen sobre su cuerpo, pero el aguerrido soldado continúa disparando ignorando las heridas. ¡Salgamos de aquí!

Kaminski apunta con la pistola que le entrego Zethmen, y dispara varias veces contra la criatura impactando en al menos dos ocasiones.

La criatura, desconcertada, retrocede por el hueco perdiéndose en la oscuridad, dejando detrás de él un reguero de líquido verde corrosivo. No sabéis si está gravemente herida y por eso ha retrocedido; o si es una técnica de caza en la cual el primer paso es el acoso; o también puede que algo la haya asustado. Hay múltiples hipótesis para explicar la huida de la criatura pero ninguna buena, ya que codas coinciden en que la criatura sigue viva.

Será mejor salir de aquí cuanto antes-dijo Aleksi-Samantha, ¿cómo se encuentra?

Denver estaba al borde de un ataque de histeria. Ahora, después de la desaparición de la criatura y haciendo caso omiso al dolor que le debían de producir la heridas, la capitana se había acurrucado en una equina. Claramente no estoy bien. ¿Cómo iba a estar bien después de eso? Le grito a Kaminski.

El sargento salió del elevador y cerró la puerta. Mecánicamente, el soldado comprobó la munición de su arma e introducción un nuevo cargador. ¿Qué era eso? Pregunto desconcertado pero manteniendo la calma. En la primera cubierta me atacaron unos bichos pero no tenían nada que ver con este. Eran pequeños, de no más de medio metro, de color marrón y parecían araña con ocho patas.

Esa criatura es el adulto, lo que ha visto el sargento en la primera planta son las larva. Contesto de improvisto Denver.

Aleski entrecerró los ojos.

-Lo que le estoy preguntando es si puede seguir o no-contestó-Pero ya veo que sí, gracias. Respecto a esa criatura, no podría asegurarlo. Es la primera vez que veo algo como eso. Pero lo que me cuentan es coherente con la información que obtuve de Madre. Y si es así, ese sería el resultante de una...incubación. Solo pensar en ello me produce escalofríos. Será mejor seguir.

La capitana se puso en pie a duras penas. La sangre corrosiva había atravesado su ropa en varias partes dejando pequeñas pero profundas heridas. Con un poco de ayuda de Ibañez, Samantha comenzó a caminar por el pasillo.

El recorrido hasta la esclusa de la cámara de ensamblaje fue corto. La cámara de ensamblaje funcionaba como una cama de descompresión, serbia para cuando la nave tenía que unirse a otras naves o estaciones en el espacio. La cámara se compone de dos esclusas herméticas de alta resistencia, una a cada lado del túnel que forma la cámara propiamente dicha. Una de las esclusas da al espacio y es la encargada de enganchar con la otra nave (Esclusa E) y la otra esclusa da a la USCSS Equus (Esclusa A). Wrench, Mia y el resto de supervivientes debían de encontrase en el espacio entre ambas cámaras.

La Esclusa A se encontraba totalmente cerrada, sobre la superficie de metal de la puerta se apreciaban varios poderosos arañazos que lo único que habían conseguido era saltar un poco la pintura. El panel de controles de la puerta se encontraba totalmente abierto y con los cables desperdigados. La cámara tenía un sistema de seguridad que impedía abrir las puertas a no ser que otra nave se encontraba acoplada así que Wrench había tenido que jaquear el sistema para poder abrir la puerta.

Aleksi se puso manos a la obra. Echó mano de sus pinzas y sus alicates, colgados de su cinturón de herramientas y se puso a manipular la maraña de cables y circuitos que salían de los controles de la puerta. Parecía que sabía lo que se hacía y sin embargo, cuando por fin cerró el cirtuito, lo cual debería hacer que se abriese la compuerta, nada sucedió.

-¡Maldita sea!-bramó despesperado-¿Se puede saber porqué demonios no te abres?.

Como única posibilidad, se le ocurría usar su soldador para intentar romper el cierre mecánico y abrir la compuerta por las bravas.

Kaminski corre por el corredor hasta un pequeño cuartucho de mantenimiento, como buen ingeniero conoce todos los recovecos de la nave y donde se guardan las herramientas. Del cuarto saca un soldador de plasma con el que regresa a la puerta y comienza a cortar el duro metal de los pernos de seguridad.

El proceso de corte se hace lento y pesado. En el interior se escuchan los gritos de auxilio de Wrench y los pasajeros. ¡Daros prisas! El indicador de reservas de Oxigeno está ya en rojo. Samantha, herida y apoyada contra una de las paredes, trata de tranquilizar al grupo atrapado dentro de la cámara de acople.

Cuando llevas cortados seis de los ocho pernos los gritos cesas. A pesar del silencio Samantha te obliga a seguir cortando los otros dos pernos que quedan. Cuando el último de los pernos cae cortado, la puerta se abre con reticencia. En el interior de la cámara la luz roja de emergencia parpadea indicando la falta de oxígeno. En el suelo acurrucados en diferentes posiciones se encuentras cinco cuerpos, uno de los cuerpos corresponde al mecánico Wrenh. Otro de los cuerpos, el de una pasajera llamada Mara, tiene un profundo corte en el brazo que sangra copiosamente.  

-¡Vamos, hay que sacarlos de ahí!

El técnico entró en la estancia y se apresuró a sacar a los afectados de la estancia, empezando por Wreck. Una vez lo sacó comenzó a practicarle una reanimación cardio-respiratoria, tal como le habían enseñado en los cursillos de primeros auxilios. Nunca había realizado la operación, pero sabía la teoría.

¿Eran veinte compresiones por cada dos insuflaciones, o eran treinta? ¿Se empezaban con las insuflaciones y luego las compresiones, o era al revés? Demasiadas dudas y poco tiempo. Así que decidiste empezar por lo más sencillo: tapar la nariz del afectado para evitar la pérdida de aire y realizar la insuflación con los labios totalmente sellados. Solo fue necesaria una insuflación para que el mecánico empezara a toser y recuperara poco a poco el conocimiento.

¿Qué… Que pasa? Pregunto desorientado Wrench Nos han atacado, una criatura… negra y grande. Solo… solo he podido correr… y refugiarme aquí…. con algunos pasajeros…