Partida Rol por web

 Mientras me estoy duchando veo entrar a Dallas.

Oh vaya, también tenemos a otro blanquito, ¿Qué tal el paseito princesa?...-Río mientras sigo enjabonándome-Y como es ese bicho que visteis que es taaaaan peligroso-Digo con cierto sarcasmo en el tono de voz.

 Observo divertido a la marine haciéndose la dura. A pesar de su actitud arrogante y su evidente carencia de modales, no puedo sino sentir lástima por la ignorancia y prepotencia sus palabras. Parte de mi cinismo desaparece al recordar el terror de la criatura y deseo sinceramente que no tenga que vérselas en una situación de desesperanza como la que Ripley y yo logramos escapar por tan poco. 

Y Lambert... todo para nada...

Sacudo mi cabeza, borro la tristeza que noto salir al exterior al recordar a mi tripulación, a mis amigos masacrados, cazados como ganado, y sonrío ignorando los pobres intentos de picarme de Vasquez. Son como los pobres e inocentes insultos de un niño que áun no sabe nada de la vida y fanfarronea pensando en que nada puede pasarle, ebrios de su propia "inmortalidad".

- Sinceramente, espero que seas tan dura como aparentas ser. Nos hará falta. A todos. Digo sin atisbos de sarcasmo o de burla

- Y la verdad, preferiría no hablar de él, pero en vista que venimos de asesores... No pierdas de vista las sombras. Y continúo a asearme tratando de no pensar en lo que nos espera al llegar.

Espero que sea todo una falsa alarma, por favor... Uno solo era una pesadilla, no quiero ni imaginar decenas de ellos correteando a nuestro alrededor...

Un escalofrío de auténtico pánico recorre mi cuerpo y trato de reponerme. Me pongo bajo la ducha caliente y trato de evitar el temblor que el mero recuerdo de la criatura provoca en mí. Ni siquiera la hibernación logró hacer que las pesadillas desapareciesen. Casi agradezco estar despierto...

Arreglado y limpio, me dirijo a la seccion de comedor, tantas horas de sueño me han dado hambre. Busco las raciones, y me sirvo. Su aspecto me desalentaria en otros momentos, pero con el apetito que tengo ahora mismo, parece manjar de dioses.

Como soy el primero, decido no empezar a desayunar hasta que llegue alguien mas, y me quedo sentado, en el centro de la mesa, esperando y jugueteando con el tenedor.

Al poco rato, todos los marines ya están aseados y vestidos. Un buen bullicio se forma a la hora de coger las raciones, con bromas, risas e insultos bienintencionados. En una de las mesas se sientan Burke, Ghorman, Bishop, Ripley y Dallas mientras que en la otra, un poco más apartados, están todos los demás.

Sin hacer ningún tipo de comentario o broma, con aspecto pensativo, Bishop coge su bandeja de comida y se dirige silenciosamente a la mesa para tomarsu ración de alimentos. No tiene apetito, y el aspecto de la comida no parece mejorar, a juzgar por los comentarios de los marines, pero es energía, y conviene no desperdiciarla antes de una misión.

Bishop toma asiento, mirando a sus compañeros de mesa y saludandoles con una mirada y un ligero movimiento con la cabeza.

Sin poder creer lo facil que ha sido salir de la situación, me aseo y tras vestirme rápidamente, me dirijo con mis compañeros hasta el comedor. Nos ponemos a la cola para recoger la comida... o lo que quiera que sea esto que nos sirven.

Sargento, digame la verdad, ¿Cual es el objetivo de servir mierda? ¿Quieren que nos encabronemos bien por la mañana para que rindamos mejor por la tarde?

Mientras hablo no puedo evitar poner mi sonrisa burlona. Me es inevitable, es más fuerte que yo. Sin más, sigo la cola cuando veo a todos los que quedan detras de mi.

No hace falta que corrais, habrá para todos ¿O alguien no ha ido al baño todabía para hacer su contribución al desayuno?

Sin más, tomo la bandeja y me dirijo a la mesa donde tomo asiento. me encuentro mirando... esto (Por no encontrarle un calificativo mejor) cuando veo aparecer a Bishop detras de mí. De pronto se me ocurre que hace mucho que no nos hace su numerito del cuchillo. Lo cierto es que es impresionante. Me pregunto si...

Bishop le llamo antes de que se aleje de nosotros y se siente con los oficiales, al tiempo que saco mi cuchillo. Haz lo del cuchillo por favor, venga.

Hasta ahora había permanecido en silencio pero había que poner un limite a las tonterías de el personal o podrían desbocarse.

¡Hudson!

Tan solo su nombre espero que baste para hacerle callar.

Me levanto.

Bueno chicos, diría que todos me conocéis así que seré breve, en esta misión nos acompañan dos asesores, ña señorita Ripley y el señor Dallas, ellos han estado antes en el lugar que tenemos como destino así que su ayuda sera indispensable, quiero que seáis lo mas corteses que vuestras maneras de buitres os permitan.

Y luego esta el señor Burke, que representara a la compañía, la cual financia esta misión y nos a pagado un montón de juguetes, así que lo mismo para con Burke.

Tenia hambre y suponía que todos tan bien así que era el momento idóneo para decir.

¿Tenéis alguna pregunta ahora que todos estamos reunidos?

Sonrio con un brillo en los ojos cuando el marine Hudson menciona el "juego del cuchillo". Lo cierto es que es una tonteria, un entretenimiento para tardes de espera.

Sin embargo, la llamada al orden del oficial al mando, Gorman, detiene parte del júbilo que reinaba durante el desayuno. Escucho sus comentarios acerca de los civiles que nos acompañan, mientras Hudson y algunos marine más parecen pensar más en cuando se callará Gorman que en la información que nos está proporcionando.

-YO SI.-Giro la cabeza hasta observar muy serio a los de la mesa continua donde estaban Burke, Ghorman, Bishop, Ripley y Dallas y tras mojarme los labios rompo esa tension.

-¿Cuando vas hacer el truco del cuchillo Bishop?

-¡Frost, no se pase de listo! -ladró Apone como un resorte desde el asiento justo enfrente del que ocupaba Frost.

Joder con los marines, espero que Gorman pueda tenerlos controlados.

Viendo lo visto, lanzo una sonrisa que intenta ser tranquilizadora ha Dallas y Ripley, pero desisto de hacer ningun comentario al respecto, y espero que no pierdan la confianza con la que aceptaron venir a asesorarnos en esta mision.

No puedo evitar reir al ver al sargento de mala leche por el comentario de Frost, la silenciosa mirada de la mesa de los superiores nos muestra que no les ha echo tanta gracia como a nosotros. Una pena, como siempre, sus galones e importancia la tienen tan metida en el culo que son incapaces de descansar esa altiva pose de tiquismiquis. Aunque los dos nuevos parecen más dos ovejas asustadas. Menudo panorama. Queriendo limar asperezas, alzo mi voz por encima del resto.

-No se preocupe teniente, cuidaremos a sus niños, nos aseguraremos que tengan el culito limpio y si algún chico malo les hace algo...- me pongo el cuchillo a la altura del cuello -...Daremos buena cuenta de él.-

Bajo el cuchillo y nuevamente se lo tiendo a Bishop que sigue parado cerca mio.

¿Qué me dices Bishop? Venga, danos ese gusto jejeje

Antes de que Hudson hablaba me limite a asentir al sargento, mientras evitaba soltar una carcajada.

 Miro a mis compañero hacer las gracias cuando ya ha pasado la reprimenda del sargento, sonrío y tras tragar, como ignorando tanto al sargento como al teniente, el cual no me hace gracia que esté con nosotros, más que un marine parece otro burócrata más, como Burke.

Sí Bishop, pero démosle un poco más de cosa al asunto, ¿no?, pon la mano de Hudson debajo de la tuya bishop-No puedo evitar soltar una risa-Aquí se demostrará si eres tan machito como aparentas Hudson- Luego miro la bazofia que tengo delante y me encojo de hombros para seguir comiendo, atenta a lo que va a pasar.

Me siento dando por terminada la charla, en parte me avergüenza que no sepan comportarse delante de Burke pues es según su criterio como se medirá el éxito de esta misión cuando finalice, pero allá ellos.
Hago un gesto de negación con la mano indicando al sargento que no les interrumpa y comienzo a comer.

Pueden parecer imbéciles, pero en lo que hacen son los mejores.

 Observo cómo actúan los marines y no puedo sino pensar que son una panda de chiquillos en una excursión de colegio

Pero bueno, mientras sepan dar la talla que se comporten entre ellos como les de la gana

Me acerco a Hudson, al que la dura Vasquez le ha tomado por la muñeca, y con la ayuda de otros marines, le tienen presa de su propia broma.

- Tranquilo Hudson, - digo, mientras apoyo mi propia mano sobre la del sorprendido marine, - no fallaré. Pero te recomiendo que no te muevas...

Y sin más miramientos, cojo el cuchillo con la otra mano, y apoyo la punta sobre la mesa, perfectamente perpendicular. Entonces, comienzo a moverlo, saltando de hueco en hueco entre los dedos de las dos manos, unidas como una sola, despacio al principio, pero cogiendo velocidad con cada nueva "marca". Tras unos segundos, el ritmo de movimientos es infernal, apenas un destello y monótono clavetear del arma blanca sobre la mesa del comedor. Hudson empieza a levantar la voz commo un grito, en una subida de adrenalina que siempre me ha sorprendido en hombres y mujeres acostumbrados a todo como los marines espaciales.

Tan rápidamente como empecé, termino el juego, con el cuchillo clavado en la mesa, realmente cerca de los dedos tanto mios como de Hudson. Sin hacer ningún comentario, levanto mi mano de la de el marine, que aún tiene los ojos desorbitados y la boca abierta de par en par.

Camino de vuelta a mi asiento para finalizar mi desayuno, y al tomar los cubiertos, noto como una diminuta gota de mi "sangre" se desliza juguetona desde un pequeño corte en mi dedo anular hasta la palma de mi mano.

La "sangre" blanca de Bishop corre por sus dedos a la vista tanto de Dallas como de Ripley que son asaltados de pronto por los recuerdos de su propio androide. Ash, aquella criatura de la compañía encubierta que deliberadamente les condujo hasta allí y fue el detonante de la muerte de prácticamente todos sus compañeros. Ash, el maldito androide.

Respiro agitadamente mientras intento recuperar la compostura. Cuando le pedí a Bishop que hiciera lo del cuchillo no me refería a expensas de mi mano. Por suerte el juego ha terminado y me parece que no he perdido ningún dedo... ¿o si? 1,2,...9 y 10. De acuerdo, están todos. Bishop se aleja y oigo las risas de mis compañeros

-No ha tenido ni puta gracia ¿me ois?-

Reparo en que tengo la mano inmovil en la misma posición en que me la dejara Bishop, por lo que la aparto y cojo el cuchillo que el androide ha dejado a mi lado para guardarlo. Me maldigo por mi bocaza, pues al fin y al cabo, esto ha sido solo culpa mia ¿No he sido yo el que pidió en un principio esta tontería? De todos modos los nervios se han transformado en mala leche por lo que queriendo tener la fiesta en paz, agacho la cabeza y tras tomar el tenedor, me llevo el primer bocado a la boca. El mal sabor de esta pasta hace que olvide de golpe lo sucedido y rememore una frase del coronel.

"Otro gran dia en el cuerpo de marines"

Poco, ya me falta muy poco para terminar. Me llevo otro bocado a la boca