Partida Rol por web

- Ajám...

Mientras escucha el informe de Sparks otea la colina con sus prismáticos, pero a cubierto del fuego alemán.

- Gavin insiste en que hay que tomar la colina...Es el único punto elevado de toda esta zona. ¿Dónde está vuestro radiooperador?- Mira a su alrededor.- ¡Chico! Ponme con el regimiento de artillería.

Parapetado tras aquel muro y con el arma por fin desencasquillada observo como el teniente se acerca hacía nosotros, todos estamos muy tensos, deberiamos tomar aquella colina de una forma u otra o nos joderían pero bien, no puedo evitar alejar mi mente unos segundos de allí pensando en la granja donde mi madre me esperaba...hojala pudiese volver...

Segundos depsués el teniente me llama parece qué me necesitan

-Soldado Thom Baker a su servicio mi teniente

Después cojo la radio y comienzo a intentar comunicarme con el regimiento de artilleria

-!Canal, aquí Dédalo! !¿ME recibe?!

Alzo mi voz para qué me oigan alto y claro

Tras unos segundos de incertidumbre, se recibe la respuesta: Dédalo, aqui Canal. Baker pasa el aparato al teniente Hodges.

- Aquí compañía Dédalo. Necesitamos potencia de fuego 'Flash' en 24.33. Posición defensiva alemana. 'Flash' en 24.33. Código Alfa-Rojo-Lima. Cambio.

'Flash' en 24.33. Copiado. Cambio y corto.

El teniente devuelve el transmisor a Bake, mientras llama a varios sargentos para planear el asalto.

- Johnson, las mgs a ese lado, fuego a discrección sobre la arboleda. Sparks, tus chicos primero; id hasta la protección del sdkfz y desde allí lanzad unas granadas de humo. 'Pity', los tuyos por la derecha y los de Edwars por el Sur. Esperad a que termine la artillería para salir...Pero hay que llegar a los árboles a toda velocidad, ¿entendido?

Dicho esto, comienza a realizar señales con las manos para comunicar al sargento Edwars, que sigue a cubierto en los arbustos, sus instrucciones.

¡Este tío tiene mierda en las orejas!, gruñe Wright para sí. Como haya alguien en el sembrado de la izquierda nos van a freír cuando salgamos a campo abierto entre la cabaña y el semioruga.

Estábamos muy bien aquí y de buen humor tras haber dado matarile a esos alemanes...

Saco el cargador del BAR, puedo comprobar que quedaban once balas, lo guardo en la cartuchera y saco una nuevo, que coloco en el arma, doblo el bípode pero lo mantengo en su sitio, por si tengo que tumbarme o colocarlo en algún sitio. Todo listo, la granada de humo se queda en su sitio, de momento.

Al menos los fuegos artificiales aliviarán el trabajo, pero aún así va a caer plomo como si granizase.

Tras una breve espera, los obuses de vuestros compañeros comienzan a caer sobre la colina. La artilleria está barriendo la zona alemana, aunque no sabéis exactamente qué es lo que había ni qué es lo que podréis encontrar. Al finalizar la tercera ráfaga, el teniente ordena avanzar.

- ¡Adelante! ¡Adelante!

Benjamin se levanta de un salto, una vez han acabado de caer los obuses, y echa a correr hacia el semioruga... sin ver una raíz, en la que se engancha el pie, cayendo al suelo cuan largo es, y pegándose una galleta de consideración.

¡Ay!, es todo lo que puede decir.

El sargentó hizo un gesto con el brazo y comenzó a correr hacia el semioruga, mientras seguía cayendo mierda sobre la colina. Si no tenían búnkeres ni nada parecido, posiblemente habrían jodido a unos cuantos. Pero era una insensatez pensar que estarían todos muertos. El señor Spencer, peluquero en su barrio, le había contado cosas de la Gran Guerra, y creía saber algo sobre bombardeos a posiciones fijas. Nunca mueren todos, y siempre queda alguno con una ametralladora dispuesto a joder todo el avance.

Pero no había tiempo para pensar en eso, y siguió corriendo. Pero, al llegar a la altura de Wright, vió que tropezó y cayó, y se quedó a su lado para ayudarle a levantarse mientras el resto avanzaba, reculando.

-¡Agachad la cabeza y avanzad!

Miró a Wright, y sin más le ayudó.

-Vamos, joder.

Benjamin se levantó, aún aturdido, con la ayuda del suboficial, y siguió corriendo hasta llegar a la cobertura del semioruga.

Una vez allí, gruñó: Putos nazis, hasta sacan las raíces de los árboles para jodernos. Gracias, sargento, le debo una.

¡Cómo odio estas putas carreras a la descubierta! Me van a dar...me van a dar...

Corro todo lo rápido que puedo cárgando la BAR y el bípode, que pesan como un puto tanque y me están haciendo sudar a un ritmo alarmante. Algunas columnas de humo negro me indican dónde han caído esos obuses que confío en que hayan matado a todos los alemanes de esa colina, que ahora se me presenta alta como una montaña. Durante la carrera se me mueve el casco, y me tapa la cara, no veo nada y piso mal en algún agujero que no alcanza a ver cómo es, doy algunos pasos más, zancadas torpes más bien y acabó comprobando la ley de la gravedad y la de Murphy, pues al caer me golpeo el hombro con el cañón del BAR y me hace daño.

La puta de...¡Joder! ¡Puta guerra! ¡Joder! ¡Joder!

Hago esfuerzos por levantarme y lo más que consigo es arrodillarme, compruebo que no soy el único que lo está pasando bien.

Nos van a coser el uniforme al cuerpo, por la vía rápida.

Cojo mi fusil decidido y ajustandome el casco y la radio comienzo a correr como alma qué lleva el hacía la protección del semi-oruga una vez allí podría recapacitar, pero no hasta poner mi culo a salvo, eso es lo qué me habían enseñado y eso es lo qué haría sin vacilar

Alzid corre cual galgo por el campo deseoso de llegar al vehiculo que espera multiplique sus posibilidades de supervivencia.

POr el camino ayuda al tirador que casi se cae...

Benjamin se mete en el interior del semioruga y, con cuidado de no exponer su cuerpo al fuego de los de fuera, empieza a examinar los mandos, a ver si le suenan de algo.

El pelotón del sargento Sparks es el primero en llegar al semi-oruga alemán. Parece que la artillería ha hecho un buen trabajo, puesto que sólo habéis recibido dos o tres disparos en vuestra carrera provenientes de la colina ocupada por los nazis.

Detrás vuestro avanza el teniente Hodges, al igual que el pelotón de Edwards por el Sur.

Benjamin, sentado en el asiento del conductor, acciona el arranque y da gas, sin poner marcha, a ver si el motor responde.

El sargento se asomó brevemente tras la cobertura, intentando ver donde estaba el enemigo. Entonces, vió que Wright había subido al semioruga e intentaba arrancarlo. Esperó a ver si el vehículo se ponía en marcha, y luego preguntó.

-Supongo que sabe conducir un cacharro de estos.

Se giró a mirar a sus compañeros.

-Todos arriba. Alguien a la MG42 del compartimento de carga, y preparados para tirar granadas cuando estemos a la distancia. Creo que nos va a tocar abrir brecha, mientras nos apoyan nuestros compañeros.

Dicho lo cual, entró en el asiento del copiloto, preparando la tommy por si había que disparar por la escotilla o el estrecho ventanuco.

El semioruga arranca sin problemas cuando Wright acciona los mandos correpondientes. Parece que el vehículo está en buenas condiciones.