Partida Rol por web

La imperturbable sonrisa de Sykes, ampliada en cuanto Graham cogió una de las bombas, desapareció de golpe cuando el chatarrero palideció al escuchar las últimas palabras del arbitrador, titubeando mientras su cerebro terminaba de procesar lo oído. 

— Ah... Ya veo — dijo. Y acto seguido, tan deprisa como había desaparecido, la sonrisa regresó y la actitud de Sykes volvió a ser la de antes — ¡Entonces decididamente las necesitan! ¡Haciendo que ardan no necesitarán mancharse las manos, ni sus enseres! Y así se libera Coscarla también de su yugo nocturno, ¿Sí? ¡Buen negocio! 

Con el visto bueno de Katherine, la transacción se completó, y el grupo dejó atrás la tienda de Sykes mientras Can-dado los observaba agitando la cola, y el chatarrero les despedía con un efusivo vaivén con la mano, la otra contando el efectivo que le había sido entregado. 

El líquido inflamable que contenían las botellas, tal y como le pudo confirmar Naya una vez abandonaron el local, no era más que una mezcla de aceites de vehículo y combustible que solían usarse en las zonas más desfavorecidas para alumbrar lámparas o encender una hoguera en algún barril previamente llenado de basura, nada del otro mundo. 

El primer grupo esperaba cerca de la estatua medio derruida de la plaza principal del distrito, aguardando la llegada del segundo. La espera no fue muy larga, pues la transmisión de Leonid prometía, y pronto Naya, Graham, Katherine y Telum aparecieron para reunirse con los demás. Unas decenas de metros más allá, el mercado seguía el mismo curso que habían visto el día anterior, minetras una pareja de agentes del Magistratum paseaban distraidamente por los límites de la plaza. 

Leonid se encontraba apoyado en el pedestal que bajo los pies de la estatua y los observó llegar con calma. Miró a un lado y a otro, buscando la intimidad que necesitaban mientras esperó a que se hubieran podido reunir como era necesario, juntos, levantando miradas curiosas pero sin ser escuchados. 

Como intuí, el bar era el lugar clave - dijo algo jactancioso - fuimos directos al que estaba tras la barra, y pude reconocerlo, se trataba del mismísimo Acorde Luntz, tras apretarle las clavijas lo suficiente, nuestra inestimable amiga Beatrix, logró sacarle todo como si hubiera sido un niño pequeño asustado por su madre - miró a la mentada - no me imaginé que pudieras ser tan capaz - comentó antes de seguir con el tema - el caso, es que el miedo, ese sentimiento que asola por completo este distrito, lo hizo confesar, nos dio una dirección y un lugar muy prometedor. Luntz es un narcopandillero, y aunque nos pueda parecer horrenda su profesión, es un hombre de negocios al fin y al cabo. Lo que está pasando aquí, a lo que nos enfrentamos anoche, le está tirando por tierra el negocio y el bloqueo no ayuda; así que, nos dijo que hay un culto tecnológico, el cual parece gozar de buenas conexiones. Logitivistas se llaman, tenían negocios con ellos, pero apunta a que estos se están encargando de las desapariciones. 

Hizo una breve pausa dramática.

Su centro de operaciones se encuentra en el Refugio para los desfavorecidos, ¿no os resulta poético? El cabrón que está haciendo esto, no sé si está construyendo un ejército propio para algo mayor o simplemente investiga para algo peor. También nos contó que los trabajadores del refugio y el magistratum local, parece no ser quienes deben ser, les da pinta de matones, mercenarios de los buenos, ¿qué pasaría con los de verdad? - se encogió de hombros, dejando que la imaginación de cada uno hiciera lo suyo - y ya el broche final, Luntz vio una vez al jefe o líder de este culto en la zona - inclinó la cabeza hacía Vantes - dijo claramente que se parecía a nuestro compañero, túnica roja y demás parafernalia - hizo otra pausa dramática - se presentó como el Cirujano.

Esperó a deleitarse con las reacciones de los demás antes de apostillar lo último - solo ya, por terminar, nos indicó que el personal de seguridad local, no es de fiar, están en nómina de los Logitivistas, así que por lo pronto, sugiero dos cosas; primera, desechar esa posible fuente de información, segunda, localizar el refugio e inspeccionarlo desde la seguridad, ver que ocurre por la noche y que hay. Debemos prepararnos para asaltarlo - y se cruzó de brazos, con su enigmática máscara ocultando su sonrisa cargada de suficiencia.

Mort permanecía quieta, observando los alrededores con la espalda apoyada en el pedestal también, al igual que Leonid, y cuando este comenzó a hablar, ella realizó unos breves movimientos de asentimiento expresando su conformidad ante la habilidad de Beatrix, y del resto de información. 

Cuando este acabó, levantó ligeramente la barbilla con el ceño algo fruncido. - Luntz se ha creído por completo que somos quienes decimos ser, y se ha ofrecido a realizar una distracción para apartar a los corruptos magistrados de la zona, mientras atacamos al Cirujano y a los suyos. Me parece buena idea aprovechar lo que Él nos da. - terminó, con  una ligera mirada hacia el "cielo". Cuando dijo "Él", estaba claro que no se refería a Luntz. - Preparémonos y entremos a por ellos, tienen pecados que expiar. - 

Nos acercamos, quedandome al lado de Lille mientras Leonid se ponia a parlotear. El sonido de su voz, o mas bien el tono, hizo que dejara escapar el humo de mis pulmones, para acto seguido darle otra calada al pitillo, notandoseme la completa indiferencia por los motivos de los cuales se sentia tan "extasiado".

El ego era siempre el principal motivo por el cual se cometian errores... jactarse de algo que ni siquiera habia conseguido el.

Mire en direccion a Beatrix, asintiendo en su direccion de una forma donde dejaba claro quien sin duda era aquella que merecia los halagos por lo ocurrido, no entendiendo bien porque era otro quien parloteaba tanto.

Abri los ojos ante la mencion de una exploracion nocturna y sobretodo un asalto, parpadee un par de veces y nos mire a los demas por un segundo antes de volver a Leonid, pero entonces la "hermana" hablo.

Deje escapar un suspiro pesado.

Entre el ego y la sed de sangre, iban a matarnos a todos.

Solo por ver si lo he entendido bien. - Una profunda calada. - Un Adepto biologis, apodado el Cirujano, esta creando monstruos en el Refugio de los Desfavorecidos... ademas de a saber que mas. Ha sido capaz de cambiar a los idiotas de turno por mercenarios de los buenos, y tiene al magistratum local en su bolsillo... sin contar a sus monstruos particulares. Por lo que sabemos esos monstruos de ojos rojos son capaces de moverse en la oscuridad y ver en ella sin ningun tipo de problema, ademas de que la electricidad apenas les hace efecto y a golpes sin mas no es que sea facil hacerlos caer...

Mire detenidamente a Leonid. Asenti pesadamente si no respondia.

Tu idea es llevar a cabo una inspeccion de noche, atravesando el territorio enemigo hasta llegar a su fortaleza, cuando visto como queda Coscarla es como quedarse a oscuras por completo... o ir delatando nuestra posicion con las luces que tenemos... ¿y luego asaltarlo por las bravas? - La falta de ningun sentido comun debia ser basica en su existencia.

Mire a Mort. No es que uno no esperase algo asi de alguien como ella. - Eso sigue dejando a sus mercenarios, a sus monstruos y las posibles defensas que hayan montado en su base, sin contar que ni siquiera sabemos como es el lugar, cuan grande es... o de forma simple, ante cuantos enemigos vamos a lanzarnos.

Saque una de las botellas, mostrandoles el liquido negruzco y la forma que delataba algun tipo de arma incendiaria. - Ya que estais dispuestos a ir a fuego y sangre, supongo que despues de todo, esto no ha sido tan mala compra... al menos moriremos a la luz.

Menudo plan... esperaba que cualquiera de los otros con mas cerebro, trajera algo mas. La informacion sin duda habia sido notable y los detalles importantes, pero la parte estrategica, estaba claro que no formaba parte de los dos mas entusiastas.

Estoy de acuerdo en explorar el terreno y ver ese Refugio de los Desfavorecidos... antes de decidir nada mas.

Negó con la cabeza - Hay que ir de noche para confirmar que de ahí salen esas cosas, hay que inspeccionar el lugar para ver cuantos guardias tienen, modos de entrar y demás. Necesitamos pruebas para nuestro empleador, y no sé cómo vamos a conseguirlas si no es asaltando y entrando en ese edificio; si alguno se hace invisible, que lo diga ahora, puede ser una buena baza - lanzó una rápida mirada a la asesina, pero no porque creyera que ella pudiera desvanecerse a los ojos mortales, si no por su apunte - si, Luntz puede proporcionarnos una distracción, y a juzgar por sus ganas de recibir un pago de la alianza Coblast, creo que se empleará a fondo. Salvo los narcopandilleros, estamos solos y sin refuerzos ni posibilidad de contactar con nadie de fuera. O resolvemos el foco del miedo de Coscarla, o nos quedaremos aquí hasta ser una de esas mierdas lobotomizadas - miró fijamente a Graham - ¿tienes alguna idea mejor? 

Aguante la mirada de la máscara mientras exhalaba el humo entre los labios. - Las teorías no sirven de nada, planificar y plantear futuros planes sin observar el terreno no tiene sentido, prefiero la práctica. - Deje un segundo de silencio mientras movía el pitillo hasta los labios. - Decidir arrancar el miedo del corazón de Coscarla se hace con la cabeza, no con corazón o sentimientos. Plantear asaltar una fortaleza, así de primeras, sin ni un vistazo al lugar es absurdo...

Una nueva exhalación de humo. -  El refugio de los Desfavorecidos. No te plantea el mismo nombre en si, una forma de ser invisible? Aún así, de nuevo, primero estudiar y observar, luego, hablar.

Demasiado corazón... y ego... nos llevaría a la muerte.

La Hermana Mort miró al hombre del pitillo. - Graham. - se dijo a sí misma, para no olvidar los nombres de sus compañeros de misión. No estaba acostumbrada a trabajar en equipo, pero tenía que hacerlo, pues así había sido la orden del Inquisidor. 

Escuchó la palabrería del hombre, ladeando la cabeza y observándole con curiosidad, incluso con una sonrisa que parecía divertida. - Hombres, sólo piensan con los músculos, y creen que los demás también, aunque este parece distinto. - inspiró profundamente y exhaló con suavidad, poco a poco, controlando su respiración. La armadura que llevaba se pegaba a su cuerpo como una segunda piel de malla, sin dejar mucho a la imaginación. 

- No he dicho nada de entrar a "fuego y sangre", Graham. Si crees que pienso así, te equivocas mucho conmigo, no es mi estilo. - miró a Leonid cuando mencionó lo de hacerse invisible. - No llego a tanto...aún, pero todo se andará. A pesar de lo que creáis, mis habilidades van más por el camino que menciona Leonid. Atacar sin ser vista, rápida y letal, pero nada de esto tiene sentido sin antes reunir información del enemigo. He dicho preparémonos y vayamos a por ellos. En "prepararse" entra vigilar al enemigo, contar sus efectivos, rutinas, vigías, cambios de guardia, puntos fuertes y débiles, plantear rutas de escape, contingencias. ¿O pensabas que soy una bruta sin seso? Bien, si consigo que mis enemigos piensen lo mismo que tú, estarán muertos antes de darse cuenta. - dijo, en la perorata más larga que había dado hasta ahora. 

- Tu planteamiento sería bueno si no supiéramos ya que los que entran, no suelen salir*. Creo demasiado arriesgado entrar disfrazado para investigar el interior, pero si es lo que queréis... - dijo, mirando al hombretón. Dudaba que él pasara como un desfavorecido, quizá un par de los otros, sobretodo la chica flaca y el integrante del administratum. El resto o eran demasiado grandes, o demasiado vistosos, o incluso, en el caso del sacerdote-rojo, no colaría ni por un millón de tronos. - ¿Y si los que entran son atacados o "llevados" a un lugar donde les hagan algo, digamos, drogados o simple y llanamente, por superioridad numérica? Hay que pensar también en esa posibilidad y en que, en ese caso, sí que tendremos que entrar "a fuego y sangre". - 

Beatrix enarcó una ceja cuando Leonid reconoció haberse sorprendido de sus habilidades, pero una voz en su interior se puso en su contra y le dio la razón al psíquico. ¿O es que no se había cagado en los pantalones hacía apenas unas horas? Nadie había dicho nada, no en voz alta, pero a ella el recuerdo le perseguiría por siempre. Por eso ni siquiera de dio cuenta del gesto de aprobación de Mort. 

De lo que sí se dio cuenta fue de la bronca que la hermana le dio al otro arbitrador. Leonid y él se estaban pavoneando clmo gallos de pelea. Era gracioso cuanto menos. 

—Sea como sea, estamos todos de acuerdo en que me he ganado un merecido descanso esta noche, ¿no?

Si había la más mínima posibilidad de escabullirse, no iba a dudar en cogerla. 

Katherine escuchó atentamente lo que había conseguido el otro grupo, un poco sorprendida de que hayan elegido al orgulloso psíquico como portavoz. Se ve que la personalidad más fuerte había ganado liderazgo por ahí. Más allá de eso, la situación cada vez parecía peor. Coscarla estaba bastante corrompida, a tal punto que daba asco la obscena forma en la que aquellos que debían mantener el órden por el Dios-Emperador se habían pasado de bando por monedas. ¿Es que acaso ya nadie en Coscarla tenía un poco de orgullo de ser humano?

Este distrito iba a arder en cuanto terminaran su misión, la guardia local lo intervendría, era inevitable, y con un poco de suerte lo tirarían todo abajo y construirían desde cero. La teniente miró al centro de la plaza donde estaban, una estatua dorada del Emperador vendría bien para recordarle a la población quién lo había dado todo por ellos y por qué ahora les tocaba darlo todo por Él.

—Obviamente no podemos suicidarnos tirándonos a un asalto frontal como si fuésemos un regimiento penal. — Menciona la teniente recordando alguna que otra batalla donde valientes héroes del Imperio fueron designados a morir por la causa de la humanidad mientras otro regimiento hacía de martillo para acabar con las fuerzas enemigas gracias a ese sacrificio, algo que no pasaría en esta situación. —Yo estoy de acuerdo con Graham, hay que tener una táctica para hacer frente a tantos enemigos, aunque sea prender fuego el lugar. — Digo mirando la bomba incendiaria casera que saca Graham. —Con lo que sí estoy de acuerdo es que cuando ataquemos deberíamos hacerlo de noche, ya que si esas cosas rondan las calles durante la noche significa que habrá menos monstruosidades guardadas en su base en sí. —

—También otra idea es hacer que el Cirujano salga de su escondite para planear un asesinato. — Dice la teniente mirándola a la hermana Mort, siendo que ambas se encargaban de ese tipo de situaciones, o eso había entendido. —Si el Cirujano se había presentado ante los narcopandilleros antes para intentar hacer un trato quizá si Luntz le manda un mensaje que recapacitó viendo la situación de Coscarla se vuelva a presentar, o quizá mande a algún teniente a hablar por él, alguien a quien capturar e interrogar. —

La habitación estaba completamente a oscuras, el ojo robótico del rostro del tecnosacerdote parecía una luciérnaga inmóvil, estática. Una tenue luminiscencia verdosa emanaba lentamente desde el interior de los cientos de tanques de gestación de forma sincronizada, aunque solo el más cercano resplandecía al completo. El burbujeo de los sistemas de soporte sumado a la maquinaria que alimentaba los escáneres estaba comenzando a hacerse audible, el vapor era de un tono gris pálido debido a la baja temperatura de aquel laboratorio.

Vantes-013 contemplo el reflejo borroso de su rostro en la condensación cristalina del tanque en frente a tan solo pocos metros por delante y en alineación con otros tantos, se fijó en el destello rojizo de su visor artificial. Aquel orbe de luz parecía un fuego fatuo, ahora en plena combustión.

Del susto dio un paso en falso tropezando con una miriada de cables de distinto grosor, cayendo de costado contra la helada tarima metálica. El dolor colmo su costado y pronto su cerebro semimecanico comenzó a acumular datos, a calcular el nivel de daños. Aparentemente, un par de hematomas y rasguños. En cuanto a la inflamación, se prevendría debido al frío que colmaba aquella nave infinita.

De repente, comenzó a oírse crepitar de un goteo. Los tanques estaban perdiendo la escarcha en grandes placas que caían medio desechas contra el suelo ahora tibio, las luces se tornaron rojas y un sonido de alarma colmo el aire como el graznido de un ave de presa enorme. Entonces lo vio, Vantes-013 vio a su antiguo maestro a través del tanque, en la parte posterior, como una estatua enorme y tuerta.

Hizo acopio de su rabia para vencer al miedo que lo atenazaba a pesar de sus sistemas de control internos y desenvainó una pistola en dirección a aquella forma que comenzaba a caminar alrededor de la gigantesca estructura de gestación circular. Disparo repetidas veces y comenzó a gritar de pánico cuando vio que aquel endemoniado maniaco no caía bajo el fuego a quemarropa.

Cuando miro hacia su mano, la pistola parecía un insecto quitinoso y pegajoso, un parásito adherido a su piel ahora purpúrea en cuyos dedos brotaban garras del color de la cáscara de una nuez. El rostro reventado de su antiguo mentor se colocó en frente del suyo propio, haciendo que este viera en que se había convertido, entonces grito con mayor intensidad.

Las voces de sus compañeros comenzaron a hacerse cada vez más perceptibles, escucho atento aun estando en shock tras aquel ataque de paranoia, su piel grisácea carente de bello estaba sudada y el tacto de sus manos le resultaba molesto. Observo a todos uno por uno, minuciosamente. Tratando de perderse en sus facciones y sus distintivos, queriendo olvidar lo sucedido en aquel brote, lo acontecido en aquel pasado traumático.

Al cabo de unos minutos decidió avanzar para hacerse notar, se abrió paso a través de un pequeño apartado donde no se había colocado nadie y agarro los bordes de su túnica con las manos para evitar el contacto, la pose le dotaba de una falsa apariencia religiosa, parecía un eclesiarca de baja importancia.

Avanzo lentamente hasta que el resto pudo notar que tenía intenciones de sumarse a la conversación y hablo tratando de no tartamudear, quería calmarse y así lo intento.

001000-Si no os importa/molesta que os interrumpa, creo que lo más adecuado seria que entrásemos con una coartada creíble, ya saben que estamos aquí/quienes somos y a quien representamos/decimos hablar en nombre de...-010000

Una especie de alimaña tropezó en lo alto sobre la tapa de unos cubos de desecho de forma cómica, aunque a Vantes lo hizo quedarse en silencio por unos segundos. Trato de reponerse de aquel susto y continuo con su explicación.

000101-Si vamos donde él se esconde/a su encuentro, probablemente tenga curiosidad por saber de quién se trata/a que se debe el infortunio. Si nos hacemos pasar por mercantes de la alianza en busca de rarezas/criaturas exóticas a un precio adecuado o con una compensación factible, nos escuchará/en mi gremio abunda la codicia por encima de la desconfianza. Otra opción es decirle/ hacerle saber acerca de algún conflicto venidero/próximo del cual no tendrá ni idea, pero que le afecte de un modo u otro. Si cree que venimos a por efectivos/supersoldados, nos atenderá/recibirá y podremos ver más de cerca que se anda entre manos.-011000

Trato de percibir en sus rostros cualquier atisbo de credibilidad, confianza o alguna espontánea negación con la cabeza, pero se vio en la necesidad de continuar hablando para calmar sus nervios.

010000-Si ha soltado a sus bestias/aberraciones es para captar nuevos sujetos/o quizás para dar a ver al público/posibles compradores la calidad de su producto. Si nos dividimos le haremos sospechar, ya saben cuantos somos y de que sois capaces algunos integrantes. Nos atenderá aunque sea para después eliminarnos, lo cual es un riesgo parte de la misión/ gajes del oficio.-010000

Miro a Graham y Katherine justo al terminar sus últimas palabras, entonces espero la respuesta del resto.

De haber podido tener la cara al descubierto, Leonid se habría "pinzado" el puente de la nariz mientras expiraba todo el aire de sus pulmones, un una exhalación de puro hastío que ni se molestó en disimular. Miró a sus compañeros, especialmente a la exteniente, el exarbitre y Vantes. Sus músculos se tensaron y su espalda se irguió en toda su estatura para luego dejar caer los hombros - Me imaginé, que al principio, mis palabras podrían haber resultado confusas o poco concretas, por eso volví a repetir, concretando mejor, lo que había dicho en primer lugar; pero, sinceramente, ¿sois sordos? ¿He hablado en otra lengua sin darme cuenta? - preguntó sorprendido por lo ridículo de la situación con marcada acidez a tenor de las respuestas recibidas - quizás os pone nervioso que haya dicho la palabra asaltar, y ya, se olvida todo lo que haya dicho anteriormente - volvió a suspirar - lo voy a volver a intentar, ¿vale? A ver si, por una vez, me prestáis atención.

Carraspeó.

Alzó una mano y sacó un dedo - Primero, creo que deberíamos ir, algunos o todos, a inspeccionar la zona.

Dos dedos - Segundo, creo que sería bueno ir de noche, por aquello de confirmar que la información recibida sea fiable, y ver si, de ahí, salen esas criaturas.

Un tercer dedo hizo aparición - Tercero, buscar modos de entrar, ver si hay patrullas, guardias, personal de seguridad, miembros del magistratum, que son mercenarios a sueldo de esta secta de tecnoherejes o como se les pueda catalogar.

El cuarto no tardó en unirse al resto de sus compañeros de falange - Cuarto, nuestra misión es recabar información de que está pasando aquí, asesinar al cirujano no es nuestro cometido, pero creo que todos estaremos de acuerdo, que si logramos eso, el contratista y el que realmente nos "paga", estarán satisfechos. Como esto es así, no sé cómo pensáis conseguir muestras de los implantes medulares, placas de datos con registros, pictograbaciones de las instalaciones y todos los que se nos pueda ocurrir que pudiera aportar algo, porque sinceramente, y esto es una conjetura mía, dudo que este grupo de Logitivistas sea exclusivo de Coscarla, demasiado refinado, demasiado poderoso como para estar en este lugar de mala muerte. 

El quinto dedo no llegó a aparecer en escena, sino que cerró el puño y luego lo bajó - ¿ha quedado más claro? Yo no soy el líder de este grupo, solo estoy dando ideas de lo que creo, que sería el curso de acción lógico, porque sinceramente, tratar de infiltrarnos me parece una idea peligrosa. Sin armas, sin apoyo, sin equipo. Una inyección sedante o un golpe en la cabeza, y se acabó para el desafortunado que intente esa odisea - luego miró a Katherine - Luntz no llegó a verlo cara a cara, solo vio una figura que vestía igual que Vantes, los tratos que tienen con ellos son que los Logitivistas tenían que suministrar químicos a los narcopandilleros. Intentar hacer salir a alguno de sus tenientes, como has dicho, no es mala idea, pero en cuanto hagamos eso, habremos puesto una cuenta atrás, estarán preparados y en alerta, y aunque lográramos sacarle información, será insuficiente sin pruebas, además de que sigo creyendo que erradicar esta célula de los Logitivistas de aquí, o el culto por entero si solo existe este, es una ¿responsabilidad? Que creo que tenemos con todos los inocentes de esta zona - alzó ambas manos - pero nuevamente, solo estoy sugiriendo.

Beatrix escuchó los planes que Katherine y Vantes hicieron. El interés del tecnosacerdote le despertó una cierta suspicacia, pero enseguida desapareció a la sombra del terrible dolor de cabeza que le estaban causando entre todos. Se estaban perdiendo en los detalles, como siempre.

—Acorde no va a arriesgar el pellejo más de lo que ya lo ha hecho. Si nos ayuda tan abiertamente —se refería a la propuesta de los demás de convertirle en una especie de intermediario— y después nosotros damos matarile al Cirujano... entonces su reputación y él mismo se pueden dar por muertos. Se ha ofrecido a distraer a los magistrados, el resto es cosa nuestra.

Hizo una pausa. A decir verdad, su misión estaba cumplida. Se les había enviado ahí a descubrir quién era el autor de los asesinatos, y eso habían hecho... claro que estaría muy feo regresar sin haber intentado darle caza.

—Como bien habéis apuntado, sabemos que las criaturas salen a cazar de noche. Si Luntz cumple su promesa y nos quita de encima a los magistrados... entonces la posición del Cirujano debería ser bastante vulnerable. No creo que vayamos a tener una oportunidad mejor que esa para capturarle así que, en mi opinión, no deberíamos acercarnos al Refugio de los Desfavorecidos salvo para ejecutar el golpe final.

Se acarició el labio inferior con la yema del pulgar, pensativa.

—Lo cual no significa que no podamos averiguar más acerca de a qué nos enfrentamos. La hermana de Arbest mencionó a un tal Locan, un agente de la magistratura. Tal vez deberíamos hacerle una visita. Tirarle de la lengua, a ver qué suelta —después, recordó a los demás que tenían una bolsa llena de tronos ansiosos por ser gastados—. También podríamos intentar gastar todo ese dinero. Comprar maquinaria o contratar músculo, lo que sea que vaya a hacer nuestra vida más fácil.

Observe a la hermana Mort, sus formas en el primer combate no cuadraban con sus palabras pero tambien era cierto que apenas habia interactuado con ella por lo que un juicio apresurado, no ayudaria a nuestra causa. Asenti brevemente en su direccion, dejando notar que tendria pues de ahora en adelante en mente que sus habilidades podian ser mas sutiles.

Tras aquello volvio el parloteo y sobretodo esa necesidad de ego que tan apegada tenia Leonid. Una leve bocanada de humo escapo entre mis labios, mientras permanecia en silencio ya que mis palabras solo provocarian mas desunion que otra cosa.

Era mejor dejarlo aqui, al final, todos acaban dejando ver su autentico yo, solo hay que dejarles espacio y tiempo.

Los que entran son desfavorecidos y perdidos... pero nosotros no lo somos ¿no? Quizas unos mercenarios buscando algo mas antes de dejar atras este lugar. Hay multitud de coartadas propiciadas por el trasfondo que nuestro reclutador nos ha otorgado.

Una sutil sonrisa mientras mi atencion derivaba ahora hacia Katherine.

Me gustaba como pensaba la mujer.

La idea de trampas, atraer y sacar a alguien de su guardia me gustaba mas que entrar a la boca del lobo... sin duda, esa seria la peor opcion. Asi pues observe a Katherine con renovado interes mientras aseguraba las posibilidades... que no eran pocas y estaba claro que se podia usar a los narcopandilleros para eso mismo.

Solo eran carne de cañon despues de todo.

Vantes... tenia un punto de vista similar pero distinto, permitiendo abrir un poco el misterio que solia rodear a los suyos. Estaba claro que entendia al Cirujano aunque solo fuera en parte.

Era bueno, habia muchas opciones... menos mal que era asi. Daba gusto ver lo que cada uno sacaba y como eso creaba una situacion mas compleja y un puzzle mucho mas vivido.

Mire a Beatrix. - No estoy tan seguro de eso. Acorde hace de intermediario entre unos mercenarios y el Cirujano, si algo sale mal entre ellos, no tiene que ser abiertamente culpa de Acorde. El hace su parte, recibe un "pago" por ello, si luego hay un desacuerdo no tiene porque reflejarse directamente en el... aunque entiendo que Acorde podria verlo asi, podriamos tentarlo.

Inspire mientras daba una larga bocanada. - Interrogar a Locan podria ser interesante, pero dependiendo de su nivel dentro de todo esto, bien podria obligarnos a tomar medidas mas extremas. Aun asi, cualquier pizca de informacion que podamos coleccionar, es una sorpresa menos. - Mire fijamente a Beatrix, pues estaba claro que se le daba bien lo de hablar. - No fuimos capaces de sacarle mucho a Sykes, si hay un rato libre, quizas quieras hacerle una visita.

Mire entonces a Lille y a Katherine. Las cosas estaban claras, necesitabamos mas informacion y sin duda, si conseguiamos tentar al Cirujano para salir de su fortaleza, mejor que mejor...

Beatrix escuchó al otro arbitre sin mostrar señal alguna de conformidad o rechazo con respecto a lo que decía de Acorde, aunque en el fondo no estuviera de acuerdo. No es que sintiera especial aprecio por el narcopandillero, pero habían plantado una semillita en esa cabeza tan grande y hueca y prefería no sacrificarla a la primera de cambio. Sin embargo, no dijo nada. Algo mantenía su mirada congelada sobre Vantes. De un segundo para otro, su mueca inexpresiva se transformó en una sonrisa, que culminó en una carcajada baja, casi que susurrada.

—Existe otra posibilidad. Una más enrevesada —dijo, sin dejar de sonreír—, pero… mucho más interesante. Solamente el intentarlo merecería la pena el quedarme y arriesgar el recibir un tiro. La cosa es que no creo que vayamos a poder abrirnos paso por el Refugio sin convertir esto en una misión suicida, y tengo serias dudas de que Luntz tenga una línea de contacto directo con el Cirujano… así que está claro que tenemos que conseguir que sea él quien venga a nosotros. Y se me ha ocurrido la manera perfecta de hacerlo.

Beatrix señaló a Vantes con un dedo acusador.

—Sin acritud, doc, pero… ¿os habéis fijado todos en cómo, de todos los planes que se han propuesto, el suyo ha sido el más indulgente? No quiere cargarse al Cirujano como vosotros —su mano se abrió, saltando de uno en uno por Graham, Mort, Katherine y Leonid—, ni largarse de aquí lo antes posible como yo. No le mueve su instinto de supervivencia, ni la ambición. Corrígeme si me equivoco, doc, pero diría que lo que te mueve es el conocimiento. El Cirujano tiene en su poder conocimientos prohibidos que tú no, y por eso no quieres matarlo. Eh, yo no te juzgo. Y discúlpame si me equivoco, pero diría que entre los chicos del Mechanicum esa actitud es más frecuente de lo que os gustaría reconocer. Me juego la placa a que el Cirujano peca de lo mismo.

»A estas alturas, como el propio Vantes ha dicho, ya tiene que estar al tanto de que hay un grupo de reguladores de la Alianza Coblast siguiéndole el rastro. Corramos la voz de que uno de los nuestros es un tecnohereje como él, uno que si bien no ha llegado tan lejos en su erudición, si ha sabido cosechar la influencia de nuestro potente conglomerado para materializar sus aspiraciones, y os prometo que se le hará la boca agua.

Tras saludar al grupo al llegar al lugar acordado se colocó silenciosamente al lado de Graham. Callada, escuchó todo, perdiendose en algunos momentos pero sin llegar a decir nada para pedir explicaciones. Sabía por experiencia que al final todo se iba aclarando cuando la gente seguía hablando y así una nunca metia la pata ni se llevaba un insulto, un golpe, una quemadura o algo peor...

Narcopandillero... Qué recuerdos...

Inspiró despacio, intentando no hacerse notar mucho. Sus ojos recorrian tranquilamente todo. No solo a sus compañeros, si no lo que se ubicaba fuera de aquel "corro improvisado" para estar atenta a cualquier cambio. Si se acercaba alguien, si la pareja de agentes que patrullaba la zona se fijaba en ellos, o cualquier otra cosa que los demás, implicados en la conversación, no se dieran cuenta.

Al pie de la estatua, el grupo se encontraba inmerso en la discusión sobre por dónde continuar su investigación a partir de la información que habían logrado averiguar, con varios posibles planes sobre la mesa. Aunque ahora tenían una visión bastante completa de lo que estaba sucediendo en Coscarla, todavía faltaban algunos detalles o cabos por atar, seguramente no del todo necesarios para el cumplimiento de su misión, pero nunca estaba de más descifrar el panorama general.

No obstante, el hecho de estar hablando en mitad de la plaza no pasó desapercibido. Entre la falta de gente en las calles a cualquier hora del día y su número y características más visibles, destacaban sobre los habitantes de Coscarla, como evidenciaban las miradas que les echaba la pareja de agentes, que habían detenido su patrulla y los observaban desde la distancia, intercambiando miradas y seguramente hablando entre ellos... o informando a alguien.

Nuevamente, había sido ignorado, así que Leonid se limitó a escuchar mientras reprimía las ganas de lanzarles pedruscos del tamaño de un vehículo pequeño a todos ellos - haced lo queráis, cuando lo hayáis decidido, me decís mi parte - miró en derredor - ya hemos llamado bastante la atención, vuelvo al refugio pero dando un rodeo - y sin mediar palabra, se marchó, en dirección a los que cuchicheaban sobre ellos mirándolos, intentando ver si era capaz de escuchar algo de lo que pudieran decir de ellos.

La mujer se mantuvo serena y atenta mientras el resto seguían parloteando, asintiendo ante las palabras de Leonid conforme las iba enumerando. A ella le parecía un buen plan, muy similar a lo que había imaginado que harían antes de, lo que para ella era el resultado inevitable, atacar. Ahora bien, atacar donde y cuando uno elegía era la mejor opción sin lugar a dudas. La mirada evaluadora de Graham le hizo realizar un ligero asentimiento en su dirección, pues veía que ahora la estaba mirando con otros ojos. Se alegraba que al menos él, de los que se habían ido a hablar con el de los suministros, se diera cuenta de que su actitud era pura fachada. No era una matona, pero había que comportarse como tal en un sitio como éste, o eras depredador, o eras presa. 

En general parecía que tenían algo similar a un plan, interrogar al tal Locan, vigilar los alrededores de aquel sitio que les habían dicho, anotar movimientos, hombres, armas...y en cuanto hubieran salido las creaciones de aquel tecno-hereje que parecía estar fuera de si, atacar y cumplir la misión que les había sido encomendada. 

La sola idea de que un, en teoría, sirviente leal del imperio, como debía ser todo un arbitrador, se dejara corromper por unos cuantos tronos, la llenaba de repugnancia, pero de alguna forma había aceptado el hecho de que precisamente, esa era la debilidad de los herejes, por ahí los podían manipular, y atrapar. Pero nada era comparado al asco que le daban los tecnoherejes que usaban los conocimientos que, sin duda, habían sido concedidos por Él, para malograr su obra. En cuanto escuchó que Vantes, al que tenía por un servidor leal dado que el mismo Inquisidor los había seleccionado, también, en palabras de Beatrix, estaba tentado por la misma mácula que aquel llamado "Cirujano", se puso tensa, mirando al hombre-maquina, al sacerdote-rojo, con otros ojos. Unos no precisamente muy amistosos. 

El plan propuesto por Beatrix era también plausible, pero para ella, probablemente sólo para ella, lo crucial era que, a menos que el sacerdote negara rotundamente la afirmación de Beatrix, y se comportara de forma acorde a lo que se esperaba de él durante todo el tiempo que pasara al lado de la Hermana Mort, el gran problema era que habría admitido su mancha, la misma que había llevado al Cirujano a convertirse un hereje. - ¡Y nada menos que dice que entre los otros de su clase este comportamiento está extendido! ¿Acaso todos ellos son capaces, por aprender un conocimiento PROHIBIDO por el Sagrado Emperador, corromperse y alejarse de su luz? - se preguntó, anonadada por este nuevo retazo de información. 

No dijo nada, calló y observó, pendiente ahora con todos sus sentidos de absolutamente todo lo que se decía, cómo se decía y el lenguaje corporal de los conversadores. 

De fondo, Leonid se alejaba, mientras dos "agentes"* parecían vigilarles. 

La llegada del ciclo nocturno señalizó la salida del grupo que se encargaría de investigar el Refugio Tantalus para los Desfavorecidos. Guiados por Naya y Mort, las que disponían de gafas de visión nocturna, Graham y Katherine avanzaron en medio de la más completa oscuridad a través de las calles de Coscarla, hasta llegar a la replaza en la que se ubicaba su objetivo.

Apenas era distinguible debido a la falta de luz, pero el Refugio era una enorme edificio con una fachada de mármol verde, decorada con sobrerrelieves en los que se muestra de forma prominente el emblema del Condominio, un escarabajo dorado situado ante un par de antorchas ardientes cruzadas. Construido en los buenos tiempos de Coscarla como una muestra del poder, la benevolencia y la dadivosidad del Condominio Tantalus, ahora servía a un propósito más oscuro.

Desde donde estaban, al menos según la asesina y la pandillera, veían con claridad la entrada principal del Refugio, sus grandes puertas negras de doble hoja cerradas a cal y canto. No se apreciaban signos de vida desde el interior, ni luces en las ventanas ni a través de las rendijas. El lugar aparentaba estar tan muerto como el resto del Distrito, pero ahora sabían que allí dentro, había algo que no dormía.

Debían apostarse en algún lugar para poder vigilar sin que les detectaran. Aquellas criaturas no habían demostrado mucha inteligencia pero sería mejor no tentar a la suerte. Contenedores, portales de bloques de habitáculos, tuberías que sobresalían de los edificios y el suelo... Escondites no faltaban, aprovechables sobre todo al contar con la oscuridad como aliada.