Partida Rol por web

Beatrix asintió. Por algún motivo, tras verle conversar con la mujer, había anticipado algo de resistencia por parte de Leonid con respecto al plan, por lo que sintió el alivio de no tener que discutir el proceder al ver que ese no era el caso. Después miró de pasada a los otros dos, que seguían mudos, y se preguntó si no harían bien en emplear su sigilo en vigilar a Lili. 

—Así es. Acorde Luntz —murmuró. 

Quizá Naya no lo preguntó en voz alta, pero Katherine estaba acostumbrada a las órdenes más bien exactas. — ¿Dónde está el bar? — Preguntó mirando a Graham como si él supiese al haber sido quien aceptó la proposición de Leonid para reunir al grupo nuevamente. —Quizá deberíamos preguntar para asegurarnos. — Sugirió, ya que de todas formas ya habían preguntado cosas hasta llegar aquí, preguntar también eso no debería suponer algún problema extra.

Me detuve, mire a Katherine y luego recordé el mapa siendo consciente de que el bar no era una de las localizaciones marcadas.

Fallo mio, pensé que formaba parte del hostal o estaba en las localizaciones que conocíamos.

Volvi a tomar el vox para pedir indicaciones. - Donde esta el bar? Es la misma localización que el hostal?

Espere contestacion y de no tenerla suponía que siempre podíamos preguntar a alguno de los escasos habitantes de la zona que aún estaban por aquí.

En cuanto salieron del Bloque Habitacional, lo primero que pudieron advertir es que las escasamente pobladas calles parecían aún más desiertas que antes, apenas viéndose un alma con vida. Los pocos habitantes que quedaban en ellas caminaban deprisa, sin mirar atrás, concentrados en moverse todo lo rápido que sus piernas les permitían.

Mientras se decidían sobre el posible destino de Lili yendo a la 3º Unión, sus vox de mano vibraron en sus bolsillos cuando les llegó una transmisión entrante — Te recibimos. Alto y claro. Tambien hemos terminado, aunque se nos ha informado de que no es buena idea andar dando vueltas cuando la luz se apaga — se escuchó la voz de Graham. Tras una breve pausa, añadió — ¿Dónde esta el bar? ¿Es la misma localización que el hostal?

Tras unas breves indicaciones por parte de Leonid, el otro grupo no tardó mucho en llegar a la 3º Unión, donde ellos ya les estaban esperando. El edificio presentaba un aspecto bastante lamentable, incluso más que el resto del distrito, y se veía poco movimiento en él, las puertas se abrieron para dejar salir a un único cliente, que presentaba un aspecto bastante lamentable, como si estuviera afectado por alguna sustancia, y que echó a andar tan deprisa como los demás habitantes una vez echó un ojo al crono que llevaba en la muñeca.

Tras unas breves indicaciones por parte de Leonid, el grupo no tardó mucho en llegar a lo que era el único establecimento recreativo de toda la División Sur, el bar de la 3º Unión de Trabajadores de Tantalus, donde los demás ya les estaban esperando. El edificio presentaba un aspecto bastante lamentable, incluso más que el resto del distrito, y se veía poco movimiento en él, las puertas se abrieron para dejar salir a un único cliente, que presentaba un aspecto bastante lamentable, como si estuviera afectado por alguna sustancia, y que echó a andar tan deprisa como los demás habitantes una vez echó un ojo al crono que llevaba en la muñeca.

Cuando encontraron a un magíster patrullando, Beatrix fue quien lo abordó. Tenía que ser cuidadosa, pues no quería que el chivatazo pareciera algo fuera de lo normal. 

—¡Agente! En el 7/17, he visto a una mujer colarse en un habitáculo precintado. Creo que era el... el 6/23, sí. ¿Un trono, señor? ¿Por el chivatazo? 

Leonid no se esperó esa manera de "actuar" por parte de Beatrix, por lo que, conforme aquello empezó, dio varios pasos para atrás, observando la situación y su desarrollo.

La pareja de agentes, pues siempre iban de dos en dos, miraron con recelo al extraño grupo que les abordaba — ¿Un habitáculo precintado? Echaremos un vistazo — ambos hombres se miraron, y luego volvieron a girarse hacia la arbitradora — Venga, ya puede circular, ¡Largo! — le espetaron por toda respuesta a su petición de recompensa.

Beatrix miró al resto y se encogió de hombros. 

—Cuanto menos sepan, mejor —dijo, justo antes de dedicarles una última ojeada mientras caminaban en la dirección del bloque habitacional—. Lo cual me recuerda... deberíais ser más discretos, en general. Somos reguladores. No psíquicos. Y si evitamos presentarnos con nuestros nombres reales —y miró al tecnosacerdote—, mejor. 

Un leve zumbido se hizo sonoro por unos segundos a través del artificio que colmaba el pecho con cables y conductos hacia todas direcciones, como el rechinar de un engranaje muy pequeño y viejo. La madeja de artificios que conformaban la cara de Vantes-013 se tornó en dirección a Beatrix y sus distintos visores y lentes comenzaron a regularse como un microscopio a punto de inspeccionar una placa de petri a una velocidad incómoda y acelerada para acabar parando en seco de golpe. El voco-emisor petardeo antes de insuflar el sonido de la respiración artificial que le confería una voz a veces ronca y totalmente sintética, la cual se adecuó para resultar calmada aunque con un poco de nerviosismo mal disimulado aparente. El cuerpo del tecnosacerdote dio una leve sacudida y comenzó a hablar con aparente normalidad.

000110-Mis más sinceras disculpas/te imploro perdón Beatrix. En cuanto he visto a el sujeto, me he precipitado/excedido en mí práctica en pos de una mejor interpretación y un acercamiento más humano/próximo. Quería recoger pruebas de ADN y sangre para analizarlas más tarde/después, así que me he visto impelido por una prisa innecesaria/desmesurada. Regularé mis patrones de iniciativa/decisión para que no vuelva a suceder.-010000

Entonces se dio cuenta de que la había llamado por su nombre en mitad de la calle y la frustración le costó un leve sobrecalentamiento en la zona de su cerebro semi-cibernético donde se procesaban este tipo de sentimientos. Miro al resto de soslayo y volvió a centrar su miraba en la arbitradora.

000100-Disculpa/perdona de nuevo.-000001

Durante el breve paseo que les conduciría a reunirse con el resto del equipo, Vantes-013 reflexiono sobre el cubículo y la muchacha que se había escondido en él. La cantidad de porquería acumulada en los pasillos, las escasas pertenencias de aquella mujer. Entonces, lamento haber tenido que entregar la pistola, deseaba haber podido analizarla en pos de encontrar algun tipo de residuo resultante tras el despliegue de capacidades de Leonid. Ya habría alguna otra oportunidad, quizás podría pedirle que se ofreciera voluntario.

001000-Al fin y al cabo, al igual que los siervos del Dios Máquina, los de su clase deben cooperar en aras del progreso de la humanidad.-010000

Pensó para sí mismo mientras trataba de recoger un poco de su túnica para no mancharla con lo que parecía un charco de meado fresco y una deposición acorralada entre unas cajas de plástico roídas. Aquel lugar era un cadáver consumido, la tecnología restante gritaba de tal manera que solo un seguidor del Omnissiah podría reconocer.

Al cabo de un rato, dejo sus cavilaciones y se despegó de su característico ensimismamiento para atender a los comentarios entre Leonid y a Beatrix con atención, les seguiría sin rechistar y se mantendría callado para no empeorar más su coartada ni exponerse a ningún tipo de peligro innecesario. Se preguntó en qué estaría pensando la hermana Mort, callada y moviéndose con tranquilidad detrás del resto de compañeros, como un depredador cauto sin rival alguno a su alrededor, confiada y cómoda. Vio a Beatrix reportar algo a un duo de agentes del magistratum, así que permaneció callado y aparto la mirada para no incomodar a los agentes o generar preguntas innecesarias.

Las expresiones faciales albergaban pocos secretos para alguien entrenada en los ambientes cortesanos de Forralis, y mucho menos la del par de matones de baja estofa que componían aquella patrulla de agentes de la ley. No necesitó mas que fijarse un segundo en la mirada que intercambiaron los hombres para saber que no iban a hacer absolutamente nada al respecto de lo que acababa de decirles.

Si de por si el lugar estaba en mal estado, lo del bar era otro nivel nuevo de lugar que se deberia evitar a cualquier costa y aun asi, como debia ser aqui estabamos.

Observe detenidamente la fachada, intentando identificar que habia creado mayores desperfectos en la misma, si el sitio de mierda... o alguien con mala leche.

No me suponia ningun problema, estaba acostumbrado a ir donde nadie queria ir. Mi trabajo era justamente ese y ahora, con la Inquisicion por encima de mi, suponia que eso no cambiaba mucho. Querian unas habilidades en especial y esas implicaban cambiar quien estaba por encima, nada mas.

Un hombre salio, lo observe pero no dije nada. Lo observe por un minimo instante antes de encaminarme a la puerta y abrirla para dejar pasar a los demas, mientras echaba un ultimo ojo al exterior.

No teniamos mucho tiempo, asi que mas valia que movieramos el culo.

Una vez dentro identifique donde estaban nuestros compañeros y nos movimos en esa misma direccion.

Como ya suponia en base a todo esto y sin saber cuanta informacion habian recabado, ya daba igual lo de aparentar nada. Aun asi eso no quito que mirase hacia los demas que pudieran haber alli por un instante, evaluandolos.

Una vez cerca de ellos y antes de nada seria directo con ellos. - Las calles se vaciaran en breve, sea por el motivo que sea, parecia tener acojonados a la mayoria de los del mercados y a alguno mas que nos hemos cruzado. No me parece muy inteligente jugar a ver que ocurre cuando se apaguen las luces sin mas informacion.

Les mire uno por uno, no parecia molestarme quedarme mas tiempo, pero no era tan idiota como para no hacer caso de la fauna local sin un buen motivo.

Mire a Lille, dejando mis ojos sobre ella con una sutil sonrisa.

Naya llegó más atrasada dejando claro que había habido cierta distancia de diferencia del resto. Su diestra colgaba a un lado de su muslo donde sus dedos jugueteaban con un cigarrillo descapuchado. Su rostro se giró para obserevar el caminar errático de aquel hombre y su dirección. Tras unos instantes se topó con los ojos de Graham.

Le sonrió.

Tras ese gesto se aproximó a todos y metió las manos en los bolsillos obligando así a abrirse las solapas de la gabardina. Recorrió uno a uno a los integrantes del "grupo 1" antes de despegar los labios - Si. Parece ser que el ciclo nocturno es chungo de cojones aquí - dijo con desenfado

Seguimos las instrucciones hasta un bar de mala muerte que ya de por sí debía haber sido un antro cuando Coscarla estaba en su mejor momento y ahora se había ido a pique todavía más. Un tipo obviamente intoxicado sale del lugar apurado, probablemente una de las últimas llamadas antes de que el ciclo nocturno empiece por lo que nos habían dicho en el mercado y la hora. Ni siquiera los borrachos se arriesgaban a quedarse en las calles una vez que las luces se apagaban.

Katherine entró después de Graham y buscó con la mirada al resto del grupo. Se acercaron y empezaron a dar el informe de lo que habían encontrado, a la luz de la calle y siempre en voz baja para que sus palabras no lleguen a oídos ajenos aprovechando un poco el ruido que venía de adentro del lugar.

—Lo bueno es que ya tenemos lugar para pasar la noche. — Señaló al resto la teniente. —Es una buena locación. — Juzgó ella misma las decisiones que habían tomado. —Pasamos también por el mercado a comprar unas cosas, pero no tienen nada, apenas las cosas más básicas y gracias. — Dijo negando con la cabeza como si esperase otra cosa. La verdad era que Coscarla no era la clase de sitio al cual esté acostumbrada. — ¿Quieren hablar ahí? — Pregunta. Sería más privado.

Leonid llegó junto con los otros tres con los que fue cuando se separaron al llegar a Coscarla. Leonid iba andando bien recto, con la cabeza mirando al frente. Se acercó al otro grupo que habían llegado antes que ellos y se encontraban fuera del establecimiento - ¿tenéis miedo? - preguntó sin sorna alguna, sino más bien, en serio - la ciudad entera está podrida por ese sentimiento, controladlo - les aconsejó, aunque el tono neutro podría sonar un tanto aleccionador - no podemos permitirnos añadir más fuego, me preocupa - confesó al final de esa frase. 

Miró a un lado y a otro - ¿habéis averiguado algo? Nosotros dimos con la hermana, no sabe nada, está muy asustada, como todos en este lugar, lo poco que nos pudo decir nos llevó a este lugar, era el antiguo bar de la zona, donde los trabajadores, en esta "Unión de trabajadores" - hizo el gesto de las comillas - la montaron los dueños de este lugar, con el tiempo, asumo que por su perdida de poder, ahora la regenta una banda, liderada por un tal Acorde Luntz; aquí es donde, presumiblemente, se le vio con vida la última vez, o donde puede que sepan algo - informó, con calma, aunque quiso añadir - y me importa poco que pase de noche, le haremos frente y se acabó, venimos a cobrar una deuda y somos reguladores, a nosotros no nos tosen, nosotros tosemos - dijo, en una suerte de arenga que se suponía que podría animar a alguien, sin embargo, pudo resultar entre patética y bochornosa. 

Katherine había visto a más de uno y dos guardias imperiales enganchados a alguna sustancia no del todo... Permitida, como para poder reconocer los síntomas de alguien con síndrome de abstinencia de Obscura en el hombre que había salido pitando de la 3ª Unión de Trabajadores. 

Beatrix asintió a lo que dijo Leonid. 

—Hay algo más. La lex local no es de fiar, así que es mejor no contar con ellos. Es incluso posible que estén involucrados en el asesinato —por su tono de voz, no parecía sorprendida—. Tenemos un nombre, un agente Locan, al que creo que merece la pena interrogar... Según Lili Arbest, le advirtió de que no indagara al respecto de la defunción de su hermano. 

Asintió con la cabeza - al parecer, hay más desapariciones - añadió tras la intervención de Beatrix - cada noche, así que quizás, no estaría de más enfrentarnos a eso que os da miedo

—Nunca se puede ser lo suficientemente cauto. — Aclaró Katherine, que estaba acostumbrada a hacer las cosas escondiéndose de sus presas lo más posible, especialmente cuando cazaba cosas que podían matarla en un momento, ya sean bestias o xenos, siendo la única diferencia real que estos últimos portaban armas.

—Nosotros tenemos otra pista, escuchamos de un hombre de fuera del distrito que tiene una chatarrería. Nada particularmente interesante, pero dicen que sabe mucho de todo lo que pasa en Coscarla, a pesar de que también es un embaucador. —