Partida Rol por web

—Se está haciendo tarde —dijo, anunciando lo obvio—. Deberíamos entrar a ver si está Luntz, antes del cambio de ciclo. 

Observe detenidamente como ninguno del grupo que recien nos encontrábamos parecía hacer caso del hecho de que todos los demás, se daban prisa en desaparecer de las calles.

Mire a Katherine y asentí levemente a sus palabras, para luego mirar a Leonid.

No es miedo, es sentido común. Si todos los demás que viven aquí desaparecen de pronto y le temen a algo, lo sensato es encontrar un punto de vigilancia y buscar entender el motivo. Estudiar por que se esconden y comprobar si es una amenaza para nosotros en cualesquiera que sea su forma. Una vez conocida la amenaza, podemos ver cómo hacerle frente.

Era el más básico sentido común. Enfrentarse a algo desconocido solo para probar algo... Era la forma más estúpida de morir.

Mire entonces a Beatrix. - Estoy de acuerdo con lo de la Lex, está claro que esconden algo sino es que gobiernan ellos este lugar.

Mire en dirección a Lille y luego a los demás, pensaba que había dejado claro el punto, aunque dudaba que hicieran caso.

Prefiriendo no arriesgarse a enfrentarse a ciegas los terrores del ciclo nocturno, el grupo, guiado por Katherine, Graham, Naya y Telum, regresó a la guarida encontrada por estos en el bloque habitacional más cercano a la estación de tránsito. Por el camino pudieron comprobar que ya no quedaba nadie por las calles, y que los pocos lugares en los que pudieron vislumbrar vida se apresuabran en cerrar ventanas y asegurar puertas. Y justo cuando alcanzaban las puertas exteriores del edificio, justo cuando el crono de Graham marcaba las 21:00, todo se volvió oscuridad.

El aspecto del distrito entero cambió hasta convertirse en algo que parecía haber salido de una pesadilla. Con la energía cortada, la oscuridad se volvió completa y opresiva, los bloques habitacionales alzándose sobre el paisaje como ciclópeas lápidas en un inmenso cementerio. La poca luz que restaba provenía de parches de moho lumínico que crecía en las grietas del rococemento, una luz casi ultraterrena, y de los poco oasis de luz fuerte alrededor de locales como la Unión de Trabajadores y la estación de tránsito, que contaban con su propio suministro de electricidad, meras islas titubeantes en mitad de un mar abisal.

Sin esperar a descubrir que era lo que sucedía durante las "noches" de Coscarla, el grupo ascendió las escaleras hasta el cuarto piso, adentrándose en el pequeño habitáculo que habían designado como guarida óptima, uno que daba a la cara norte del bloque, y desde cuya pequeña ventana podía verse la totalidad de la plaza, así como la comisaría, la salida arterial de la División y parte de la estación del sistema tránsito. Aunque en medio del ciclo nocturno, lo cierto es que no se llegaba a ver nada de nada, salvo las luces de la Comisaría, que apenas iluminaban más allá de un par de metros del contorno del edificio.

Atrincherados en el habitáculo, uno más de los cientos que había en el bloque, todavía sin estar realmente acondicionado a sus necesidades, el grupo debía planear bien sus acciones para el día siguiente.

Leonid se sentó decepcionado, y aunque no lo verbalizó, su expresión corporal si lo reflejó. No lo llevó a ningún nivel, sencillamente aceptó esa "derrota" cuando una mayoría silenciosa le dio la razón a la visión más prudente, de ir poco a poco, y no a la del propio Leonid, que apostaba por ir a por todas. Se mantuvo en silencio todo el trayecto, pero no por enfado o molestia, sino por estar atento a las calles, los que se pudieran cruzar o lo que fuera. Quiso proyectar su mente para ver si seguía percibiendo el miedo de Coscarla, pero lo dejó estar, una cosa era que, pasivamente, le llegaran esos estímulos y otra bien distinta buscarlo.

Una vez llegaron, Leonid intentó apropiarse de alguna habitación, le importaba realmente poco que fuera pequeña, de hecho, por su pasado, apreciaba los espacios reducidos, sin embargo, necesitaba que tuviera una puerta que pudiera cerrar.

Katherine volvió con el resto al refugio. Personalmente entendía por qué Graham y los demás habían querido volver, pero para ella no haría más que atrasar lo inevitable. La realidad era que si bien tenían una posición de vigía, desde aquí no podrían investigar mucho, por no decir nada, y lo único que estaban haciendo era dejar pasar una noche.

—Por cierto, supongo que nadie tiene algo de comer. — Señaló la teniente cuando se hizo obvio que no iban a salir de ahí ya. Como miembro de un equipo de cazadores, la tiradora estaba acostumbrada a tener que arreglárselas en zonas de infiltración y no sería la primera vez que pasaba hambre o tenía que cazar alguna rata, pero era también su experiencia lo que le decía que la moral siempre sufría con el estómago vacío.

Mientras señalaba eso, agarró una silla y se la aproximó a la ventana antes de sacar sus magnoculares y ponerse de vigía a la cara norte del edificio. No creía poder ver nada con esa oscuridad, pero alguien tenía que hacerlo. Quizá, con un poco de suerte, engancharía algo importante para su misión.

—Hay otros escondites en el edificio, otros apartamentos vacíos. — Le dijo a los que no habían estado ahí antes. —Sugiero que no usemos más de dos a la vez, no queremos separarnos demasiado. —

Beatrix echó un vistazo por la ventana, para ver si alcanzaba a ver la estación*, preguntándose si Lili se habría dado a la fuga. Tenía bastante claro que su estratagema no había dado resultado, pero estaba en el aire era si los demás en su grupo operativo también se habían dado cuenta. Tras ponderarlo durante un minuto y sin llegar a ninguna conclusión más allá de que no diría nada, empezó a cerrar una por una las persianas de la sala en la que se encontraban y contestó a Katherine, sin dar muestra alguna de cinismo o fervor: 

—La fe en el Emperador nos sustenta, teniente —y al ver que algunos ya estaban buscando agenciarse habitaciones, alzó la voz—. Tenemos varias pistas a seguir y múltiples personas de interés que interrogar, así que mañana será un día largo. Deberíamos trazar un plan antes de irnos a dormir. 

Rebuscó entre el equipo que se les había dado y extrajo con cuidado la placa de datos. Introdujo la contraseña, navegó por los archivos de datos hasta encontrar la información que tenían de los Arbest. 

—Hemos interrogado a Lili Arbest. La encontramos en el habitáculo de Saul, escondida. Nos presentamos bajo nuestra coartada —dijo, lanzando una mirada significativa al psíquico y al tecnosacerdote— de reguladores de la Alianza Coblast, y aunque estaba armada, Leonid no tuvo problema en reducirla. Estaba muy asustada. No sabe qué le ha pasado a Saul, pero está convencida de que está muerto y de que ella iba a correr el mismo destino. Al parecer, alguien había entrado en su habitáculo mientras ella se había estado escondiendo en el de Saul. Pensaba huir al Distrito Pórfido. 

Pasó la placa al que tuviera más cerca, para que le pusieran cara a la muchacha. 

—Mencionó la Unión de Trabajadores como el tugurio en el que Saul ahogaba sus penas, y a "Acorde" Luntz como el pandillero al mando del mismo. Sospecha que es un centro de distribución de droga... lo cual no me sorprendería en absoluto. 

Leonid asintió tras la explicación de Beatrix. Estaba algo frustrado porque no había habitaciones, solo un baño, y, aunque no tuviera problema con los espacios reducidos, privar al resto del aseo, podría sentar mal. Había estado resoplando de vez en cuando, mirando de un lado para otro, como si buscara una habitación oculta, hasta que Beatrix hizo el resumen de lo poco que habían conseguido.

El otro grupo ha descubierto a un supuesto chatarrero que puede tener información sobre este distrito y lo que ocurre - miró a los mencionados - ¿algo más que pudiera haberse pasado por alto? - y esperó unos instantes para que respondieran, antes de retomar la palabra - esto nos deja con varios frentes abiertos que explotar.

Primero, ir al bar y ver que se cuece ahí, mi opinión que aquí, mejor no meternos en líos, preguntar por Saúl y poco más, que lo buscamos por una deuda que debe pagar.

Segundo, ir al mercado a ver que podemos averiguar por ahí.

Tercero, visitar al chatarrero y sacarle lo que tenga.

Cuarto, buscar al agente Locan, algo me dice que si lo presionas un poco, podrá cantar, al menos, a tenor de lo que nos contó Lili.

¿Alguna idea? Considero que los temas importantes es saber qué pasa por las noches, y los movimientos de Saúl antes de desaparecer, puede que eso nos lleve al origen de la implantación de aquella cosa

Katherine escuchó desde su posición en la ventana, sin sacar la vista de la calle a ver si podía ver algo en su vigilia. —El Emperador protege y su protección divina estará con nosotros. — Estuvo de acuerdo, siendo ella misma una devota al Dios Emperador de la Humanidad. —Pero aquel que no obra no puede esperar un milagro. — Le recordó también. —Nosotros somos conductores para Su voluntad, y por tanto somos nosotros los que debemos proveernos de alimento, de herramientas, y de acciones. — Era muy lindo pensar que solamente porque estaban en servicio al Maestro de la Humanidad las cosas saldrían, pero no era así, y la fe no les llenaría el estómago.

Sobre el resto no dijo nada por ahora, parecía que lo que decían Beatrix y Leonid era bastante sensato y acertado en un plan de actuación, salvo una cosa que valía la pena mencionar. -Ya que mencionas las drogas, el tipo que salió del bar estaba colocado de obscura. Se notaba a la legua. -  Mencioné para reforzar lo que decían

Acababan de llegar al apartamento en el que planeaban pasar aquella primera noche en funciones, entrando de forma ordenada según llegaban hasta que el último en acceder al apartamento cerro tras de sí. En su interior, Leonid parecía una mosca revoloteando de un lado a otro tratando de hacerse con una habitación acorde a sus necesidades, mientras que Katherine parecía más interesada en apostarse junto a una ventana para comenzar a otear los exteriores como una de aquellas aves de presa originarias de la lejana Terra de las que muy pocos habían visto en sus vidas. El resto, por el contrari parecía más cauto. Así que entraron poco a poco, sin perder en ningún momento la calma y buscando un punto en el que apoyarse o sentarse para descansar o al menos aparentarlo. Aquel era un cubículo poco espacioso, pero a Vantes-013 le maravillaba hasta el más mínimo detalle en su interior. 

A pesar de estar en unas condiciones lamentables, no dejaba de ser una obra maestra de sus congéneres, los tecnosacerdotes de las cadenas de producción y montaje y por ende era perfecta e interesante, al menos de un modo que ningún otro podría apreciar en ese momento. 

Las paredes tenían un aspecto descolorido fruto del paso de los años, en algunos sitios el recubrimiento estaba descascarillado como la piel quemada y rancia tras el efecto de alguna sustancia corrosiva y algunas de las molduras y sus correspondientes remaches chorreaban óxido y humedad en su lento descenso. Las luces emitían un cuasi imperceptible resplandor intermitente que se sumaba a un sonido similar al zumbido de un incordiante insecto, probablemente como advertencia de su venidera obsolescencia, próximas a unirse a sus compañeras del pasillo, ya apagadas o rotas. El suelo estaba repleto de irregularidades y arañado por muebles que parecían haber desaparecido hace mucho tiempo, en su lugar unos más desvencijados, aleatorios y reciclados ocupaban su lugar, conformando un reducido grupo de sillas y una par de mesas plegables de distinto tamaño en las paredes con bisagras de plástico deformado por su maltrato. Los filtros de su sistema de respiración también captaron el hedor del baño, aquella mezcla de químicos y heces humanas le obligo a rebajar sus capacidades olfativas a tan solo un tercio para omitir aquel desagradable detalle. Aun así, el sitio le pareció un museo de antigüedades de lo más curioso.

Escucho al grupo en mitad de su conversación, todos parecían muy profesionales y concentrados en su misión y debate acerca de la comida y el caso al que se enfrentaban. Incluso Leonid, que ya había decidido donde iba a pasar la noche. Pero Vantes se dedicó a escuchar atentamente hasta que tuvo ocasión de sumarse a la charla para añadir algo útil. 

Módulo su voco-emisor para que no sonara demasiado alto o molesto y reviso las posibles interferencias de su sistema respiratorio para que no le trabaran el habla.

000100-En lo que a mí respecta/atañe. He modulado mi última ingesta para poder aguantar un poco más de lo esperado, pero recomendaría al resto del equipo que tratemos de racionar la comida si alguien tiene algo para compartir/distribuir entre el resto. Si no tenemos nada, tendremos que ir a por algo de sustento o aguardar hasta mañana.-011000

Miro a Graham mientras una de sus lentes se modulaba al espectro de luz tintineante y continuo hablando, el timbre disminuyo un poco hasta dotarle de una seriedad más creíble.

001100-También/además deberíamos de asegurarnos de que aquí estamos a salvo/protegidos. Creo que tendremos que turnarnos para dormir, no me supondrá ningún problema hacer la primera guardia junto a alguien más/segundo centinela. Pero si necesitare que me releven para mi mantenimiento/reposo diario.-010000

Sin aguardar respuesta alguna, desenfundo su cañón de mano e inicio el desarme de este cuidadosamente. Reviso cada pieza e inspecciono cada componente durante unos minutos hasta que lo volvió a montar con una facilidad asombrosa, entonces comenzó a orar en binario durante unos 10 min hasta que acabo su ritual frente al arma consagrada. La volvió a meter en su funda y se arrodilló en frente de la puerta para continuar con sus procedimientos y plegarias al Omnissiah.

Escuche con atencion lo que cada uno de los demas miembros del grupo tenia a bien compartir.

Me movi sin embargo hasta una de las ventanas para poder observar el exterior. A cubierto, por supuesto, pero permitiendome pasear la mirada por el lugar. No esperaba una oscuridad tan absoluta en medio de una colmena. Habia subestimado las condiciones del entorno, pensando que habria como minimo un nivel de visibilidad minimo, pero sin duda desde estas alturas se volvia francamente dificil ver o ser consciente de nada.

La poblacion de Coscarla habia desaparecido como si ni siquiera existiera. Las 21:00 era la hora donde Coscarla moria o se escondia a la espera de que la luz volviera... ¿A que hora seria eso?

Tras unos segundos alli y viendo como alguien tambien observaba el exterior, devolvi mi atencion al grupo. Observe como Vantes se fijaba en mi persona durante sus ultimas palabras y asenti quedamente. - Yo hare la primera guardia junto con Vantes. - Mire a Lille, asintiendo por lo bajo para que entendiera que todo estaba bien. - Lo mejor seria hacerlo en parejas.

Mire de nuevo al exterior. - Seguramente tanto el hostal como el bar sirvan desayunos. Una buena forma de comprender como piensa y funciona esta seccion de la colmena seria comer alli. - Adaptarse al entorno permitia entender como pensaba la gente de ahi y por ende, captar singularidades. - Los obreros tienden a abrir la boca de mas antes del trabajo, sobretodo si la no se ha descansado bien o las condiciones son precarias. Escuchar lo que dicen podria dar pistas antes de avanzar en nuestros objetivos diarios.

Observe entonces a Leonid. - Estoy de acuerdo con lo del bar y Saul, incluyendo en ello el desayuno, deberia darnos aun una mejor cobertura puesto que hay un motivo para estar alli y de paso, quizas escuchar alguna que otra opinion sobre el tema de boca de alguno de los parroquianos. - Me quede en silencion un par de segundos. - El mercado no parece el mejor lugar para buscar mucha mas informacion, fue alli donde conseguimos la informacion sobre el "comerciante" aun asi, no estaria de mas una segunda vuelta.

Mire a Lille. - El "comerciante" puede ser una buena baza, por lo que parece esta al tanto de todo lo que ocurre.

Fui entonces a Bellatrix y de ella a Leonid. - La lex es un punto complicado, ellos son la "ley" aqui. Ir a interrogar a un agente del Imperio siendo mercenarios, puede resultar como minimo complicado y ademas alertariamos a la misma de nuestra presencia o que hay algo mas bajo nuestra apariencia. De hacerlo, recomendaria mas el soborno y la sutileza que la presion directa. Se cazan mas moscas con miel...

Eso decian, yo preferia cazarlos con la maza, pero era consciente de las diferencias con mis habituales formas de trabajo.

Si falla, siempre podemos ser menos amables.

Una ultima cuestion se movia en mi mente. Sabia que no era ortodoxa, quizas incluso se pasaba de la raya, pero... a veces, para cazar a un depredador del tipo que fuera, era necesario un cebo. Habia drogas suficientes en esta zona para dejar claro por donde empezar a jugar... y si alguien se perdia en la oscuridad... bueno, dudaba que mucha gente lo echara de menos.

De vuelta al refugio ya no había que tomar demasiadas medidas por lo que caminó al lado de Graham. En la calle no había ni un alma, ni siquiera una puta alimaña, y si las había estaban bien ocultas, conocedoras seguramente de lo que allí sucedia. ¿Qué diablos podía suceder para generar aquel miedo? Su propio Distrito podía acojonar, podía mantenerte en alerta, pero aquello parecia distinto. A pesar de sus pensamientos caminó con la cabeza alta, las manos en los bolsillos, el oido bien abierto.

Llegaron al refugio y la oscuridad se cernió sobre ellos de repente. Su primer instinto fue bajar de su cabeza con un sencillo movimiento su "diadema" improvisada y mirar alrededor. No parecia haber ningún cambio inmediato así que ascendieron hacia el refugio elegido. La comisura de sus labios se deslizó hacia la derecha con cierta frustración al escuchar a Katherine. No habían caido en coger nada en el mercado, aunque la que realmente llevaba el dinero para gastar era ella.

- En el sexto piso hay otro más. Más pequeño pero sin vecinos jodiendo la marrana - añadió a las palabras de su compañera mientras se iba quitando la gabardina y la dejaba caer en una esquina - Desde la ventana se jipiaba al mercado... - Bellatrix se había acomodado cerca de ella por lo que tomó la tablet que tendia y se acuclilló a su vera con la pantalla entre las manos, apoyandose solamente sobre la puntera de sus botas remarcando así sus torneados muslos. - ¿Se escondia en el cuchitril del hermano antes o después de que le dieran puerta? - alzó la mirada hacia la mujer mientras hacia un movimiento de su diestra sobre el cuello. Podía parecer obvio, pero a veces era mejor confirmar porque la posibilidad de que fuera antes dejaba margen a otras posibles ideas.

Se incorporó con agilidad y suavidad mientras asentia a la mayoria de las ideas expuestas por Vantes y Graham - Yo tengo algo de obscura. Quizás nos pueda servir para algo. - Devolvió la tablet y se movió en dirección a su compañero hasta plantarse delante de él y tenderle sus gafas de visión nocturna - Yo haré el siguiente turno - 

Beatrix pensó acerca de lo que Naya le había preguntado.

—Antes y después. Pasó la noche esperando a Saul en su habitáculo, y cuando regresó al suyo al cambio de ciclo, se lo encontró así.

Tras responder a Naya, Beatrix se estrujó el ceño. Estaba cansada.

—Recapitulemos:

(1) «Necesitamos encontrar a alguien que conociera a Saul mejor de lo que lo conocía su hermana, porque es evidente que cuando perdió su trabajo se distanció de ella y cayó en la bebida y las drogas. Nuestra mejor baza en ese sentido es la Unión de Trabajadores. Si era cliente asiduo, allí deberíamos encontrar alguna respuesta».

(2) «A juzgar lo que dijo Lili, el agente Locan sabe algo. Su comportamiento sugiere que la Lex puede estar involucrada, bien por negligencia, bien como encubridora. Podemos intentar sonsacarle, aunque no va a ser fácil, como ya ha apuntado McNeil».

(3) «Dado el estado de Coscarla, no obstante, es posible que asasdueños de facto de la División sean en realidad las bandas. En ese sentido, el cabecilla de la panda que se ha adueñado de la Unión de Trabajadores, "Acorde" Lutz, es otra posible fuente de información. Pero hay que tener cuidado. El torrente sanguíneo de Saul estaba inundado de sustancias químicas, y ayer ya pudimos comprobar que su guarida es un centro de distribución de obscura», tras lo cual hizo una pausa, durante la que miró a la teniente y a Naya.

(4) «Las desapariciones en Coscarla podrían estar relacionadas con el asesinato de Saul, por lo que habría que indagar al respecto. Si se han encontrado más cadáveres», y miró brevemente al magos, «sus restos deberían ser estudiados en busca de posibles lesiones y restos de implantes como los que se encontraron en Arbest. La Unión de Trabajadores o el contacto que hicistéis ayer podrían darnos algo más de información».

Miró a Leonid.

(5) «Tras interrogar a Lili Arbest hemos intentado que fuera detenida por los magistrados, con la intención de tratar de identificar a sus perseguidores, pero nuestro chivatazo cayó en un saco roto. Conozco bien a la policía planetaria, y tengo bastante claro que no han movido un dedo al respecto. Sin embargo, sabemos donde pretendía huir... por lo que podríamos volver a intentarlo, si llegamos a un punto muerto».

(6) «Por último, creo que merecería la pena indagar acerca de quiénes son, sobre el papel, nuevos señores de Coscarla. Podría tirar de algunos hilos y ver qué puedo descubrir acerca de Tantalus. Si alguno tiene algún contacto a mano, también podríamos intentar seguir esa ruta».

Yo atacaría dos frentes, dividirnos en dos equipos, sería lo más óptimo, en mi opinión. Iría al supuesto bar en primer lugar, vosotros, en el caso de que sigamos siendo los mismos equipos, podríais ir al chatarrero, no sé cómo lo veis, pero son las pistas más lógicas y las primeras a atajar, creo - dijo con cierta calma, aunque no dejaba de tamborilear los dedos. Leonid se había quedado apoyado contra una pared, próxima a la ventana, observando la calle, a ver si era capaz de ver algo.

El grupo debatía en los estrechos confines del habitáculo, más estrechos que de costumbre debido a la cantidad de gente que en aquellos momentos lo ocupaba. Mientras Vantes permanecía cerca de la puerta, vigilante, Beatrix iba dilucidando los posibles puntos a tratar, la conversación de los aspirantes a acólitos lo único que rompía el silencio de la negra noche.

Pero de pronto, algo más se escuchó allí dentro, amortiguado por la distancia y las paredes que los separaban del exterior. Un grito, una mujer. Pronto le siguieron más, pero rápidamente fueron cortados de golpe. A pesar de lo altos que estaban, no había sonado tan lejos. O bien en la calle, o bien incluso en la primera planta de su bloque habitacional.

Deberíamos ir... - dijo tras el grito, pero no sonó inquisitivo o "mandón" sino más bien ¿consternado? ¿Preocupado? Leonid no manejaba bien esas cosas. Por dentro era una vorágine de sentimientos y recuerdos, rememorando una vida pasada donde esa clase de gritos era una constante día tras día.

Mire en direccion a la puerta, al lugar por donde creia que habia venido el sonido, pero antes de poder decir o hacer nada Leonid volvio a hablar. Diriji con tranquilidad mi mirada en su direccion. 

Sin duda, alguien con una necesidad de demostrar algo o simplemente… tenia ganas de morir y no sabia como expresarlo. Sus acciones eran cuanto menos establecidas en opciones poco fundadas o invariablemente inestables… y querer meterse en un edificio a oscuras con lo que estuviera pasando alli abajo… no era de nuestra incumbencia. Ademas de que podia ser mil cosas y si era el puto yonki de obscura dandole una paliza a su mujer… bueno, no estabamos aqui para eso. 

Mas entonces mi mirada paso a Lille y me quede pensativo durante unos segundos. 

Por que deberiamos ir? – Devolvi mi mirada hacia Leonid – Eres capaz de diferenciar si es parte de nuestra mision o solo una paliza mas en un sitio olvidado, desde aqui? – Aunque la pregunta parecia a mala fe, no habia mal tono, solo uno cansado en terminos generals, pero poco mas. 

Inspire y le di un par de vueltas a uno de los pitillos de Ilho entre mis dedos. – Verifiquemos que es dentro o fuera del edificio, solo para ver si es necesario estar mas atentos. 

Si lo que fuera entraba impunemente en los edificios, la seguridad estaria comprometida de todas formas

Leonid suspiró, largamente, clavando la mirada en Graham, aguardando el momento parar poder hablar - Nadie es capaz de diferenciar nada - sentenció - pero ¿y si es un pobre diablo pidiendo auxilio? ¿Y si lo salvamos? Ganarnos un amigo aquí, podría irnos bien - lo llevó al punto sencillo de poder explotar posibles fuentes de información o incluso, de trabajo para ellos - estamos en unos pisos abandonados, dudo que haya mucha seguridad con la que contar - negó con la cabeza, devolviendo la mirada a la calle - haced lo que queráis, pero me quedo con el ultimo turno

Katherine asiente a lo que dice Leonid sobre dividirse en dos grupos, era más o menos lo que habían hecho hoy y les había dado un buen resultado. Está por agregar algo más cuando escucha el grito y corre nuevamente a la ventana. —Apaguen la luz. — Advierte por las dudas esperando que alguien le haga caso, ya que no quería que su silueta se vea por la luz que venía del departamento. Ahí intenta ver con los magnoculares a ver si podía divisar algo.

—Deberíamos investigar. Cuanto mínimo. — Dice la teniente con voz férrea. Entendía muy bien lo que Graham quería decir, pero también parecía que este tipo de cosas pasaban en la oscuridad de Coscarla, el campo donde el grupo estaba operando. Tenían que saber por qué sucedía. ¿Quizá quien sea que había implantado el gusano en Saul también secuestraba gente de la calle? ¿Quizá en algún momento el grupo se iba a ver en las calles después de que oscurezca y necesitarían saber qué les podía pasar? La información nunca venía mal, y si podían salvar a alguien, ¿por qué no? Quizá el Emperador los había puesto ahí para escuchar ese grito y actuar en su nombre. Era una idea improbable y quizá romántica, pero así funcionaba la fe en Él.

Odio Coscarla, mucho más de lo que hubiese imaginado, al tal punto que sospecho que la verdadera prueba de la Inquisición no es resolver el caso sino soportar una semana en este maldito lugar. El bar me quitó el apetito y la profunda oscuridad me arrebató el habla, ahora tan solo pienso en descansar, ha sido un largo día y si bien no he hecho más que tomar algunas notas, estar aquí es agotador y contener las voces me cuesta mucho más que de costumbre. No nos callaremos nunca. 

Asiento hacia la Arbitradora cuando expone de un modo claro y ordenado una serie de acciones que me parecen más que adecuadas, la autopluma las transcribe a las placas de datos mientras mi atención regresa al hombre de casco negro. Impulsivo y misterioso, casi arbitrario en sus conductas, eso pensé al principio, pero comencé a respetarlo cuando mi grupo terminó en el mercado como Leonid había propuesto mucho antes. Lo que no conocía era su osadía y su valor, no percibo rastro alguno de miedo, tal vez la ausencia de temor sea lo único que tenemos en común, hasta me atrevo a pensar que lo comprendo. Es ese lado temerario y confiado el que le permite proponer bajar a investigar esos gritos, o peor aún, involucrarse en lo que sea que está pasando a riesgo de perder la vida. De todos modos, nada de lo que pueda suceder allí abajo puede ser parecido a los horrores que viví, por primera vez siento el impulso de apoyar una de las propuestas de este compañero.

- En el primer piso hay otra habitación que Katherine identificó como un buen punto de vigilancia, lo descartamos por estar demasiado expuesto pero podría servir para observar desde allí lo que ocurre - me coloco las gafas que hasta el momento no había sacado - Puedo acompañar a Leonid y a quienes se sumen con él hasta ese punto e inspeccionar desde allí, luego tomaré el último turno de guardia también - hago una pausa dudando si algún otro además de la Teniente se sumaría - Además, si queremos ayudar a alguien, sería bueno que nos apuremos -