Partida Rol por web

Os encontrais antes de salir de las calles pricipales.

La ciudad esta muy silenciosa, las calles vacías, los pasos que normalmente suenan entre calles estrechas son apagados por la nieve.

Las ráfagas de aire son cortantes, justamente la calle que habéis cogido ahora hace de tubo y el frio y viento es casi continuo, las orejas se os quedan rojas y pitan por el sonido de la ventisca.

Decirme ¿por donde se quiere salir de la ciudad? Puerto, portón secundario, principal,etc

Sam tras unos instantes recupera el aliento tras correr para alcanzar a su amigo.

-Tritón, no deberíamos tomar la puerta principal, unos trolls de las nieves merodean por esa zona.

Acaba de salir del castillo con todas las provisiones que pensé que iba a necesitar, cuando apareció junto a mi Sam. ¿Qué haces aquí?, es muy peligroso como dijiste, no quería verte involucrado. 

Me desvié del camino principal, en dirección al templo donde estaba aquel pasadizo donde habíamos luchado contra el gusano.

Claro que no saldremos por el portón principal, no estoy tan loco. Sígueme.

-¡Oh, diantres! Dime que no vamos al cubil del gusano, dijo el mediano retemblándose pero no a causa del frío si no al rememorar a la repulsiva criatura reptante a punto de acabar con la bella Ergala. Y lo que le producía más pavor era que Beth, el malvado hechicero estaba detrás de todo, controlando a la bestia.

Quien sabe si seguiría aún allí, desde luego era el escondrijo perfecto para una alimaña como él, incluso Iroco conocía el lugar así que igual hacían pleno.

Se arrebujó en sus pieles y lanzó un suspiro de resignación creando una nube de vaho sobre su cabeza.  

Nada más entrar la enorme sala estaba llena de gente enferma, camas improvisadas llenaban el lugar. Media docena de curanderos atendían a la gente sin los medios adecuados, dos enfermos morian de agotamiento por luchar con los fríos y el hambre. Uno de los curanderos os mira y luego continúa con sus quehaceres.
Alfonso está el altar y al lado la habitación donde se incubo el huevo.
En el suelo hay una grieta mal tapada os conduce a los túneles oscuros, húmedos y estrechos subterráneos.
Al bajar se puede ver escombros apartados del derrumbamiento dejando ver el túnel oscuro y húmedo pero por seguridad hay una reja gruesa y pesada con una cadena y dos candados . Estos impiden la continuación y acceso del túnel

A Sam le preocupaba el camino que había decidido tomar. No te preocupes amigo, en ese lugar solo hay recuerdo....malos recuerdos, pero eso ya paso.........Espero no equivocarme.

Al entrar en el templo me dí cuenta que ahora aquel lugar se utilizaba para intentar sanar a los enfermos, con más motivos aceleré el paso, no podía ver como un pueblo entero cedía por culpa del temporal y la falta de alimentos. Vamos Sam esta gente nos necesita. 

Bajamos por la grieta que llevaba a los túneles por donde saldríamos de Ciudad Gris, recordaba aquel lugar como si fura el mismísimo día en el que nos enfrentamos a Beth, seguimos avanzando hasta que un obstáculo se interpuso en nuestro camino.

Vaya a alguien se le ha ocurrido tapar esta entrada, no me gustaría romper los candados, ¿Tienes alguna forma de abrirlos mi astuto amigo?

Sam se sorprendió al ver a toda aquel gentío doliente en el templo, aunque pensándolo bien no era de extrañar que buscasen allí a los sanadores y poniéndose en lo peor encontrarse con su Dios al final de sus días. Este último pensamiento era demasiado nefasto para el usualmente jovial mediano e intentó sacudírselo de la cabeza, aunque Tritón recalcaba con sus palabras la dura realidad: el pueblo les necesitaba.

-¡Adelante! No les fallaremos, no podemos, exclamó con renovada confianza.

Avanzando en los pasadizos que conducían a las entrañas de la tierra, pronto necesitaron de encender una antorcha. Unos pasos más y la crepitante iluminación desveló lo que parecía el final de su trayecto pues una recia cancela asegurada con eslabones de acero y un par de candados impedía ir más allá.

Antes de que el enano hubiera terminado su pregunta, que obviamente había sido formulada con intención retórica, Sam había rebuscado en su zurrón su utillaje de ¨desentrañador de misterios¨ pues así le gustaba considerarse. Toda cerradura ya fuese de puerta, cofre o reja ofrecía tras de sí un enigma que necesitaba ser resuelto, un conocimiento que debía ser revelado y él era el libertador de tales secretos.

Así pues, ya deslizaba las ganzúas entre sus dedos menudos y requirió a su amigo que acercase la luz para poder examinar mejor la tarea a realizar.

-No hay problema querido Tritón, ilumina para que el mago pueda trabajar, dijo sonriente.

La primera cerradura se abre. ( Con un 10 vale).
Vamos por la segunda.
Si en equipo puedes sacar herramientas necesarias para lo que quieras.

El afanoso hobbit hurgó en el mecanismo hasta que un característico sonido de apertura iluminó su rostró.

-¡Bien! Ya tenemos uno fuera de juego, dirigió una sonrisa de satisfación al enano.

Sus hábiles manos volvieron a la tarea, esta vez el candado parecía de mayor calidad o quizás estuviera atorado por la herrumbre, el caso es que invirtió más tiempo del usual.

-¡Umpf! exclamó un Sam contrariado aplicando sobre la herramienta toda la fuerza de la que disponía.

(Es Pifia,y no se puede hacer nada).

Sam intenta manipular la segunda cerradura, pero la ganzúa encontrada en su equipo se rompe y queda un trozo dentro.

Ya no hay manera de abrir esa cerradura a las buenas. (necesitaría un golpe seco para romper el candado.

(si se logra romper df 9 en ataque cuerpo a cuerpo) hay que pasar por el primer tramo despacio con sigilo (df 10) para que no se derrumbe el lugar pues este es muy inestable.

En el templo había antorchas algo usadas, si es una de estas las que os alumbra os da para unos 15 minutos de tiempo (justo para llegar a la otra parte).

Nota:

En el caso de romper el candado y conseguir con éxito el sigilo sin que se derrumbe se llegará a la salida del túnel esta accede sin querer a una especie de madriguera hay un enorme oso gris invernando, en un rincón, hay que pasar cerca de el para salir.

-¡Rayos!, ¡mil rayos! , Sam manifestó su disgusto por haber roto la ganzúa aunque guardó la herramienta partida por si pudiera afilarla.

-Si es que con este condenado frío... Tengo los dedos entumecidos y así no puedo trabajar... Y la cerradura estaba oxidada o rota... un montón de excusas surgían de la boca del mediano que se apartaba a un lado para dejar paso a la única opción viable ahora: la fuerza bruta.

-Errr... ¿podría el maese Tritón presentar el dorso de su hacha a este maldito candado?, solicitó con un deje de fastidio mientras le tendía la mano para recoger la antorcha. 

Espere a que Sam se abriera aquellos candados para no tener que romper los candados, y como supuse el primero lo abrió fácilmente, Muy bien, ahora el otro y podremos continuar. Pero el frío era bastante intenso y eso hizo que la ganzúa se partiera y con tan mala suerte que se quedará dentro del candado.

Vaya esta vez no pudo ser, no me quedaba otra que partir en candado, pero no quise usar mi hacha en aquella ocasión, vi más viable en uso de la maza.

Será mejor que te apartes amigo no quiero que te salta algún trozo de metal, sabía que la cueva había sufrido bastante tras la lucha con Beth y que era algo inestable, en aquella ocasión casi nos entierra dentro por lo que decidí no golpear demasiado fuerte.

 Tritón pulverizó el candado y se disponía a avanzar cuando trastabilló y dió de bruces en el suelo. Normalmente a Sam se le habría escapado una risilla e inventaría numerosas chanzas al respecto, pero la tensión por el riesgo de un derrumbamiento anulaba cualquier jocosa situación.

-¿Estás bien?, preguntó extendiendo una mano para ayudarle a levantarse. Pero al tirar de él resbaló y se propinó un golpe en las posaderas. Ahora sí que la situación merecía una sonora carcajada, ¡Vaya par de patosos! Desde luego este incidente se omitiría en las crónicas del viaje que pensaba escribir.

Acababa de romper el candado cuando... debido a que la superficie en la cual me había apoyado para romper el candado estaba congelada...me resbale.

La inestabilidad me hizo darme un buen golpe en la cabeza, por todos los valares eso ha dolido, refunfuñe mientras me tocaba en la parte de la cabeza donde me había golpeado.

 Luego note como Sam también se resbalaba y caía junto a mi, aquella caverna estaba helada y era más peligrosa de lo que pensaba.

Tenemos que levantarnos y seguir, no hemos empezado con buen pie nuestra expedición.

Los dos compañeros caen al suelo como fichas de domino, el suelo esta helado, el tunel es frio, osucuro y peligro.

Aún no han pasado la zona más peligrosa en la que se les puede caer todo encima (df10 sigilo).

Algunas piedras caen del techo y cae tierra desde arriba se escucha ruidos como de un hueso apunto de romperse, desde luego la zona no es muy segura

Suerte.

Sam se frotaba el dolorido trasero y mientras discurría la idea de atarse una cuerda para que en caso de derrumbamiento el otro compañero pudiera tirar del extremo y evitar una desgracia.

Sacó una resistente soga de cáñamo de su zurrón y realizando un nudo que sería la envidia de cualquier marinero formó un lazo alrededor de su cintura y le tendió el otro extremo al enano.

-Tritón, si ves que me caigo o la caverna se viene abajo tira de la cuerda, explicó a su amigo.

Sin embargo esta vez andubo con más ojo sobre la deslizante superficie y consiguió atravesar sin percances.

Antes de comenzar al "pequeño" se le ocurrió una gran idea. Nos atamos con una cuerda para que de esta manera pudiéramos cuidar mejor uno del otro.

Esto.......¿Y tu podrás conmigo para sacarme en el caso de que me pase algo? Le conteste pensativo mientras comenzábamos la marcha.

Afortunadamente no paso nada, el peligro de aquel túnel había pasado, pero seguramente no fuera el último al que nos enfrentaríamos antes de llegar a nuestro destino.

Triton y Sam logra pasar, el paso de Triton fue alo justo pues una vez que el enano logro pasar se desplomo un trozo de techo y un 13% del acceso fue tapado menos mal que son de tamaño bajo-medio.

La llama de la antorcha bailaba sobre los pasos de nuestros aventureros hasta que esta se termino por apagar, el camino fue algo molesto por las estrecheces y zonas con raices  y humedas pero nada que un enano no estuviese ya habituado.

Cuando la llama se termino y dejo de alumbrar os dejo paso a la luz de la salida pero esta estaba tapada por un oso dormitando en el lugar, el duro invierno le había afectado.

Es el último recodo y problema antes de alcanzar el exterior. 

Sam andaba como pisando huevos para hacer el menor ruido posible, evitando también el resbalar por el suelo helado y le hizo a su compañero una señal de silencio con el dedo índice en los labios cerrados.