Partida Rol por web

Anima, Beyond Fantasy

Erëssea y Valysse

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13/01/2016, 23:24
Nyssaë
  • Mellizas: son completamente opuestas fisicamente pero tienen los mismos ojos.
  • Edad: 20 años
  • Procedencia: ?
  • Son huerfanas. Su madre murio cuando ambas tenian 10 años y no saben quien es su padre. No tienen mas familia y durante 10 años han sobrevivido solas, como han podido.
  • Psicologia: Son la noche y el dia.  Erëssea es reservada y solo se muestra cariñosa con su hermana. X (luego pienso el nombre xDD), aunque es bastante desconfiada en general, es la que suele tomar la iniciativa para hablar con la gente, tratar con el resto, etc.

        Erëssea ha tenido una infancia muy atormentada, con pesadillas, etc y ha sufrido mucho. Por eso X considera que    debe protegerla a toda costa y de cualquier cosa que pueda hacerle daño.  (Esto luego lo completamos con mas cosas)

  • Tienen una marca de nacimiento/tatu o derivado exactamente igual las dos (por concretar)
  • Secreto: ellas fueron las responsables de la muerte de su madre. Discutieron entre las dos cuando eran pequeñas y Erëssea sin querer convoco una criatura en un arranque de ira que mato a la madre por accidente y las dejo a ambas inconscientes. El problema es que no recuerdan nada de aquel episodio y no saben qué fue lo que sucedio exactamente. Tan solo a veces tienen visiones o pesadillas en las que ven pequeños retazos de imagenes de aquel dia. Desde entonces una de sus prioridades es saber que paso y recuperar esos recuerdos perdidos. (darle forma a esto, ahora es por hacernos una idea).
  • Al igual que Erëssea, su madre tambien era una hechicera, lo que se conoce como una "bruja". Fue ella quien, desde muy pequeñas, cuando descubrieron sus "habilidades", las instruyo para que fueran capaces de controlarlas. Sin embargo, despues del incidente que la mato, las dos han estado solas y se han convertido en lo que sin la ayuda de nadie.
  • Tienen un lobo que va con ellas: historia ideal: cuando mataron a su madre sin querer, el resto supo que tenian algo raro y fueron a por ellas para ajusticiarlas.  Las apresaron y las torturaron con intencion de darles muerte. A Erëssea llegaron incluso a violarla (fue su primera vez) y ambas fueron marcadas a fuego con el simbolo que las identificaba como brujas. Valy vio como violaban a su hermana y, en un intento a la desesperada por protegerla, acabo de alguna forma hundiendo el mismo hierro con el que la estaban marcando al rojo vivo en el pecho del tipo que estaba con su hermana. La cosa pintaba fea pero el lobo, a quien Erëssea ya habia visto en un par de ocasiones con anterioridad, aparecio de la nada entonces y las ayudo a escapar, quedandose siempre con ellas.  No saben de donde ha salido, pero es una especie de guardian de Erëssea, con la que forjo un vinculo especial (ponerlo bonito)
  • No se posicionan con nadie, pero si tienen un unico enemigo: la inquisicion.
  • Valy aprende a usar sus armas:

a) Ella sola, a base de talento e instinto y de tener que sobrevivir solas y cazando.

b) Durante una epoca trabajaron y se alojaron en casa de algun guerrero o algo que se le parezca, para el que Valy trabajo a cambio de que le enseñara el arte de la lucha. (Barajar la mejor opcion).

c) Valy uso sus habilidades mentales para convencer a alguien de que la enseñara.

  • Faltan cicatrices, marcas, y batallitas.
  • Faltan recuerdos conjuntos e historietas varias. (Estamos trabajando en ello).
  • Inquisicion: la prioridad de ambas es sobrevivir y si han tenido que asesinar, lo han hecho. En especial, si algun miembro de la inquisicion se les ha puesto a tiro, momento en el que les puede la sed de venganza.
  • Tienen dos colgantes iguales que ellas mismas se hicieron y que estan encantados, para saber siempre si la otra esta o no en peligro. Se los intercambiaron con la promesa de que siempre se protegerian, despues del episodio con la inquisicion.
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14/01/2016, 00:40
Director

Leyendo los artefactos ya creados por el libro, hay uno que quizás os guste, y serviría más o menos como el colgante. Se trata de un adorno de oido, similar al que llevar Erëssea en su foto, en Historia. Los hay con muchos diseños y tal. Lo que permite es hablar a distancia con la persona que lleve el otro. Como un teléfono móvil xD. Además, si el lazo es muy fuerte (como en vuestro caso, hermanas) podeis sentir cuando una está en peligro ^^

Es decir... lo mismo, con el añadido de hablar a distancia (la que sea) y que sería un adorno de oido. 

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14/01/2016, 01:16
Erëssea

A mi me encantaría y justificaría lo de la foto. No sé que dices Valy?

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14/01/2016, 01:19
Nyssaë

Me parece todo perfectisimo.

Aprovecho para apuntar lo del padre: el padre es en realidad miembro de la inquisicion, aunque ellas no lo saben, precisamente por la historia de desamor vivida con su madre. Preferiblemente sera su mayor perseguidor, aunque no sepan quien es (y quizas el tampoco) ---BOceto general, dar forma :D

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14/01/2016, 17:49
Erëssea

He estado pensando que nuestra madre pudo haber sido la hija de un Mago importante, alguien de bastante poder adquisitivo/político y que al enterarse del supuesto embarazo de ella, la destierra de su familia. Por consecuencia, de toda la herencia o lo que pueda llegar a recibir por formar parte de ese linaje noble. 

Ella en su afán de seguir manteniendo su decisión de querer dar a luz a sus bebés y como el Novio literalmente no quiso hacerse cargo (tenemos que inventar que pasó entre ellos) decide instalarse en los bosques, precisamente en El Bosque de la Noche Eterna, donde justamente con el dinero que pudo traerse y con ayuda de alguien aledaño se ha construido una cabaña para allí vivir como así también dar a luz. 

Podemos decir que vivía ayudando a las personas, con pociones o curando. 

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14/01/2016, 19:00
Nyssaë

Si, me gusta como background :D:D

Lo que podemos poner tambien es que nuestro padre rompe con nuestra madre porque se entera de que tiene poder magico, por ejemplo. Que siempre hubiera pertenecido a la Inquisicion y que se enamoraran sin saber que en realidad eran enemigos, por ejemplo.

No se que te parece :D

Esta noche cuando salga del curro a ver si me puedo poner con la historia y le doy forma (ahora estoy aun currando, pero mis C1 tienen examen y me traje el portatil xDD)

P.D. Ya tengo firmes candidatas a foto xD Esta noche intentare dejarme eso y el nombre puesto. Aaaaunque es posible que me quede con Selendis.

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14/01/2016, 19:16
Erëssea

Me encanta, si. Es lo ideal, al enterarse la deja e incluso ni sepa que estaba embarazada. 

Pensé que podríamos ser herederas de un trono o un legado de poder pero que ni lo sabemos, tenemos por un lado a nuestro padre que sin saberlo es un enemigo y también algo que heredar por parte de nuestro abuelo.

El nombre me encanta y quiero conocer a mi melliza! 

Genial lo tuyo con la notebook en clase! :D

He subido nuevas fotos en mi ficha, en breve me pongo a desarrollar la historia tmb. 

Dato importante:

- Nacimos en el bosque de la noche eterna, tal vez en invierno? 

- Otro dato que pondré es que de niña mi cabello era muy blanco y con el tiempo se fue poniendo de tono rubio, eso sí no sé a quien nos parecemos. Podría ser una al padre y la otra a la madre, compartiendo los mismos ojos y la mirada. 

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14/01/2016, 20:21
Erëssea

AQUÍ TE DEJO ALGO DE LA HISTORIA QUE ESCRIBÍ PARA ERËSSEA. 

Erëssea nació en el primer día de invierno junto a su hermana melliza “x”, no era la mejor época para comenzar una vida, los fuertes vientos y la soledad del bosque ensombrecían cualquier momento de felicidad y pese a que un nacimiento si lo era, este caso no fue la excepción.

El mero hecho de abrir los ojos por primera vez con otra persona que compartió desde el minuto uno de la creación todo contigo, fue algo maravilloso, una bendición como decía (inserte nombre de la madre) a sus hijas cuando estas discutían por nimiedades de niñas.

La verdad es que estas mellizas, muy diferentes una de la otra, no solo en personalidad sino también en apariencia física, llevaban consigo en sus espaldas una infinidad de secretos que nunca han sido revelados para ellas. Cruel y fatídico fue el destino, uniendo a dos personas bajo el influjo del amor y descubrir a través del tiempo que eran eternos enemigos, la inquisición y los magos.

¿Quién sería capaz de enamorarse de una bruja? ¡Nadie!

Lo triste de todo esto, es que estas bellas niñas poco y nada saben de su linaje tanto mágico como político- social, si bien son las herederas de un trono que fue ocupado por un falso sustituto (un bastardo haciéndose pasar por heredero), nadie está al tanto de su nacimiento puesto que su madre al quedar embarazada de ellas y por falta del apoyo paterno, elige por sus bebés renegando de todo aquello que en un futuro podía convertirla en la única sucesora.

Y como única alternativa ante su rebeldía junta todas sus pertenencias y algo de oro para internarse en los bosques, lugar que siempre amó por su silencio. Con la ayuda de unos aldeanos de confianza, pudo construir una modesta cabaña e instalarse en el medio de la nada, previniendo algún acercamiento de la Inquisición o de su propio padre que la estaba buscando.

Los meses pasaron y aquella mujer, una excelente bruja por cierto, encontró una forma de vivir cómodamente gracias a la magia, curando enfermos, creando pociones o prediciendo el futuro en algunas ocasiones. Siempre cuidando de su embarazo esperando que el gran día llegue.

Y gracias a los primeros copos de nieve, el llanto de dos hermosas niñas decoraron el silencioso bosque de la noche eterna. Finalmente el milagro antecedió a los hechos dando a luz a Erëssea y ...

La infancia de estas niñas ha sido muy peculiar, en lo que respecta a Erëssea, un mundo comenzó a originarse de dentro suyo. Las recurrentes pesadillas, algunos sueños confusos y una extraña sensación de ser otra persona por momentos, fueron forjando la personalidad de esta chiquilla que al poco tiempo y a muy temprana edad, desarrolló sus habilidades mágicas.

Largas fueron las tardes en donde su madre, x, dedicaba su tiempo en calmar los arrebatos de la pequeña bruja por no saber lo que sucedía con todos estos vagos recuerdos de un pasado que jamás vivió generando confusión y sosiego.


Está en construcción, necesitaría más datos del mundo para saber a que linaje importante pueden pertenecer y esas cosas. Aún falta mucho, esto es un comienzo. :D

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15/01/2016, 12:54
Nyssaë

Hale, ya me lo lei...

Pensé que podríamos ser herederas de un trono o un legado de poder pero que ni lo sabemos, tenemos por un lado a nuestro padre que sin saberlo es un enemigo y también algo que heredar por parte de nuestro abuelo.

Si te hace ilusion por mi sin problemas, aunque, como dices, si tenemos algo asi, prefiero no saberlo onrol. xD Me gusta mas ir de tirada por la vida xD

- Nacimos en el bosque de la noche eterna, tal vez en invierno? 

Sips, de hecho en mi historia (lo poco que llevo de ella, hago mucha referencia al frio y a la nieve. Te la paso en cuanto tenga algo mas :D)

- Otro dato que pondré es que de niña mi cabello era muy blanco y con el tiempo se fue poniendo de tono rubio, eso sí no sé a quien nos parecemos. Podría ser una al padre y la otra a la madre, compartiendo los mismos ojos y la mirada. 

Lo del pelo me parece genial. Ademas, yo diria que tu tienes mas cara de bruja xDDD Asi que tu a mama y yo a papa :D

 

Por lo demas la historia me gusta, la tomare de base para ir completando lo que estoy poniendo en la mia :D

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15/01/2016, 13:43
Erëssea

Si te hace ilusion por mi sin problemas, aunque, como dices, si tenemos algo asi, prefiero no saberlo onrol. xD Me gusta mas ir de tirada por la vida xD

Es que en la ambientación hacen referencia a ello y no estaría mal que estas dos salvajes sean las herederas legítimas. Desde ya nos enteramos onrol, solo le dejo al máster punta de los ovillos para que pueda agarrarse de ahí y crear. :D Pero sí, iremos de tirada por la vida. 

 Sips, de hecho en mi historia (lo poco que llevo de ella, hago mucha referencia al frio y a la nieve. Te la paso en cuanto tenga algo mas :D)

Es que mola más el invierno. Buenisimo que coincidamos. :) (dale, espero contenta)

 Lo del pelo me parece genial. Ademas, yo diria que tu tienes mas cara de bruja xDDD Asi que tu a mama y yo a papa :D

xDDD Vale, soy la bruja. xDDDDDD Y me parezco a mamá. Espero no terminar igual. 

Por lo demas la historia me gusta, la tomare de base para ir completando lo que estoy poniendo en la mia :D

 Gracias, igual en sí falta mucho. La idea es justamente eso, ir poniendo y que cada una vaya sacando lo que le sirve para agregarlo a su propia historia. Hay que buscarle un nombre a nuestra madre. 

Te dejo un regalo para ti, es un generador de nombres. 

http://fantasynamegenerators.com/

Notas de juego

pd: me gusta la foto de avatar! Esa cara de guerrera! :P

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15/01/2016, 15:04
Director

Muy bien! me guardaré lo de ser o no herederas de algo. Pero la ambientación de Anima no te dice demasiadas familias importantes, salvo algunas para la propia trama del juego (que no las usaré). Así que podeis ser libres de elegir un apellido noble ^^

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15/01/2016, 18:46
Erëssea

Hermanita, esta es la religión que se practica en nuestra zona para tenerlo en cuenta. ;)

Lillium

La descubrí en mis viajes al boscoso y lluvioso país de Alberia. Originario de allí, se centra en un conjunto de mitos y creencias alrededor de la naturaleza, el mundo mágico y el espiritual. Como suele suceder con las religiones bien extendidas, tiene diversas ramificaciones y versiones en otros lugares de Gaia, como Galgados, Kanon o incluso la lejana Pristina.

Los templos de la religión Lillium son montañas, lagos, ríos y sitios sagrados de misma índole. Quienes la practican tienen una concepción animista de la naturaleza y del propio mundo; todo está lleno de dioses y demonios, e incluso los lugares en ocasiones tienen vida propia. Debo puntualizar que los árboles son especialmente importantes. Espíritus consagrados, ligados a la propia esencia de la vida.

Aunque existen infinidad de criaturas divinas, para los Lillium solo hay una diosa verdadera: La Madre. Deidad absoluta que representa la vida y la naturaleza, y de cuyo vientre nacieron todas las cosas. Me sorprendió cuando me explicaron que no pide adoración ni es requerida, tampoco reglas ni exige tributos. Los hay quienes equiparan a La Madre con Gaia, asegurando que es su verdadero nombre.

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15/01/2016, 20:31
Nyssaë

Hacía frío. Aquel año, el invierno había llegado prematuramente y más crudo que nunca a aquellas tierras y la nieve lo cubría todo con su blanco manto, mostrando su pureza al mundo que la rodeaba…

Así es como recuerdo que madre comenzaba siempre su relato, aquel relato que escuchamos durante años, una vez tras otra, sin que jamás nos cansáramos de él. Después de todo, era lo único que teníamos, nuestro único retazo de historia. Una historia de la que, en cualquier punto anterior a nuestro nacimiento, madre no nos habló jamás.

Disculpadme, creo que me he desviado del tema. Estábamos hablando de la historia, de nuestra historia, de la razón por la que hemos llegado hasta aquí, hasta este lugar en el que ahora reposamos, junto al fuego.

Espera… Dame un momento. Enseguida estoy contigo. Creo que Erëssea se ha quedado dormida y no me gustaría que cogiera frío. Tiene una salud muy delicada.

Ya está. Supongo que esa manta será suficiente. La verdad es que es agradable poder conversar  junto a la chimenea en una noche como esta. En una noche tan, tan parecida a aquella, en la que nuestra madre nos dio a luz.

Volvamos allí, a ese punto de la historia. Es necesario que entiendas el principio si quieres entender también el resto. Como te iba diciendo, era invierno y nevaba, como ahora. El invierno más crudo que se recordaba en años. Hacía tiempo que madre se había instalado en el bosque, lejos de todas las miradas. En concreto, desde hacía casi nueve meses, cuando todos en la aldea pudieron ver como padre echaba a madre de casa, entre golpes y maldiciones, acusándola de cosas horribles: decía que era una bruja,  capaz de perpetrar los más terribles crímenes, que ya no quedaba en ella nada de la mujer a la que había amado.

Se habían conocido cuando apenas eran dos críos, en los campos de amapolas que había a las afueras de la aldea en la que ambos vivían, durante la primavera. Lo suyo había sido amor a primera vista, o eso era al menos lo que madre siempre nos contaba, cuando nos hablaba de las interminables tardes que ambos habían pasado compartiendo juegos y confidencias hasta que, finalmente, acabaron por compartir algo más.

Así había sido durante años. Años en los que fueron creciendo uno junto al otro, ajenos a una verdad, una única verdad que los separaría para siempre. Una verdad que marcaría sus vidas, y sus destinos, y el nuestro propio. Una verdad tan horrible como absurda, tan terrible que lo cambiaría todo: que sus orígenes, sus naturalezas, eran completamente opuestas. Que ella era todo lo que el más odiaba y perseguía, y él era lo que ella más temía, aquello de lo que llevaba huyendo toda su vida. Una bruja y un cazador. El amor imposible en su máximo exponente.

Y así fue como el amor se convirtió en odio, el deseo en repulsión, la comprensión en intolerancia. Y madre se vio obligada a huir, casi a punto de dar a luz, en un intento a la desesperada de protegernos, antes de que volvieran a por ella, antes de que se diera la voz de alarma. Antes de que el mismo hombre que nos había dado la vida, nos la arrebatara.

Y eso nos lleva hasta aquel claro del bosque, el mismo en el que empecé esta historia. El mismo en el que Erëssea y yo vimos el mundo por primera vez, como madre como único testigo de nuestro nacimiento. Dos almas que lo compartían todo, menos su apariencia: una con los cabellos blancos, como la nieve. Otra totalmente morena. Una de aspecto frágil. Otra tan fuerte que no dudó en proteger a su igual desde el mismo momento de su nacimiento. Y es que madre nos contó que, nada más nacer, me volví hacia Erëssea, como intentando que aquel amoratado cuerpecillo mío sirviera para proteger el suyo, mucho más débil ya entonces, en medio de la nieve. Una imagen que resumiría a la perfección lo que sería nuestra posterior vida: las tres solas, en medio de la nada, sin nadie que nos ayudara y nos asistiese. Madre, dándolo todo por nosotras sin rechistar. Y yo como guardiana y protectora de mi hermana, la viva imagen de la fragilidad y la belleza. Una hermana por la que daría la vida sin dudarlo. Y a nuestro alrededor, la crudeza, la crueldad y la belleza del mundo que nos rodeaba.

Sí, como puedes suponer, la vida no nos ha tratado demasiado bien… Supongo que hay quien nace con estrella y quien nace estrellado, como suele decir el dicho. Sea como fuere, el caso es que, desde aquel momento, las tres nos dedicamos a hacer lo que mejor se nos ha dado sin duda en la vida: sobrevivir.

Aquella misma noche, madre buscó cobijo en una cueva de lobos, el único lugar que encontró en aquella noche oscura. Ni siquiera pensó en el riesgo que corría, ni en qué sucedería si los lobos nos encontraban allí, en sus dominios. Y es que madre era especial. Madre no temía a las bestias. Madre les hablaba, les escuchaba, las respetaba. Quizás por eso, en lugar de despedazarnos, aquella loba nos hizo un hueco aquella noche a mi hermana y a mi entre su camada. Quizás por eso no dudó en pasar la noche acurrucada junto a Erëssea, protegiéndola y dándole su calor, dejando que mi madre se repusiera después de aquel parto, y del esfuerzo que había hecho.

Y, tras aquella noche, a la que las tres sobrevivimos contra todo pronóstico, vinieron muchas más, hasta que, finalmente, mi madre terminó de levantar aquella pequeña casita en medio del bosque que construyó con sus propias manos, mientras nos dejaba a mi hermana y a mí al cuidado de la manada.  

¿Qué cómo es eso de crecer rodeada de lobos? Bueno, está claro que no es algo muy común, aunque debo decir que, sin duda, esos lobos demostraron ser más leales, más benévolos y más humanos que la mayoría de las personas con las que he topado a lo largo de mi vida.

En cualquier caso, la cuestión es que así fue como crecimos, en aquella pequeña cabaña rodeada de verde. No volvimos a ver a aquellos lobos, aunque, por alguna razón, de vez en cuando a Eressëa le parecía ver a alguno de ellos en la distancia, como si nos estuvieran vigilando. Como si quisieran asegurarse de que todo iba bien.

Y así pasaron los años, y tanto Eressëa como yo comenzamos a desarrollar habilidades que, sin duda, no eran las de dos niñas normales y corrientes. Sin embargo, puedo decir con total seguridad que, en aquella ocasión, la peor parte se la llevo mi hermana. A decir verdad, no recuerdo cuando comenzaron las pesadillas. Sólo sé que siempre estuvieron ahí, atormentándola noche tras noche, haciendo que se levantara empapada en sudor y con el alma en vilo. Y aquellas visiones extrañas que, sin duda, una niña de su edad no comprendía. Creeme, no fue fácil. Ni tampoco lo sigue siendo ahora. El caso es que fueron años muy duros, en los que tanto madre como yo nos volcamos por completo en Eressëa por quien, a pesar de mi corta edad, había desarrollado un enorme instinto protector. Demasiado protector quizás. Y es que precisamente ese afán mío por mantenerla al margen del peligro a toda costa provocó alguna que otra pelea en más de una ocasión, peleas que normalmente no solían quedar en nada, más que en un cruce de palabras más propio de la edad que de otra cosa.

Sin embargo, con el paso del tiempo, Eressëa se hizo mayor, y quiso llegar más y más lejos. Y aquello que madre y yo hacíamos para protegerla se convirtió para ella en los barrotes de una imaginaria celda en la que madre y yo la manteníamos presa, en nuestro afán por protegerla.

Notas de juego

Edit: Y un trocito mas... xD

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16/01/2016, 16:34
Erëssea

Erëssea nació en el primer día de invierno junto a su melliza Nyssaë, no era la mejor época para comenzar una vida, los fuertes vientos y la soledad del bosque ensombrecían cualquier momento de felicidad y pese a que un nacimiento si lo era, este caso no fue la excepción.

El mero hecho de abrir los ojos por primera vez con otra persona que compartió desde el minuto uno de la creación todo contigo, fue algo maravilloso, una bendición como decía su madre a las niñas cuando estas discutían por nimiedades.

La verdad es que estas mellizas, muy diferentes una de la otra, no solo en personalidad sino también en apariencia física, llevaban consigo en sus espaldas una infinidad de secretos que nunca han sido revelados para ellas. Cruel y fatídico fue el destino, uniendo a dos personas bajo el influjo del amor y descubrir a través del tiempo que eran eternos enemigos.

El amor compartido de sus padres fue muy especial mientras duró, a simple vista eran dos almas gemelas que luego de un letargo de desencuentros el destino los unió en un campo de amapolas, forjando así una relación muy especial y profunda. Sólo que el destino tenía otros planes completamente diferente para estos jóvenes enamorados.

Desde el momento en que su esposo descubrió los poderes de Eleonora (nombre de madre, si no gusta cambio), una ira en su interior se desató, transformando ese puro amor en repulsión, las caricias en golpes o arrebatos y las palabras dulces en ofensas muy dolorosas ya que pesaba más el orgullo de mantener sus ideales tan ortodoxos de cazador, al no comprender que no sólo estaba delante de una bruja, sino que era la mujer que más pudo amar en toda su vida.

Y como única alternativa ante esta precipitada separación, juntó todas sus pertenencias y algo de oro para internarse en los bosques, lugar que siempre amó por su silencio ya que la conectaba con ese lado mágico que jamás abandonaría ni siquiera por amor.

Ella portaba ese dote de bruja que la hacía especial en estas tierras pero ante el horror de las circunstancias y sin poder revertir las acciones de la persona que amó, opta por desaparecer de su vida antes que morir bajo el yugo de su desdicha. No soportaría aquello, no de aquel hombre a quien le dio en verdad todo.

Y gracias a los primeros copos de nieve, el llanto de dos hermosas niñas decoraron el silencioso bosque de la noche eterna. Finalmente el milagro antecedió a los hechos dando a luz a Erëssea y Nyssaë (una niña de cabello blanco como la nieve y la otra morena como la noche) en la oscuridad de una cueva donde una manada de lobos vivían, permitiendo que esa humilde y destrozada mujer compartiera el calor de un animal que supo entenderla más que los humanos.

Finalmente las semanas pasaron y Eleonora con todo su esfuerzo luego de la recuperación del parto, construyó una modesta cabaña mientras la manada de lobos cuidaba de las niñas. Era digno de admirar la conexión que tenía con aquellos animales, única en esencia y lo mejor de todo no quedó allí porque el vínculo con ellos continuaría en un futuro muy cercano.

Los días pasaron de forma tranquila, Erëssea fue creciendo en un mágico mundo espiritual adorando a su diosa La Madre (Religión Lillium), respetando el código sagrado de hermandad con los bosques, lagos y montañas como templos de conexión íntima con aquel lado de bruja que crecía con el paso del tiempo.

Desarrollando una afinidad notable con los animales en su mayoría mágicos (de ahí nació su relación con Arion, un lobo blanco que la espiaba de niña), compartiendo sus silencios, invocando alguna criatura o dejando aflorar el impulso vital de la creación.

Todo en una secuencia perfecta de crecimiento, estudio, perfección y doctrina, basados en las rigurosas enseñanzas de su madre, quien no tuvo problema, en un principio, de controlar a la pequeña bruja en sus arrebatos de ira o frustración por las recurrentes pesadillas, algunos sueños confusos y una extraña sensación de ser otra persona por momentos, forjando así, un mundo muy especial dentro de ella aunque muy diferente para Nyssäe y Eleonora.

Muchos inviernos decorados por la intensa nieve fueron una fuente de inspiración para aquella osada bruja, que sin dudarlo se colocaba su capa de seda verde con intenciones de probarse así misma en un ir y venir de identificación personal, entre lo que por dentro se gestaba y lo que en verdad anhelaba ser. Probándose así misma, utilizando la magia y exponiéndose a los mayores peligros.

Compartiendo aventuras junto a Nyssaë, quien jamás de lado la dejó siendo su fiel protectora, desarrollando así un sentimiento de sobreprotección que en un futuro afectaría a Erëssea convirtiendo ese apego natural en una cárcel invisible, difícil de sobrellevar pero no imposible de remediar.

Al margen de todo y pese a las discusiones típicas de niñas en pleno crecimiento o el excesivo cuidado de su hermana, el amor que sentía la una por la otra pudo más que el orgullo porque al fin de cuentas, estaban solas con su madre.

Y así, durante 10 años de vivir bajo el influjo de la magia, Erëssea despertó su interés por la invocación, al desarrollar su tercer ojo siendo capaz de ver otros planos con total claridad. Todo lo que veía era atractivo para ella al punto de absorberla por completo, dejando su vida de niña al perderse en aquellos mundos, buscando la forma de conectarse más a ellos.

Esto generó por momentos situaciones límites en estas tres mujeres, por un lado Erëssea se aferraba a su ambición de conocimiento dejando todo de lado. En cambio Nyssäe, que jamás permitió aquello, la siguió noche y día en cada rincón del bosque, soportando la crueldad del frío y en cierta forma intentando comprender a su hermana, algunas veces en la distancia, otras desde la cercanía a través del diálogo. 

Incluso, muchas veces preocupada, observó como Erëssea invocaba criaturas oscuras, manteniendo conversaciones en un lenguaje desconocido. En definitiva cada día se la veía más alejada del mundo real y más metida en aquello que le consumía el alma, aunque jamás cortó el lazo con Nyssäe ya que siempre fue su conexión con la realidad desde que nacieron.

Hasta que un día harta de su desvarío, decide terminar con aquello buscando la forma de recuperar a su hermana ya que su madre temía por la estabilidad mental de Erëssea si continuaba en ese camino, entregando su alma a un completa oscuridad de la cual no estaba siquiera preparada a sobrellevar. 

Entonces Nyssäe, juntando todo el coraje que siempre estuvo en su interior intercede en una invocación, literalmente desafiando a Erëssea para que ésta reaccionara. Y eso en verdad sucedió, ya que la niña de tan solo 10 años, perdida en la oscuridad de su ambición invoca desesperadamente una criatura para atacar a su hermana sin piedad.

Eleonora al ver la furia de su hija y en la desesperación de salvar a las dos, intercede recibiendo el ataque protegiendo a Nyssäe, lamentablemente su magia no sirvió para detener al demonio invocado por la pequeña, llevándose consigo la vida de aquella bruja que sacrificó su vida por la de sus hijas. Era un alto precio que pagar y su madre lo sabía...

Finalmente todo se oscureció para las mellizas, borrando por completo el registro de aquella noche, tan sólo un vestigio a modo de flashes las conduce a un pasado que no logran recordar del todo y el triste presente de que su madre jamás estará con ellas, marcando en su memoria una ausencia inevitable.

La culpa lo inundó todo aunque la ignorancia en estos casos puede ser un bien preciado mientras la verdad no se revele. 

Luego de aquel fatídico incidente, los habitantes de la zona se preguntaban por la ausencia de aquella mujer que vivía con sus dos hijas, como siempre las noticias sea en el lugar que fuera, se esparcen, llegando hasta oídos de la inquisición. Quien no tardó en investigar sobre el asunto de estas mujeres, sospechando de sus habilidades mágicas y la presunta muerte o desaparición de la madre, dejando a sus hijas huérfanas por una causa misteriosa. 

En ese momento tanto Nyssäe como Erëssea, con pleno conocimiento de causa, deciden internarse en las profundidades de los bosques para huir de su peor enemigo, la inquisición, pero es importante recordar que tan sólo tenían 10 años de edad y pese a su basto conocimiento de escondites o senderos que podían desorientar a cualquier intruso en esas tierras, les dieron caza rápidamente. 

Y en ese lugar plagado de fanáticos religiosos, los horrores surgieron fácilmente. Fueron días de hambre, torturas para obtener información, golpes e insultos, hasta que uno de los cazadores tentado por la belleza de Erëssea, decide no sólo marcarla con el símbolo de las brujas para toda la vida, sino también violarla, perdido en ese impulso carnal que algunos ocultaban debajo de la palabra de Dios. 

Nyssäe cegada por la ira al ver a su hermana expuesta en la peor de las humillaciones y en su afán de protegerla como siempre, agarra con fuerza el hierro de la marca, rojo ante el calor, para apoyarlo en el pecho del sujeto en cuestión. Un alarido de dolor acompañado de la desesperación del cazador, permitió que Erëssea pueda liberarse de sus planes maléficos y perturbados mientras que en medio de aquella escena, un lobo blanco emerge con intenciones de salvar a las niñas atacando a los que allí se encontraban. 

Es inexplicable todo lo que sucedió en aquel lugar, aunque si hubiera que definirlo en dos palabras sería: una Masacre. 

Notas de juego

Avancé otro poquito más, por la noche sigo. :)

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23/01/2016, 22:16
Nyssaë

Uh! Por fin tuve un huequecito para terminar de leer lo que habias añadido :D

Me gusta como ha quedado!!! Ahora encajare lo que añadiste nuevo en mi historia y listo :D:D

Entre hoy y mañana espero dejarmelo todo listo, que la ficha ya la tengo practicamente terminada creo :D:D

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23/01/2016, 22:25
Erëssea

Me alegro! :D

Intentaré hoy por la noche o mañana terminarla. Ahora estoy un poco out, reunión familiar, paseo y esas cosas. 

 

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24/01/2016, 18:50
Nyssaë

Una pregunta... ¿Hay algun tipo de marca o simbolo que se relacione con brujas y/o hechiceros en Anima?

Es que estoy con la historia, y como pusimos que nos marcaron, estoy buscando un simbolo que pueda venir bien. La verdad es que de momento no tengo muy claro que simbolo escoger (aunque llevo toda la tarde aprendiendo un monton sobre escarificaciones y esas cosas xDD) asi que se aceptan sugerencias :D

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24/01/2016, 21:25
Nyssaë

Hacía frío. Aquel año, el invierno había llegado prematuramente y más crudo que nunca a aquellas tierras y la nieve lo cubría todo con su blanco manto, mostrando su pureza al mundo que la rodeaba…

Así es como recuerdo que madre comenzaba siempre su relato, aquel relato que escuchamos durante años, una vez tras otra, sin que jamás nos cansáramos de él. Después de todo, era lo único que teníamos, nuestro único retazo de historia. Una historia de la que, en cualquier punto anterior a nuestro nacimiento, madre no nos habló jamás.

Disculpadme, creo que me he desviado del tema. Estábamos hablando de la historia, de nuestra historia, de la razón por la que hemos llegado hasta aquí, hasta este lugar en el que ahora reposamos, junto al fuego.

Espera… Dame un momento. Enseguida estoy contigo. Creo que Erëssea se ha quedado dormida y no me gustaría que cogiera frío. Tiene una salud muy delicada.

Ya está. Supongo que esa manta será suficiente. La verdad es que es agradable poder conversar  junto a la chimenea en una noche como esta. En una noche tan, tan parecida a aquella, en la que nuestra madre nos dio a luz.

Volvamos allí, a ese punto de la historia. Es necesario que entiendas el principio si quieres entender también el resto. Como te iba diciendo, era invierno y nevaba, como ahora. El invierno más crudo que se recordaba en años. Hacía tiempo que madre se había instalado en el bosque, lejos de todas las miradas. En concreto, desde hacía casi nueve meses, cuando todos en la aldea pudieron ver como padre echaba a madre de casa, entre golpes y maldiciones, acusándola de cosas horribles: decía que era una bruja,  capaz de perpetrar los más terribles crímenes, que ya no quedaba en ella nada de la mujer a la que había amado.

Se habían conocido cuando apenas eran dos críos, en los campos de amapolas que había a las afueras de la aldea en la que ambos vivían, durante la primavera. Lo suyo había sido amor a primera vista, o eso era al menos lo que madre siempre nos contaba, cuando nos hablaba de las interminables tardes que ambos habían pasado compartiendo juegos y confidencias hasta que, finalmente, acabaron por compartir algo más.

Así había sido durante años. Años en los que fueron creciendo uno junto al otro, ajenos a una verdad, una única verdad que los separaría para siempre. Una verdad que marcaría sus vidas, y sus destinos, y el nuestro propio. Una verdad tan horrible como absurda, tan terrible que lo cambiaría todo: que sus orígenes, sus naturalezas, eran completamente opuestas. Que ella era todo lo que el más odiaba y perseguía, y él era lo que ella más temía, aquello de lo que llevaba huyendo toda su vida. Una bruja y un cazador. El amor imposible en su máximo exponente.

Y así fue como el amor se convirtió en odio, el deseo en repulsión, la comprensión en intolerancia. Y madre se vio obligada a huir, casi a punto de dar a luz, en un intento a la desesperada de protegernos, antes de que volvieran a por ella, antes de que se diera la voz de alarma. Antes de que el mismo hombre que nos había dado la vida, nos la arrebatara.

Y eso nos lleva hasta aquel claro del bosque, el mismo en el que empecé esta historia. El mismo en el que Erëssea y yo vimos el mundo por primera vez, como madre como único testigo de nuestro nacimiento. Dos almas que lo compartían todo, menos su apariencia: una con los cabellos blancos, como la nieve. Otra totalmente morena. Una de aspecto frágil. Otra tan fuerte que no dudó en proteger a su igual desde el mismo momento de su nacimiento. Y es que madre nos contó que, nada más nacer, me volví hacia Erëssea, como intentando que aquel amoratado cuerpecillo mío sirviera para proteger el suyo, mucho más débil ya entonces, en medio de la nieve. Una imagen que resumiría a la perfección lo que sería nuestra posterior vida: las tres solas, en medio de la nada, sin nadie que nos ayudara y nos asistiese. Madre, dándolo todo por nosotras sin rechistar. Y yo como guardiana y protectora de mi hermana, la viva imagen de la fragilidad y la belleza. Una hermana por la que daría la vida sin dudarlo. Y a nuestro alrededor, la crudeza, la crueldad y la belleza del mundo que nos rodeaba.

Sí, como puedes suponer, la vida no nos ha tratado demasiado bien… Supongo que hay quien nace con estrella y quien nace estrellado, como suele decir el dicho. Sea como fuere, el caso es que, desde aquel momento, las tres nos dedicamos a hacer lo que mejor se nos ha dado sin duda en la vida: sobrevivir.

Aquella misma noche, madre buscó cobijo en una cueva de lobos, el único lugar que encontró en aquella noche oscura. Ni siquiera pensó en el riesgo que corría, ni en qué sucedería si los lobos nos encontraban allí, en sus dominios. Y es que madre era especial. Madre no temía a las bestias. Madre les hablaba, les escuchaba, las respetaba. Quizás por eso, en lugar de despedazarnos, aquella loba nos hizo un hueco aquella noche a mi hermana y a mi entre su camada. Quizás por eso no dudó en pasar la noche acurrucada junto a Erëssea, protegiéndola y dándole su calor, dejando que mi madre se repusiera después de aquel parto, y del esfuerzo que había hecho.

Y, tras aquella noche, a la que las tres sobrevivimos contra todo pronóstico, vinieron muchas más, hasta que, finalmente, mi madre terminó de levantar aquella pequeña casita en medio del bosque que construyó con sus propias manos, mientras nos dejaba a mi hermana y a mí al cuidado de la manada.  

¿Qué cómo es eso de crecer rodeada de lobos? Bueno, está claro que no es algo muy común, aunque debo decir que, sin duda, esos lobos demostraron ser más leales, más benévolos y más humanos que la mayoría de las personas con las que he topado a lo largo de mi vida.

En cualquier caso, la cuestión es que así fue como crecimos, en aquella pequeña cabaña rodeada de verde. No volvimos a ver a aquellos lobos, aunque, por alguna razón, de vez en cuando a Eressëa le parecía ver a alguno de ellos en la distancia, como si nos estuvieran vigilando. Como si quisieran asegurarse de que todo iba bien.

Y así pasaron los años, y tanto Eressëa como yo comenzamos a desarrollar habilidades que, sin duda, no eran las de dos niñas normales y corrientes. Sin embargo, puedo decir con total seguridad que, en aquella ocasión, la peor parte se la llevo mi hermana. A decir verdad, no recuerdo cuando comenzaron las pesadillas. Sólo sé que siempre estuvieron ahí, atormentándola noche tras noche, haciendo que se levantara empapada en sudor y con el alma en vilo. Y aquellas visiones extrañas que, sin duda, una niña de su edad no comprendía. Créeme, no fue fácil. Ni tampoco lo sigue siendo ahora. El caso es que fueron años muy duros, en los que tanto madre como yo nos volcamos por completo en Eressëa por quien, a pesar de mi corta edad, había desarrollado un enorme instinto protector. Demasiado protector quizás. Y es que precisamente ese afán mío por mantenerla al margen del peligro a toda costa provocó alguna que otra pelea en más de una ocasión, peleas que normalmente no solían quedar en nada, más que en un cruce de palabras más propio de la edad que de otra cosa.

Sin embargo, con el paso del tiempo, Eressëa se hizo mayor, y quiso llegar más y más lejos. Y aquello que madre y yo hacíamos para protegerla se convirtió para ella en los barrotes de una imaginaria celda en la que madre y yo la manteníamos presa, en nuestro afán por protegerla.

No me malinterpretes, no es que fuera una hermana obsesiva ni nada de eso. El problema fue su don. Ese don con el que nació, y que tan similar era al de madre. A veces la encontraba hablando sola, o peor aún, frente a horribles y monstruosas criaturas a las que ella trataba como si no fueran más que un dulce cachorrillo sin hogar. Conversaba con ellas en lenguas extrañas, y se encerraba en aquel mundo, en aquella burbuja que ella misma había creado, persiguiendo el poder, el conocimiento, el control de aquel mundo que ahora se había abierto ante ella.

No me gustaba. Desde luego que no me gustaba. Poco a poco, aquel mundo oscuro, siniestro, la estaba consumiendo. Estaba apoderándose de mi hermana, de su dulzura, de su alma. La estaba volviendo siniestra y oscura, como él.

Pero entonces, todo cambió*. A decir verdad, mis recuerdos de aquella época son confusos y difusos, como mis emociones. Recuerdo que fue poco después de que madre muriera. O quizás a partir de ese preciso instante.

Recuerdo que, una vez más, era invierno, y que la nieve volvía a cubrirlo todo. Y allí estaba madre, tendida en el suelo, con su sangre tiñendo la nieve de rojo, y una turba enfurecida cerca de ella. No recuerdo muy bien qué pasó: tan solo recuerdo la angustia, esa enorme angustia que hacía que me costara respirar, que me encogía el estómago, que hacia que las lágrimas se agolparan en mi garganta, entremezclándose con aquel desagradable sabor metálico que tenía en la boca.

Recuerdo la carrera por el bosque, de la mano de Eressëa, y cómo tuvimos que dejar a madre atrás, huyendo de los ciudadanos, que nos acusaban de brujería y otras cosas horribles. Hacía frío, y se levanto una enorme ventisca, que hacía que casi no pudieramos saber bien por donde ibamos. Y creo que, precisamente, eso fue lo que nos salvo de ser atrapadas.

Aquella noche volvimos a la cueva que nos vio nacer, la misma en la que aquellos lobos nos recibieron, como hicieran antaño, protegiéndonos del frio invernal, y de la crueldad del mundo exterior. Y todo habria ido bien, de no ser porque habíamos dejado a madre atrás, allí, como una muñeca de trapo, tirada en el suelo, abandonada a su suerte. No, no podíamos consentirlo. Eso si que no nos lo habriamos perdonado jamás. Y así, cometimos la mayor estupidez que podríamos haber hecho: volvimos a por el cadáver de nuestra madre, dispuestas a llorarlo y a darle debida sepultura.

Como era de esperar, nos estaban esperando. Y dos niñas de diez años nada tuvieron que hacer contra la poderosa Inquisición, quien, desde luego, no mostró clemencia alguna con nosotras.

A decir verdad, no recuerdo cuanto tiempo pasamos alli, entre aquellos frios muros en los que la humedad, el frio y las ratas, eran el peor de nuestros males. Solo se que, durante aquel tiempo, fuimos expuestas a las más crueles y dolorosas torturas, que acabaron marcando nuestro piel, haciéndose presentes no sólo en nuestra mente, sino también en nuestro cuerpo, de por vida.

Una confesión. Eso era todo lo que necesitaban de nosotras para darnos la muerte que tanto ansiaban, para hacernos arder, y que sirvieramos de ejemplo para el resto de almas descarriadas. Pero no les dimos ese gusto, claro que no. Y eso sólo los enfureció más. Nos golpearon, nos azotaron, nos quemaron, y nos marcaron, como las brujas que clamaban que éramos. Jamás olvidaré aquella sensación del hierro al rojo vivo sobre mi piel, aquella quemazón, aquel intenso pinchazo de puro dolor y aquellos calambres insoportables que sucedieron a la quemadura. ¿Que no te lo crees? Observa. Ahi esta, para siempre, en nuestro hombro, acompañando al resto de marcas y cicatrices que seguiran con nosotras por el resto de nuestras vidas.

Sin embargo, lo peor no fue el hambre, ni el frio, ni el dolor, por muy insoportable que fuera, ni las interminables horas en las que nos interrogaron, sin piedad y sin descanso, en busca de aquella confesion que jamás llego. Lo peor fue aquel día. El día en que por fin conseguimos la libertad.

No, no me he equivocado. Aquel dia, el mismo dia en que volvimos a ser libres, fue el peor de nuestras vidas. Recuerdo que nos levantaron temprano, mas temprano que ningun dia, cuando aun el sol no habia salido en el cielo, y el gallo seguia durmiendo. Al parecer, uno de esos mandamás de la Inquisición habia llegado a la aldea, en una de sus paradas hacia un sitio más importante que aquel pueblucho de mala muerte. Y, al parecer, alguien le habia hablado de aquellas crias que habian sido apresadas, de aquellas dos pequeñas brujas.

Recuerdo que aquel fue el dia en que nos marcaron. La primera la fue Eressëa. Aún puedo escuchar sus gritos, resonando aquí en mi cabeza, con más fuerza que los mios propios. La habían dejado desnuda de cintura para arriba para poder marcarla bien y, cuando acabaron la dejaron alli, tirada en el suelo, a algunos metros de mi, llorando y lamentandose, buscando refugio en si misma, mientras aquellos bastardos centraban sus esfuerzos en mi.

Pero entonces algo sucedio: en aquel momento, aquel bastardo meapilas entró en la habitación, y puso sus ojos directamente en mi hermana. Aún recuerdo esa expresión suya, aquel deseo y aquella lujuria en su mirada al contemplar la desnudez de una cría de 10 años que ni siquiera tenia aún formas de mujer. Jamás he sentido una repulsión como la que sentí aquel día. Ni una ira como aquella cuando vi como se iba directo hacia ella, tirando de ella solo para empotrarla contra uno de aquellos potros de tortura, mientras se bajaba los pantalones sin contemplacion alguna.

En aquel momento, fue como si se detuviera el tiempo. Ni siquiera aquel dolor que acababa de sentir despues de que me marcaran a fuego fue suficiente para detenerme. No, no podia consentir aquello. No podia dejar que aquel cerdo se aprovechara asi de mi hermana. No, mientras yo siguiera con vida.

A decir verdad, a dia de hoy no recuerdo cómo pude hacer todo aquello, pero el caso es que nada mas ver aquel episodio, agarre la muñeca del tipo que acababa de marcarme y, con una fuerza que jamás habia descubierto hasta aquel momento, hice que aquel hierro al rojo vivo se volviera hacia el, hundiendoselo directamente en la cara, a la altura del ojo izquierdo. Y aquello solo fue el principio.

Lo siguiente que hice fue liberarme de aquellas cadenas que me mantenian anclada al suelo, sacando fuerzas de donde jamás las habia tenido. Y, con esas mismas cadenas, estrangule al tipo que estaba ayudando a aquel cabron a sujetarme.

Y asi, semidesnuda, herida, y cegada por la ira, me fui directa a por aquel desgraciado que, a aquellas alturas, ya habia conseguido despojar a mi hermana de su inocencia de una forma tan cruel. Y, sin mediar palabra, me lance a por el, derribandolo en el suelo, para acabar encima de el.

No necesite armas: mis dos dedos fue lo unico que necesite para hundir sus dos ojos en su craneo. Y mi ira, lo unico que me hizo falta para acabar por estrangularlo, en medio de aquellos alaridos suyos de dolor por lo que acababa de hacerle. A decir verdad, tarde unos segundos en darme cuenta de que ya estaba muerto, ofuscada como estaba en mi ira, en mi rabia, en mi sed de venganza. Y fue solo la consciencia de que no estabamos solas alli, de que aquellos peleles que seguian las ordenes de esos malditos inquisidores estaban por todo el edificio, lo que me hizo reaccionar.

Acabe por ponerme en pie, con las manos y el torso manchados de sangre, y me acerque hasta mi hermana, decidida a salir de alli, fuera como fuera, cayera quien cayera. La rodee con uno de mis brazos mientras, en el otro, llevaba aquel hierro con el que nos habian marcado, dispuesta a usarlo a modo de arma, si fuera necesario. Y así, nos fuimos abriendo paso, luchando con uñas y dientes, dispuestas a pagar cualquier precio por conseguir nuestra libertad.

Sin embargo, eran demasiados. Y nosotras tan solo unas crias de diez años. Y, por desgracia, pronto nos vimos superadas en fuerza y en numero. Pero, aun asi, no estaba dispuesta a rendirme. No iba a dar marcha atrás, a ponerle las cosas tan faciles a esos desgraciados. Y asi, con un grito lleno de fiereza y cubriendo a Eressëa con mi propio cuerpo, me lance a por todos ellos, dispuesta a afrontar la muerte como la guerrera que era, y no como una niña cobarde y miedosa.

Pero, una vez más, el destino quiso volver a girar, esta vez a nuestro favor, y en forma de lobo. El mismo lobo que a veces parecia seguir a mi hermana. El mismo que siempre, desde el dia en que nacimos, habia estado, al igual que yo, cuidándola, observándola desde las sombras. Aún a día de hoy me pregunto cómo sabía que estábamos alli, y como se abrio paso hasta aquella sala, en las que ambas luchabamos por nuestra vida, y por nuestra dignidad. Tan solo recuerdo aquellas mandibulas, aquellos musculos tensándose antes de saltar, y el rojo de la sangre de nuestros enemigos cuando aquella criatura hundio sus colmillos en sus musculos, tiñéndolo todo de aquel color carmesí a su paso.

Fue una masacre. Una total y absoluta masacre que será recordada en toda la región por el resto de los tiempos. No sé si fue la furia, aquel sentimiento de venganza, o el miedo, pero el caso es que, para cuando acabamos por salir de aquel edificio, no habia nadie, absolutamente nadie, con vida en el. Aún recuerdo aquel olor a sangre en mi piel y en mis ropas, entremezclandose con el olor a sudor de aquella chaqueta que robe a uno de los cadaveres para cubrir nuestra semi-desnudez.

Aquella fue la ultima vez que estuvimos en la aldea. La ultima noche que dormimos en lo que, hasta entonces, habia sido nuestro hogar. Nadie se atrevio a acercarse a molestarnos, ni a intentar detenernos por lo sucedido. Tenian miedo, demasiado miedo de aquellas dos crias que habian llevado a cabo aquella carniceria.

Desde entonces, hemos vagado de un lugar a otro, siempre solas y siempre juntas, acompañadas por aquel mismo lobo al que debemos la vida y que, desde aquel dia, tambien se convirtio en el guardian de mi hermana.

Si, claro que no ha sido facil. La vida nunca es facil para dos mujeres, mucho menos con esa edad, pero puedo decir orgullosa que, a dia de hoy, siempre hemos logrado seguir adelante, mantenernos a flote y con vida. Siempre hemos sido capaces de sobrevivir.

Y asi hemos seguido, hasta ahora, y seguiremos mientras sigamos respirando. Continuaremos viajando, en busca de nuestro destino, en busca de nuestra verdad, de esos recuerdos perdidos. Continuaremos en nombre de madre y de su recuerdo.

Siempre hacia adelante. Siempre en el camino.

Notas de juego

Bueno, pues se acabo. Retoque algunas cosas en el tema de como nos apresaron y en el tema de la madre, etc, pero vamos, que intente respetar lo que pusiste en tu historia :D

 

Cargando editor
25/01/2016, 00:04
Erëssea

He estado afuera de mi casa con el móvil. Por la noche leeré todo guapa y me pondré a tono. ^^

Notas de juego

Me ha estremecido la historia, en serio, te ha quedado preciosa! Felicitaciones. :D

Cargando editor
25/01/2016, 20:11
Erëssea

Erëssea nació en el primer día de invierno junto a su melliza Nyssaë, no era la mejor época para comenzar una vida, los fuertes vientos y la soledad del bosque ensombrecían cualquier momento de felicidad y pese a que un nacimiento si lo era, este caso no fue la excepción.

El mero hecho de abrir los ojos por primera vez con otra persona que compartió desde el minuto uno de la creación todo contigo, fue algo maravilloso, una bendición como decía su madre a las niñas cuando estas discutían por nimiedades.

La verdad es que estas mellizas, muy diferentes una de la otra, no solo en personalidad sino también en apariencia física, llevaban consigo en sus espaldas una infinidad de secretos que nunca han sido revelados para ellas. Cruel y fatídico fue el destino, uniendo a dos personas bajo el influjo del amor y descubrir a través del tiempo que eran eternos enemigos.

El amor compartido de sus padres fue muy especial mientras duró, a simple vista eran dos almas gemelas que luego de un letargo de desencuentros el destino los unió en un campo de amapolas, forjando así una relación muy especial y profunda. Sólo que el destino tenía otros planes completamente diferente para estos jóvenes enamorados.

Desde el momento en que su esposo descubrió los poderes de Eleonora (nombre de madre, si no gusta cambio), una ira en su interior se desató, transformando ese puro amor en repulsión, las caricias en golpes o arrebatos y las palabras dulces en ofensas muy dolorosas ya que pesaba más el orgullo de mantener sus ideales tan ortodoxos de cazador, al no comprender que no sólo estaba delante de una bruja, sino que era la mujer que más pudo amar en toda su vida.

Y como única alternativa ante esta precipitada separación, juntó todas sus pertenencias y algo de oro para internarse en los bosques, lugar que siempre amó por su silencio ya que la conectaba con ese lado mágico que jamás abandonaría ni siquiera por amor.

Ella portaba ese dote de bruja que la hacía especial en estas tierras pero ante el horror de las circunstancias y sin poder revertir las acciones de la persona que amó, opta por desaparecer de su vida antes que morir bajo el yugo de su desdicha. No soportaría aquello, no de aquel hombre a quien le dio en verdad todo.

Y gracias a los primeros copos de nieve, el llanto de dos hermosas niñas decoraron el silencioso bosque de la noche eterna. Finalmente el milagro antecedió a los hechos dando a luz a Erëssea y Nyssaë (una niña de cabello blanco como la nieve y la otra morena como la noche) en la oscuridad de una cueva donde una manada de lobos vivían, permitiendo que esa humilde y destrozada mujer compartiera el calor de un animal que supo entenderla más que los humanos.

Finalmente las semanas pasaron y Eleonora con todo su esfuerzo luego de la recuperación del parto, construyó una modesta cabaña mientras la manada de lobos cuidaba de las niñas. Era digno de admirar la conexión que tenía con aquellos animales, única en esencia y lo mejor de todo no quedó allí porque el vínculo con ellos continuaría en un futuro muy cercano.

Los días pasaron de forma tranquila, Erëssea fue creciendo en un mágico mundo espiritual adorando a su diosa La Madre (Religión Lillium), respetando el código sagrado de hermandad con los bosques, lagos y montañas como templos de conexión íntima con aquel lado de bruja que crecía con el paso del tiempo.

Desarrollando una afinidad notable con los animales en su mayoría mágicos (de ahí nació su relación con Arion, un lobo blanco que la espiaba de niña), compartiendo sus silencios, invocando alguna criatura o dejando aflorar el impulso vital de la creación.

Todo en una secuencia perfecta de crecimiento, estudio, perfección y doctrina, basados en las rigurosas enseñanzas de su madre, quien no tuvo problema, en un principio, de controlar a la pequeña bruja en sus arrebatos de ira o frustración por las recurrentes pesadillas, algunos sueños confusos y una extraña sensación de ser otra persona por momentos, forjando así, un mundo muy especial dentro de ella aunque muy diferente para Nyssäe y Eleonora.

Muchos inviernos decorados por la intensa nieve fueron una fuente de inspiración para aquella osada bruja, que sin dudarlo se colocaba su capa de seda verde con intenciones de probarse así misma en un ir y venir de identificación personal, entre lo que por dentro se gestaba y lo que en verdad anhelaba ser. Probándose así misma, utilizando la magia y exponiéndose a los mayores peligros.

Compartiendo aventuras junto a Nyssaë, quien jamás de lado la dejó siendo su fiel protectora, desarrollando así un sentimiento de sobreprotección que en un futuro afectaría a Erëssea convirtiendo ese apego natural en una cárcel invisible, difícil de sobrellevar pero no imposible de remediar.

Al margen de todo y pese a las discusiones típicas de niñas en pleno crecimiento o el excesivo cuidado de su hermana, el amor que sentía la una por la otra pudo más que el orgullo porque al fin de cuentas, estaban solas con su madre.

Y así, durante 10 años de vivir bajo el influjo de la magia, Erëssea despertó su interés por la invocación, al desarrollar su tercer ojo siendo capaz de ver otros planos con total claridad. Todo lo que veía era atractivo para ella al punto de absorberla por completo, dejando su vida de niña al perderse en aquellos mundos, buscando la forma de conectarse más a ellos.

Esto generó por momentos situaciones límites en estas tres mujeres, por un lado Erëssea se aferraba a su ambición de conocimiento dejando todo de lado. En cambio Nyssäe, que jamás permitió aquello, la siguió noche y día en cada rincón del bosque, soportando la crueldad del frío y en cierta forma intentando comprender a su hermana, algunas veces en la distancia, otras desde la cercanía a través del diálogo. 

Incluso, muchas veces preocupada, observó como Erëssea invocaba criaturas oscuras, manteniendo conversaciones en un lenguaje desconocido. En definitiva cada día se la veía más alejada del mundo real y más metida en aquello que le consumía el alma, aunque jamás cortó el lazo con Nyssäe ya que siempre fue su conexión con la realidad desde que nacieron.

Hasta que un día harta de su desvarío, decide terminar con aquello buscando la forma de recuperar a su hermana ya que su madre temía por la estabilidad mental de Erëssea si continuaba en ese camino, entregando su alma a un completa oscuridad de la cual no estaba siquiera preparada a sobrellevar. 

Entonces Nyssäe, juntando todo el coraje que siempre estuvo en su interior intercede en una invocación, literalmente desafiando a Erëssea para que ésta reaccionara. Y eso en verdad sucedió, ya que la niña de tan solo 10 años, perdida en la oscuridad de su ambición invoca desesperadamente una criatura para atacar a su hermana sin piedad.

Eleonora al ver la furia de su hija y en la desesperación de salvar a las dos, intercede recibiendo el ataque protegiendo a Nyssäe, lamentablemente su magia no sirvió para detener al demonio invocado por la pequeña, llevándose consigo la vida de aquella bruja que sacrificó su vida por la de sus hijas. Era un alto precio que pagar y su madre lo sabía...

Finalmente todo se oscureció para las mellizas, borrando por completo el registro de aquella noche, tan sólo un vestigio a modo de flashes las conduce a un pasado que no logran recordar del todo y el triste presente de que su madre jamás estará con ellas, marcando en su memoria una ausencia inevitable.

La culpa lo inundó todo aunque la ignorancia en estos casos puede ser un bien preciado mientras la verdad no se revele. 

Luego de aquel fatídico incidente, los habitantes de la zona se preguntaban por la ausencia de aquella mujer que vivía con sus dos hijas, como siempre las noticias sea en el lugar que fuera, se esparcen, llegando hasta oídos de la inquisición. Quien no tardó en investigar sobre el asunto de estas mujeres, sospechando de sus habilidades mágicas y la presunta muerte o desaparición de la madre, dejando a sus hijas huérfanas por una causa misteriosa. 

En ese momento tanto Nyssäe como Erëssea, con pleno conocimiento de causa, deciden internarse en las profundidades de los bosques para huir de su peor enemigo, la inquisición, pero es importante recordar que tan sólo tenían 10 años de edad y pese a su basto conocimiento de escondites o senderos que podían desorientar a cualquier intruso en esas tierras, les dieron caza rápidamente. 

Y en ese lugar plagado de fanáticos religiosos, los horrores surgieron fácilmente. Fueron días de hambre, torturas para obtener información, golpes e insultos, hasta que uno de los cazadores tentado por la belleza de Erëssea, decide no sólo marcarla con el símbolo de las brujas para toda la vida, sino también violarla, perdido en ese impulso carnal que algunos ocultaban debajo de la palabra de Dios. 

Nyssäe cegada por la ira al ver a su hermana expuesta en la peor de las humillaciones y en su afán de protegerla como siempre, agarra con fuerza el hierro de la marca, rojo ante el calor, para apoyarlo en el pecho del sujeto en cuestión. Un alarido de dolor acompañado de la desesperación del cazador, permitió que Erëssea pueda liberarse de sus planes maléficos y perturbados mientras que en medio de aquella escena, un lobo blanco emerge con intenciones de salvar a las niñas atacando a los que allí se encontraban. 

Es inexplicable todo lo que sucedió en aquel lugar, aunque si hubiera que definirlo en dos palabras sería: una Masacre. Su hermana luchando embravecida sacando aquella alma de guerrera a la luz, el lobo blanco enterrando sus dientes en las carnes de aquellos sujetos cegado por el instinto de conservación, las protegía y Erëssea podía sentir en su interior como luchaba con todas sus fuerzas para salvar a las dos niñas de su peor enemigo, la Inquisición.

Desde ese momento, una conexión se despertó entre él y en ella porque el silencio entremezclado con el dulce aroma de la sangre y la situación tortuosa de por si, lograron en un instante mágico, que sus miradas se cruzaran fijando un firmamento de respeto mutuo e incondicionalidad. 

Erëssea sería para él y lobo para ella, unidos en un lazo eterno. Justamente el mismo que tenía con Nyssäe desde que nacieron en aquel día de invierno. Y sin importar cuanto duró todo aquello, un antes y un después se creó en la pequeña bruja porque la libertad de vivir sin el miedo de ser cazadas, fue un alivio para las dos y eso las impulsó como consecuencia a no tener un lugar seguro, sobreviviendo gracias a lo que el bosque ofrecía y perecer juntas todos los infortunios que la vida les brindaba. 

Llevando consigo el triste recuerdo de su madre que hoy por hoy no está, las marcas en su piel y la muestra fidedigna de que son brujas ante la ironía de la Inquisición. Forjando un camino cargado de experiencias y aventuras, siempre juntas viviendo la una para la otra sin importar lo que se avecine, podrán con ello y mucho más. 

FIN DE LA HISTORIA. 

Notas de juego

Pueden tener esta marca que es de la Inquisición en el Dragón Age. :D