Partida Rol por web

El herido el cual se había sentado en la parte trasera de la grupo del caballo de Saron se dio la vuelta para mirar a la recluta, la cual había propuesto alimentarlo. Aunque el joven no parecía recuperado totalmente había puesto una sonrisa a la joven.- No te preocupes, llevaba comida en la bolsa para el viaje. El agua... pensaba rellenar la cantimplora en algún riachuelo del camino...- Era evidente que no pudo hacerlo en las condicione que se encontraba.

El joven parecía en parte contento, posiblemente debido a haber encontrado ayuda para sus vecinos, pero podíais ver como en su rostro al preocupación por ellos aun se mantenía, como si le preocupara lo que hubiera ocurrido en su ausencia.

“Como esperaba, los sintomas y la velocidad de avance no cuadran con ninguna enfermedad natural que se me ocurra”

-A la orden-Cornelia asintió a las ordenes de Damael e inmediatamente se puso a redactar una pequeña nota de solicitud de refuerzos, confirmando en ella la presencia de fuerzas sobrenaturales en forma de una posible enfermedad e informando de los síntomas descritos. Si llegado el momento debía enviarlo con rapidez, era mejor tenerlo preparado con antelación.
Durante el viaje Cornelia lanzaba miradas de preocupación al joven cazador, preocupada tanto por su salud cómo por la de sus compañeros, atenta ante un posible cambio de actitud descrito en los sintomas…

- Deberías tratar de comunicar lo que vas a hacer si tienes que separarte del grupo. Sin comunicación no podemos saber que sucede, y si abandonas al grupo sin avisar te vuelves más vulnerable y nos vuelves más vulnerables - le dije a Bryan.

Me acerqué cuando Cornelia nos lo pidió. Agucé la mirada al saber que el muchacho podía estar infectado con la misma enfermedad que había en su pueblo. Miré entonces mi cantimplora, de la cual había bebido, y me lamenté. Afortunadamente ya había bebido suficiente para los próximos días, así que no me supondría un gran problema, pero no me gustaba haber contaminado el agua. Un foco de infección era peligroso, pero si se trataba de una enfermedad sobrenatural la forma de librarse de ella me era desconocida, así que de momento lo mejor sería mantenerla aislada y lejos del resto de provisiones.

Manteniendolo lejos de la mirada del civil para evitar preocuparle, envolví la cantimplora de agua con mi manta y la guardé en un bolsillo vacío de las alforjas. Lo más probable es que terminara teniendo que quemar todo aquello, pero hasta saber como lidiar con ello, quemarlo de entrada podría provocar que se esparciera por el aire.

A continuación, siguiendo la iniciativa del comandante, monté y apreté el paso. Probablemente para cuando llegaramos ya habrían más infectados.

Con ligero trote continuasteis bajando el camino de la ladera de aquella montaña. Finalmente el camino giro hacia vuestra izquierda volviéndose ligeramente más inclinado y os mostró la imagen del pueblo al que os dirigíais. El sol ya estaba ocultándose entre las montañas, aunque seguramente os quedaría luz para llegar hasta el pueblo, el sol ya no os iluminaria directamente.

Allí. Aquel es el pueblo.- Dijo el herido mientras señalaba el poblado que había en el valle de la montaña. En el lado opuesto al pueblo que os encontrabais había más montaña, pero repleta de árboles. El valle, sin contar las edificaciones contaba con lo que veíais que eran numerosos campos de cosecha y labranza

En cuanto el camino gira, detectais como toda la zona desde el pueblo hasta vosotros esta siendo afectada por algún tipo de efecto sobrenatural. El simple hecho de girar el camino y mirar hacia el horizonte os hace sentir como si el aire fuera mas denso y todo estuviera mas apagado.

Tras girar el recodo, no solo detectas que algo sobrenatural esta afectando esa zona, si no que consigues identificar levemente su naturaleza. Emite una gran cantidad de esencia de fuego, pero entre ella se mezcla la muerte y podredumbre. Por un momento te sientes ciertamente abrumada ante aquella sensación pues es una magia poderosa y abrumadora. Te sorprende identificar mezclada en aquella magia de fuego una escuela que muchos repudian, nigromancia.

No puedes evitar echar un vistazo a tus compañeros. Sea lo que sea lo que haya en aquel pueblo ya se ha extendido hasta el lugar en el que estáis, a aproximadamente dos kilometros. Tus compañeros parecen seguir sin preocupación así que es probable que hayas sido la única en darte cuenta de tal fenómeno.

Nada más girar quedo embobado mirando el horizonte.

Tras unos momentos de duda, entre hablar o callar, espeto: Se...señor. Tras lo cual miro al resto del equipo, por si alguien más está viendo lo que yo y continuo diciendo. El área entera esta... afectada. 

Miro a Michael y a Silveria antes de hacer nada, dado que ambos me habían llamado la atención por mi anterior actuación en solitario, y pregunto volviendo mi cabeza hacia el comandante: ¿Seguimos adelante todos juntos?

Había seguido con la mirada a Michael, curiosa de lo que hacía con la cantimplora. Creo que entiendo el por qué, pero, es necesario?
Luego de retomar la marcha llevo el caballo para ir junto a él y preguntarle —no era mejor pedirle a Cornelia que la...em... que la curara? Se puede purificar cantimploras con magia?

A la pregunta de Bryan no me corresponde a mí responderla, solo miro a Michael y luego al comandante esperando lo que vaya a decir.

-Teóricamente se puede, aunque no es mi campo de especialidad y sé que depende del tipo de enfermedad.-Aquella frase surgió por el camino para acallar la curiosidad de Silveria, si bien era teóricamente posible desinfectar la cantimplora, sin el hechizo adecuado sería imposible, e incluso así se sabía de que algunas infecciones eran resistentes a los hechizos de bajo nivel.

Al avistar el pueblo objetivo, parecía que ella no era la única que lo había notado.

-Bryan está en lo cierto, no sólo es el pueblo, aproximaría dos kilómetros a la redonda… Detecto esencia de fuego pero hay algo más, hay claros rastros de Nigromancia…- La presencia de muerte dio lugar a una idea y no pudo evitar girarse para confirmar su temor con el joven cazador- La gente se desmayaba antes de volverse violentos ¿no? ¿Alguien comprobó su pulso durante o después del desmayo?

Mientras aguardaba la respuesta la golondrina ya había comenzado su descenso hasta el hombro de Cornelia, tras actualizar la solicitud de refuerzos con la nueva información de la magia presente, volaría para entregarla tal cómo se le había ordenado.

El joven asintió ante la primera preguntar de Cornelia levemente pero ante la segunda puso una mueca extraña.- ¿El pulso? No… no lo sé. Supongo que el doctor lo haría. Seguramente la sheriff lo sepa…- Comento el muchacho confundido.

En cuanto termino de hablar fue vuestro comandante el que hablo.- ¿Había algún dotado registrado en el pueblo?.- Pregunto al joven mientras fruncía el ceño mirando hacia el pueblo.

El joven negó con la cabeza y vuestro capitán medito durante un momento.- Todos juntos, si alguno empieza a sentirse mal necesito que avise cuanto antes para que Cornelia pueda echarle un vistazo. Todos en formación de a dos y agudizad vuestros sentidos por lo que pueda ocurrir.- Dijo antes de iniciar la marcha de la comitiva nuevamente.

Así continuasteis por el camino, bajando la ladera de la montaña y acercándoos al pueblo Cuando la pendiente del camino acabo encontrasteis con un puente de unos dos metros y medio de ancho cruzando el rio de la zona. El rio se componía de un único cauce de cuatro metros de ancho y difícilmente pasaría el metro de profundidad en los puntos más hondos.

Cruzasteis el rio sin problema alguno y las primeras casas empezaron a rodearos. Las calles estaban extrañamente vacías. Aquello parecía un pueblo fantasma no escuchabais ni un alma. El único sonido notable fue el de las herraduras de vuestras monturas golpeando la piedra de la plaza de aquel pueblo junto con el continuo chapoteo de la fuente central (ZONA 20)

Aun siendo la hora que era la plaza del pueblo estaba demasiado vacía, no tenía sentido. Los pocos rayos de luz que se filtraban desde el horizonte iban desapareciendo, quedarían escasos minutos para que la noche se cerniera sobre vosotros. Damael os hizo deteneros con una seña mientras miraba a su alrededor. No abrió emitió ninguna palabra, pero su ceño fruncido evidenciaba los pensamientos que recorrían su mente.

Según avanzabais por el camino notabais como el ambiente estaba viciado de aquellas esencias mágicas. Se hacía más y más denso cuanto más os acercabais al pueblo. Era evidente que la razón tenía como centro aquella población.

Cuando os detuvisteis en el centro del pueblo centraste tu atención en el rol que te tocaba como la hechicera del grupo. Tus sentidos estaban ciertamente embotados ante la esencia de aquellos hechizos. Podías apostar a decir que nunca habías detectado hechizos de aquella magnitud y te sentías ciertamente sorprendía de aquellos niveles pero intentaste dejar de sentir esos hechizos para ver si había “algo” mas y… En cuanto lo hiciste confirmaste tus presagios.

Ahora, en el centro del pueblo podías notar seis esencias mágicas notables. Cuatro de ellas eran criaturas poderosas de pura magia. La quinta parecía suministrar poder en todo momento a las cuatro primeras presencias, pudiendo identificarla como un núcleo. La sexta era una presencia mágica muchísimo más leve, como una gota de agua a comparación de las grandes cascadas que representaban las otras.

Podías identificar el lugar de todas presencias excepto la del núcleo, la cual debido a aquellos suministros se hacía muy difícil de detectar.

Presencia A-> ZONA 1

Presencia B-> ZONA 49

Presencia C-> ZONA 55

Presencia D-> ZONA 14

Presencia E-> ZONA ¿?

Presencia F-> ZONA 25

Cuando llegaste a la plaza, miraste los alrededores desiertos igual de alerta que tus compañeros pero hubo algo que llamo tu atención. Una de las casas, la más grande de la zona, parecía tener tablones de madera bloqueando ventanas. (ZONA 25)

Todos pudieron ver cómo Cornelia cerraba los ojos en un intento por agudizar su detección de energías mágicas y los abrió momento más tarde con una preocupación clara marcada en su rostro. Había tantas cosas que decir que casi no sabía por donde empezar, pero el rostro de su capitán casi exigía un reporte de situación inmediato.

-Los hechizos presentes son de alto rango, nada que haya visto nunca, no puedo empezar a imaginar su alcance- Comenzó a explicar con seriedad- Cuatro criaturas de pura mágica detectadas en el circulo exterior del pueblo, incluso con las interferencias puedo decir que son muy poderosas.- Mientras decía estas palabras Cornelia señalaba en distintas direcciones (ZONA 1, 49, 14 y 55)- Todas ellas parecen estar recibiendo poder de una quinta presencia de forma constante, seguramente su lider o su núcleo, pero las interferencias mágicas me impiden detectar su ubicación exacta. Por último- Cornelia se detuvo un instante señalando al edificio a un lado de la plaza(Zona 25)- Hay una presencia más allí, no parece conectada a las demás y su nivel de poder es ínfimo en comparación al resto...

La falta de aldeanos, la presencia de fuerzas nigrománticas y las enormes energías de las criaturas detectadas eran el peor de los augurios para la doctora, quien se mordió el labio intentando soportar el deseo de emprender la búsqueda de supervivientes de inmediato, lo cual para ella sería la prioridad.

-Esperando ordenes, señor…

Las direcciones en las que señala Cornelia parecen rodearnos, lo cual me hace estar alerta. Pero al no escucharse nada no es algo que me preocupe de manera inmediata. Sin embargo la última esta tan próxima y es tan distinta al resto de casas que me hace preocuparme.

¿Un refugiado... quizás? Pregunto a la par que tomo mis hachas y miro al comandante a la espera de ordenes.

"Si las ventanas están tapiadas es posible que la puerta haya sido reforzara. Podría fácilmente abrirla de un empujón pero entonces quien haya dentro podría asustarse y considerarme su enemigo. Claramente si hubiera preparado esto yo colocaría alguna trampa en caso de que entraran por la puerta... Aun que de ser así mejor ser yo quien la pase. ¿Qué decidirá el comandante?" Divaga mi mente mientras esperamos la respuesta de Damael.

—Sí, tal vez sea alguien con miedo de contagiarse. O habrá tapado todo para protegerse de algo?

No quiero pensar en lo que dice Cornelia por ahora, no entiendo mucho y solo consigo marearme. Probablemente se trate de algún hechicero escondido controlando todo, pero mientras no sepamos donde está, lo que podemos ir haciendo es buscar sobrevivientes.
No estoy acostumbrada a tomar la iniciativa, así que espero órdenes y no me aparto mucho del grupo.

Tan pronto como callasteis mirando en dirección a la casa, intentando decidir que hacer mientras mirabais a vuestro capitán, una ráfaga de aire caliente cruzo la plaza de lado a lado. Como si el calor de unas ascuas se hubiera dirigido hacia vosotros el aire paso por vosotros y abandono la plaza por el extremo opuesto. No habia resultado tan ardiente como para ser dañino, pero sabíais que eso no era normal.

Aun sin saber que había sido Damael habló.- Vayamos a la casa, estar aquí sin cobertura alguna no es buena idea. Cornelia, manda a tu mascota, nuestras sospechas se han confirmado.- Justo cuando acababa de decir la frase escuchasteis un relincho de caballo estremecedor. El sonido rompió el silencio que había en el pueblo y como si vuestros sentidos dejaran de estar embotados, poco a poco empezasteis a escuchar un tenue lamento que poco a poco subía de intensidad.

Tal y como ordeno vuestro capitán fuisteis hacia la fachada de la casa mientras aquellos lamentos parecían estar acercándose. Cuando llegasteis a la fachada del edificio, pudisteis ver como la puerta estaba cerrada a cal y canto, pero escuchasteis tenuemente algunas voces y toses en el interior. Allí dentro había gente.- Hay aproximadamente una docena de personas dentro.- Hablo vuestro capitán mientras desmontaba y golpeaba la puerta.- Oficial del ejército Damael Grayland. Abran la puerta.

Pudisteis escuchar que ante esas palabras empezó a haber murmullos en el interior hasta que una voz se escuchó por encima del resto poniendo algo de orden  mientras gritaba.- ¡A la puerta del lateral de la casa! ¡Si llegan esos engendros estaréis perdidos!.- Tan pronto como aquellas palabras terminaron de formularse, se escuchó nuevamente el relincho anterior. Ahora mucho mas cercano.