Partida Rol por web

De las runas raíces empiezan a serpentear formando poco a poco una especie de criatura cuadrúpeda como nunca antes habíais visto... La criatura una vez formada completamente... Empieza a moverse como un depredador alrededor del Minotauro

A Lecabel le tranquilizó un poco ver que no era el único con capacidades especiales, igual no tendría que salir huyendo. Sería mejor rematar a la bestia.

Volvió a atacar con todo. Sus movimientos simiescos lanzaban golpes cargados de energía a puntos concretos.

Rápidamente Lecabel avanza contra el monstruo, en un abrir y cerrar de ojos lanza un golpe hacia la pierna del monstruo, el cual no parece ni siquiera notarlo, el joven humano, rápido como el rayo lanza un certero golpe hacia el desprotegido cuello del minotauro... Segundos después la cabeza del monstruo rueda por el suelo, y el cuerpo se desploma entre estertores, mientras que el cuerpo se desploma en un charco de sangre. Lecabel con el brazo bañado en sangre contempla el cadáver de su victima. Mientras que afuera se siguen escuchando los gritos de una batalla.

rolf se habló a todas la personas presentes
-tenemos que darnos prisa, aquí somos un blanco fácil sera mejor correr con todas nuestras fuerza hasta el bastión, aun parece que el estado de la plaza es caótico y si nos dejamos arrastrar estaremos en problemas.-
"no sabemos aun el total de enemigos y es mejor defenderse en el bastión las puertas y ventanas están reforzadas"
 

Aquello no le agradó, pero desde luego no se podría decir que había sido un asesinato sin más, y desde luego había sido en defensa. Quizás con el tiempo pudiera evitar matar de esa forma. Era el momento de seguir la pista.

-Tiene razón- afirmó simplemente mientras se sacudía la sangre y recordaba la escena y la presencia del resto de los monstruos. Seguramente estarían muertos si se lanzaba frontalmente contra ellos.

Veis como en el exterior empiezan a oírse chillidos agónicos y de dolor de las criaturas, también un fulgor anaranjado empieza a divisarse en las ventanas...

---En serio? ahora a correr? Puuufff... que pereza -digo mientras avanzo hacia la venta para ver que era ese brillo anaranjado

-Aja, chupate esa bestia inmunda!- Proclamo triunfante, haciendo un par de florituras con mi estoque antes de volver a enfundarlo, una sonrisa triunfal en mi cara.- Nadie que se atreva a ponerme un dedo encima sale indemne, mi habilidad con la espada solo es comparable a mi belleza y mi elegancia, jajaja!.- les lanzo una mirada de reojo a los demas y contengo mi risa un poco.- Ustedes tampoco estuvieron mal, aunque me bastaba sola...

Entonces oido los gritos y el brillo que probablemente provendra de algun incendio.- A correr pues. Vite, mes amis! 

Prefirió ignorar los comentarios que iban soltando, parecían una panda de cachorros reclamando atención.
Siguió el ejemplo del último joven en entrar en el combate e intentó ver que era ese brillo.
Prefería fiarse del gigante en el asunto de si era mejor salir corriendo o usar cualquier otra vía oculta, o cualquier cosa, seguro que sabía que hacer, por su parte contaba con medios para defenderse y salir del embrollo si hacía falta.

Cuando os asomais veis como las llamas se extienden por todos lados, pero cuando os fijáis, veis como estas no tocan las casas ni a los aldeanos... Una mujer de cabello pelirrojo con tatuajes rojos como el fuego alza una mano mientras que en la otra porta una espada y del suelo empiezan a surgir llamas que avanzan rápidamente hacia uno de los minotauros...

Estas impactan contra la criatura y acaba envuelta en llamas. Sin perder tiempo la mujer grita a los aldeanos que siguen por la calle que lleven a las mujeres y a los niños al bastión. A lo que la gente hace caso sin dudarlo...

-Wow- susurró. No esperaba ver una demostración pública de semejante poder, desde luego ellos no llamarían la atención en comparación.

-No se quién es pero si quiere que vayamos al bastión está de nuestro lado, sería mejor salir cuanto antes- dijo. Rolf ya había dejado clara su opinión al respecto y tenían que sacar a aquella gente de allí.

El tabernero esperaba detras de los aventureros a que se decidieran a salir o no. -¡¡¡ALAAA!! MOVEIS U QUE? Que voy a morir de viejo como tenga que esperar a que os decidais a salir... Mira a los aldeanos y se gira hacia ellos. -¡Amigos! No os preocupéis, nuestra querida jefa ha salido a protegernos, nuestra señora del fuego nos va a proteger... seguidme os llevare hasta el bastión... allí estaréis a salvo... ¡Nos vamos ya! No hay que perder tiempo... Sin ningun miramiento el nordico cogió su enorme martillo y salio de la taberna hacia el bastión, todos las personas que estaban en la taberna se apresuraron a seguirlo sin perder tiempo.

Rolf avanzo rápidamente hacia el umbral de la puerta y lo traspaso, mientras lanzaba un grito de guerra enarbolando su arma.

-Pero por qué grita- musitó Lecabel mientras salió a paso ligero detrás de él. El plan seguía siendo el mismo, dejar que los locales, como Rolf, los guiaran hasta el bastión.

-Que rudo...- Murmure mientras el tabernero gritaba, aunque siguiendo ejemplo de su sabiduria popular, decidi seguirle a el y a los lugareños al bastion. Habia muchos enemigos, y aunque me sentia tentada de lanzarme a pelear, mi parte mas fria y racional me detuvo convenientemente. Hay que saber elegir cuando pelear.

Trotando junto a los demas, arma en mano lista para defenderme, pregunte.- ¿Soy yo la unica que ve extraño que alguien lanze fuego?.- y es que a pesar de la demostracion de poder sobrenatural, la gente alli ni habia pestañeado. Que gente mas peculiar...