Partida Rol por web

El agua, fría y cristalina, sabía a gloria en su garganta. Parecía potable. Cerrando los ojos, Xerine se tomó la libertad de disfrutar por unos segundos de la sensación, antes de asentir con la cabeza

Es potable, o al menos, lo parece. Refréscate un poco si quieres, pero no bebas mucha. Puedo equivocarme, y si luego resulta no serlo, cuanto menos bebamos mejor. Al menos hasta que nos aseguremos

Se apartó para dejarle espacio, y salió del extraño jardín. Luego, comenzó a andar hacia el ala principal de la catedral, algo más relajada que antes. El perímetro ya estaba asegurado. Ahora tocaba decidir que hacer con su descubrimiento

Aaron asintió sonriendo.

-¡Que bien!-Bebió con avidez aunque no lo suficiente como para hartarse.

Limpiándose la boca con el dorso de la mano se reunió con Xerine y cerró la puerta de entrada de la catedral. Al menos intentaría mantener caliente aquella estancia.

-Umm...Xerine, ¿Tu sabes desollar?-La miró con curiosidad, suponiendo que entendería lo que iba a pedirle-Si no hay ropa al menos podré taparme con eso.

Mientras escuchaba la respuesta se dirigió hacia la única sala que le quedaba por explorar, su "refugio", como lo había llamado la música. Tenía curiosidad por saber que había dentro.

Lo que Aaron al entrar en la habitación, evitando los trozos de la vieja puerta que yacían en el suelo, fue maravilloso. 

Era una estancia amplia y sin ventanas, llena de columnas repartidas caóticamente por todas partes. En el centro una majestuosa estructura de cristal, hilos y madera, parecida a un inmenso atrapasueños, se izaba hasta varios metros por encima del suelo, entre lazos color zafiro atados a todas las columnas. Palpitaba con brillos intermitentes, demostrando una energía interior grandiosa.

De pronto, el corazón de Aaron sintió un soplo de aire fresco, y no pudo evitar sonreir. Ese lugar traía a la mente la paz, la tranquilidad y el bienestar que toda la isla succionaba.

Y Aaron vio cláramente lo que esa "construcción" albergaba. 

Zeón.

Grandes cantidades de esta energía estaban guardadas dentro de la estructura, al alacance de su mano. Al parecer era una especie de "piscina" espiritual.

Esbozó una sonrisa divertida

Sí, puedo hacerlo. Pero vas a oler fatal

Acto seguido se dirigió hacia el cadáver del lobo más cercano, y comenzó a quitarse algo de ropa, sin importarle lo más mínimo la presencia de Aaron, para no mancharse demasiado. Algo de sangre le salpicaría, y no se iba a quedar desnuda, pero si podía salvar la mayor parte de sus atuendos...

Vete buscando un recipiente para echar agua, cuanto más grande mejor

El cuerpo de la música se perfilaba contra la tenue luz de fuera, cubierto apenas por su ropa interior y poco más. Sus curvas estaban bien delimitadas, y su figura era, como poco, impresionante. Xerine era una mujer que desprendía sensualidad por los cuatro costados, aun sin intención de hacerlo

Aaron tragó saliva al ver a Xerine pero decidió no hacer ningún gesto o comentario que delatase lo atractiva que le parecía, no para incomodarla (Dudaba que pudiera hacerlo) sino para evitar una tensión que a buen seguro la mujer disfrutaría.

Dedicando una mirada curiosa a la sala que acababa de descubrir salió de la habitación y se recorrió toda la iglesia en busca de algo que pudiera servirle para contener agua.

Con una habilidad casi perfecta, y casi sin mancharse con el líquido vital del animal, Xerine despegó la piel y el pelo del lobo que no se había convertido en picadillo. El lobo era especialmente grande, por lo que el abrigo improvisado podría cubrir complétamente a Aaron mientras encontraban algún tipo de ropa más... cómoda.

Xerine se dio la vuelta para entregarle la piel...

Pero las perfectas curvas de Xerine, así como la luz plateada que incidía sobre su piel desnuda hicieron que durante un momento, el cuerpo del chico no necesitara calor, pues lo estaba provocando él mismo. Y... es más, parte del cuerpo de Aaron tomó vida propia, tratando de acercarse a la bella mujer que tenía delante, levantándose sin la orden directa del cerebro del convocador.

Xerine alzó una ceja, sin hacer ningún comentario respecto al repentino... Cambio, en el cuerpo de Aaron

Toma. No te lo pongas aún, hay que lavarlo

Acto seguido cogió el recipiente y fue a la fuente para llenarlo

Aaron enrojeció hasta tal punto que de haber estado bajo un fondo rojo podría haberse camuflado con el mismo.

Sin hacer ningún comentario se dio media vuelta y salió de la sala en busca del recipiente. Pasaron diez minutos antes de que el chico volviera con él, mucho más relajado aunque sin perder el rubor de la cara. Sin mediar palabra se lo entregó a Xerine, cogió la piel y se dio la vuelta para quedar mirando hacia la puerta que daba al ala principal.

Cuando volvió de la fuente, con el recipiente lleno, lo dejó frente a Aaron y esbozó una sonrisa algo cínica

Veo que estás algo "enérgico", así que me imagino que puedes ir amontonando escombros junto a esa cristalera

Señaló a una ventana que se alzaba cinco metros sobre el suelo, en una de las paredes de la catedral. Era de las ventanas más bajas que había, exceptuando las dos de la entrada, pero seguía estando muy alta para alcanzarla de un simple salto

Este sitio es un buen refugio Continuó, a modo de explicación, mientras se agachaba y comenzaba a raspar la tela con su cuchillo, para quitar todos los trozos de carne y sangre que aún quedaban pegados Pero también es una maldita ratonera. Solo hay una salida, y si el Emil y sus perros nos encuentran, necesitamos una vía alternativa de escape. Esa ventana parece ser la única opción viable Se levantó, e inclinó el recipiente lo suficiente como para dejar que algo de agua cayera sobre la zona que había estado raspando, limpiándola de impurezas y suavizando el color rojo que salpicaba toda su superficie Así que lo mejor será ir improvisando una especie de escalera para poder usarla en caso de necesidad

Volvió a agacharse, y siguió raspando, dejando el recipiente, aún bastante lleno, a un lado. A decir verdad, era bastante llamativo el hecho de que Xerine se hubiera fijado en esos detalles sin comentar nada al respecto hasta el momento. Parecía que la música lo analizaba todo constantemente, pero se callaba sus pensamientos sin miramientos

Cuando terminó de preparar la piel, se la entregó a Aaron. Aunque seguía oliendo bastante, no era nada comparado con el olor que había tenido antes de lavarla

Voy a lavarme un poco Dijo, haciendo referencia al color rosado que habían adquirido sus manos y brazos tras el proceso Ahora te echo una mano, pero hay que darse prisa. No tardará en oscurecer, y aún hay que pensar que hacer con el olor de los lobos muertos para evitar atraer a bestias salvajes

Acto seguido, comenzó a caminar hacia el jardín

Xerine cogió el recipiente, y se acercó a la fuente. Tras confirmar por cuarta o quinta vez que no había animales salvajes entre los arbustos, dejó el recipiente a su lado, y, mucho más tranquila que antes, decidió disfrutar de aquel breve instante de soledad. Había sido un día frenético, e incluso Xerine necesitaba un poco de tiempo de vez en cuando para estar consigo misma

Usando el recipiente como intermediario, para evitar manchar la fuente, comenzó a lavarse las manos y los brazos. El color rosado no tardó en desaparecer, dejando tras de sí la pálida y tersa piel de Xerine. La música decidió tomarse un pequeño capricho, y aprovechó para quitarse el polvo y el barro procedente de estar todo el día en el bosque. Incluso se lavó el pelo, retorciéndolo después para que se secara cuanto antes. Intentó no mojarse demasiado, aún así: Dentro de poco empezaría a hacer frío, y la temperatura actual tampoco acompañaba demasiado, por lo que debía evitar perder demasiado calor corporal, o pasaría una mala noche

Cuando terminó, se acercó a sus ropas y comenzó a vestirse, no sin antes recogerse el pelo para que no le molestara demasiado. Años y años de práctica la habían enseñado a hacerse nudos complejos y aparentemente trabajados en apenas unos segundos, para conseguir que el pelo no la molestara sin que por ello dejara de resultar estético. Una vieja costumbre, sacada de sus experiencias como Xerine entre la nobleza de Chaville. Más una manía que una verdadera preocupación por estar guapa o estilosa, probablemente

Aaron asintió sin añadir el mas mínimo comentario y aceptó de buena gana la piel que Xerine le ofreció. Con una rapidez casi desesperada se la echó por encima y dedicó unos cuantos segundos a deleitarse con el calor que le proporcionaba. El mal olor era secundario, si quería podría eliminarlo con su magia pero por el momento no era necesario, con tener algo con lo que taparse ya era feliz.

Yendo hacia el lugar que le había indicado, Aaron observó la cristalera e hizo una rápida valoración de posibilidades. No, no conocía ninguna manera silenciosa de realizar aquel trabajo así que sólo quedaba la opción manual, la que menos le gustaba.

Con un suspiro de resignación comenzó a amontonar piedras, cuidando de que la piel se mantuviera siempre sobre él y no se le cayera. Cuando llevaba más o menos la mitad amontonada paró, miró a su alrededor, se limpió la frente y observó la puerta de entrada, reflexionando sobre algo que había oído.

-¿Pero por que debería buscarnos Émil? Para él yo estoy muerto. La única posibilidad de que pensase lo contrario sería que fuera a la cueva y descubriera que mi cadáver ha desaparecido. Es una persona demasiado orgullosa como para pensar que podría haberme dejado con vida, así que se plantearía la posibilidad de que las bestias hubieran devorado mi cuerpo-se estremeció-antes que pensar que hubiera cometido un error.

A no ser que dejarme con vida fuera intencionado.

-¿Crees que pueden tener alguna manera de saber que estamos aquí?

Quint se encogió de hombros y siguió rellenando el hoyo.

¡Ah! ¡Cuánto echaba de menos esto! Te preocupas por alguien y... ¿Qué recibes a cambio?

-Como queráis, solo mantén a la niña junto a tí.

Volcó las últimas paladas de tierra que habían removido y alisó el suelo con un par de golpes sobre la tumba de Scott.

-Antes de irnos quiero estar a solas unos minutos y rezar sobre la tumba del padre. Necesito... aclarar mi mente un poco. -Quint se arrodilló a los pies de la tumba y dejó la pala a su lado.- ¿Me disculpáis?

La voz de Xerine llegó desde el jardín. La música no parecía demasiado cómoda hablando en ese tono tan alto, pero aún así respondió la pregunta de Aaron

No te busca a ti. Me busca a mí. Creí que ya lo sabías. En cuanto a por qué deberían saber que estamos aquí... Bueno, esta isla es relativamente pequeña. Supongo que saben de la existencia de esta iglesia, y que podría ocurrírseles venir a buscarnos, sabiendo que es un lugar idóneo para buscar un refugio y protegerse de las fieras

Unos segundos de silencio

Si esto supone algún problema, no me importa que te vayas por tu cuenta. Comprendo que no quieras arriesgarte a ser perseguido por esos tipejos

Su tono fue algo indiferente, o neutro, como quién narra el estado meteorológico actual

Aaron guardó silencio unos cuantos segundos, reflexionando.

-¿Que? ¿A ti? ¿Por qué te busca a ti?

Se acercó al claustro para hablar directamente con Xerine, pero bajó la mirada al suelo al llegar para evitar verla desnuda.

-No, no lo sabía. Me perdí muchas cosas después de...-Se señaló el ojo izquierdo.

-No me importa ir contigo-Esbozó una sonrisa triste-Total, las cosas no pueden ir peor.

-La niña hará lo que quiera, caballero. No es ninguna cría, de hecho, puede que sea más madura que...

No dijo lo que continuaba en la frase. Más por educación que por ganas. Miró a Faliar antes de continuar con lo que estaba diciendo.

-¿Donde proponeis que vayamos? Podemos pensarlo mientras el rubio entra en paz con sus dioses.

Creo que sabría ir hasta la catedral, pero creo que al barco no sabría llegar. Supongo que puedo tener una idea aproximada de dónde puede ser. Una zona de la isla a la que nunca me he acercado, pero todo el mundo dice que es muy escarpada y las piedras cerca de la costa son muy afiladas. Es posible que el barco esté por ahí...

Cuando Aaron se asomó al arco que comunicaba la sala principal con el claustro, no pudo hacer otra cosa que ruborizarse de nuevo. Xerine estaba en ese momento centrada en ella misma, con los ojos cerrados. Su cuerpo sólo estaba cubierto por su ropa interior y la belleza de la mujer era muy evidente. 

Cristalinas gotas de agua recorrían las curvas de Xerine que brillaban con la luz que iluminaba la estancia, dando al escultural cuerpo de la música un aspecto arrebatador. Su pelo, moviéndose al son de sus elegantes manos estaba siendo masajeado mientras se lavaba el cuerpo con el agua de la fuente, ayudándose con el recipiente traído por Aaron.

El chico volvió a reaccionar tal y como lo había hecho minutos antes. Su cuerpo habló por sí mismo, y un fuego interior surgió en Aaron. Xerine estaba realmente buena... y él seguía semidesnudo.

Aaron se asomó al jardín justo para ver como la música se masajeaba el cabello, que al parecer se estaba lavando. Su piel estaba mojada, aunque limpia, produciendo un extraño efecto cuando el sol, que caía hacia el horizonte, reflejaba rayos de luz anaranjada sobre esta. Xerine era pálida, aunque no hasta el punto de resultar enfermiza; Más bien parecía una de esas muñecas de porcelana que tenían algunas niñas ricas, e incluso sus mejillas y labios parecían algo más sonrosados de lo normal, quizás un simple efecto óptico causado por el aspecto general de esta. Sin embargo, verla allí, sin maquillaje ni vestidos caros, con el pelo alborotado y mojado, y en ropa interior, daba al conjunto cierta belleza salvaje, como la de una fiera encerrada en el cuerpo de una bella mujer. Un alma rebelde, dominante y fuerte, enmascarada dentro de un aspecto frágil y delicado

Ya te lo dije, Aaron Dijo, sin mirarle. De hecho, era muy probable que no supiera siquiera que el chico había salido y la estaba observando, pues tenía los ojos cerrados mientras se quitaba los enredos del pelo Intentaron someterme, y yo escapé. Sé que poseen alguna clase de poder oscuro, y dudo que quieran que esa información se extienda demasiado. Tampoco creo que les haga mucha gracia tener a una fugitiva en su isla. Por último, como bien has mencionado tú antes, son demasiado orgullosos como para aceptar una negativa, y más cuando esta procede una "simple música" como yo

Puso cierto énfasis en esa última descripción, aludiendo a su imagen pública

Aaron se giró hacia el ala principal y habló dando la espalda a Xerine.

-Claro, es lógico. Bien, no tengo mucho más que preguntar, ahora que me has refrescado la memoria todo está un poco más claro. ¿Por casualidad esos poderes no tendrán que ver con cuervos, no?

El chico se pasó una mano por la cabeza sin darse la vuelta. Se permitió tomarse aquel momento de descanso antes de volver al trabajo. Después de aquello debería revisar el acertijo del cuadro y si lo resolvía con suerte podría arrojar algo de luz sobre la historia de aquella catedral. Si iban a permanecer allí mucho tiempo lo mejor sería que conocieran todo cuanto pudieran acerca del lugar.