Partida Rol por web

Xerine valoró sus posibilidades. Si se mantenía oculta, podría contar con el factor sorpresa, y ponerles en una situación vulnerable que les obligara a contarla qué hacían allí sin rechistar. Por otra parte, si se mostraba directamente, contaría con el don de la confianza. Decidió optar por lo segundo. Al fin y al cabo, ya había decidido confiar en Aaron. Y si iba a ponerse en contra del Marqués, cuantos más aliados tuviera, mejor

Encogiéndose de hombros, guardó sus armas, y se dispuso a mostrarse ante sus "invitados"

Aaron miró a Xerine con una gran sonrisa. Era fácil imaginar que estaba deseando salir a dar la bienvenida a Faliar y a Quint, pero que se contenía por miedo a que la chica tuviera una opinión diferente. Apretando la piel de lobo a su alrededor y sin dejar de sonreír con la boca abierta le hizo una señal a su compañera indicando que iba a salir.

Sin embargo no estaba tan seguro de hacerlo como parecía. Si era cierto lo que la música le había contado era muy posible que los dos hombres estuvieran muy enfadados con él, y dado el temperamento visceral de Quint cabía la posibilidad de que éste le clavara una daga en el estómago en cuanto le viese. Como si no tuviera suficientes heridas...

Contó hasta tres en silencio y después se colocó en la entrada.

-¡Chicos!-Aaron sonreía de oreja a oreja, y por el movimiento nervioso de sus pies el resto podía deducir que se moría por darles un abrazo.

Una voz cínica resonó tras el alarido de Aaron

Y yo que creía que ya erais fiambres...

Por la puerta que parecía llevar al ala derecha del catedral apareció una figura conocida. La música, vestida con atuendos cómodos aunque simples (Nada parecido a la ropa que llevaba durante el viaje en Zeppelín o la cena con el Marqués) esbozó una sonrisa divertida que, por otra parte, parecía desprovista de toda clase de sentimientos

Veo que seguís sin tener nada de educación. Antes de entrar se llama

Faliar se gira hacia Xerine, y lentamente echa la mano al mango del hacha. No está dispuesto a caer en una trampa

- Déjate de tonterías. ¿Que estás haciendo aquí?

Luego recae en la presencia de Aaron. Se alegra fugazmente de ver que el muchacho sigue vivo, pero no cambia de actitud. Un reencuentro con sus anteriores compañeros.... Muy oportuno; el cebo perfecto.

Eso mismo os iba a preguntar yo a vosotros

Dijo Xerine, sin perder su sonrisa, aunque mirando de reojo a la nueva compañera de la pareja. ¿Quién era esa?

-¡No, no!-Aaron alzó las manos para calmar a Faliar-Está conmigo, ella me ha salvado la vida.

Sin dejar de sonreír se acercó a Faliar y le abrazó, luego llegó hasta Quint y simplemente se quedó esperando, agarrando su piel de lobo y con la sonrisa congelada. No sabía que hacer.

-Pensaba que estabais muertos. Dios, es un alivio veros aquí y...

El chico reparó en el resto del grupo.

-¿Quienes son ellas?
 

Los que habían entrado en la catedral eran cuatro personas. Dos eran ya conocidas para Aaron y Xerine, pero los otros dos eran unos completos desconocidos.

Una chica de unos 19 años, rubia y con los ojos miel seguía a los dos hombres de cerca. La otra, una niña de unos 15 años, castaña y con los ojos verdes se movía cerca de la anterior como teniendo miedo de lo que podía pasar, pero tratando de no aparentarlo. 

Parecía que habían hecho nuevos "amigos" en la isla.

Mi nombre es Catherine, y ella es Nahia. Creo que os recuerdo, aunque a tí no demasiado.- dijo mirando a la música.- ¿No fuiste tú el que trajo a aquél cuervo gigante a la aldea? ¿Y el que desencadenó que Émil atacara a mis dos compañeros?

La chica rubia habló primero, mientras sujetaba con una mano a Nahia, que estaba a su lado.

Faliar se tranquiliza y suelta el mango del hacha cuando Aaron le abraza. Bueno, parece que Xerine al final es de las "buenas"... O quizás solo estaba fingiendo. A saber.

- Si, te tendría que dar un buen par de golpes en la cabeza por invocar a esa... cosa -el recuerdo le hace estremecerse- Emil te secuestró, ¿no? ¿Que ha ocurrido desde entonces?

Eh, eh, alto Dijo Xerine, poniéndose seria Si bien creo recordar, habéis sido vosotros los que habéis entrado aquí como si nada. Podéis empezar explicando vuestra historia, y luego nosotros os contaremos la nuestra. Es un intercambio justo: Si quieres saber algo, debes ofrecer algo

Su tono ya no era cínico o despreocupado. De hecho, la música estaba terriblemente seria... Y en su mirada solo había desconfianza

Aaron dejó de sonreír y palideció a ojos vistas.

-Recuerdas bien, si.

Bajó la mirada en un signo de arrepentimiento y se alejó unos pasos del grupo para poder observarlos a todos.

-Chicos, quería pediros perdón. Yo jamás quise aquello, no había imaginado que las cosas pudieran salir así y...bueno, la situación se me fue un poco de las manos.

Miró de reojo a Xerine sin saber muy bien porque. Quizás buscaba un apoyo inexistente, quizás quisiera que la chica intercediera de algún modo en la conversación. De cualquier modo sabía que aquello no iba a pasar y tendría que tragar sólo con las consecuencias, fueran cuales fuesen.

Catherine se apartó un poco, llevándose de la mano a Nahia. Al fin y al cabo, era un problema que tendrían que solucionar ellos, y las dos chicas no tenían nada que ver. Mejor estar lejos no sea que salpicara algo.

- No tiene la menor importancia, Aaron. Pero no vuelvas a invocar eso, no al menos conmigo delante. 

Luego miró a Xerine, y le sostuvo la mirada. Si un pájaro hubiese pasado entre ambos en ese momento, habría caído congelado al instante

- No gran cosa. Cogimos el cuerpo de D, lo enterramos en el bosque y pasamos allí la noche. Luego nos encontramos con Catherine, que conocía al sacerdote que murió hace poco en el pueblo, y nos dio el diario del padre Scott. En él hablaban de que Calvacanti no es en absoluto lo que aparenta ser, y que en esta catedral hay respuestas, así que vinimos aquí.

Aaron se quedó sin aire y tardó unos segundos en reaccionar.

-¿Que?-Dijo con voz queda-¿Cómo que el cadáver de D?

El chico se retorció nervioso y con cara de culpabilidad.

Faliar suspiró; esperaba que Aaron ya conociese la noticia

- Si. D no tuvo tanta suerte como Quint y yo; Emil le dio en la cabeza con la espada. Imposible salir vivo de algo así... 

Interrumpiendo bruscamente a Faliar, Xerine señaló a Catherine y a Nahia, sin molestarse en disimular el gesto

¿Son de fiar?

Faliar no se anda con aspavientos

- Pongo la mano en el fuego por ellas

¿Qué quieres decir?

Dijo Catherine tras las palabras de Faliar.

-Yo les he traído hasta aquí. El padre me dio las claves para encontrar ese diario a mí, ellos sólo van conmigo

Catherine sonaba visíblemente molesta por la duda de Xerine, ella era la que tenía que preguntar eso y se lo había reservado.

¿Sois vosotros de fiar?

Depende de que lado estés Dijo Xerine, frunciendo el ceño No digo que lo que hayas hecho no tenga mérito. Solo me pregunto si toda esa parafernalia no será una trampa bien elaborada para meter a este par entre las fauces del lobo

Durante unos segundos, el aire se volvió algo denso, casi tanto que se podría cortar con un cuchillo. Sin embargo, al final Xerine se limitó a encogerse de hombros

En fin. Supongo que da igual. Os he prometido una historia

Volvió a mirar a Faliar, y se dispuso a comenzar

Aron abrió la boca y retrocedió un par de pasos, apretando la piel del lobo con tanta fuerza que ésta quedaba tirante sobre su cuerpo desnudo.

Así que al final había pasado, él había sido el asesino indirecto de una persona. Jamás se lo perdonaría, y no era una conjetura ni una profecía, era un hecho y ya nada podría remediarlo. Todo se había torcido y nadie que no fuera el tenía la culpa. Todo parecía ir bien, el marques les había ofrecido una vida dentro de la isla o en su defecto salir de ella, pero Aaron, para variar, había sido lo suficientemente imprudente como para destruir los sueños de cuatro personas y acabar con la vida de una.

Bravo Aaron. Date un aplauso y ahórcate en el pasillo.

-¿Que más pasó en el tiempo que yo estuve inconsciente?-Preguntó con voz lacrimosa, y no se refería a qué habían echo Faliar y Quint, sino a cuantos más había afectado su insensatez.