Partida Rol por web

Xerine recogió el cuerpo de Aaron antes de que tocara el suelo. Luego miró a Catherine

Bueno, basta de esta farsa. Creía que se echaría atrás al ver los cuchillos, pero ni con esas

Dejó al chico en el suelo, con cuidado

Está muy débil, debe tener heridas internas. Cúralo un poco, pero no le devuelvas la consciencia. No tenemos tiempo para sus lloriqueos. Voy a avisar al resto

Sin esperar respuesta, se dirigió a la habitación contigua 

Xerine apareció por la puerta unos cuantos segundos más tarde, llevando consigo las dagas de Quint. En la rendija que quedaba abierta se podía intuir la luz del hechizo de Catherine, aún iluminando el pasillo

Bueno, ya está todo solucionado. Toma, Quint: Yo no las quiero para nada. Y sería un detalle que me devolvieras las mías

Dando por supuesto que el cazabrujas no se negaría, se giró hacia el resto antes de recibir respuesta

En marcha. Hemos perdido un tiempo precioso

Allí nos dirigimos.

Quint señaló la extraña torre que se veía a través de las ventanas.

Faliar ha detectado algo parecido a la energía de Seline en ese lugar. Suponemos que el marqués estará allí. Discutimos ahora si saltar por la ventana, o buscar una puerta para salir, porque desde aquí no se ve ninguna. A no ser que esté bajo nosotros...

Catherine entró unos segundos más tarde que Xerine, arrastrando el cuerpo de Aaron.

Le he curado... o eso creo. No es mucho, pero ya no está tan mal. ¿A dónde nos dirigimos?

Xerine asintió

Bien. Le ocultaremos en una habitación para que nadie le encuentre. No podemos cargar con un peso muerto

En cuanto a la manera de ir a la torre, yo diría de bajar a la primera planta. Digo yo que habrá algún acceso a ese jardín interior... Es lo más lógico

Y... ¿si lo dejamos aquí? Ya no está Émil rondando... y si lo que decís es cierto el marqués estará en esa torre. He de suponer que los Oscuros contra los que luchamos eran todo el ejército del marqués, por lo que creo que si permanece aquí, no tendrá peligro alguno.

Catherine expresó su postura. Antes no quería dejarlo solo, pues Émil seguía acechando por la mansión. Pero ahora, no veía por qué no podría estar seguro escondido en un lugar oscuro.

Quint se quedó mirando el cuerpo de Aaron. COmo una exalación se levantó a abofetearle. 

-¿Estáis locos? ¡No puede permanecer inconsciente! ¿Por qué no lo ayudáis?

Eso, golpéale Comentó Xerine con tono irónico Seguro que así se recupera

Acto seguido se encaminó hacia la puerta

Estoy de acuerdo con Catherine, para variar. Ese chico tiene un montón de lesiones internas, y apenas puede ponerse en pie. Despierto y mareado es una molestia. Ha caído inconsciente hace un par de segundos, colapsado por todo lo sucedido Miró a Catherine, como esperando que la chica confirmara sus palabras La mejor manera que tenemos de ayudarle ahora es derrotando al Marqués y preocupándonos por él luego

Espero por tu propio bien, rubita, que no digas que he sido yo. Habrá tiempo para discutirlo después, pero creo que voy a acabar degollando a alguien si seguimos discutiendo por esta clase de despropósitos

Quint siguió agitando al chico, tratando de que volviera en sí.

¿No lo recordáis? ¿Las palabras de Seline? No volváis a dormir hasta que no acabéis con el Marqués, os matará mientras dormís. Aaron tiene que despertar. Yo solo estuve inconsciente unos segundos... y le vi. Vi su cara sobre mí...

De pronto se paró, en seco.

Y ví algo más... algo tras de él. Una sombra...

Más razón aún para darnos prisa Xerine ya estaba en el pasillo No malgastaré ni un segundo más, Aaron ya nos ha hecho perder demasiado con sus manías Cierto tono en su voz confirmaba que no solo se refería a ese momento, si no a todos los sucesos que habían ocurrido en la isla en general Quédate si quieres intentando despertarlo, yo voy a buscar a Guido

Miró al resto, esperando su respuesta

-Si eso es verdad, hay que despertarlo inmediatamente. Es cierto que estará mejor aquí, sin hacer nada... pero, no puede quedarse inconsciente.

Catherine miró a Xerine y suspiró. Luego habló en alto.

No hace falta ocultarlo Xerine, Aaron fue valiente tratando de quitarse el tatuaje, y tus intenciones fueron nobles dejándolo inconsciente para que no sufra, pero no recordábamos ese detalle. Aaron puede morir por el simple hecho de estar así. Yo quiero ayudarle.

Aaron despertó en un lugar en el que nunca había estado. Algo parecido a un planetario ondeaba en ese lugar, pero los planetas que giraban alrededor de un sol brillante no estaban sujetos por nada, por absolutamente nada. Los tonos verdosos y azulados eran costantes, y daban un aspecto muy tétrico al lugar.

Aaron estaba sólo. Bueno... algo parecido. Estaba en el centro de un círculo, y a su lado estaba...

Cavalcanti.

Bueno, o algo parecido. La forma del noble aparecía delante de él, pero una sombra gigante, de unos tres metros de altura se movía alrededor de él. Parecía llevar algo similar a una guadaña gigante, y unos ojos violetas permanecían fijos en su figura.

-No deberías haber dormido.

Aaron tragó saliva y retrocedió un paso, intimidado. Lo último que recordaba era un fuerte golpe en la cabeza así que seguramente estaría inconsciente, y si estaba inconsciente...estaba soñando. Aquel era el dominio de Cavalcanti.

Puta. Con razón no confían en ti.

Buscó con la mirada una posible salida, aun a sabiendas de que el marqués no habría sido tan estúpido como para dejarse ningún hueco abierto por el que pudiera escapar. Sin embargo, y pese a lo dantesco de la escena, había algo que le llamaba la atención sobre todas las cosas.

La sombra de Cavalcanti le miraba, parecía una extensión del hombre pero también parecía tener vida propia

¿Y yo por que cogería aquel dirigible?

-Bien Cavalcanti, ¿Y ahora, que harás?-Preguntó, sacando fuerzas de flaqueza, aunque Aaron no estaba seguro de querer saber la respuesta.

Destrozarte... destruirte, no voy a dejar de tí nada... Absolutamente nada...

Los labios de Cavalcanti no se movieron... es más, era su sombra la que hablaba, con una voz surgida del mismísimo infierno.

Cavalcanti no dio un paso y la sombra se empezó a separar de él... a acercarse...

......Aaron puede morir por el simple hecho de estar así. Yo quiero ayudarle.

La voz de Catherine fue lo primero que escuchó. Aaron comenzó a abrir los ojos de nuevo. Se encontraba en mitad de la sala donde habían combatido contra Émil. Sus cuervos ya no estaban en sus hombros, como había deseado, y en su pecho...

Seguía estando la marca. De hecho, aunque el dolor interno continuaba, la verdad es que se encontraba en mejor estado.

Xerine estaba ya en la puerta, y los demás estaban a su alrededor. Faliar permanecía cerca de la ventana, pensando en si sería buena idea saltar. Quint estaba encima suyo, su cara le dolía un poco, seguramente le habría intentado abofetear.

Aaron retrocedió arrastrándose hasta una pared y apoyó la espalda contra ella, agarrándose el pecho. Con el índice señaló a Xerine.

-¡Ibas a matarme! ¡Querías matarme! Sabes lo que pasaba si te duermes y aun así lo has hecho.

Jadeando, miró con odio a la música pero no añadió nada más. No había echo absolutamente nada mas que perjudicárle, ni siquiera había intentado cortar la marca, como habían acortado. ¿Ahora también tendría que cuidar la espalda de sus propios aliados? Una forma muy bonita de conseguir una atmósfera distendida, muy eficaz todo.

Tranquilo Aaron. Su intención era dejarte inconsciente para que pudieras quedarte aquí descansando, sin sentirte una carga, o algo parecido, por no poder ayudarnos. Creo que sus intenciones han sido buenas, pero que no había reparado en ese aspecto.

Catherine intentó calmar a Aaron.

Pero Quint nos recordó que no podíamos dormir en lo que quedaba de día porque el marqués nos mataría en sueños.

Ahora, tenemos que irnos a enfrentarnos contra él. Le hemos encontrado, o eso creemos, está en aquella torre.

Señaló a través de los cristales.

Has lo que quieras, ven o quédate, pero no creo que pudeas hacer mucho más. Te he curado, lo que he podido, pero aún estás muy débil, y como no queda nadie dentro de la mansión... o eso creo, sería seguro que te quedaras aquí. Si quieres acompañarnos de todas formas, adelante. Pero coge un arma.

Catherine miró a los lados, para ver si alguien le sobraban armas.

Xerine, tú llevabas una ballesta, si quiere acompañarnos, ¿podrías dejársela?

Aaron gruño, indeciso y sin saber que creer. Catherine era muy nueva como para conocer la personalidad voluble de la música. Aunque lo que decía tenía sentido no se imaginaba a Xerine siendo tan benevolente, en todo caso lo habría echo para que no les retrasase, eso le cuadraba más.

-Quiero acompañaros, pero no se usar ningún tipo de arma así que con ballesta o sin ella, si me atacan el resultado será el mismo.

Con una mezcla agridulce de sentimientos se acercó hasta la ventana y evaluó sus posibilidades de saltar sin hacerse daño.

Faliar se giró a Aaron

- Mira, entiendo que quieras tratar de ser útil, pero en tu estado ahora mismo... Será mejor que te mantengas al margen, y si no tenemos éxito, que al menos tu vivas para volver a Seline y contarle lo que ha pasado. Entiendo como te sientes, pero tienes que ser razonable

Un ardor en el pecho le recordó que estaba herido. Se llevo la mano al pecho, donde Emil le había herido, y miró a Nahia y Catherine

- ¿Podéis curarme esto?. Me gustaría estar completamente curado antes de enfrentarnos a Guido