Partida Rol por web

Lexa, que comienza a estar harta de la situación, ataca al lobo que tiene más cerca dispuesta a acabar con él de un vez por todas. Ya les está llevando sufiente tiempo.

 Lexa miró con odio al lobo que casi se caía al lado suyo, y hundió su daga en el pecho del animal, si que este hiciera nada para evitarlo. Puede que intentara saltar fuera de la trayectoria, pero no le quedaban fuerzas para hacerlo. Un quejido se escuchó en el bosque, y el lobo calló al suelo, chillando de dolor. Un chillido que se calló segundos después pues otro fuerte ataque de la letal mujer alcanzó su cuello. Callando al animal para siempre.

 Uno de los lobos que estaban junto a Dante, el más herido intentó huir. Corriendo lo más rápido que le permitían su lastimado cuerpo, se alejó rápidamente de su enemigo.

La puerta de la carreta se abrió, y de ella salió un ser sumamente extraño. Un gorro de bufón coronaba su cabeza, y unas medias de cuadros morados y amarillos cubrían sus piedras. Parecía que bajaba bailando, cosa realmente extraña pues la situación de la carreta, que estaba ardiendo, no era para estar tan feliz, ignorando todo peligro.

 Al lado de la carreta, uno de los animales seguía gimiendo. Al parecer se había partido una pata al caer y no podía huir. Con la mirada perdida miró al misterioso personaje, quién le devolvió la mirada fíjamente. Sin duda, ese hombre no era normal.

 A lo lejos, los puntos brillantes comenzaron a resplandecer de nuevo, de repente. Parecía que los que habían disparado con anterioridad habían cargado otra salva de flechas en llamas. Y esta el grupo estaba en la línea de fuego. Tendrían que salir de ahí cuanto antes, estar en medio era peligroso.

 El otro lobo, que flanqueaba al hasta ahora intacto guerrero se abalanzó contra él. La verdad es que hasta ahora no habían conseguido nada, pero la orden de su amo era atacar, al menos ganar tiempo. Y como estaba previsto, Dante esquivó la mordedura del animal por mucho. Luchando contra tres lobos y no le habían tocado... la batalla de hace unos días fue mucho más difícil, algo más había, algo que los lideraba, y los empujaba hacia la victoria.

 Dante siguió en su lucha incansable contra los lobos, atacando primero al lider de la manada, pese a todo, no había podido evitar fijarse en el extraño personaje que acababa de salir del carruaje.

¿Pero que? ¿Quien demonios es esa persona, si es que es una persona?.......esto es muy extraño, pero tengo que intentar no distraerme o puede que estos lobos me maten....

  Dante se giro sobre si mismo y encaró al líder de la manada, en su mano derecha, empuñaba su wakizashi, que a pesar de ser mas pequeño que cualquier espada, bajo su habilidad había demostrado que podía ser mucho mas mortal que cualquier arma. La expresión que había en su rostro, denotaba una clara tranquilidad a la hora de quitar la vida a un ser vivo, parecía que la muerte era su compañía de viaje mas habitual, no todas las personas hubieran podido hacer lo que el acababa de hacer y mucho menos con esa facilidad. Parecía que aquel joven, tenía algo especial.

El lobo aunque malherido, miro también hacia el muchacho, la expresión del animal, era la mas rabiosa que se pudiera imaginar, con los ojos inyectados en sangre, y con una ganas inmensas de sangre, salto con todas sus fuerzas hacia Dante. Este vio las intenciones del lobo mucho antes de que iniciara el salto así que se adelantó, mientras se agachaba y el lobo pasaba por encima, le golpeo en el costado con su brazo izquierdo y el lobo salió despedido dejando oir un ahogado gruñido.

Pese a todo el lobo se volvió a incorporar, parecía que no quería morir sin llevarse a ese maldito humano por delante. Así pues, alzo la vista en busca del muchacho pero no lo encontraba, se había movido tan rápido que no se le distinguía de entre las sombras de los frondosos árboles. 

De repente, el muchacho apareció delante del lobo con el arma lo alto. Apareció de entre las sombras así que al lobo apenas le dio tiempo a reaccionar, el muchacho empezó a dar tajos al aire con su wakizashi, los cortes parecían que ni siquiera tocaban al lobo, pero se podía ver como cada movimiento del muchacho, producía en el lobo un inmenso dolor agonizante, hasta que finalmente, una ultima cuchillada directa al corazón acalló sus adolorados rugidos. 

Al sacar el arma del cuerpo del animal, empezó a correr la sangre abundantemente y Dante con una mirada de odio se dirigió hacia los lobos que seguían con vida con la decisión de acabar con ellos.

Esta vez el resultado sería otro....

-Bueno al menos él parece contento y relajado, si yo fuese un arcano al que no pueden dañar como él supongo que hasta podría divertirme en esta situación.

Bueno veamos, la Sacerdotisa..

Kaela ya había recurrido a ella anteriormente, pero al ser uno de sus arcanos más recientes aún le costaba recordar como había que llamarla. Además era un poco complicado el proceso.

Ella representaba la sabiduría, el conocimiento y en su invocación eran necesarios dos idiomas: uno se escribía, podía ser en papel o simplemente en el aire, y el otro se recitaba. Era un mismo texto dicho de dos formas diferentes y por tanto requería tener un completo dominio de esas lenguas y el cuidado suficiente para no mezclarlas.

Ka sacó un papel y algo para escribir, y comenzó. El ritual no tardaba mucho, un par de segundos pero había que hacerlo bien.

Las palabras salían de su boca al mismo tiempo que su mano imprimía extraños carácteres en el papel, cada expresión que ella pronunciaba se dibujaba en el aire y se fundía con su traducción escrita.

"Welche wohnt im Schutz des Höchsten und unter dem Schatten des Allwissenden halten. Sie wird mich von jedem Falle die Gefahr, dass ich bestimmt liefern. Cover me mit seinen Federn, und unter seinen Flügeln finden Sie: für Schirm und Schild ist seine Wahrheit".- recitaba con total soltura mientras sus dedos iban plasmando estos grabados:

जो परमप्रधान की शरण सर्वज्ञ की छाया के नीचे का पालन करेगा में बसता है. वह मुझे हर जाल, खतरा यह है कि मैं इरादा से वितरित करेंगे. मुझे उनके पंख के साथ कवर, और अपने पंखों के नीचे तो आप पाएंगे: ढाल और बाकलेर के लिए उसका सच है.

Entonces las dos lenguas que ahora formaban un solo texto ininteligible, se iluminaron y cada palabra, o algo que debía ser su equivalente, se desprendieron del escrito y se dispusieron en el cielo como si de las estrellas de una constelación se tratasen, su brillo ahora era cegador y de pronto, del resplandor surgió una joven de excepcional hermosura, atabiada con un largo vestido blanco. Mientras se acercaba aquel ser era como si un ángel hubiese acudido en tu ayuda. Era pura, bella y  una cálida sensacion se adueñaba de tu cuerpo al mirarla, dandote paz.

Ka empezaba a acostumbrarse a sus apariciones tan celestiales y ya no se quedaba embobada viendo el espectáculo.

- Quedate conmigo, voy a necesitarte.

 En ese momento, de nuevo un par de puntos brillantes surgen de cada lado del camino, volando a toda velocidad. Pero esta vez sus objetivos no son los carros, sino los asesino de animales. El primer par de flechas vuela hacia Dante. Al parecer el hombre fue capaz de abatir a los lobos sin siquiera recibir una herida, pero su suerte cambió. La primera flecha no llegó a causarle herida alguna, pero rasgó sus ya sajadas vestiduras a la altura de la cintura, creando un pequeño humo, al caer al suelo, la flecha se apagó al instante.

La segunda flecha, en cambio sí que consiguió impactar al joven guerrero, hiriéndole en el pecho. Aunque fue un golpe de refilón, gracias a los agudos sentidos de Dante, consiguió hacer un corte y que su ropa empezara a prender, por suerte, se apagó sola cuando llevaba apenas unos centímetros.

Pero si la suerte había cambiado para Dante, los hados habían abandonado a Lexa por completo. Cuando vio venir la primera flecha, Lexa trató de esquivar el golpe pero tropezó con el animal que había aniquilado y cayó de espaldas al suelo. Lo único que tuvo tiempo de realizar es darse media vuelta, para recibir la flecha en su pecho, con todo su esplendor. La flecha al caer hizo saltar chispas en la ropa, que se apresuraron en prender levemente la ropa, quizá se hubieran apagado pronto, si no fuera porque el destino le deparaba más sorpresas.

La punta de la afilada flecha era de hierro, y aunque parezca un dato irrelevante, no lo era en absoluto. la piel alrededor de la herida empezó a tomar un color verde y a crecer oscuras pústulas, algo que causó en Lexa un dolor indescriptible, pero lo peor tampoco había ocurrido aún.

Una segunda flecha voló desde el interior del bosque hacia la indefensa Lexa, quien le dió también una calurosa acogida en su propio pecho. Calurosa pues tras este virote incendiario sus ropas prendieron en llamas. No eran muy vivas, pero lo suficiente para causar dolor si no te las quitabas.

Pero el dolor físico también era extremo. La flecha se había clavado con saña y el dolor para Lexa era realmente inhumano. Solo respirar le hacía preferir la muerte a esa sensación.

Además, un pequeño hilo de sangre salía de la herida. Como es lógico, la mujer se estaba desangrando. 

 Ese era el momento del lobo que faltaba, y aprovechó para lanzarse contra Dante. Pero tuvo un problema, en la trayectoria de su salto no se encontraba su enemigo. Todavía estaba muy ágil y fue capaz de esquivar al lobo sin peligro ninguno.

 Dante,tras esquivar el ataque del último lobo, fue a por el, pretendiendo acabar con su vida, ya que sabía que no disponía de mucho tiempo si quería ayudar a la muchacha que acababa de caer al suelo.

Además por ahora había tenido suerte con las flechas pero comprendió que en ese momento el había pasado a ser el objetivo favorito.

He de acabar rápido con todo esto y descubrir porqué nos atacan...

Sabía perfectamente cual era su siguente paso, había llegado la hora de ser útil de verdad y ocuparse de esos invitados no gratos, invocaría a...

Pero en ese momento algo alertó a Ka e hizó que se terciasen sus planes. Lexa había sido alcanzada por las flechas de aquellos de quien ella debía ocuparse. Lexa no era una mujer por la quien profesara ningún tipo de afecto o simpatía , a decir verdad, no le había caido nada bien en el viaje. Pero ahora eso era irrelevante, era una vida lo que estaba en juego. Ka tenía unos mínimos conocimientos de medicina y herbolaria,esperaba que con eso fuese suficiente para ,al menos, estabilizar a la mujer y que pudiera aguntar hasta que un médico de verdad la atendiese.

Corrió hacia la posición donde se encontraba Lexa y una vez a su lado apagó las llamas que le comenzaban a cubrir. En ese momento pudo ver como alrededor de las heridas su piel se había tornado de un color verde acompañado de pústulas, eso no tenía buena pinta.

Quiso retirarle las flechas de su pecho, debían estar impregnadas con veneno y por ello causaron tal reacción, había que tener pues especial cuidado con que no te alcanzasen.