Partida Rol por web

Ánima, Rebelión de Lucanor

Pasado Lexa, Kaela y Dante: Alas Negras

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02/04/2011, 18:01
Kaela
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 Con mucho cuidado pudo retirarle las flechas del cuerpo, pero ahora nada impedía ya que la sangre saliese a borbotones por cada una de las perforaciones que estas habían causado. Intentó detenerlos, si continuaba así se desangraría en poco tiempo. Quiso recordar algunas de las tecnicas que le habian enseñado para que pudiese estabilizarse, alguna manera de que eso dejase de parecer el nacimiento de un rio que en su descenso se llevaba la vida de la joven. Rompió sus ropajes e intentó vendarle las heridas, pero quizás por la tension y los nervios de la situación, o quizas el saberse como una novata en medicina con una vida en sus manos hizó que no aplicase la presión necesaria, o se saltase algún paso, el caso era que la mujer no cesaba de perder sangre.

El tiempo estaba en su contra, lo volvería a intentar de nuevo.

- Tiradas (1)
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06/04/2011, 00:27
Director
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Notas de juego

 Dante, matas al lobo. Descríbelo ^^

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10/04/2011, 14:50
Dante
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 Dante se abalanzo ferozmente sobre el lobo mientras manejaba su arma de una forma mortífera. 

Parecía que estaba cortando al lobo por un montón de sitios pero en realidad, el filo del arma, ni siquiera llegaba a rozar al animal. Entonces, Dante se aparto a un lado y misteriosamente, el lobo calló al suelo mientras agonizaba de dolor.

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21/04/2011, 00:46
Lexa
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 aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaargh

Notas de juego

 la ocasión lo merece xD

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25/09/2011, 02:50
Director
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Un cuervo sobrevolaba la zona. Sus plumas negras reflejaban los últimos rayos de un sol que estaba empezando a ocultarse en el horizonte. Sus graznidos se perdían en el frondoso bosque mientras el pequeño animal perdía altura, tratando de posarse en las copas de los árboles cercanos.

Según el animal bajaba, un estruendo de metal, rugidos, gritos y restallidos cubría el suelo, llenándolo de furia y dolor, de miedo y valentía. En los ojos del pequeño animal se reflejaba una pequeña carreta parada en mitad de un camino casi invisible, por el hecho de que un árbol se encontraba bloqueando dicha senda. Y, para más extrañeza dicho carro se encontraba en llamas, haciendo que todo aquel que se encontrara cerca de él, incluido el propio bosque, tuviera peligro de ser prendido.

Sobre la carreta se encontraba el cuervo, tomando tierra abriendo sus majestuosas alas. A su lado se encontraba una hermosa dama tratando de socorrer a otra que se encontraba tendida en el suelo, con las ropas ardiendo y una erupción muy dolorosa en la piel. Al otro lado, se encontraba un hombre de pelo blanco luchando con una mortífera katana, dando muerte uno por uno a una legión de lobos, que trataban de aniquilarle. Y allí, cuando el expléndido cuervo iba a posar las patas en el frío suelo, cuando estaba a punto de volver a plegar sus alas... le alcanzó una flecha.

Una salpicadura de sangre cubrió al cuervo mientras daba su último aliento. Pero la sangre no era suya, la sangre era de un lobo que el hombre de los cabellos plateados estaba dando muerte con suma elegancia. Una repentina subida de su arma desde el suelo. Una finta con la cadera evitando el envite del lobo, y finalmente, mientras sus ojos brillaban con un ansia de sangre inusual, un arco descendente de su katana que partió en dos al sorprendido animal. Su sangre se proyectó alrededor del cadáver, y parte de ella cayó encima del desafortunado cuervo.

Los lobos caían sin piedad, uno detrás de otro sin apenas causar un mísero rasguño a Dante. Su estilo de combate era impecable, se enfrentaba a sus adversarios en un baile de muerte del que ninguno podía escapar. Todos acababan en el suelo heridos de muerte mientras su arma se deslizaba grácilmente por el campo de batalla sesgando vidas, mientras una sonrisa burlona surgía de los labios del guerrero. Una sonrisa que se cortó cuando una de las flechas de fuego impactó en su pecho.

Era dolorosa, quemaba, y su ropa no había prendido por pura suerte. Se dio la vuelta de pronto, a lo lejos, la sombra de tres hombre con arco se perfilaba entre los árboles. Habían sido ellos los que le habían herido. Así que, arrancándose el proyectil de su pecho se lanzó contra ellos. Corriendo a toda velocidad, esquivando árboles, Dante parecía no pisar el suelo, todo su cuerpo estaba inclinado hacia delante, alcanzando una velocidad endiablada y presentándose ante ellos antes de que la sangre que resbalaba desde la herida de su pecho tocara el suelo. 

Pero justo en ese momento, cuando estaba delante de ellos, una nueva salva fue descargada hacia él. No era un niño y conocía movimientos para esquivarlas, de hecho, con una rápida finta esquivó la primera flecha y con una voltereta hacia delante esquivó la segunda, y la tercera solo necesitó mover ligeramente la cabeza para evitar su mortal impacto, ahora tendrían que recargar, y ese sería el momento en el que el guerrero daría cuenta de su herida. Sus ojos brillaban con furia. Y su espada ansiaba sangre.

 

Por otro lado, una chica trataba que su compañera de viaje no se desangrara. Trataba por todos los medios que Lexa, la chica del pelo morado no muriera víctima de la pérdida de sangre y de las heridas que tenía. Pero la verdad, es que su tarea estaba abocada al fracaso. Cuando trataba de parar una hemorragia, la sangre buscaba otro lugar para salir y otra herida empeoraba. Además, la extraña alergia que efectaba a la mujer estaba haciendo imposible tocar a la chica sin causarle un dolor bestial, fruto del cual, cayó desmayada al instante, durmiéndose para nunca jamás volver a despertar.

Una nueva flecha volvió a volar por el lugar, esquivando a Lexa y tratando de impactar en kaela. Esta estaba distraída, intentando devolver a la pequeña a la vida y no la vio venir. Se acercó terriblemente y cuando estaba justo a punto de impactar contra su débil cuerpo.

¡FLASH!

Un cegador destello envió la flecha muy lejos de allí, dando vueltas sobre sí misma. De pronto, Ka estaba protegida por tres pares de alas doradas, que se cruzaban ante ella dando cobertura contra los ataques de los enemigos. Nuevas flechas volvieron a impactar contra ella sin causar daño alguno, se volvía a ver un estallido luminoso y los proyectiles salían disparados sin ningún destino. La mirada de Ka empezó a echar fuego. Habían matado a aquella persona, si bien no la conocía demasiado, podría serle útil en el destino. Y además, estaban tratando de matarla a ella. No iba a permitirlo, no en ese momento, ni nunca. Al parecer, el chico que recogieron por el camino se desenvolvía bastante bien él solo y no necesitaba ayuda, ya era hora de demostrar que ella no era ninguna inútil.

kaela cerró los ojos, y se concentró en aquel ser superior al que había llamado alguna vez. Sabía que su poder podía ser realmente útil en aquel momento, sabía que podría matar a aquellos arqueros sin que ellos se dieran cuenta de con quién se estaban metiendo. Los estallidos luminosos eran solo un aviso, la cosa iba en serio, y no iba a parar hasta que sus cuerpos reposaran en el frío suelo, habiendo expirado su último aliento.

la chica juntó las manos en señal de rezo, y las movió varias veces en círculo para comenzar su ritual. Las energías mágicas fluían a través de ella y se sentía completa, se sentía con el poder suficiente, sentía como la esencia de aquel ser empezaba a empatizar con ella, y entonces rezó. Le pidió un conjuro capaz de eliminarlos desde aquí, pidió al hierofante, que, en su eterna y grandiosa sabuduría destruyera a sus enemigos mientras ella estaba protegida por la sacerdotisa.

Y, con una pequeña explosión azulada, un ente de tamaño humano, ataviado con una vestimenta celeste se presentó delante de ella, entre el escudo y los arqueros realizando gestos arcanos a su vez. levantó las manos, en la que la derecha portaba un bastón carmesí, y las bajó haciendo signos serpenteantes. Cuando por fin estuvieron casi en el suelo, empezaron a brillar del color del mar y cuando las empezó de nuevo a elevar, en su camino iban dejando un pequeño rastro líquido. Como si estuviera apareciendo agua de sus manos, y concentrándose.

Así, dos columnas en constante movimiento fueron formándose delante de él mientras sus manos se elevaban. Y al terminar, cuando alcanzaron la altura de la cabeza, la columna de agua empezó a tomar forma de una cabeza de dragón, surgiendo un destello de zafiro donde debería estar el ojo. La verdad es que el aspecto era amenazante.

Mientras tanto, Kaela permanecía casi en tranze, elevada unos centímetros del suelo, y con sus ropas siendo agitadas por un inexistente viento. El poder de la magia la estaba embargando y la liberación de ese poder no solo destruye a tus enemigos, es mucha energía la que se libera, por ello jugar con ella es arriesgado.

De pronto, el color zafiro de los ojos cambió, y se sustutuyó por el rubí, y con un sonoro rugido, las dos columnas de agua se lanzaron contra los enemigos, tragando las pobres saetas que pudieron lanzar en ese tiempo. Los dragones atravesaban árboles como si no existieran, sólo tenían un único objetivo atravesar el alma de los que estaban destinados a morir.


 

Mañana más... que ahora estoy cansado... no posteéis... ^^

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25/09/2011, 16:41
Director
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 Un gélido aliento se sentía desde la loma de una montaña cercana. El vaho que salía de la boca, o lo que parecía ser la boca de ese ser se mezclaba con el aire haciendo de la imagen algo que cualquier ser habría calificado de escalofriante. Allí, sentado se encontraba aquel lobo, formado por pensamientos, pequeñas nebulosas y escarcha. 

Realmente no tenía forma, era un simple espectro, algo volátil ligero y... mortal. Con sus pequeños ojos azules estaba observando la batalla, comprobando cómo sus leales súbditos luchaban contra aquellos hombres. Hoy no era el mejor día para cruzar el bosque, hoy era un día señalado. Hoy, él se levantaría...

Tomó aire de nuevo, si es que los espíritus pueden respirar, y volvió a exhalar su aliento en el aire, haciendo que este desapareciera lentamente, perdiéndose en un remolino de viento y de hojas. 

Hojas secas, hojas que mecidas por el viento eran arrastradas hasta el suelo en un baile frenético. Hacia el suelo, donde se estaba librando una cruel batalla.


Una pequeña hoja de un árbol cayó justo por delante de la cara de Dante, acariciando su piel y quedándose pegada en ella debido a la velocidad de sus movimientos.

La mirada del hombre era poco menos la de un asesino, sus movimientos los de una centella. La sangre salpicaba por todos los lados cuando se movía dejando regueros en los árboles cercanos y en el suelo. 

Dante se estaba enfrentando a tres enemigos, pero parecía que eso era algo natural en él, habiendo esquivado la primera salva de disparos, unos arqueros no serían nada de gran dificultad para él.

Al primero lo atravesó con su arma en cuanto cosiguió distancia, quedando su compañero al lado con cara de asombro, y sin pestañear, sacó la katana del cuerpo de su contrincante y en un veloz movimiento ya estaba clavada en el pecho del otro. En un abrir y cerrar de ojos había acabado con los dos arqueros, y sólo se había manchado con su sangre. Pero el último arquero tenía una sorpresa para él.

 Su arco estaba tenso, y la punta de su flecha prendida en llamas. La mirada del hombre denotaba odio, terror, y resolución a partes iguales. Ese hombre había masacrado a los lobos, y a sus dos compañeros en un abrir y cerrar de ojos, y él tenía ahora el poder de acabar con su tiranía. Sólo tenía que soltar la cuerda, dejar volar la flecha un par de metros y gracias a la distancia, perforar al asesino.

¡Tchak!

La cuerda se destensó, y la flechá voló hasta dante impactando de lleno en su estómago. La sangre empezó a brotar casi a chorro, pero lo más peligroso es que...

¡Su ropa había prendido!

Dante empezó a retroceder mientras trataba de apagar el fuego de su ropa, y mientras una sonrisa de satisfacción surgía en el rostro de su enemigo. Una nueva flecha empezaba a estar en su arco mientras el guerrero empezaba a pensar que sería mejor ignorar el fuego de su ropa al menos hasta que hubiera aniquilado al último de los arqueros. 

El dolor era insufrible, el calor que empezaba a sentir debido a sus ropas hacía que fuera difícil moverse con soltura. Algunos movimientos no podía realizarlos debido al fuego y le costaba acercarse e ignorar el acto reflejo de quitarse la ropa, sin embargo continuaba en pie y desafiante.

¡Tchak!

De nuevo otra flecha volaba en dirección a Dante. Pero esta vez estuvo más rápido, y no impactó en su pecho... pero no pudo evitar que se incrustara en su pierna. No podía ignorar el dolor, y cayó al suelo de rodillas delante de su enemigo.


Los dragones de agua seguían su camino, directos a por los dos arqueros que acosaban a los viajeros desde el otro lado del camino. Ambos seres mitológicos avanzaban raudos y sus caminos se habían cruzado de tal forma que una hélice de agua se formaba a su paso, con un círculo rubí dibujado por ambas cabezas en su movimiento.

Cuando, a escasos metros de sus objetivos, los dragones abrieron la boca y, separándose, llegaron a su destino impactando contra los arqueros en una gran explosión de agua.

Realmente, kaela sabía que no tenía nada de líquido ese conjuro, era solo la imagen que el hierofante había querido darle en ese momento a una simple descarga de energía mágica. Una descarga mortal que, previendo la inexperiencia con la magia que esos seres tendrían les pillaría de improviso y no tendrían recursos para defenderse de tal ataque.

Y... así fue. De dentro de la bola de agua mágica surgieron dos cuerpos magullados, rodilla en tierra y con una gran quemadura en el pecho. Uno de ellos no pudo aguantar más y cayó al suelo, el otro parecía que aún podía mantenerse. Había sido un disparo certero, había causado un gran daño, pero no había acabado con ellos.

Pero poco quedaba.


Bufff... otro tocho post, mañana más. Y aún queda lo mejor. XD

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30/09/2011, 02:09
Director
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       Los últimos rayos del sol atravesaban las copas de los árboles cercanos, haciendo del bosque un espectáculo de luces y sombras digno de cualquier circo. Pero en ese momento, lo que allí ocurría no le gustaría verlo nadie en la plaza de su pueblo. Una mezcla de sangre, fuego, acero, magia y devoción llenaba el lugar. Gritos de muerte podían oirse desde centenares de metros a la redonda. Allí, en medio de esa actuación, se encontraban Dante y Kaela, luchando mano a mano por sobrevivir. 

No era una tarea fácil. Nada fácil.


 

                   Dante cerró los ojos debido al dolor. Su cuerpo estaba siendo abrasado por su ropa en llamas, y la nueva flecha había impactado en la rodilla del soldado haciendo que cayera de bruces contra el suelo. En su oído se escuchó el estruendoso sonido de la muerte. El arco de su enemigo se estaba volviendo a tensar. Eso solo significaba que con él ciego, herido, y realmente magullado sería un disparo fácil, y daría de lleno con el destino de Dante, frustrándolo en aquel momento. El sonido de pronto se detuvo, había acabado de recargar esa nueva flecha. Estaba preparado para asestar el disparo final, acabaría con la vida de Dante de una vez, acabaría con su sufrimiento actual, acabaría con aquel superviviente.

O no.

              De pronto, los ojos de dante se abrieron coloreados de un intenso color carmín. Dentro de ellos podía percibirse el deseo de sobrevivir, amen del ansia por derrotar a sus enemigos. No iba a caer en ese momento, aunque los hados hubieran predicho que sería su muerte, no acabaría allí. Su iris reflejó el color de su cuerpo actual, rojo, amarillo, naranja... fuego.  Esos ojos decían que ese no era el final.

Dante elevó la hoja de su arma, en un movimiento tan rápido que ni la existencia se dio cuenta de lo que estaba haciendo. La katana se interpuso en la trayectoria de la flecha de una manera tan precisa que la detuvo, no con el canto, sino con el filo. Debido a la velocidad de la saeta ésta se partió en dos, y cada una de las mitades pasó acariciando a los hombros de Dante y clavándose inmediatamente detrás.

Dante había sobrevivido a aquella flecha fatal. Había cambiado las tornas del combate. Ahora su voluntad férrea le guiaba como si no tuviera que pensar su siguiente movimiento. Su contrincante estaba asustado eso no era normal, había podido esquivar la flecha aún siendo un disparo a bocajarro. No podía creerlo, y no acertaba a poner la nueva flecha en el arco.

Estaba temblando...

El guerrero se levantó de pronto, en un movimiento veloz. Tanto, que las llamas de su cuerpo quedaron atrás, y pareció un ave de fuego remontando el vuelo. Un ave que había salvado a la muerte, un ave que se disponía a labrar de nuevo su propio destino, espantando a la parca que le visitaba a su puerta. Dante abrió los brazos y suspiró. 

Era, el ave fénix.

 

             Justo después del suspiro, su katana partió el aire, describiendo un arco horizontal que partió al arquero en dos partes. El propio bandido no tuvo tiempo ni siquiera de enterarse que había sido herido, y se quedó mirándolo perplejo. Realmente ya estaba muerto, solo que no se había enterado aún. Tras el espadazo, se dio la vuelta y tocó suavemente el pecho de su contrincante, el cual cayó partido en dos con un reguero de sangre. 

El peligro principal había terminado para él. Había olvidado por completo el fuego que le envolvía y le daba ese aspecto tan majestuoso. Pero era doloroso, y tras acabar con su enemigo, trató de quitarse la ropa. Tenía que apagarse, tenía que librarse de ese dolor.

Y aún estaba Ka, esa chica que acababa de conocer y aún trataba de librarse de esos indeseables. Habría que ayudarla.


 

             Kaela sonreía victoriosa. El arcano que había invocado había debilitado enormemente a sus enemigos y solo faltaba darles el golpe de gracia. Se sentía útil, sentía como su poder llenaba cada célula de su cuerpo. Tan solo tenía que volver a invocar al hierofante, tenía que ordenarle hacer lo que mismo que había hecho en ese momento, y así terminaría con las aspiraciones de victoria de aquellos bandidos. Parecía una tarea sencilla, además su moral estaba por las nubes, y la de sus enemigos casi a por los suelos. 

Y eso podía leerse en sus caras. Una expresión mezcla de terror y sorpresa era incapaz de ocultarse en los rostros de los bandidos, no habían predecido un ataque así, eso era algo... sobrenatural. Unos pasos para atrás es lo mucho que les permitía realizar su paralizado cuerpo. En breves estarían saludando a sus antepasados en el más allá.

La chica empezó a mover sus manos de nuevo, realizando el ritual que le ayudaba a traer al hierofante a este mundo. Iba a erradicar de una vez a sus enemigos, estaba totalmente concentrada en su conjuro, estaba trayendo de nuevo al mundo a aquel ser todopoderoso...

pero... ¿qué? ¿qué estaba ocurriendo?

Las energías empezaron a fallarle, y el hierofante no quería acudir a su llamada. Las runas místicas dibujadas en el aire empezaron a vibrar, juntándose todas en una luz zafiro que empezó a surgir en el centro de todas ellas. No era una buena señal. Ka no tenía el control de aquellas diminutas perlas de poder. Las alas de la Sacerdotisa se cerraron en torno a ella mientras el punto brillante empezó a crecer, y a hacerse más denso. De pronto, en vez de crecer, cuando ya había absorbido todo el poder que podía, empezó a retorcerse, como si no pudiera contenerlo, y a decrecer dejando menos espacio cada vez para la energía acumulada. Tanto se retorció, que cuando casi no quedaba ni rastro de él, una explosión azul impactó en kaela, que dio gracias a su protectora por el abrazo, pues cayó dos metros hacia atrás, sin herida alguna.

Kaela había fallado en la invocación, y una sonrisa macabra apareció en las caras de sus enemigos. De pronto habían perdido el miedo a Kaela, vieron como la bruja había fallado, no era infalible, y ahora parecía débil. Es cierto que seguía bajo la protección de aquellas alas místicas, pero eso no podía durar para siempre.

¿o sí?


Os juro que quería acabarlo hoy, pero es que cada vez se me hace más épica cada escena ^^ en el próximo post acabo XDDD

(o no...) Espero que al menos esté quedando bien ^^

Cargando editor
15/10/2011, 00:13
Director
Sólo para el director

Notas de juego

 

-Cuando Dante va a ayudarla, un lobo fantasma aparece y empieza a luchar con Dante, con el bando decantado para el lado del lobo.

-Kaela se recupera, y con un "hechizo" vence a los arqueros, pero el lobo sigue intacto.

-El lobo mantiene en jaque a los dos guerreros, hasta que Dante está muy herido y cae al suelo casi insconsciente.

-En ese momento llega un espiritu de un hombre con una espada enorme que combate contra el lobo.

-No lo vence, pero lo logra espantar después de una batalla encarnizada en la que solo podéis mirar.

-Observais al lobo escapar.

Ahora, el post tendría que ser enorme con fotos del espadachin del lobo, de las heridas, del nuevo hechizo... pero no tengo ancho de banda para hacerlo con fluidez. A sí que, si queréis podeis postear imaginando vosotros como ha sido.

Cuando tenga tiempo, editaré este post para hacerlo bonito. En este momento podéis interpretar la impresión después de la "batalla" que acabais de tener, recuerdo que el carruaje está en llamas, después de la primera impresión, ya interactuará el hombre espiritu con vosotros... o no... XD

Cargando editor
22/07/2012, 21:36
Kaela
Sólo para el director

Miedo y confusión se entremezclaban dentro del pecho de la joven. 

¿Que había pasado? ¿Como había terminado en aquella pelea? Esa no era su misión, ni si quiera había llegado a comenzarla, y ya arriesgaba su vida por ¿Quien?, ¿Una mujer que ahora yacía muerta y un mendigo del camino?

Tenia que cumplir con su deber, tenía que conseguir llegar a su destino, Y que sus padres estuviesen orgullosa de ella.

Se levantó lo más rapidamente que sus sentidos aturdidos por la explosión le permitieron, y confiando en la distancia que le separaba de sus enemigos, comenzó a correr. Huyendo de aquella locura, un segundo para mirar atras y descubrir a ..Dante. Le dolia abandonarle, era rastrero y cobarde..pero ¿Que podía hacer? 

Esa no era su lucha, y hasta hacía unos días ni siquiera se hubiese planteado arriesgar su integridad física por tales desconocidos. Por que eso es lo que en el fondo eran, unos desconocidos. No iba a terminar como Lexa, no de una forma tan patética. Su objetivo era llegar lejos en la orden, y muerta le sería muy difícil.

-LO SIENTO- gritó, con su corazón algo encogido por el remordimiento.

Corrió, alejandose de la parca, alejandose de cualquier tipo de peligro, como un animal siguiendo su instinto de supervivencia, perdiendose en el verde bosque. Reclamando el tiempo necesario para poder volver a ver el siguiente amanecer.

Notas de juego

máster ya que estó esta over y jamas volverá, que tal si al menos finalizó así el pasado de Kaela..no me acuerdo mucho de lo que pasaba y no me voy a leer todos los post anteriores porque son demasiados, me he leido el ultimo y punto.

si cuadra y te parece bien..yo lo dejo como el "final" del pasado de Ka, que opinas?