Partida Rol por web

 Así que te llamas Ka.... un nombre muy extraño pero todavía es pronto para empezar a juzgar. Parece de confianza aunque mejor no fiarse y menos del otro acompañante parece muy silencioso...

-Un placer conoceros Ka. Mi nombre es Dante.-

Ni siquiera el echo de que le hubieran salvado la vida, era suficiente para que Dante les diera la llave de su vida, su verdadero nombre.

-Ya se que no han parado ustedes pero me estan dejando permanecer aqui dentro sin importarles, eso es algo que agradezco aun encima me ofrecen comida sin querer nada a cambio...-

Poco a poco, Dante iba recuperando la compostura y cada vez iba viendo con mayor claridad hasta que casi podía distinguir por completo a la persona con la que hablaba.

-Les prometo que me iré en cuanto pueda, ya dije que no quiero causar mucha molestia, aun encima parece que me persiguen los problemas jeje-

Al acabar esa frase Dante emitió una sonrisa, creyó que así podría terminar de romper el hielo y tampoco quería parecer una persona fría con la que no poder relacionarse.

A donde irán estas personas, rara vez pasan en este tiempo diligencias quiza sea gente importante, a lo mejor merece la pena descubrir mas cosas

 Fuera del carruaje volvió a sonar el restallido de los látigos azuzando a los caballos para reanudar el camino. Pronto anochecería, y era mejor recorrer el máximo trecho posible, antes de detenerse.

-Vamos Pegaso. Arre compañero.

El traqueteo propio de un viaje comenzó de nuevo, el carruaje no era especialmente cómodo, pero se podía viajar con relativa tranquilidad.

Parece agradable, aunque todo puede que sea a causa en que somos nosotros los que le estamos salvando la vida, no sería muy inteligente de su parte o de la de cualquiera, tentar a la suerte cuando te encuentras en ese estado. Aunque luego pienses hacer una masacre, siempre es cabal el caer en gracia a aquellos de quien depende en parte tu supervivencia.

Sólo con recordar que Lexa estaba ahí, Ka había vuelto a ser tan desconfiada como hasta el momento. Tenía que tener especial cuidado con aquel extraño, con sólo unas palabras había conseguido que bajase la guardia, y eso no solía pasar. Ese joven poseía un algo especial que hacía creer a Ka sentir una afinidad con él que realmente no existía. Le gustaba lo primero que había visto de él, pero eso era sólo una fachada, debía llegar a profundizar mucho más, para empezar a considerar si se dejaba llevar. Pero debería ser cuidadosa con éste, no sabía porque ni como, pero ejercía un cierto poder sobre ella, hacía que se sintiese algo más segura y cómoda que con el resto de las personas.

Un lobo con piel de cordero...

En el fondo Ka deseaba equivocarse en eso, pero aún era muy pronto para emitir ningún jucio. Habría que esperar un poco más para ver si su excepticismo ante la idea de que la gente fuese buena de forma altruista le había vuelto a salvar.

-Bueno tampoco hace falta tanta prisa en irse- Aunque si lo hace, tampoco pondre muchos inconvenientes. - En el fondo era mentira, Ka sentía mucha curiosidad por ese hombre y no le gustaba la idea de que se marchara antes de poder saciar su curiosidad.- Espérese aunque sea a que lleguemos a Súrea. Allí además podrá tener más medios a su disposición para irse donde le plazca.

El cochero reanudo de nuevo el viaje y Ka miró como el paisaje volvía a pasar a través de las ventanas.

-Bueno esto ya se vuelve a poner en marcha- Giró su cabeza otra vez hacía el tal Dante- Perdone, no quisiera importunarle, pero ya que mencionó lo de que los problemas le persiguen, bueno..¿Qué le pasó?

Le miró, esperando si otra vez sus palabras le sonaban sinceras intentando volver a hacer ese efecto sedante en ella. Ésta vez estaría alerta.

Ante las preguntas de Ka, Dante se sentía un poco interrogado, como si quisieran saber todo sobre el, pese a todo no se lo podía echar en cara ya que era Dante el que sobraba en ese carruaje.

Supongo que no tengo mas opción que responder, además tampoco tengo porque mentir, pero que sepa que a esto sabemos jugar todos....

-Bueno en realidad cuando llegue a Súrea, no iré a ningún otro sitio, ya que ese es mi destino. Y con respecto a lo que me pasó, una manada de lobos furiosos nos ataco y acabaron con mis compañeros y los caballo, yo fui el único que salio con vida...aunque por poco acabo igual que mis compañeros si no hubiera sido por vosotros- Dante asintió con la cabeza en señal de agradecimiento.

Dante, respondió a la pregunta de Ka sin titubear ni un solo segundo, a lo largo de su vida, había aprendido que muchas batallas tanto campales como psicológicas, se ganan no siendo el mas fuerte, sino no mostrando puntos débiles y sintiéndose seguro de uno mismo y de cada palabra que se pronuncia.

Veamos que respondes tu a mis preguntas....ademas, ¿cual sera la relación entre estas dos personas?, da la sensación de que esta que esta totalmente callada protegiera a Ka, ¿Quien demonios es esta tal Ka?, ¿A donde irán?, y lo que mas me intriga....¿con que intenciones irán?, ademas nose que habrá en los otros dos carruajes. Una cosa esta clara debe de tener dinero para poder cruzar el bosque en estas fechas...

-Y que hay de vosotras, ¿a donde se dirigen?, rara vez pasan diligencias por el bosque durante estas fechas.-

Dante estaba impaciente por oir la respuesta a su pregunta, estaba pendiente de cada detalle, de cada titubeo en la voz de la muchacha, de que pudiera mostrar cualquier debilidad a la hora de dar su respuesta.

-Pues verá como ya dije antes nos dirijimos a Súrea, así que parece que volvemos a coincidir en el destino. Yo voy por asuntos de trabajo, necesito el dinero y con este encargo quizás me den suficiente hasta que me encomienden otro.

Y respecto a lo de sus compañeros, lamento lo que le ocurrió, lo ha debido pasar mal..bueno ya esta a salvo. Esperemos no encontrarnos con esos lobos por el camino.

Esta vez Ka no tuvo que sopesar la información que debía o no dar. Todo lo que había dicho salió automáticamente de su boca. Sin nervios, sin vacilaciones.

¿Ésta mujer no piensa hablar en la vida?¿ De pronto irrumpe un hombre medio muerto en el carruaje y le da igual?..

 Lexa estaba siendo acorralada. No es que no le costara soltar mentiras, la verdad es que se le daba tan bien como hablar, pero cuanta más información des, aunque sea falsa te vas atando más a la otra persona, pues tienes que mantener las mentiras. Y revelar las verdades, no es muy útil en muchas ocasiones. Pero en ese momento, algo extraño sucedió. Algo que cambió el curso de la conversación entre las dos chicas. El carruaje se detuvo de improviso, con un voceo por parte del cochero.

Parece que un hombre ha sido encontrado en el camino. Y, como es natural, entrará en este carruaje. Y yo que pensaba que iba a ser un viaje cómodo.

Lexa no se equivocaba, el nuevo entró en ese carruaje. Tampoco podía quejarse, al fin y al cabo su situación fue parecida. Aunque ella sí que formaba parte de la expedición y tenía todo el derecho a un viaje confortable. No como el pordiosero que acababan de subir al carro.

La verdad es que su aspecto era deplorable. Sus ropas estaban raídas, y su piel estaba llena de arañazos, cortes, moratones y postillas. Parecía que habían subido a un muerto al carruaje, lo que no le parecía del todo aceptable. Pero, por otro lado, había hecho que las preguntas de Ka cambiaran de dirección, y eso le era favorable.

Escrutó la situación. Realmente el destino del hombre le era totalmente indiferente. No sería la primera persona que vería morir delante de sus ojos, ni sería la última, por lo que mientras sus compañeros charlaban, y destruían sus defensas mentales, víctimas de la situación. Ella permaneció impasible, fría, observando los acontecimientos como alguien que lee un libro. La implicación psicológica y física era absolutamente nula.

Entonces, el cadáver formula una pregunta, que va dirigida a ambas. 

¿Tendré que contestar? Mientras no me hablaba podía escurrir el bulto con la cabeza alta, alegando que no tenía nada que preguntarle. Pero una vez que le hablaba directamente, sería una falta de educación no responderle, y tampoco quería ganarse un enemigo. Que carga es esto de las relaciones sociales. ¡Con lo rápido que calla a las personas un certero cuchillo!

Justo cuando Lexa iba a contestar, su "compañera" se adelantó. Y además contestó con una bonita primera persona del plural, lo que la incluía a ella. Bueno, quizá no había expresado cuál era mi objetivo, pero podía pasar desapercibido. Al fin y al cabo... ¿a quién le interesaba? Estaban manteniendo esta conversación por pura cortesía y se estaba convirtiendo en una pelea dialéctica, a ver quién puede esconder más verdades sin desvelar sus cartas. Tanto juego, para que luego en el momento de la verdad, las lenguas se suelten tan fácilmente. Mejor esperar. El tiempo lo desvela todo, y si no... una daga en el cuello hace que todo lo que ocultes deje de tener sentido.

 Así que un encargo.... que tipo de encargo será, quizá vayan a lo mismo que yo o lo que sería peor, van a hacer lo contrario a mi con lo que seguramente nos tengamos que enfrentar. Así que o van a proteger al alcalde como yo.... o van a asesinarle y yo tengo que evitarlo...

-¿Y de qué tipo de encargo se trata?, si se puede saber claro, no quisiera parecer un entrometido.-

Dante estaba muy atento a los gestos que pudieran hacer cualquiera de las dos personas pero en especial, la que no había abierto la boca, quería ver si reaccionaba de alguna manera ya que le producía mucha intriga. Entonces se le ocurrió una pregunta que pudiera dar de si bastante.

-¿ Y vosotras dos vais juntas? quiero decir si sois compañeras desde hace mucho tiempo o habéis coincido en este viaje por primera vez y vais a hacer el mismo encargo.-

Espero que ahora no estés tan callada...haber que responde...

Otro jugador más en esta partida. Otro en busca de información. En el fondo ésto es lo que hacemos todos, pero éste parece estudiarnos, cada paso que damos y cómo lo damos. O teme por su vida..o las que que deberíamos temerle a él somos nosotras.

El efecto de ese hombre sobre Kaela iba pasando, es cierto que si le diesen a elegir entre sus dos acompañantes hubiese elegido sin duda a aquel joven, pero ya no era lo mismo, ahora estaba despierta.

La respuesta de Ka intentaba tener el mismo tono simpático y dulce que había querido transmitir durante toda la conversción con tantas sonrisitas y buenos modos.

-Me dirijía a Súrea porque debía proteger, escoltar y servir a su alcalde en una misión que él en persona me comentaría cuando llegue allí. Y, bueno, respecto a nosotras dos, lo cierto es que no nos conocimos hasta hace un momento, ella viajaba en otro carruaje de esta compañia al que se le rompió una rueda así que la trasladaron conmigo. En cuanto a por qué se dirijia ella a Súrea y demás dejaré que sea ella misma quien te responda, que sólo estoy hablando yo-soltó una risita tímida y miró directamente a Lexa- y así retomamos nuestra conversación en donde la dejamos antes de que, afortunadamente, encontrasemos y rescatasemos a..Dante?, no?- dirigió su mirada sólo un segundo hacia el joven para ver si su respuesta era afirmativa- Y que no llegamos a terminar  ¿Cómo habías conseguido tú el encargo?

La sutilidad empezaba a brillar por su ausencia, al menos por parte de Kaela, no estaba acostumbrada a este tipo de situaciones. Lo que realmente deseaba era callarse, llegar a Súrea y que todo eso se hubiera olvidado, demasiada tensión, demasiados juegos. O adoptaba una nueva posición de cazador, o la impaciencia haría que ella fuese la primera presa en caer.

 Dante asintió con la cabeza cuando Ka pregunto si era correcto su nombre, en ese momento, Dante se dio cuenta de que la muchacha tampoco confiaba del todo, pero para el fue fácil disimular, llevaba demasiado tiempo usando el mismo nombre falso.

Así que en principio vais a hacer la misma misión que yo.... o eso, o es lo mejor que le puedes decir a un forastero que acabas de conocer, claro que también han tenido suerte, ya que si mi misión fuera acabar con el alcalde, que mejor momento que este para acabar con sus futuros protectores, pero de momento no diré nada...puede que me haya engañado...

-Con lo que no os conocías de antes, pero vais a hacer la misma misión, vaya casualidad ¿no?-

Dante sabía de sobra que a lo largo de la vida, las casualidades eran mas bien pocas así que empezó a pensar que quizá esas muchachas que tenía delante podían ser bastante fuertes.

- ¿Y como conseguiste tu el encargo...Ka?, verdad?-

No se sabe muy bien que se le pasó a Dante por la cabeza para acabar así la frase, sabía que no lo tenía que haber echo pero quiso hacer saber a la muchacha que se había dado totalmente cuenta de lo que había intentado hacer y le estaba devolviendo la jugada.

La joven empezaba a sentirse muy incómoda, la estaban acorralando. Sólo quería callar, y no haber dado tanta información como hasta ahora lo había hecho, Dante no parecía tan de fiar ahora como unos instantes antes. y a Ka, ya le daba igual con que tono de voz o mirada le preguntase, había que pensar en uno mismo primero, al menos en esta caso.

Asintió y ante las dos preguntas de Dante,pero a su última cuestión debía responder con algo más que un gesto cortés:

-Mmmm, nada, suerte supongo, pero ya nos centramos demasiado en mí, hablame más sobre ti, sobre  por qué vas a Súrea , que te lleva a esas tierras. O sino demos la palabra a Lexa, que con tanta cháchara entre nosotros la pobre no tuvo ocasión de decir nada.

Estaba cansada de tantas mentiras, se empezaba a complicar mucho, quería quitarselo de encima ya. Sonríe a Lexa intentando que no se perciba demasiado una malicia en sus palabras bastante obvias.

 A Dante ni se le paso por la cabeza decirles la verdad, todavía no sabia si podía confiar en aquellar mujeres, si le habían salvado la vida pero como acertó Ka, mas bien había sido el cochero, se preguntaba ¿si hubieran ido solo ellas le habrían salvado?.

Lo de proteger al alcalde no sabia si creérselo, el nunca lo hubiera dicho, nunca sabes con quien puedes estar hablando.

-La verdad es que mi viaje a Súrea, es por motivos familiares, un tio mio esta gravemente enfermo y los médicos no saben cuanto puede durar así que antes de que sea demasiado tarde quiero verle aunque sea una última vez mas...-

También hay que decir que Ka lleva toda la razón, esta chica, que al parecer se llama Lexa, o ha dicho nada desde que he entrado aquí, es una chica muy misteriosa y no me puedo fiar de ella...

-Cierto es Ka, no estamos dejando hablar a Lexa, ¿Qué hay de ti?, ¿cómo conseguiste el encargo?-

En ese momento, se hizo una alianza contra Lexa sin que se dieran cuenta ambos, por razones que desconocía Dante, Ka no sabía nada sobre Lexa a pesar de llevar en el mismo carruaje un buen rato y esta era la mejor oportunidad que había tenido para sacarle algo de información.

 Lexa había rezado porque no llegase el momento inevitable de separar los labios. La verdad era que le resultaba más una molestia el establecer contacto con aquella gente que el miedo a no saber qué decir y liarse con sus propias mentiras, pero no le quedaba otro remedio.

Joder, qué fastidio... ¿no pueden dejarme en paz? Si parece que hacen muy buenas migas ellos solitos... Además, el nuevo parece igual o más insoportable y preguntón aún que la tal Ka... hay que ver que afán por saber cosas de otros tiene la gente... No obstante, veo en él otra intención, una más oscura. No creo que Ka intente nada peligroso o extraerme información para hacerme daño, pero él parece hecho de otra pasta... de todas formas, lo mejor será que me ande con ojo. Como siempre. En verdad me gano mi sueldo más por esto que por el trabajo en sí.

-Un miembro de mi familia conoce familiares del alcalde. Como no es la primera vez que desempeño este trabajo y tengo algunas nociones de defensa, he sido recomendada. No tiene demasiado misterio. Siento parecer descortés, pero la verdad es que no me agradan las conversaciones banales cuando estoy en misiones de trabajo y soy bastante desconfiada. No obstante, no me importa conversar un poco con vosotros en lo que dure el trayecto. Ambos parecéis gente decente.

Ahora pensarán que soy el ser más borde, extraño y desconcertante que han conocido nunca. Probablemente tengan razón.

Con la sonrisa de medio lado que ponía siempre al mentir, clavó sus ojos primero en Ka y después en el nuevo pasajero, intentado escrutar más allá de lo aparente, en la profundidad de sus bonitos ojos grises. No le gustaba nada de nada.

¿No le gustan las conversaciones banales cuando está de misión? ¿Y lo de "que buen día hace" de antes que era?¿La última y más importante revelación del momento?

No sé, esta mujer no es trigo limpio. Pero yo no pienso ser quien le lleve la contraria, si dice que es por contactos, nos creeremos que es por contactos. Ciertamente sus últimas palabras no eran ciertas.

Ka miró a la joven con un gesto afable y asintió, no quería disgustarla. Si algo debía pasar mejor que fuera en Súrea, allí habría más medios, más gente. Eso quizás les cohibiría algo más a la hora de poner en marcha algún plan que pudierse estar relacionada con que las rítmicas pulsaciones cardíacas de Ka dejasen de sonar. No sabía por qué, pero no le llamaba mucho la atención la idea de morir o resultar herida.

Volvió su cabeza hacia el joven magullado esperando que fuese él quien emitiese una respuesta. Si pasaban algunos segundos sin responder tendría que ser la propia Kaela quien continuara la conversación. No sabía que era mejor con esta gente: los silencios incómodos o las conversaciones incómodas.

La conversación se prolongó durante gran parte del trayecto. Los continuos ataques y las defensas dialécticas eran lo único que se escuchaba dentro del primero de los carruajes. Al parecer cada uno de los "invitados" tenía fuertes motivaciones para ese trabajo, pero, como es lógico, ninguno quería revelarlas. Preferían el secretismo que permite una capa de mentiras, que aunque en un principio protegen al que dentro se hospeda, más tarde pueden ser peligrosas si son desveladas. Además, cuanto más tiempo se está con la persona a la que no has confesado la verdad, más posibilidades hay de ser pillado. Pero, hasta entonces, simplemente reza porque no se entere. O que en el momento en que se de cuenta ya no sea importante.

La carreta circuló sin apenas incidentes durante toda la mañana, exceptuando la recogida del pobre hombre abandonado a su suerte. En torno al mediodía, la comitiva paró a comer. Montando un pequeño campamento improvisado en un linde del camino. La comida no era especialmente sabrosa, ni había un excelente vino pero al menos era comestible. En especial para uno de ellos. Esa comida le resultó totalmente renovadora. La bebida y los alimentos que le habían dado le habían dado la vida, ahora solo le quedaba dormir durante una noche sin sobresaltos para poder recuperarse por completo. Su aspecto había mejorado mucho durante el trayecto, y ahora simplemente parecía que tenía ojeras. Grandes y pesadas, pero solo ojeras. Aunque aún se sentía cansado.

De nuevo, tras haberse parado se reanudó el camino con el nuevo restallar de los látigos, y el relinchar de los caballos. Y así estuvieron hasta bien entrada la tarde. Los sonidos propios de la mañana empezaron a dar paso a los de el anochecer. El viento ululaba por las ventanas del carruaje, y a lo lejos se escuchaba de vez en cuando el aullido de un lobo.

De pronto, la carreta se detuvo.

-Sooooooo.

Gritó el cochero. El sonido de los cascos de los caballos, y su propia impaciencia se podía escuchar desde dentro de los carruajes. ¿Qué habría pasado?

Ese silencio incómodo en el interior del carruaje había sido totalmente roto por el secante golpe con que el cochero les había hecho detenerse.

-Wooo - dice Ka mientras la física le hace desestabilizarse- ¡¿Pero que ha pasado?! ¿Por qué éste parón? Aún no llegamos a Súrea, ¿no?

Eso no era normal, algo había sucedido para que de pronto tal bamboleo azotase el interior. Ka decidió asomarse a los cristales del carruaje, si no veía nada fuera de lo normal saldría para preguntar al apuesto cochero que había sucedido. Además así tendría una excusa para comenzar a hablar con él , quizás por fin podría pasar el resto del trayecto hablando con alguien, aunque quizas no más interesante, sí más sugestivo físicamente.

Era una buena manera de escapar del interregatorio que se había formado dentro.

 Al asomarse, Kaela vio un inmenso tronco caído totalmente perpendicular al camino, bloqueándolo. Es lógico que no pudieran pasar los carruajes y hubiera que parar la comitiva. El tronco no era muy viejo, al menos en apariencia. Tenía que haber caído hace poco tiempo.

¡Un tronco! Vaya suerte la nuestra. Bueno es demasiado grande quizás deberíamos bajar por si necesitan que les echen una mano, pero yo sola poco haré. Vamos a ver si estos dos se dignan a ayudarme.

Ka mira a sus dos acompañantes, no tenían muchas intenciones de mover el más mínimo de sus músculos por la causa, ¿Realmente se pensaban quedar ahí sentados como burdos y egoístas burgueses esperando mientras el resto se deslomaban por retirarlo del camino? Aunque no fuera mucha, en esos casos, toda ayuda era bien recibida, ¿No?

-Parece que un tronco atraviesa el camino y nos corta el paso. Bajaré a ver si puedo ayudar en algo y si por lo demás está todo bien, aunque no tenga mucha fuerzas para aportar.- sonríe- ¿Alguien baja conmigo?

Mira a ambos ocupantes y espera unos segundos intentando vislumbrar algún ademán por su parte de querer acompañarla, luego baja poco a poco del carruaje, intentando darles algo más de tiempo para decidirse.

 Ocultos en el interior del bosque, aguardaban la señal. Sus hocicos resoplaban mientras permanecían tumbados junto a sus amos. A la más mínima orden saldrían a rodear a las carrozas, por ahora la trampa había surtido efecto. 

Los bandidos pasaron la mano por el pelaje de sus mascotas, serían los primeros en cargar, y asegurar el camino. Después irían ellos con sus arcos, eliminando la huída con el trasporte. Una flecha en llamas puede ser muy peligrosa.

Uno de los canes empezó a mover su hocico. Aparentemente reconocía un olor, algo había en esos carros familiar para él.

Un hombre con un báculo de madera, esperaba paciente su turno para lanzarse al combate. Su objetivo no era otro que las posibles joyas o riquezas que la gente poseía. O al menos, eso era lo que el resto del grupo intuía, o les había comentado. Sus verdaderos secretos permanecían a salvo en su mente.

-Tranquilos pequeños. La hora llegará en unos instantes. susurró de una manera casi imperceptible.

Hemos de esperar a que bajen del carro, el arbol es lo suficientemente pesado para que no se mueva fácilmente. Cuando sepamos que hay dentro podremos continuar con el plan.

Acarició suavemente el lomo de su mascota favorita, la había tenido desde pequeño, y había crecido con él. Ahora él era su mejor amigo, y su más leal servidor. La hora se acercaba. Era extraño que pasaran compañías en estas fechas, y Thomas conocía la razón. A pesar de eso agradeció su suerte, cerrando los ojos y diciendo unas palabras con la frente apoyada contar el bastón.

 Dante estaba ensimismado y para cuando se dio cuenta de que el carruaje había parado, estaba viendo a Ka salir de el con ademan de que le siguiera alguien. Entonces Dante se levanto y bajo con ella a ayudar.

Tendré que ayudar, además de que me han recogido sin querer nada a cambio...

-Si por supuesto, bajo contigo a ayudar, esperemos que esto no nos retrase demasiado y tu Lexa, ¿Bajas con nosotros?-

Dante salió del carruaje junto con Ka dejando la puerta abierta para que que Lexa pudiera bajar en cualquier momento. Una vez fuera, vieron al amable cochero intentar mover el tronco con pocas esperanzas de moverlo así que Dante fue a ayudarle para retirarlo del camino.

-Espere, cuando cuente 3 empujamos ¿vale?- Entonces Dante agarro el tronco -Uno....Dos....y TRES!!!-