Partida Rol por web

Desde la gran Logia de Absalom, habéis sido enviados a Kalsgard en las lejanas y frías tierras de los Reyes Linnorm. Concretamente al distrito de Iceferry donde se encuentra la Cabaña de la Sociedad Pathfinder, liderada por el VC Bjorsig Torrsen. Preguntando durante el viaje  o por meros conocimientos, sabéis lo siguiente de vuestro destino.

Las Tierras de los Reyes Linnorm son las tierras de los Ulfen y Varki. Son reinos tan salvajes e indomables como las personas que viven allí. Ubicado en el extremo noroeste de Avistan , es un reino de taiga y marismas que pasa gran parte del año congelado bajo capas de nieve, un lugar completamente inhóspito para todos, excepto para las personas más resistentes.

La ciudad de Kalsgard encuentra en las orillas sur del río Rimeflow ^† en el extremo norte de las Tierras de los Reyes Linnorm conocidas como Thanelands . Es la ciudad más grande de las Tierras de los Reyes Linnorm y, como tal, es la ciudad más cosmopolita en varios cientos de millas, que alberga comunidades de enanos , gnomos , varisianos y personas de incluso más lejos.

Iceferry está clasificado como un distrito de Kalsgard ubicado en la orilla norte del río Rimeflow ; Kalsgard es la capital de facto de las Tierras de los Reyes Linnorm ubicadas en el lado opuesto, es decir, al sur, del Rimeflow. Iceferry es el lugar donde viven muchos de los gnomos de Kalsgard, a quienes les gusta pensar en Iceferry como un municipio más independiente.

Khyra inspiro llenándose los pulmones.

Se notaba más viva que nunca, con energías renovadas, dispuesta a enfrentar una nueva misión para la sociedad en el lejano norte.

Se soltó el turbante y dejó que el pelo cayese sobre su espalda, mientras el poder de Sarenrae incendiaba sus manos como una promesa de justicia para los débiles y redención para los que lo deseen.

Maitrella Field, está apoyada en una pared, mirada seria, ceño fruncido, cabello rojo corto, duales enfundadas. Esta joven, que bien puede pasar por un chico, espera calmada a la espera de la misión.

Delara mira aburrida el libro abierto ante ella, lo habrá leído como cinco veces ya.

Ha pasado la mayoría del viaje estudiando una modesta pila de tomos sobre los reinos norteños esperando encontrar alguna información más sobre el Balgirdtrek, pero como imaginaba no ha sacado nada en claro.

Pasa la mano ligeramente por encima del té frío, y un vapor translucido vuelve a desprenderse del líquido contenido. Nivo, su gato familiar, bosteza al otro lado de la mesa.

"Qué duro es esperar."

Maitrella saca una baraja de presagiar, 

¿Una partida?

-Tentador... Juguemos -le contesta en elfico.

El gato Nivo aparece con un brinco en el hombro de la humana y mira curioso como las cartas se mueven entre las manos desde su cómodo pedestal. 

"Tu explicar reglas, y Na-Kell apuntar a Na-Kell sin dudar" dice el señor de Magaambia, portando una máscara de Echidna

"Yo der Na-Kel de Ugambia, Provincia de Magaambia"

Khyra miro a las dos atractivas mujeres que se disponían a jugar a las cartas ... y a esa extraña criatura que las acompañaba.

¿Pero que demonios es eso?

- Me apunto a jugar, pero sin apostar. El juego es el vicio de los débiles.

Notando la mirada penetrante de Khyra, como se fija en mi rostro y como se está preguntando que clase de extraña criatura soy, y que demonios es mi raza, se lo aclaro:

"Yo ser humano. Yo ser de piel negra, pero humano" dice el ser rojo. O bien se quedó en clase cuando explicaban los colores, o bien lleva pinturas por todo su cuerpo.
"Yo llevar máscara regalada a yo, por las Guerreras Mágicas. Ser tradición en Ugambia, provincia de Magaambia"
"Yo llevar careta de animal. Todos llevar careta de animal, honrando virtud de animal."

"Haber Mago Tejano y mago Tejón. Haber mago Garza y mago Garzón. Haber mago Cabra y mago... en fin"
"Yo ser mago Echidna"

"Diculpanos Na-Kell, mago Echidna. Las costumbres de tu pueblo no son desconocidas y desconcertantes de igual forma. Mi nombre es Delara Du'Ciel, originaria de Oroverde. También soy casualmente practicante de las artes arcanas. Tal vez, después de unas cuantas manos, podamos compartir conocimientos sobre el arte."

Contemplo a Dellara durante unos segundos. Unos larguisimos segundos. Quizá minutos. Y sin parpadear ni una sola vez

"No ser 'Arte'. Lo que hacer tu, no ser un 'arte' ni haber sido nunca"
"Y lo que hacer yo, no ser un 'arte' ni ser tampoco nunca haber sido" te digo, en una mezcla de sabiduria, fanatismo y quizá catetismo pueblerin, pues Na-kel es cualquier cosa menos un maestro, y Ugambia dista de ser la capital cosmopólita del centro de Magaambia

"¿Lo que tu hacer, y Na-kel hacer? Ser el camino. Ser da wae."
"Do you know da wae?"

Maitrella, que sigue jugando a las cartas. 

Da wae es por alli. Señalando a una direccion. 

Yo, Na-Kell te contemplo con ojos enormes, y realmente boquiabierto.
Te observo como quien ve a una deidad descender de los cielos y darte el texto sagrado.

"She's da kwìn!" exclamo
"Kwin, and commanda!". Todos en mi tribu buscamos el camino, y ella lo ha señalado como si nada. Ese es el gesto de la reina prometida.

En mi pequeño diario, escribo "Queridos Bruddas, He encontrado a the kwin!"

Se acerca una pequeña joven, comiéndose una madalena y acompañada por un bonito perro blanco que le llega más o menos a la cintura.

- Hola, ¿sois el grupo de pathfinders que va a las Tierras de los Reyes Linnorm?, pregunta la halfling, mi nombre es Laia aunque me podéis llamar “La Loba” y este es mi fial compañero Snow, comenta la joven señalando su blanca mascota… Saluda Snow a nuestros nuevos compañeros de viaje.

El animal os mira y aunque no dice nada, parece feliz por conoceros...

Delara, todavía analizando el significado de las palabras de Na-Kell, extiende la mano a la mediana a modo de saludo.

-Yo soy Delara, encantada.

Se agacha entonces hasta quedarse a la altura de Snow. “Tienes una sonrisa extraña, pero muy bonita” dice mientras le acerca la mano para que pueda olerla, pero sin acariciarle.

"Pues a mi me acojona, robo carta" 

Khyra miro ojiplatica y sin entender muy bien la conversación entre Delara y Na-Kel, para acabar dando un brinco al ver a Snow.

- Dame otra carta. Que perrito más mono ...

Vaya dientes, madre mía.

- Soy Khyra, servidora de Sarenrae. Sientate Laia y pasemos el rato entretenidos hasta partir al frío norte.

Luiscar cargaba muchos inviernos a sus espaldas, a veces pensaba que demasiados. Era un elfo de los más antiguos, pero por mucho que hubiera vivido a menudo se sorprendia con los jovenes miembros de la Sociedad. Siempre gratamente. Y aquella habitación rebosaba de vitalidad, algo que llenaba de esperanza el espíritu del elfo. Esa añorada jovialidad fue uno de los motivos por los que Luiscar volvió de su destierro voluntario para servir a la Sociedad.

Queridos, soy Luiscar y tengo el placer de haber venido a servir a vuestro lado. Espero poder ayudar con mi fuerte brazo para superar nuestra futura empresa. 

Khyra miro al recién llegado.

- Un placer contar contigo, Luiscar. Confiemos en que nos mantengamos unidos y superemos así esta misión.