Partida Rol por web

- Nunca faltan enemigos con los que buscar pendencias, unas veces seran sajones, otras rivales politicos...

-Aquestas tropas son de mercenarios, anda el señor conde en negociados para su contratación.

-Entiendo. -digo con parquedad, impaciente por hablar con el Conde y zanjar el asunto que me trae de vuelta de una vez por todas...

Al fin llegaste ante tu hasta ahora señor. Al parecer estaba informado de tus intenciones, que afronta con sobria normalidad.

Sois vos, quien desea romper nuestro vasallazgo ¿ es asin? ¿ que tienes que decir dello?

Saludo al señor con la etiqueta y las formas propias de la situación, y con respeto adecuado le hablo: -Temo confirmarvos tal asunto Sir Mcmiliard, pues como vos me hubisteis de encomendar un día, fama, honor et renombre he alcanzado, más ha sido tal en otro lugar et lejanas tierras. Más non solo eso es lo que me lleva a alejarme de vos, pues también me uniré en santo matrimonio con una digna et noble señora. 

Creo que mi persona y mi señorio, podrá pasar sin vos.

Con la presencia de sir Marcelus como testigo, manda llamar a un escribano, que recita un juramento de vasallaje con tu nombre en el lugar del caballero y el señor del castillo como señor. Una vez leído, el señor lo rasga y te lo da para que hagas lo mismo y continues con el acto de protocolo. Una vez rasgada tu parte el señor te coge por los hombros, y te dice sonriente.

¡ puedes marchar!, vayamos pues.

Puedes hablar algo con tu exseñor mientras camináis juntos hacia fuera

-Vos deseo lo mejor, sir Mcmiliar. Suerte et fortuna en vostras futuras empresas, et salud et prosperidad en los años venideros. -digo mientras avanzamos al exterior.

En verdad te llama la atención la normalidad con la que el señor se ha tomado tu renuncia. Al parecer no le importas demasiado y no te echa en falta. Avanzais ambos por los pasillos que dan a la salida, al patio de armas del castillo. Allí haces una señal a tu escudero, que te trae tu cabalgadura.

El patio está llena de gente. A un lado una gran numero de soldadesca propia de esta guarnición. Tu dirias que estan aquí todos los soldados del castillo. A otro lado en actitud más informal hay un grupo de hombres de armas malencarados y con aspecto lejos de ser el de un caballero. Todo parece indicar que son los lideres de las tropas mercenarias, parte de las cuales visteis fuera. Haces ademan de coger tu cabalgadura y marchar cuando el señor te reclama con estas palabras

Permitidme sir Gwilherm presentaros al líder de aquestas tropas recias , Crecisc 3 osos.

Crecisc se acerca ante el llamado del señor.  Quisieraos presentar a sir Gwilherm. Sir Gwilherm tiene una peculiar idea de las tropas mercenarias et vos.

 Sin dejarte hablar continua el señor:

 Acaba de fablarme,  que andan con  demasiado prestigio et  valor las tropas mercenarias en la pendencias, et que muxas batallas perdieronse por ellas, más de las ganadas. También dijonos, que la vuestra preparación a caballo es tan escasa, que él mismo podría descabalgar a no menos que 5 de los tus mejores jinetes, antes siquiera de caer él mesmo. Tan seguro anda dello, que apostaría su caballo de batalla si perdiera la apuesta, y que solo aceptaría una mula si logra vencer, pues ante tamaña desigualdad, ni abusar  quisiere.

Usará   lanza larga, para no abusar de….  ¿Como dijistes? Labriegos sucios  a caballo, sin arrojo ni valia,  que desean parecer caballeros.

Tales palabras non salieron de mi boca, pues temo que non tengo tamaño ingenio para tanta palabrería. -Sonrío de manera burlona, pues no siendo ya vasallo de Mcmiliard, no le daré más respeto que el mínimo necesario.

Ergo si vos, Sir Mcmiliard, tenedes ganas de chanzas et divertimento a costa de aqueste antiguo vasallo vostro, ¿Por qué no vos tomades tal disfrute de vostra propia mano?, et non por la de aquestos... ¿labriegos sucios habéislos llamado?.

Pues aunque no tengo tal ingenio como digo, et tampoco tanta palabrería, sóbrame osadía et valor para aceptar tal reto; caballo de batalla contra mula, más si he de cruzar lanza alguna aqueste día, que sea pues vostra lanza et la mía.

Además de embustero, cobarde. Preparaos para la justa, que sea con lanza de caballería et   despediros de vuestro caballo de batalla.

El primer jinete mercenario no parece muy ducho en este tipo de pendencias, por lo menos a priori. No seria extraño que fuese esta la primera vez que agarre una lanza de caballeria. No obstante no hay tanto trecho entre una lanza larga y esta otra lanza.

Motivo: Lanzada

Tirada: 1d20

Dificultad: 15-

Resultado: 9 (Exito)

Motivo: Daño

Tirada: 6d6

Resultado: 22

No fue rival el primer jinete para el caballero sir Gwilherm. Otro

La torpeza de los mercenarios esta quedado patente. La soldadesca del castillo no se esconde y te apoya abiertamente. Creo que estas haciendo ganar dinero en la apuestas a algunos soldados gracias a tu pericia. 

Otro mercenario que cae a la primera lanzada mostrando impericia en el cabalgarm herido y sangrando.

Se te acerca el caballero con este mensaje de animo.

- De haber sabido de tu destreza con la lanza no hubiese permitido tu renuncia, jeje

Dicho lo cual acaricia a tu cabalgadura.

Motivo: Lanzada 3º

Tirada: 1d20

Dificultad: 15-

Resultado: 11 (Exito)

Motivo: Daño 3º

Tirada: 6d6

Resultado: 20

 Por fin un jinete aguantaba, aun sangrante, el primer envite del caballero, que sigue intacto. Cerca ha estado de necesitar una tirada de Con para evitar desmayarse.  La soldadesca afin te aclama y jalea, mientras que los mercenarios protestan su mala suerte. 

El jinete 3 a pesar de mantenerse sobre la cabalgadura a duras penas, rechaza cualquier cuidado medico. Le atravesaste con la lanza,( menos mal que portaba escudo) pero son duros y orgullosos.

Recibes un lanzazo pero te mantienes a caballo. Los que antes aplaudian ahora murmuran, y los que antes maldecian ahora vitorean.  

Pierdes 21-10-6= 5 puntos de daño