Partida Rol por web

-Hmmm...

Le mira sospechando algo. ¿Por qué se pone nervioso? ¿Qué clase de cosas hacen los mayores? Incluso pasa por alto que haya pedido patatas bravas.

-¿Qué clase de cosas hacéis? ¿Por qué son especiales?

-Bueno...no creo que a otros profesores les gustasen mucho. Pero seguramente por envidia. Tu madre mola, y le cae bien a todos. Menos a los pro sangre limpia y eso, claro, porque es muggle.

Traen primero la ración de bravas, Oliver come algunas.

-¿No quieres?

Mira las patatas bravas como si fueran el mal de este mundo, pero no se le pasa que en realidad no ha contestado a su pregunta.

-Sí, ya sé todo eso... En mi clase es igual. Pero no me has contestado.

Busca una patata sin salsa para comer.

-Mmm ¿Por qué quieres saberlo? A veces el misterio es mejor que el conocimiento. Podríamos dejar que te sorprenda ciando llegues a séptimo ¿No?

Te acerca las patatas, como diciendo "come".

-Deberías probarlas, o nunca te acostumbrarás.

Mira a las patatas como si fueran el mal, otra vez, y luego le mira a él.

-Pues digamos que tengo curiosidad por saber qué es lo que hacéis. Y te has puesto nervioso así que seguro que no es nada bueno... y claro, que no me lo quieras decir hace que aumente mi curiosidad.

Le sigue mirando. Le oculta algo... quizá sea una tontería, pero quiere saberlo.

-Hagamos una cosa, yo me como una de esas horrendas patatas y tú me cuentas lo que quiero saber. Ambos ganamos.

-Nah, tú eres la que gana en ambos casos. Aprendes a comer bien y te enteras de eso. Así no hay trato, listilla.

Se toma otra patata, ostentosamente.

-Solo te quedan tres años y medio para llegar.- Te guiña.

-No me gusta el picante así que no gano nada con comer esas patatas, salvo acabar con la lengua ardiendo...

Aparta las patatas y se las deja todas para él. Está enfadada porque no se lo cuenta. Se apoya en la mano y mira hacia otro lado y no piensa hablarle. Si ya comienza así ocultándole cosas y poniéndose nervioso y todo, no va bien. Espera pacientemente su comida.

La comida llega para los dos a la vez, y retiran el plato de patatas bravas ya vacío. Oliver te observa, divertido, mientras coméis.

El silencio se prolonga, pero no parece que lo vaya a romper...al fin y al cabo es decisión tuya el comportarte así. Pero estás segura de que él no está enfadado.

Entorna los ojos al ver que Oliver se está divirtiendo con todo eso. Por suerte, se libra de la patada en la espinilla porque llega la comida y tiene hambre. Así que cuando le sirven la hamburguesa con patatas, solo se centra en eso. La hamburguesa está rica así que la saborea. Va alternando con patatas ricas, normales y corrientes... nada de salsa.

Te mira mientras coméis, da un enorme bocado a su hamburguesa, como picándote. "Yo puedo más". Y alza las cejas un par de veces. Tras masticar un par de veces, hasta añade unas patatas.

Es obvio que ella no puede dar esos bocados, pero a lo que no le gana nadie es a comer a la velocidad de la luz cuando se lo propone... ha aprendido a ganar a Ron para quitarle la comida así que ha desarrollado una táctica casi infalible. Devora primero la hamburguesa y luego las patatas.

Cuando Oliver da el siguiente bocado, ella no tiene nada en el plato. Aunque sigue sin hablarle.

Al terminar pide un postre de chocolate y nata. Cuando llega moja un dedo y te mancha la nariz...aprovechando la mayor longitud de su brazo para que tú no puedas llegar. Alza las cejas de nuevo un par de veces.

Cejas-cejas. Cejas-cejas.

Le tiembla el labio en un amago de sonrisa cuando Oliver hace eso y levanta las cejas repetidas veces. Aunque, por supuesto, sigue enfadada con él por esconderle cosas. Se quita el chocolate de la nariz con un dedo y se lo lleva a la boca. El chocolate no se desperdicia.

Intenta robarle el postre.

Te hace estirarte mucho y hasta te pone una mano en la frente de modo que tienes que empujar para avanzar...y quita la mano. Como consecuencia ¡Plaf! das de bruces contra el postre.

Algunas mesas cercanas ríen. Él te quita chocolate de la cara con un dedo, y se lo come.

Cejas-cejas. Cejas-cejas.

Eso ya no le ha gustado tanto. Los de las mesas cercanas se ríen de ella que aun tiene la cara llena de postre... ¡ni que fuese un payaso de esos que se dejan tirar tartas de merengue a la cara! Se limpia la cara con la servilleta. Esa vez no le servirá lo de levantar las cejas. 

Le mira dolida y deja el dinero de su parte de la cuenta en la mesa. Se levanta y se marcha del local. Pues vaya primer San Valentín que está teniendo...

No te deja irte, de hecho ni sacar el dinero para pagar.

-Que poca correa tienes, Tabby. Y que poco seso. Disfruta del momento joder ¿No se supone que NO somos novios a ojos de todo el mundo? Este San Valentín es de pega hasta que estemos en privado. Actúa mejor...no quiero que nos separen.

Está más serio, seguramente por tu reacción tan corta de vista. Te limpia la cara, menos serio tras el apresurado susurro.

-Siempre le hago eso a mis primos. Todos los adictos al chocolate caéis.- ríe un poco, actuando de nuevo.

No ha reaccionado así porque no estén haciendo de novios. En eso se equivoca Oliver... que se rían de ella le recuerda a tiempos que mejor olvidar. No lo pasó bien en la escuela porque todos se reían de ella y se metían con ella. Por eso se ha enfadado.

-Me da igual que se lo hagas a tus primos... no me gusta que se rían de mí...

Baja la cabeza.

-Me trae malos recuerdos...

Obviamente, no lo dice porque él se haya reído creyendo que era divertido y ella se reiría, sino porque los de las mesas cercanas lo han visto todo y se han reído de ella.

-Tabby...no se han reído de "tí" mujer. Sino al ver algo gracioso. No es lo mismo. Es como cuando en los entrenamientos, el otro día, Fred falló al darle a la Bludger y se dio en la cara. Nos reímos todos...pero no nos reímos de él.

Te mira con sospecha.

-¿O tú sí? Oh, vaya...eres maligna...

-No soy malvada... - frunce los labios en una mueca divertida y algo infantil.

Bueno, no hace falta mucho para darle ese aire porque Tabby aun tiene cara de niña y quizá no deje nunca de tenerla. Quizá de mayor, mayor...

-Además, ¡no ha sido divertido! ¡Has echado a perder un pastel de chocolate! ¿Qué ser cruel puede hacer eso?

Ríe con más ganas mientras te sientas en tu sitio y pide otro. Y de pronto casi hunde la cabeza en la mesa. Ves detrás a tu madre mirándolo. Le humea la mano.

-¿Qué le...hic...haces a mi hija, Wood?