Partida Rol por web

Abro la puerta del baño y miro la habitación un momento. Antes de salir me giro y me acerco de nuevo a Erik. Le cojo la mano izquierda con firmeza y con la mano que tengo libre uso la daga para dibujarle una cruz en la mano. A la velocidad asombrosa que me permite este cuerpo robotico.  - Esto es para que te quede claro que no ha sido una pesadilla. No malgastes esta segunda oportunidad que te he dado. - Después de decir esto me vuelvo invisible delante de Erik, en un instante me he desvanecido. 

"Si después de esto no se rectifica, su sanidad se habrá visto dañada. "

Erik retrocede horrorizado cuando ve a Karoi sacar la daga, pero es demasiado lento. Cuando el mismo le suelta la mano, se agarra la herida. En sus ojos había una mezcla de terror y odio, pero antes de que pueda intervenir Karoi ya había desaparecido. Mientras que se marcha, Karoi puede ver cómo corre a mojar la herida y cómo llama a gritos a su PABOT. 

Karoi sale de la mansión con la misma tranquilidad con la que había entrado, aunque dándose más prisa. Y una vez fuera se aleja por el jardín vigilando los cielos. Cuando estaba a pocos metros del muro que rodeaba la mansión puede ver a los SIBOTs comenzar a reunirse alrededor de la misma. Ahí no acababa todo, ahora podrían ponerse a buscarle por los alrededores. Debía seguir corriendo. 

Cómo una sombra en medio de la noche, Karoi avanza por las calles aprovechando cualquier escondite que encuentra cuando ve a un SIBOT volando cerca. Y finalmente llega hasta el punto dónde el mismo coche que lo ha había llevado hasta ahí le espera para su regreso. El viaje es tranquilo y silencioso. La ciudad dormía cómo si nada hubiera pasado aquella noche... Y realmente no había pasado nada que pudiera afectar a nadie más que a Erik. O al menos eso creía Karoi. 

De nuevo en el apartamento de Elena, la encuentra a ella preparando dos boles de sopa instantánea [*]. Elena nunca había sido la mejor cocinera, aunque tampoco tenía mucho con lo que practicar, pero Karoi no podía hacer más que agradecer que al menos le estuviera esperando algo caliente en casa. 

- Buenas noches, Karoi. - Dice animada. - No está mal tener una misión tranquila para variar, eh. - Añade divertida. 

Sonrío un poco. - Sí, me hacía falta irme a dormir sin tener magulladuras por escapar de SIBOTs. - Me desarmo y quito el casco. Cojo el pote de ramen y lo levanto en señal de victoria. - A ver si todas las misiones son así.

Me quedo un momento mirando a Elena y añado. - Con un poco de suerte, podremos acabar brindado con whisky. 

- Eso suena bien. - Dice Elena mientras que se lleva su bol a la mesa. - Pero preferiría hacerlo cuando lleves a cabo una misión que nos de beneficios. Entre los gastos para la mejora del casco, la energía que has gastado y el porcentaje que se lleva Wolfy... Tendremos de nuevo lo justo para comer un par de días. - Se sienta. - Y yo personalmente me tomaría esos días de descanso. Para monotorizar a nuestro adorable ancianito y para coger fuerzas para una misión de verdad. 

Dejo el bol de nuevo y me encojo de hombros pero sonrio. "Al menos estamos vivos" 

Elena come en silencio durante unos minutos antes de volver a hablar.

- Por cierto, mientras volvías me he tomado la libertad de profundizar un poco más en nuestro querido Erik, principalmente en su cuenta bancaria. - Dice traviesa. - Era para monitorizar que le pague a nuestro cliente, pero he visto algo curioso. Si que le está pagando a alguien, y no es poco dinero, son sumas considerables. Iban dirigidos a una cuenta anónima, pero no ha sido difícil descubrir quien estaba detrás de ella. Un tal... Francisco de Lince. Es el dueño de un laboratorio encargado del desarrollo de armamento... De hecho, son los que le hicieron las modificaciones a los PABOTs de Erik. Aún así, está entrando demasiado dinero para algo así... Sospechoso cómo mínimo, ¿No crees?

- Muy interesante. Estaba muy apegado a esos PABOTs pero no cuestan tanto. ¿Puede ser que le estén chantajeando? Tendría sentido tener a esos PABOTs como seguro. Dijo que tenía amigos poderosos. Quizás esta usando el dinero para algo más grande, si es así deberíamos investigar más. No me haría ilusión que antes que pagar el dinero que debe diga a sus amigo que se encargue de nosotros...-

- Bueno, te mantendré informado de cualquier salida sospechosa de dinero que vea, si contrata a alguien para asesinar a una persona tan deslocalizada cómo tu, no creo que le salga barato. - Dice Elena con tranquilidad y sigue comiendo. Sin embargo, en su expresión era evidente que tras las palabras de Karoi estaba algo preocupada. 

- No te preocupes demasiado, con un poco de suerte. No tendrá ni la mas remota idea de quien soy. Y si es mala suerte de encontrará con el gremio. No creo que después de descubrir nuestro modelo de negocio. Quiera intentar acabar con nosotros. Parece alguirn mas preocupado con sobrevivir que en vengarse. -

Aunque es evidente que Elena no se termina de quedar tranquila, pasan el resto de la cena hablando de cosas de menos importancia o noticias que Elena considera de interés. Le pone especial entusiasmo a anunciar que se había confirmado una actuación de Undine en la Sala de Eventos durante la celebración del aniversario del líder Supremo. Era evidente que le gustaría ir, pero la sola idea era inconcebible, al fin y al cabo se necesitaba una invitación para entrar y sin duda iba a ser uno de los lugares más protegidos de Cele esa noche. Tendría que conformarse con alguna grabación ilegal que encontrara de la actuación en la Red. 

Después de cenar, ambos no tardan en acostarse y los días posteriores resultan tranquilos, aunque algo asfixiantes para Karoi que no se podía mover de ese lugar. Sus únicas distracciones para los días de descanso eran entrenar y perder horas en la Red intentando encontrar algo que le llamara la atención.

Por suerte para ellos, a dos días de la misión, Erik había cumplido con su promesa y tan pronto cómo él había pagado ellos habían recibido su recompensa. A pesar de ello, Elena había decidido no dejar de monitorizarlo a la espera de encontrar otro movimiento sospechoso en su cuenta. 

Al tercer día de descanso, Karoi casi se alegró de recibir una notificación de parte de Wolf. La idea de que el propio Wolf le contactara era bastante extraña de por sí, pero no era cómo si pudiera negarse a reunirse con él. y de todas formas cualquier cosa era mejor que seguir encerrado en ese lugar. 

Comento a Elena que voy a la Perla, no tengo clara la razón. Esperemos que no sea como la última vez. Me preparo como la última y voy a ver a Wolf. 

Karoi llega a la Perla sin incovenientes y día el PABOT detrás del mostrador le hace pasar directamente al ascensor de detrás. Una vez en el pasillo que conducía al despacho de Wolf, Karoi no puede evitar recordar lo que había presenciado la vez anterior. ¿Habría sido aquella la forma en la que había muerto el tal "Gustav"? ¿Tras una notificación sin motivo por parte de Wolf? Sin duda a uno le hacía pensar hasta que punto era razonable entrar en ese despacho. 

Sin embargo, sus manos estaban atadas a los designios de su dueño. Pica la puerta del despacho y Wolf le invita a entrar desde el interior. Cuando lo hace, Karoi puede ver que Wolf estaba observando la ciudad desde la ventana que había detrás de su escritorio. 

Me acerco y espero de pie a que diga algo o me indique que me siente.

Wolf le hace un gesto con la mano a Karoi, para que se acerque a su lado, sin apartar la vista de la ventana. Karoi, obedece sin rechistar y se coloca a su lado a una distancia prudencial. Al ver que sigue sin hablar, él también observa la ciudad. Desde el apartamento de Elena, nunca tenía la oportunidad de observar vistas cómo aquella, y cómo solo salía por la noche había muy pocas ocasiones en las que pudiera observar la ciudad con esa claridad. Sin duda era un lugar espectacular, dónde una arquitectura estilizada y compleja se entremezclaba con la tecnología para crear una armonía única. Pero para Karoi... Para él era mucho más que eso. Un recordatorio del paraíso del que había sido expulsado sin derecho, un paraíso que se había convertido en su mazmorra. 

- ¿Que ves, Karoi? - Dice de pronto Wolf, sonriente. 

No había nada en el paisaje que llamara la atención de Karoi. El paisaje había sido así todo el tiempo que llevaba vivo y seguiría siendo así hasta el día que muriera. La ciudad no cambiaba, o al menos no en gran manera en los últimos años. No parecía necesario construir más edificios o grandes estructuras, ni tampoco había demasiado espacio para ello. 

Me quedo un instante descifrando a qué se refiere pero claramente me está preguntando.

Respondo sin pensar. - Metal y cristal. Tecnología y gente...

Wolf sonríe cómo sólo él sabía sonreír mirando a Karoi y comenta divertido.

- Esperaba una respuesta un tanto más elaborada, pero imagino que es lo que me merezco por no ser más especifico. Claro que, en su base, quizás querías decir algo distinto... Que no ves nada. - Se ríe para sí y vuelve a mirar a la ciudad. - Lo que yo veo no se aleja demasiado. Veo equilibrio, veo orden, veo estabilidad... Una ciudad que nunca cambia, en la que nunca ocurre nada. Pero eso está cambiando... Aunque tú aún no puedas verlo. 

- ¿Cambiando? Cele es una ciudad eterna. Una ciudad cuyo sistema está creado para detener el cambio. - Me quedo callado un momento y añado. - ¿Qué puede haber tan poderoso que amenace el equilibrio de Cele? Sé que si dices esto significa que planeas tomar ventaja.

- ¿Ventaja? - Dice Wolf, divertido, volviendo a mirar a Karoi. - Eso ya se verá. Pero si, Cele está preparándose para un cambio... Extraños movimientos de dinero, reuniones a escondidas, es cómo si se preparara una guerra en las sombras. Sólo hace falta una chispa. - Chasquea los dedos. - Y entonces la cara oculta de está ciudad saldrá a la luz. - Wolf le indica con un gesto a Karoi que se sienta al otro lado de la mesa y él a su vez ocupa su sitio. - Esa chispa es un hombre: Thadeus Clamfell. - A Karoi no le sonaba nada ese nombre. - Aún si buscaras información sobre él no encontrarías nada que te hiciera sospechar que pueda llegar a resultar peligroso, sin embargo, se ha convertido en el foco de atención de mucha gente.