Partida Rol por web

Cuando salis de la cabaña, escuchais el sonido amortiguado de una explosión. Una nube de humo blanco brota de la línea que traza el pantano contra el horizonte.

Lenta, muy lentamente, el nivel de las aguas empieza a bajar. Mientras estais en el dirigible volando hacia la civilización, escuchais el sonido de un Jaguar en el cielo, como si de una despedida se tratase.

Unos días más tarde, tumbados bajo el sol en la plata de Ipanema, en Río de Janeiro, mientras degustais una copa de piña colada del tamaño de una pecera. Pavel Klodzinski os explica que la presa se derrumbó por efecto de la sobrecarga producida por tantas y tantas toneladas de agua, llegadas antes de lo provisto. Afortunadamente, la rotura se produjo de forma escalonada y las pérdidas han sido mínimas. El gobierno brasileño ha abierto una investigación para delimitar responsabilidades, tras anunciar que abandinaba el proyecto Spíritu Santo III

Incluso en una playa, no tenía demasiadas ganas de nada. Miré a Jack, que estaba rarísimo con la camisa hawaiana y mirando a un par de chicas brasileñas. Exhalé un suspiro.

-Voy a dejar Merrick.

Suspiré antes de dar un trago.

-Me estoy haciendo viejo... Tengo casi cuarenta años y no he hecho casi nada con mi vida.

-Aisssss... siempre lo mismo, siempre dices lo mismo y acabas volviendo.

Saco el zippo y enciendo un puro:

-Puf, puf, puf. Te encuentro raro, algún trauma te has traído, puf puf puf. Además, cada vez me debes mas vidas, entre las que me quitas y las que te salvo, tu cuenta cada vez está mas alta.

Miré al mar, pensando en mi vida.

-Jack... Quiero algo serio. -suspiré un momento.- Ya no soy ningún joven, como para ir detrás de ti. Y voy a dejar Merrick de verdad. Quiero establecerme, tener una familia y no tener que ver algo paranormal nunca más.

-Homosexual, cuarentón y con la puntería en el culo que quiere formar una familia. parece un anuncio desesperado en un diario de barrio. Relájate y disfruta, mañana podrías ser abducido por un ovni.

Me toqué la pierna dándole friegas.

-Va a cambiar el tiempo, desde que me rompí la pata lo noto.

Me levanto enfadado, tirando mi bebida sobre el regazo de Jack, mojándole el puro. Varias personas nos miraron, pero en seguida volvieron a sus asuntos.

-¡Lo digo en serio! -gruño.- Haz lo que quieras. Ya sabes dónde vivo.

Me marcho dando zancadas por la arena ardiendo.

-¡Hey, que era de contrabando! -e intento dar unas caladas, pero ya está estropeado- últimamente estás que no te reconozco.

Me quedé mirando como se iba...

Me echo en la tumbona y le digo a una vieja que me mira:

-Volverá, no sabe estar sin mi... y deje de mirarme o la arrastro hasta el agua.

Me giré un momento, viendo como se quedaba ahí. Me había olvidado del collar, que él tenía puesto en aquel momento... Pero no iba a volver.  Suspiré, metí las manos en los bolsillos de los pantalones y me fui al hotel a hacer la maleta.