Partida Rol por web

Véis como ambos intercambian palabras y ella hace una sonrisa afable a lo que el dice, y luego le habla pausadamente mientras gesticula con sus manos y sonríe.

- ¡¿Cien monedas de oro?!-

Tenía serias dudas de si algún día volvería a reunir una suma tal de piezas de oro... El muchacho se sentía fuera de lugar en aquel antro de vicio y corrupción, donde los rasgos más primitivos del ser humano emergían entre la burbujeante inmundicia que lo zozobraba todo...

- A tanto no puedo llegar señor...- afirmó con rostro triste, mientras metía la moneda en uno de sus bolsillos. Luego miró en dirección a las mujeres que acaparaban su atención, la tal Lura Ichon y su guardaspaldas... Realmente era endiabladamente grande y alta... -¡¡Quizás descienda de gigantes!!- pensó Vlado al cobijo de la gente que se agolpaba frente al combate de las exóticas criaturas...

Al rato vio como Khyrom entabló conversación con ellas. El diálogo tras un inicio tenso, se volvió cordial, cosa que el pícaro agradeció profundamente a Desna, pues lo que menos le apetecía era entrar en combate en un lugar repleto de estomagantes ruines y borrachos. Mientras el rastreador charlaba, intentaba buscar con la mirada a Ailush. Debía tener localizada a su fuente de inspiración por si en algún momento requería de su ayuda, aunque ésta, como en la refriega de la tienda, fuera más bien nimia.

Un zangano si. Asegura el explorador sin quitarle la vista de encima a la mujer a pesar de la presencia intimidante de la guardaespaldas.

Pero...una reina, no puedo asegurarlo, aunque depende de cual seria el precio. Por un zangano, un precio correcto seria el de tres caballos pesados...unas novecientas piezas de oro.

Khyrom Hasan permanece a la espera de una respuesta favorable, y agrega.
Hazme una oferta interesante por la reina, y veré que puedo hacer...si lo logro, te invitaré unos tragos, de cortesía claro. comenta al final, guiñandole un ojo a su vez...

La mujer sonríe con picardía y te dice que te acerques a ella más. Cuando lo haces te dice al oido:

- Creo que vas un poco fuerte...¿No? Si eres capaz de traerme una reina te pagaré 1000 y hablaremos en mis aposentos privados, ¿si te apetece?

Me apetece! Susurra con voz y aliento calido, al oido de la mujer. Nos veremos ahi entonces, reina....Reina de por medio. Agrega.

Sin atreverse a llegar más lejos, Khyron se aleja y tras un ultimo guiño se dispone a salir a la calle.

Me intento apoyar en una de las columnas para tener una mejor perspectiva de la situación, pero como mi arma en la espalda me molesta para estar apoyada, la desenfundo y la sostengo contra mi pecho con los brazos cruzados, a modo de descanso y de barrera para curiosos.

Veis como Khyron habla muy cerca de la boca de la mujer y luego se marcha hacia a fuera, abandonando el local.

Salgo tras ellos manteniendo una distancia prudencial y vigilando que no sea el único persecutor.

Ailush hizo como que no veía la escena, más atenta al parecer en el combate que se se desarrollaba en el tanque de agua. También se fijó en los tipos que apostaban en el combate, por si había alguno que destacara por encima del resto.

Espero que nos haga saber qué ha tratado con la mujer. Aguardaré un poco...

Ninguno destaca por encima del resto hay de todo. Sobre todo borrachos.

El brujo esperó un rato con el resto de compañeros que permanecían en el lugar para luego cruzar una mirada complice indicándoles que debían seguir al explorador. Si no les había indicado que saliesen con él era que el disimulo era importante por lo que continuó mirando el combate para que no revelar que iban con Khyrom.

Cuando buscáis a Vlado con la mirada, tampoco lo véis por ninguna parte en el local.

Ante la desaparición de Vlado, la joven lo atribuyó a su capacidad por pasar desapercibido, parecía esa clase de personas capaces de fundirse en el entorno. O eso esperaba... por que parecía que el grupo se estaba diseminando. 

Espera un poco más chica y si no regresa Khyrom, ya iré a dar un vistazo al exterior.

Sigo observando al gentio, esperando la reaparición de Khyron y Vlado, también intento averiguar si ha habido algún cambio de actitud de la parejita, aunque no creo que se molesten en hacer nada.

El pícaro, confiado en sus artes, salió tras la estela de Khyrom y las peligrosas mujeres. Ya en la calle, intentó permanecer oculto al amparo de las sombras y los múltiples recovecos que poblaban la sórdida ciudad en la que se hallaba.

- Espero que todo vaya bien...- se autoconvencía el bufón, mientras examinaba los gestos del rastreador y las muchachas que lo acompañaban. Tenía claro que si la situación se descontrolaba, entraría en acción sin pensarlo dos veces. Khyrom, aunque rudo, había sido un buen valedor de Vlado, sobre todo en los momentos que menos confianza tenía en sí mismo.