Partida Rol por web

Marcus siguió sin moverse, habían elegido encerrarse como ratas, asique tenían que vivir con ello. Ahora solo les quedaba la posibilidad de intentar aguantar hasta que esos seres desaparezcan, aunque también había la posibilidad de buscar una trampilla, o algún modo de huir.

- Creo que unos pocos deberíamos intentar mantener a los seres a rayas, y un par debería de buscar una salida, no se si seriamos capaces de aguantar mucho tiempo contra lo que sea que golpee la puerta.

necesitan dar un paso atras para que mi bola no los dañe... preparo mi bola de fuego en la punta de mi varita para lanzarla inmediatamente despues, 

Con un gran esfuerzo, Guilles mueve el sillón contra la puerta justo a tiempo de resistir así un nuevo impacto, la madera tiembla y cruje, amenazando con desplomarse en cualquier momento. Aprovechando estos segundo que el pícaro os ha dado, tomáis posiciones, Marcus a un lado de la puerta, Regathix, tras apartar el mueble, se sitúa a la otra y Nostradamus, en frente, concentra toda la magia que tiene para crear su bola flamígera.

El ambiente se enfría, pero por vuestras venas la sangre fluye velozmente calentando vuestros músculos. Esta casa se ha convertido en vuestro fuerte y no pensáis ceder ante las burlas de un supuesto Dios. Marcus aprieta con fuerzas su nueva espada, Regathix equilibra el peso de sus sables, Millicent y Guilles se mantienen algo apartados para dar apoyo y Nostradamus pronuncia en voz baja palabras cargadas de poder. El sillón se mueve ante un nuevo golpe, una grieta rasga la puerta. Vuestros músculos se tensan. Y la puerta revienta en decenas de trozos de madera.

Por fin veis es exterior, pero una espesa niebla impide ver lo que tenéis a dos palmos, sin embargo, si podeis ver que en el suelo hay una jarra de agua, ahora helada que fue la que puso Nostradamus como defensa. De pronto una sombra aparece, la silueta ya conocida de un niño, pero sabéis que no es un niño, entonces aparece otra sombra, dos más, de pronto, toda la niebla parece estar llena de esas criaturas. Las podéis ver, inmóviles frente al edificio, como si sopesaran que hacer. Y entonces, media docena de esas sombras saltan hacia delante, contra el sillón que ahora es la única barrera entre ellos y vosotros.

Sus cuerpos aparecen por fin, de piel azul viscosa y cuarteada, un apéndice les nace de la espalda y termina en una protuberancia que es la que emite aquella luz mortecina. Sus bocas se abren, abarcando toda la superficie de su cara mientras sus diminutos cuerpos se preparan para apresaros. Casi han llegado hasta vosotros, cuando una enorme bola de fuego aparece ipso facto en el mismo punto donde se encuentran y las llamas les devoran en cuestión de segundos. Con su bastón en alto, Nostradamus continua el cántico para mantener la bola de fuego donde está. Varias criatura más, se lanzan contra la bola para ser calcinadas al instante, entonces, empiezan a intentar bordear la trampa, para encontrarse con los filos de Marcus y Regathix. Su sangre negra mancha el suelo cuando el primero cae ante un tajo certero de Marcus y dos más cuando tratan de entrar por el otro lado, encontrándose con un merodeador del fango listo para atacar. Una nueva criatura salta sobre Marcus, que tras cogerla al vuelo, la lanza contra la bola.

A pesar de lo infructuoso del ataque inicial, las criaturas no cejan en su empeño. impulsadas por algún malvado poder y pareciendo que no tienen fin, siguen intentando sortear la entrada para catar la carne de los vivos. Entonces las miradas de Millicent y Guilles se giran hacia su derecha. una criatura grita agónicamente mientras arde en las llamas de la chimenea. Por el ruido, podéis intuir que bajan más.

Millicent se concentra el la sinuosa danza de las llamas de Nostradamus a la espera de que nuevas formas calcinadas se atrevan a entrar.
Sabe que la chimenea no resistirá demasiado y que pronto atacarán por ahí también. Pero da un paso hacia ella, sin abandonar la zona de la entrada. Marcus también está cerca, así como su joven hermano.
Su situación es privilegiada: flanqueando la puerta principal con Regathiz y pudiendo hacer lo mismo con el hogar, gracias al apoyo de Marcus.
¡Marcus, que ningún "deshollinador" manche la alfombra! -bromea.
¡Guilles, cubre a Nostradamus! -ordena a su hermano-. No dejes que nada rompa su concentración.
Marcus, tú y yo cubriremos la entrada a través de la chimenea...
Esto es una ejecución -repite-, no una batalla.
¡Argh! -grita atravesando a otra de las criaturas con su florete, para dar énfasis a sus palabras.

Marcus había comprobado que esas criaturas no eran demasiado fuertes, aunque eran bastante problemáticas, ni siquiera el hecho de saber certeramente que iban a morir les detenía. No le preocupaba demasiado, sabía que con la magia de Nostradamus, y las habilidades de los guerreros, estaba seguro de que podrían aguantar sin problemas, incluso ganar.

Marcus se quedo parado, a la espera de más ataques, no iba a ir a por esas criaturas, y menos teniendo una bola de fuego en medio. Era mejor esperar a que se acercaran ellos para destruirlos. – No parecen tan problemáticos, Parece que podremos aguantar sin esfuerzo, al no ser que aparezca algún ser más problemático… - Esperaba que no empezaran a aparecer mas enemigos, eso si podría darles problemas.- Tendremos que esperar que no Entren por las Ventanas, sino será mas difícil cubrirnos.

Regathix está absorto en la batalla, poco parece importarle otros agujeros; el solo se concentra, con mirada asesina, en las despreciables criaturas que se hechan a morir en su armas. Su sonrisa muestra sus afilados dientes y cada tanto un pequeño gruñido o grito de triunfo.

Parece que esto se prolongara más de lo que quisiéramos. Pienso en las sabanas y mantener la chimenea con una buena fogata. Le seguirán cortinas y manta. Mientras tiene que haber algo por aquí que atraiga a estas cosas. Mientas desmonto la cama y cortinas presto atención a colgantes o marcas en la madera.

Las fichas se habian movido y el ascedio habia empezado, la puerta al ser destruida lanza un sin fin de astillas de madera las cuales chocan contra un campo de energia frente a mi creado por la misma energia que necesitaba para mantener la esfera de fuego, al parecer estas pequeñas bestias estaban sedientas de sangre, a tal punto que no les importaba lanzarce directamente sobre mi esfera de llamas, la cual lanzaba lenguas de fuego a diestra y siniestra acabando con todos los seres que se acercaban, no podia bajar la guardia a pezar de estar flanqueado y cubierto por nuestros compañeros quienes se encargarian de los que pudiecen burlar mi esfera muy bien Guilles excellente trabajo mantener el fuego de la chimenea... veo como nos movemos y empezamos a trabajar en equipo mas por necesidad que por gusto... doy un ligero paso hacia atras para dar espacio en caso de que necesiten reforzar la primera linea de defensa, dejando claro el paso para millicent o guilles estas criaturas al parecer no se van a dar por vencidas!!! no bajen la guardia y eliminemoslas no tenemos otra salida!!! 

La presión aumenta, las criaturas continúan con su incesante ataque. Una gota de sudor resbala por la frente de Nostradamus mientras lucha por mantener activa su esfera de fuego. Poco a poco, siente como estabiliza el hechizo, su concentración se suaviza y ahora solo debe reservar una mínima parte de concentración para mantenerla.

Los demonios intentan bordear la puerta por ambos lados, Arrastrándose por la pared, sujetándose a ella con sus fuertes garras. Por un lado, Regathix descarga un golpe tras otro contra las criaturas. Primero un tajo alto contra la bestia que intentaba subirse al techo. Luego un tajo horizontal contra dos criaturas que saltaron hacia él, para, tras un giro de muñeca, golpear a tiempo a un tercero que salta desde el suelo. Su empuñadura impacta contra la cabeza de ese ser y sale despedido hacia la bola de fuego, solo puede emitir un gemido antes de que las llamas le consuman.

Junto a la chimenea, Millicent y Marcus atacan a las criaturas que descienden por ella mientras Guilles trata por todos los medios mantener viva la llama. Una estocada rápida ensarta a una de esas viles criaturas que cae en el centro de la hoguera. Un golpe de escudo recibe a una segunda criatura que se marea y descuelga al suelo, donde la enorme espada bastarda de Marcus lo rebana. la llama empieza a extinguirse por los continuos demonios cayendo y la sangre salpicada. Pero entonces Guilles retira uno de los cuerpos y arroja más madera al interior, madera que no tarda en prender y avivar el fuego.

Satisfechos, sentís que tal vez si podáis resistir el asedio, quizás si podáis hacerlos retroceder. Pero el pensamiento no dura demasiado. En la puerta, las criaturas han descubierto la ausencia de Marcus y tratan de atravesar el umbral por ese lado, ya que solo las lenguas de fuego que escupen las llamas les detienen. Así mismo, una gran cantidad de polvo y tierra comienza a caer por la chimenea, las criaturas están rompiendo la piedra para apagar las llamas. Y cuando creéis que ya no puede ir peor, ois el ruido de cristales rotos proveniente de la habitación. Han entrado por la ventana y ahora solo la puerta del cuarto los separa de vosotros.

el ascedio de las criaturas empezaba a aumentar, y al parecer empezaban a encontrar puntos debiles en nuestras defensas, por lo que deviamos de reajustar para mantener las lineas y asi mantener la presion fuero de nuestra bolsa de proteccion, derepente en la habitacion de a lado se escucho como la ventana fue destruida y como las pequeñas bestias entraban a la habitacion, asi que deviamos de reajustar la defensa o estariamos en verdaderos aprietos... Marcus manten la posicion, que no entra ninguna bestia!!! necesitamos sellar la entrada de la habitacion Guilles Millicent quien se va a encargar de ese punto??? la esfera de fuego ya no me preocupaba tenia control absoluto de ella, lanzando latigasos de fuego a discresion sobre las bestias que intentaban sortearla y las que caian sobre ella; observo la habitacion raídamente, con mi mano derecha levantada sobre el orbe pienso "necesito una barrera" al escanear la habitacion rapidamente mis ojos encuentran la mesa tras Regatix, levanto mi varita y con un movimiento brusco de muñeca y braso de abajo arriva y hacia afuera Onda Atronadora!!! hago volar la mesa hacia la entrada de la habitacion... Necesito a alguien aqui!!! yo lo asistire con mis conjuros!!! mientras mantenia la esfera y la mesa sobre la puerta para dificultar el paso de las pequeñas bestias

-yo me encargo de la habitación. Me dirijo a una silla y atranco la puerta mientras vuelvo y empujo la mesa para ponerla de para peto entre el mago y la chimenea. Con la otra silla la mantengo a mano para golpear a lo que pase o arrojarla el fuego de la chimenea.

Los valerosos combatientes siguen posicionados casi como al principio: Regathix cubriendo la entrada principal, gracias sobre todo a las poderosas artes del hechicero; Marcus, entre la chimenea y la puerta de la habitación, cubriendo esos dos puntos débiles; Guilles prestando su apoyo en todos los flancos en los q es necesario, avivando el fuego, o fortificando la entrada al salón principal desde el dormitorio. Mientras, Millicent defiende el paso de la crímenea, y procura dar ánimos al merodeador, haciendo q sus ataques sean más efectivos.
La joven desearía q fueran más.
Ojalá pudiera abandonar mi posición, para emplear mis manos en taponar este ridículo acceso -desea, sabiéndose incapaz, pues su posición es primordial para la batalla.
Necesitamos taponar también este acceso, germano -ordena, sin dejar de pelear-. Podemos inutilizar el conducto atrancándolo con los cuerpos de estos inmundos bichos.
Las llamas se apagarán, pero ellos, en tan reducido espacio no tendrán por donde pasar.

Tras mantener la bola de fuego en la entrada y la mesa en la puerta de la habitacion, escucho las sabias palabras de Millicent, las probabilidades de resistir el ascedio parecian aumentar tras su ingeniosa idea, Excellente idea Millicent, en cuanto tengan oportunidad lancen los cuerpos y despojos a la chimenea taponiemos ese acceso!!! mientras tanto mi esfera parecia un pulpo dorado rojizo por la cantidad de ataques que estaba realizando, mas que lenguas parecian tentaculos de fuego...

-Yo te ayudo con los cuerpos.

- Que dos se encarguen de apilar los cuerpos. – Marcus seguía golpeando a los seres que intentaban colarse en la casa. – Los demás debemos cubrirlos, en cuanto la chimenea este taponada estaremos mas seguros.

Niveles de presión:

Regathix: Nivel 1

Bola de fuego: Nivel 2

Chimenea: Nivel 1

Puerta habitación: Nivel 2

Ventana: Nivel 2

Si llega alguna a nivel 3, las criaturas entrarán

Tiradas hechas por regathix adjudicadas por orden de aparición, salvo la del acechador que se le ha adjudicado la primera, quedando:
Regathix: 22

Marcus: 19

Millicent: 19

Nostradamus: 16

Guilles (no necesita tirada)

Modificadores por niveles de presión:

Nivel 1: +1

Nivel 2: +3

Nivel 3: +5

El combate se recrudece, Los músculos de Regathix acusan el cansancio, pero el merodeador no cesa en su lluvia de golpes. A pesar del dolor de sus articulaciones, cada golpe sigue siendo lanzado con precisión, cada impacto equivale a un enemigo caído. Una criatura consigue traspasar sus defensas, abalanzándose sobre su cuello, pero el brazo de Regathix es más rápido, ensartando a la criatura en mitad del aire, para finalmente lanzarla contra sus compañeros.

Una gota de sudor resbala por la frente de Nostradamus, el frio y la tensión le atacan duramente, pero su concentración no cede ni un ápice. Con un perfecto control de la bola de fuego, va lanzando leguas llameantes ante cualquier criatura que intenta pasar por el otro lado. Su esfera se traga todo lo que intenta penetrar en el lugar, una sonrisa se  dibuja en su rostro.

Marcus continua golpeando a las criaturas que bajan por la chimenea, mientras Guilles Y Millicent intentan que cada cadáver sirva para taponar la abertura. Con celeridad, andan de la puerta a la chimenea cogiendo los cuerpos que les deja el acechador en un intento por cerrar la abertura. Marcus lanza mandobles tan rápido como puede, pero las criaturas, que parecen haber entendido el plan de los aventureros, atacan ahora con más fiereza. Sin embargo, cuando una criatura cree salir, se encuentra un filo que le atraviesa la garganta. Millicent se ha situado al lado de Marcus para asistirlo en la defensa, Mientras tanto, Guilles sigue cargando cuerpos en una carrera contra reloj. la montaña de cuerpos crece y pronto su plan se verá cumplido. Sin embargo, algo hace que se distraigan un instante.

Al comprobar que la puerta de la habitación está bloqueada, las criaturas se están lanzando contra ella y con el primer impacto, la silla cae y la madera se resquebraja. Si no se hace algo pronto, la puerta estallará. Sus miradas cambian de dirección al sentir otro golpe, proveniente esta vez de la ventana cerrada con las maderas de la casa. La madera está cediendo, dentro de poco estarán dentro. La chimenea está casi bloqueada y tanto el mago con el merodeador controlan la puerta, pero la aparición de nuevas entradas podría poneros en serios apuros.

¡No desfallezcáis! -grita la joven, con la voz afectada por la desesperación.
Pero... ¿Cuánto queda para el alba? -se pregunta desorientada. En la batalla, los segundos parecen eternos. Cada minuto, tan largo como las horas... Y el enemigo no desiste.
¿Es que a caso es su número ilimitado?
La pregunta se pierde entre el metálicoruido de las espadas y el crepitar de las llamas.
Los cadáveres continúan amontonándose en la chimenea. Y la guerrera arenga a sus hombres, de vez en cuando para ofrecerles nuevas oportunidades de reducir al enemigo.
Es lo que mejor sé hacer.
Cuando la chimenea parece lo suficientemente bloqueada, Millicent toma posición frente a la ventana.
Guilles, ayuda a Marcus en lo q puedas -ordena-. Que no pase ni una bestia del dormitorio al salón.
Si es necesario, bloquea la puerta con más cuerpos. Sé que estás cansado de mover de acá para allá a esos pequeños engendros, pero no podemos dejarnos vencer.
¡Aguantemos, hasta ver un nuevo día, compañeros!