Partida Rol por web

- Cuidado!!, creo que hay zombies abajo...- digo refiriendome a la parte de las celdas- pero... creo que también hay alguien vivo, lo he oido, de verdad que sí, lo he oido!! - Tras titubear un poco añado- Mike estás sangrando mucho, nos van a encontrar, ellos siguen la sangre la siguen!!- digo empezando a ponerme histérica y empezandoseme a nublar la visión por culpa de las lágrimas. - Daros prisa, vamos!!!- digo mientras cojo una camiseta de mi mochila y restriego la sangre que va dejando Mike y la tiro hacia la puerta de la comisaría por si sirviese de algo. Escucho lo que dice Mike sobre el despacho y salgo corriendo a la habitación del serif por si encontrase las llaves de las celdas, de las armas... o cualquier cosa que pudiera ser necesaría o útil, lo que sea.

¿Qué dice la niña? Será posible? Es una niña muy lista...

Newton! Newton! Busca! Busca! ¿Hay alguien vivo? Busca!

Si encuentra un rastro de alguien vivo diré que lo sigan, mientras sigo apoyado en Caroline.

Oye, esto de que te disparen no está tan mal... Espero que las balas de esos malnacidos no esten también infectadas...

El perro de Mike empieza a ladrar casi de inmediato señalando la puerta de metal aunque también hace gestos con la cola que parece que hay alguien vivo. Tira y tira de la correa.

-¿Vas bien Mike? Si necesitas sentarte o algo dímelo.

Mientras le ayuda a andar se asegura de tener el arma a mano por si aparecieran mas sorpresas, ya había echo 2 tiros, tenia que racionar las balas hasta que consiguiera mas, pero no estaban precisamente bien surtidos de armas.

Contemplo como Brian hace su trabajo rezongando por el mal estado de la Katana. Sangra del hombro, aunque todos parecen haberlo olvidado.

Doctora Cuddy, cuando acabe con Mike eche un vistazo al hombro del señor Lee.

Al ver que nadie recoge las armas de los militares decido hacerlo yo. -Señor Lee, si me echa usted una mano aquí yo haré que su Katana mande al infierno a estos engendros. Tenga fe.

Ya puestos, mientras mis compañeros entran en la comisaria registro a los militares para aprovechar todo lo que pueda. Armas, cargadores, cuchillos. Imagino, que como en las pelis, estos tipos estarían preparados para operar tras la linea enemiga. Así que, espero, tendrán comida en sus mochilas, raciones concentradas o algo.

Señor misericordioso ayúdame a buscar el pan nuestro de cada día. Amen -rezo en muda plegaria.

Si tienen un cuchillo de combate a la vista lo uso para cortar las correas de sus mochilas y meterlas dentro de la comisaria.

Luego entramos en la comisaria.

Finalmente, después de que Lee y el Padre Raimond abatieran a los zombies, me sentí un poco mas aliviado, observé la comisaría y ayudé a recoger las armas, proveedores y equipo que llevasen encima... Cuando ingresamos a la pequeña comisaría observé en todas direcciones, pero me dirigí inmediatamente al cuarto de ordenadores, esperando encontrar alguno funcional, como la tele del bar.

-​Bien, Bien, Bien.... Vemos que tenemos aquí....-

Tras lanzar la camiseta llena de sangre hacia la puerta, salgo corriendo hacia el despacho, pero justo cuando voy a entrar me tropiezo y me caigo al suelo de rodillas... "tengo que ser fuerte... no ha sido para tanto..." - Uaaaagggghhhhh, uagghhhhh!!!- comienzo a sollozar en un torrente de lágrimas por la aparatosa caida. Meto la cabeza entre los brazos en el mismo sitio donde he caido y sigo llorando de manera más sorda pero no por ello menos fuerte. - uaggggg!!!!...- . De repente todas las fuerzas que he tenido hasta el momento se desvanecen por una tonta caida "solo soy una niña... me van a comer..." pienso mientras no puedo parar de llorar. No me quedan ganas de moverme, me quedo ahí inmovil... llorando...

Cada uno con sus cosas, Ben empieza a rebuscar por los ordenadores así que enciende uno y parece funcionar. Qué extraño que haya electricidad... 

Cuando aún se está encendiendo y llegando al escritorio el ordenador, entra el cura junto con Lee cargado con los dos fusiles de asaltos, un par de cargadores extra, dos cuchillos que se pueden poner para bayoneta, 4 granadas de mano, un walkie, cuatro latas de conservas y un pequeño kit de medicina (que ahora en la comisaría abrís y veis que tiene lo básico y algo de morfina).

El sacerdote, rebusca por donde estaba la niña sollozando, en el despacho del sheriff, donde efectivamente encuentra una especie de dispositivo electrónico que va junto a un inmenso llavero. Al probar de apretar el botón se abre la puerta metálica, las demás llaves suponéis que serán para las celdas. Además también encontráis en el armario del despacho una porra de policía.

Apenas le da tiempo a Ben a buscar en los ordenadores cuando ya oís los zombies bastante cerca y por seguridad os metéis corriendo tras la puerta metálica. Por suerte, encima de las mesas y en algún cajón en el que Ben ha mirado mientras se encendían los ordenadores, ha encontrado una libreta con anotaciones.

Podéis ver a los zombies aporrear la puerta principal hasta romper los cristales y entrar ansiosamente a por vosotros. Tiran alguna mesa al suelo y se empujan entre ellos. Son un grupo de entre 12 y 20, con pintas de haber sido civiles. Antes de que lleguen a por vosotros, cerráis la gran puerta. El sacerdote le da al botón y se cierra magnéticamente, además, hay unos pestillos manuales que aseguran que ningún zombie será capaz de abrir esto. Os sentís seguros como cuando estabais en el búnker. A lo mejor podríais quedaros aquí hasta que llegue el rescate...

Bajás unas escaleras y en un sótano veis 10 celdas. Cuatro de ellas están ocupadas por zombies desesperados por carne humana. Hay una última de la que provienen unos gritos horribles, golpes y mucho follón. Hay un hombre muy gordo gritando en una misma celda en la que hay un zombie. El muerto está enmanillado a una camilla por un brazo y no acaba de llegar hasta el gordo para comerselo pero el otro está histérico y de vez en cuando le arrea un golpe con una vara pequeña de metal.

Caroline se sorprende de ver a otro superviviente y se acerca a la celda a ver si puede abrir la puerta de alguna forma.

-Aguanta ahí, veremos que podemos hacer por ti.

Voy bajando a las celdas, y me asusta ver a todos esos zombis encerrados. Por suerte no pueden salir. Espero que no exista una apertura automática de celdas o algo así...

Espera!

Grito. La situación me parece bastante irreal.

Apoyo el rifle en la celda, apunto con calma al zombie y le reviento la cabeza de un tiro.

Ahora, buen hombre, me gustaría oír su historia.

No me cuadra nada este tipo gordo aquí dentro... No da la sensación de que tomen prisioneros esos descerebrados, y si de esto de los zombis hace dos años, este tipo debería estar muerto hace mucho si estaba aquí cuando la plaga, por no hablar de lo gordo que está... Es muy raro.

No me fio de nada. Estoy rodeado de enemigos... Nada es lo que parece... Zombis que disparan, hacen prisioneros... No me fio. Este gordo quizás se alimenta de carne humana... De la carne que consigue vendiendo a los vivos a los zombies a cambio de unas libras de la carne de los traicionados... No me fio. Como me gustarái volarle la cabeza a este jodido gordo desconocido... Oh! Dios! Creo que me está gustando demasiado esto de reventar cabezas...

Despues del pequeño accidente de arriba, me recoge el padre Raimond, y bajo las escaleras junto al él de la mano, con los ojos aun llenos de lágrimas, pero almenos algo más confortada de que me hayan recogido despues de la aparatosa caida.

- Buagg- digo al ver a esos zombies en las celdas, con el olor a descompuesto y al avanzar un poco más - Buaaaalaaaa!!! Eres supergordo!!!- le digo al hombre obeso con los ojos super abiertos y la inocencia que solo puede tener un niño, ante la sorpresa de ver a un hombre tan inmenso "No he visto nada así en mi vida!" - Te debe gustar un montón comer!!- digo mientras me imagino al hombre comiendose una ballena entera el solo - Seguro que podrías...- al notar las insidiosas miradas del grupo termino por callarme un rato, puesto que parece que estaba molestando ligeramente - Ji ji- digo con una sonrisisita algo cansada, mientras me acerco a Cuddy - Cuddyyy... tengo hambreeee Cudddyyyy, quiero comeeerrrr- digo en tono monotono, cansado.

El hombre respira agitadamente como si estuviera muy cansado, apoyado contra la pared y sentado en el suelo. Tiene la cara llena de sesos después del tiro de Mike. Os mira como si fuera un animal perdido

Gracias tío... pensaba que me iba a matar y que nadie me rescataría jamás. Donde está Rose? Necesito mi medicina, soy diabético sabes y voy a morir si no. Ella nos encerró a Keith y a mi aquí para que estuviéramos seguros por si acaso entraba alguno de esos muertos. Keith estaba herido en la pierna, tenía un fuerte esguince en el tobillo, se lo jodió escapando de unos zombies. Rose iba a ir a la farmacia o al almacén a por medicinas para él y para mi. Aunque ya es tarde para él, aún no lo es para mi! Por favor tenéis que ayudarme, debéis encontrar a Rose! Ella debe tener mis medicinas!

Por algún motivo el gordinflas os da bastante pena. Verlo ahí atrapado con su amigo muerto y después de lo que os dice que  juráis que es verdad ya que está bastante desesperado...

Puede que Rose fuese la chica del bar. Nunca lo sabremos. Aparto con suavidad a Brenda del lugar. Miro a Mike con desprecio. Me sorprende su poco tacto. ¿Lo estaremos perdiendo?

Doctora Cuddy, cuide de Brenda un poco. Esto podría ser desagradable.

Me Acerco a la celda.

Hermano. ¿Qué pecado cometisteis para estar ahí encerrado? Y no mientas, Dios lo sabrá.

Escucho la historia del gordo con interés y lástima.

Este tío es un lastre. No iremos a ninguna parte con este cacho de carne a rastras... Es una broma del destino que alguien así haya aguantado tanto tiempo sin ser infectado.

Me asombra la pregunta del sacerdote... ¿Pecado? ¿De qué coño habla? Quizás es que piensa como yo, que lo mejor que podríamos hacer con él es volarle la cabeza ahora mismo y ahorrarle sufrimientos... Pero es uno de los nuestros... No puedo matarlo. Aunque este tipo debe comer lo mismo que todos nosotros juntos.

Espero a que conteste a la peregrina pregunta del páter para preguntarle

¿Cómo era Rose? Físicamente, me refiero.

Roger se coge de los barrotes y empotra su gorda cara entre dos de ellos. Con cara de incrédulo mira al sacerdote

Nada padre! No he sido nunca un hombre religioso, pero no he pecado más que en eso! Ni si quiera por en la gula, estoy así porque tengo diabetes! Ayúdeme padre, voy a morir sin mi medicación, necesito insulina! Por favor! Se lo juro que estoy aquí por si se colaba algún zombie mientras esperaba a Rose, por eso decidimos cerrar la puerta de la celda. M-me llamo Roger. Extiende su gruesa mano a través de los barrotes para estrecharla con alguien.

A la pregunta de Mike contesta pensandoselo. Pues Rose es muy guapa, delgada y con el pelo castaño, con mechas rubias. La habéis visto? Es una chica muy simpática, siempre se portó bien conmigo, no hubiese podido sobrevivir sin ella. Nos traía a Keith y a mi comida del almacén. Yo cuidaba de Keith era su novio, hasa que... murió..

Ahora que os fijáis hay un montón de cajas de cereales detrás al fondo de la celda y latas en conserva.

Miro a los demás, en busca de una respuesta, encogiéndome de hombros.

Sigo tironeando de la ropa de Cuddy, mientras me aburre la historia del hombre inmenso, además no me cae bien, me da miedo... "seguro que me podría comer si se lo propone...".