Partida Rol por web

Luxor, un complejo de lujo donde los mas adinerados de la región pasaban sus vacaciones y fines de semana. Campos de golf, piscinas, jacuzzis, restaurantes caros y un servicio digno de un palacio.
Lo que con seguridad nunca había visto la recepción de este hotel es una situación como la actual.

Un tirador confiado apuntando a un tipo enorme que acaba de abrir las puertas de un ascensor, o al menos del hueco del mismo.
El hombre del rifle es consciente de la situación y de su ventaja, algo que se refleja en sus palabras:

- Vaya, hoy debe ser el día de puertas abiertas. Ya hemos recibido todas las visitas que esperábamos, dame una razón para no meterte una bala en la cabeza.

Sin embargo el apuntado no parece amedrentarse lo mas mínimo:

- Qué coño importa. Estaba buscando lo que me han robado.

Pero lo que ninguno de los dos sabe es la existencia de un espectador oculto, otro hombre escondido en el hueco del ascensor que observa la escena desde la oscuridad.

El espectador, sabedor de que el factor sorpresa es crucial, levanta su brazo hacia el tirador. En su mano un viejo revolver.
El sonido de la detonación es seguido por un gemido de dolor procedente del hombre en lo alto de las escaleras. Su mano rápidamente tapa la herida recién abierta encima de su cadera izquierda. Mientras se pone a cubierto el espectador sale de su escondite empujando al tipo grande.

- ¡Son Omega y nos matarán a los tres si no nos movemos! Rápido, sigue disparando a la escalera y salgamos de aquí.

La mesa de recepción se convierte en un parapeto provisional para evitar el fuego desde arriba.
Del ascensor sale un nuevo invitado, un peculiar hombre de color con un traje morado que dispara sin mirar hacia la escalera al tiempo que se alcanza la mesa.
Los ruidos procedentes del hueco del ascensor indican que llegan mas personas, sin embargo la recepción no puede dar cobertura a ambos frentes a la vez.

Vaya mierda. Pienso antes de coger la ballesta y colgármela al hombro.

Puta mierda. Pienso mientras desengancho la almádena y la cojo con las dos manos.

Noto el cuerpo entumecido. La boca seca. Y tengo los cojones duros. Pero ya he pasado por eso muchas veces, así que sé que el cabrón que me ha apuntado con el fusil está detrás de mi nuca y que nos va a joder desde la escalera. Y que el tipo que me ha empujado huele a cloaca pero que tiene buena puntería. Y que si no corremos suficiente nos dispararán en el camino de acceso con sus armas. Y que puedo joder más ahí en esa puerta, que en cualquier otro lugar.

Me coloco a la derecha de la puerta del ascensor. Puedo ver el saliente pero no me pueden disparar, o eso creo. Separo las piernas y subo la almádena.

El primer gilipollas que se asome se va a ir a su casita con una jodida fractura de cráneo. O de esternón. Y con suerte se irá a tomar por culo por el hueco del ascensor. ¡TOC! ¡TOC! ¿Quién es? 

-¡Matad a esa rata! Grito a las alimañas que han salido del agujero. 

Miro a Eddie de reojo tras inspeccionar unos segundos a nuestro nuevo "amigo" o más bien aliado improvisado que se ha quedado cubriendo el hueco del ascensor - Joder, este tío tiene muy mala pinta, pero tiene razón debemos eliminar al francotirador para asegurarnos una huida segura -susurro.

Bien!  Mantenles ocupados.-digo hacia Marcus.

Guardo el revolver y cojo el subfusil, poniendo rumbo a la escalera donde el francotirador se esconde. Le hago señas a Eddie para que me siga para acabar con él mientras el grandullón de la almadena guarda el ascensor.

Observo los rastros de sangre que ha ido dejando, está herido. Le pido a Eddie su particular granada y la arrojo escaleras arriba, después me asomo con el subfusil para ver si ha caido en la trampa y disparar. Aquel rifle de francotirador nos vendría muy bien en nuestros cada vez más peligrosos viajes.

La recepción se convierte en un improvisado campo de batalla en cuanto empiezan los disparos. De la mesa salen Allan y Eddie camino a las escaleras y pasan junto a Marcus que se esta preparando para aplastar a quien se asome por el hueco del ascensor.

Tras subir hasta el rellano lanzan una granada al primer piso. El tirador, que justo en ese momento se estaba asomando para disparar, ve el explosivo y rápidamente recula sin efectuar el disparo.
Allan hace una ráfaga corta con su subfusil antes de que el tirador termine de ocultarse. Dos de los proyectiles aciertan, el tercero impacta en la pared justo delante de la cabeza del enemigo. Sin embargo no era necesario, las otras dos balas han perforado el pecho del hombre y su muerte ha sido inmediata.

Abajo, pero en la misma sala, Marcus espera a que alguien aparezca por la puerta del ascensor. La ráfaga de Allan le ha impedido oír como subían al menos dos personas, pero sí ha podido ver como una mano y una pistola asoman justo en el borde del foso.
Sin vacile alguno levanta su almádena preparado para que haga acto de presencia el resto del cuerpo al que pertenecen esas manos.
Un segundo después aparece la cabeza de un hombre, su cara es de total sorpresa cuando ve al enorme tipo que le espera.
Dos segundos después su cara es de traumatismo craneoencefálico provocado por un severo golpe en pleno rostro.
El hombre cae tras el golpe arrastrando al fondo del foso a su compañero.

No hay enemigos activos a la vista, sin embargo no parece que el descanso vaya a durar mucho. Se puede oír procedente del piso superior el ladrido y la carrera de al menos dos perros. A juzgar por el ruido no parece que sean precisamente pequeños.

Mi plan improvisado parece funcionar y me libro de su disparo , dándole yo a él.

Subo corriendo tras derribar al enemigo y recojo la granada que entrego a Eddie junto a mi subfusil -Sujeta esto y cúbreme si vienen esos perros - le digo algo nervioso y recojo el rifle francotirador del Omega muerto a la vez que busco en sus bolsillos para recoger todo lo que pueda tener de valor, ya sean cargadores, granadas, otro tipo de armas o tecnología.

ABATIDO!! VAMOS A TENER QUE LARGARNOS YA DE AQUI!! PUEDES BLOQUEAR LA PUERTA DEL ASCENSOR? -grito al hombre de abajo. Nada más haya saqueado el cuerpo salimos de allí corriendo hacia el bosque.

Así es este páramo. Tan pronto estás vagabundeando en busca de un maldito pollo frío como en un jodido tiroteo a vida o muerte.

¡PLANK! Suena la cabeza de ese tipo. Le hostio sin pensar. No porque disfrute haciéndolo. No me corro con las visceras y la sangre ajenas. Lo hago porque debe ser así. Mi brazo es una prolongación del destino y está de mi parte. De momento. Suelto la hostia y me vuelvo a colocar en el lateral. La cara del tipo es un poema a la sorpresa y la desolación. Y yo la convierto en un Picasso horrendo. Pero no es que sea un artista. Solo soy un profesional que ha sabido adaptarse a los tiempos que corren. Y corren muy rápido los cabrones. Tanto que a veces te joden por dentro y te mordisquean las entrañas.

Vienen perros. Y subirá más gente por el hueco. Me engancho la almádena a la espalda y preparao a Brenda. Camino a grandes zancadas hasta la mesa de la recepción, me arrodillo y apoyo la ballesta sobre el polvo. Todavía hay una de esas campanillas para llamar al botones. Apunto al hueco del ascensor. Con suerte el virote tirará al próximo que decida dar por culo.

El tirador abatido apenas tenia su rifle y un pequeño walkie talkie. Ni siquiera lleva mas munición que la que hay en el cargador.
Con el ladrido de los perros aumentando Allan y Eddie bajan corriendo las escaleras. Marcus se cubre tras la mesa de recepción, la madera es gruesa y detendrá algunos disparos antes de ceder.
Cuando Allan está a punto de salir por la puerta un par de disparos se cruzan en su camino procedentes del exterior. Parece que iban dirigidos a Marcus, aunque sin éxito. Aun así rápidamente cambia de posición para mantenerse a salvo también de la puerta principal.
Eddie corre a ponerse a cubierto en la esquina de la sala, justo frente a la escalera y sin angulo para ver, o ser visto, desde el ascensor. Allan se pone a su lado.

Un ruido mecánico acompaña al cierre de las puertas del ascensor. Mientras tanto hacen acto de aparición dos enormes perros que comienzan a bajar las escaleras a toda velocidad. Su objetivo es Allan y Eddie ya que ni siquiera parecen haber visto a Marcus.

Los dos pasillos laterales siguen, a simple vista, despejados. Se desconoce la ubicación del autor de los disparos desde fuera del edificio.

No hubo mucha suerte saqueando al tipo pero me quedo con el walkie y el rifle que cuelgo a mi espalda. Nada más bajar e intentar salir alguien intenta abatirnos por lo que reculamos como podemos.

¡Joder, mierda!, debe haber un segundo francotirador fuera. Puedo intentar subir unos pisos y buscarle con el rifle pero vais a tener que cubrir y distraerle aquí abajo. -dejo el walkie en un bolsillo a medio meter por si comunican algo de relevancia entre ellos. Me vendría muy bien en este momento saber los protocolos de los omega y poder engañar al tirador para que me revelara su posición.

Pero sin poder pensar mucho más los perros parece que llegan. Cojo de nuevo el revolver y el machete con la otra mano, disparando y esperando abatir al menos a uno antes de que nos muerdan. -Mantente erguido Eddie, los perros de presa van al cuello a matar, intenta que no lleguen.-disparo nervioso, rezando porque el ruido del arma los espante si fallo. Sino me llevaria un  buen mordisco y tendría que seguir el trabajo con el machete.

No va a ser fácil salir de aquí. Pero uno de los pasillos laterales nos puede llevar a otra salida y evitar al puto tirador.

No tengo mucho tiempo para pensar en nada más, porque aparecen delante de mí esos chuchos hijos de puta. Muevo con suavidad a Brenda y acciono el gatillo.

-¡Vamos a los pasillos!

Los dos perros bajan las escaleras intentando no resbalarse. Esa falta de estabilidad os da tiempo para apuntar y disparar contra los animales.
Eddie también abre fuego, pero esta lejos de acertar. Por suerte los dos perros son abatidos. Una bala atraviesa el lomo de uno de ellos y el animal cae muerto inmediatamente. El dardo de Marcus, que dispara desde el lateral, se clava justo detrás de la pata delantera y lanza el animal contra la pared.
Aunque no ha muerto parece que no le queda mucho tiempo de vida y, lo mas importante, no se levantará.

Las dos puertas de los ascensores siguen cerradas. El tirador del exterior parece dar una tregua hasta que repentinamente vuelve a disparar, la bala impacta contra los buzones que hay tras la mesa de recepción.
Por el sonido no parece un rifle, se parece a algo menos potente como una pistola.

Sigue sin mostrarse abiertamente el autor de los disparos, calculáis que los efectúa desde los arboles al otro lado de la zona abierta frente a la puerta principal.

Por suerte los dos perros son abatidos sin daños, lo cual es un enorme alivio. Observo a Marcus y asiento a su plan, con los nervios no se me había ocurrido el intentar salir por el extremo contrario del edificio. 

¡Buena idea, vamos!

Corremos por el pasillo en busca de alguna otra puerta o ventana que nos pueda permitir el acceso al exterior y desde allí poder correr a la maleza.

¡Tenemos que ir al bosque, estos hijos de puta tienen gafas de visión nocturna entre su arsenal ! -digo entre jadeos por la carrera.

Abandonáis corriendo la recepción por el pasillo que tenéis mas próximo. A toda velocidad atravesáis lo que algún día fue el restaurante del hotel, optáis por avanzar tras los mostradores del buffet con el fin de evitar posibles disparos desde exterior.
Con el fin de no permanecer expuestos entráis por una puerta que da a las cocinas.
Vuestra orientación os indica que avanzáis hacia la parte trasera del edificio, tras cruzar otra puerta llegáis a la terraza trasera. Una enorme piscina vacía y un montón de tumbonas apiladas victimas del clima es lo único que se puede encontrar en este lugar.

El lujo juega a vuestro favor, el diseño de la piscina hace que su borde quede sobre el manto que forman las copas de los arboles. Sin embargo, al crecer estos, han roto los cristales que lo separaban del bosque.
Tras una pequeña caída os encontráis bajo la piscina y rodeados de arboles. Podéis ver el hotel pero es muy difícil que desde él os vean gracias a las ramas.

Una vez en el bosque seguimos corriendo hacia delante sin una dirección clara más que alejarnos de allí todo lo posible. Cuando nos faltan las fuerzas para continuar la carrera seguimos andando entre jadeos.

Joder... eso ha estado cerca. Pero hemos conseguido dejarles atrás. -observo a Marcus y le tiendo una mano- yo soy Allan, este es Eddie...¿tu eres..?

No se si conoces bien a los Omega pero nos hemos librado de una buena.-sonrio levemente algo agotado pero sin parar de andar. No era el mejor momento de conocer a nuestro inesperado compañero, pero al menos ya no nos disparaba nadie.

Arranco el dardo del perro a la vez que le pisoteo la cabeza. Por si las moscas.

Recorro los pasillos del Luxor con una sensación familiar en la nuca. No es un sexto sentido ni una chorrada de esas, ni Alá está en las cumbres preocupándose por la humanidad ni su puta madre. Es solo el callo. Un callo en los cojones para no cagarse. Un callo en los pies para soportar las caminatas. Un callo en las manos para hacer lo que hay que hacer. Y un callo en la nuca para tener sentido común cuando más falta hace.

Y suele funcionar si no me roban mi puta comida.

Por lo demás, no ha dejado de ser divertido. Siempre es un placer acabar con esos gilipollas cuadriculados de Omega. Manda cojones. En esta vida y en la anterior, siempre hubo gente deseosa de decirle a los demás lo que tenían que hacer.

Al llegar a la piscina no puedo evitar acordarme de Miami. Por suerte es solo un momento, pero mi encéfalo se recrea en el polvo blanco y la pitillera dorada, en el collar de perlas de plástico y en los pezones negros de esa ramera. Ah, eso sí era  vida, y no esta mierda polvorienta y reseca.

El tipo apestoso se presenta. Y el friki del traje morado sigue caminando en silencio. Además de friki debe de ser anormal o algo por el estilo. Casi me dan ganas de sonreír. Manda huevos.

Me vuelvo hacia el tal Allan, con la ballesta apoyada en el hombro y medio ojo puesto en el negro. Ahora podrían intentar joderme para quitarme cualquier cosa, incluída la vida.

-Soy Marcus. Le estrecho la mano. Fuerte y breve. Así me enseñó mi padre, antes de emborracharse y de reventarse la nariz con la cocaína.

Nuestros pasos resuenan en la hojarasca, y las ramas dan bastante por culo. Hacemos ruido de cojones, y si esos mierdas quieren pueden venir a por nosotros con cierta facilidad.

-¿Qué cojones hacíais ahí dentro?

No me gusta como nos mira el tipo este, hay algo torcido en su mirada, quizás atisbos de locura pero bueno... quien no está un poco loco estos días.

Me estrecha la mano y disimulo sonriendo el leve dolor del apretón, no son tan fuerte como él - Joder, menuda mole -pienso.

Un placer machacar Omegas juntos. -sonrio algo más relajado y animado-  ¿Sabes? Esa es una buena pregunta... Teníamos que entregar un paquete allí pero no sabíamos que era para los putos Omega. No habríamos aceptado de saberlo... lo peor es que traman algo jodido. Algo con máquinas y robots.

Caminamos hasta un claro del bosque donde me detengo un momento y saco mi improvisado mapa para intentar ubicarnos y tomar una ruta al poblado más cercano. Mientras sigo comentando aunque mirando al mapa.

Esos hijos de puta deben tener una jodida base científica ahí abajo. Y si eres un poco listo sabrás que eso significa pasta, mucha pasta. Pero haría falta un buen plan y equipo para darles por el culo. También podríamos vender la información a otros.

Me asaltan ideas de venganza, nos habían intentado matar de nuevo, joder. Librar del mundo a esos cabrones era más importante que nuestra búsqueda de semillas, no obstante ahora mismo no podríamos hacerles frente, era mejor retirarse. Miro a Eddie que anda muy callado.-¿estás bien tío?

Avanzáis hacia el Este sin tener la mas remota idea de donde os encontráis. La vegetación, aunque permanece al borde de la extinción, parece haberse concentrado en el reducto que forma esta región. Arboles, arbustos y hierba; eso si, nada comestible a excepción de los escasos pájaros que escucháis pero no veis.

Eddie responde a Allan torciendo el gesto, como si las cosas no terminasen de ir bien para él.

- Tío, se supone que esos cabrones estaban acabados. Otra vez hemos jodido a la gente equivocada, no quiero volver a vivir esperando que nos encuentren. Y sabes que lo pueden hacer, y sabes como lo pueden hacer.

Eddie señala el rifle de precisión que asoma sobre el hombro de Allan y después hace un gesto con la mano y niega con la cabeza como despejando ideas de su mente.

- Al menos no tienen un jodido ejercito, parece que eran pocos. Pero no me gusta nada.

Se alisa el traje y se ajusta el sombrero antes de mirar a Marcus y dedicarle su habitual sonrisa.

- ¿Que tal hermano? Yo soy Eddie, aunque eso ya lo sabes. Te daría la mano pero no quiero perder los dedos. ¿No tendrás un hermano por casualidad? Eres idéntico a un tipo con el que hice negocios hace unos años, él también era muy hablador.

Tras su peculiar presentación os reunís para comprobar vuestra situación en el mapa. Estimáis que os encontráis al Oeste de Luxor, justo entre dos asentamientos, uno al Norte y otro al Sur, y al doble de distancia de Nero.
Aunque sin referencias mas precisas puede que las distancias varíen considerablemente.

Me agacho para echar un vistazo al mapa. Apoyo a Brenda sobre mis rodillas y miro los circulitos verdes en el mapa. Hacen que el mundo sea un queso gruyere, pero en el mundo ya no quedan quesos gruyere. Solo agujeros de bala, carcoma y dentaduras melladas.

Lo cierto es que me importa un huevo adónde ir. Ya no tiene sentido trazarse metas. Solo el mañana, solo el ahora. Me crujo los nudillos y noto el familiar dolor en la mano izquierda.

Soy un hombre pequeño, pero ahí fuera hay fuerzas poderosas. Cosas que no entiendo. Círculos que se cierran más allá de la vista. Sea donde sea donde me lleve ese mapa, será porque es mi destino.

Llevar la ira a los cobardes, la piedad a los débiles, si queda alguno. Aplastar cabezas. Cazar pájaros famélicos. Cagar en los troncos de los árboles. Una vida de cazador. Una fragua para los músculos y el ingenio.

-Si en el río hay peces no es mala idea seguirlo.

Los putos gorriones, palomas y cuervos saben a pollo rancio.

Asiento a las palabras de Eddie y miro mi nuevo rifle de reojo.

Sí.. tienes razón Eddie, nos buscarán. Pero no por un simple rifle, sino porque sabemos donde está su nueva base y que traman algo. Y ellos ahora conocen nuestras pintas, sobretodo tu cabrón, no pasas desapercibido. -sonrío algo nervioso con la idea.

Tenemos que pensar un plan pero no ahora. Seguir el río sería la opción más lógica pero por eso mismo los Omega nos buscarán ahí. -digo a Marcus.

Creo que deberíamos ir directos a Nero y evitar los asentamientos cercanos. Seguramente tengan contactos allí como el cabrón que nos ofreció el "trabajo". Una vez allí nos mezclaremos en el gentío y pensaremos que hacer.

¿todos de acuerdo?